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CLÉRIGOS IRAQUÍES CONDENAN ATENTADOS CONTRA IGLESIAS - ian fisher


En gran parte incomprensibles permanecen los atentados a iglesias católicas en Iraq la semana pasada. Se trata probablemente de un atentado de Al Qaeda, en su intento por enfrentar a musulmanes y cristianos. Los atentados fueron severamente condenados por el mundo musulmán.
Bagdad, Iraq. Importantes clérigos musulmanes y líderes políticos se unieron el lunes detrás de los cristianos de Iraq para condenar los atentados con bomba coordinados contra cinco iglesias el día anterior como una peligrosa escalada de la guerra y un ataque contra siglos de coexistencia entre cristianos y musulmanes aquí.
Sin embargo, algunos cristianos, que constituyen menos del cinco por ciento de los 25 millones de habitantes del país, dijeron que temían que los ataques fueran una angustiante señal de un surgimiento del fundamentalismo islámico -y que puede llegar el día en que ya no sean bienvenidos en Iraq. Al menos diez personas murieron en los atentados, programadas para estallar cuando los cristianos se reunían en las iglesias para asistir a la misa del domingo.
"¿Qué quieren?", se preguntó una mujer cristiana, que dijo que su nombre era Um Khalid, 56, dueña de una tienda de abarrotes en la calle de la Iglesia Asiria Cristiana de Bagdad, donde todavía se veían los coches torcidos y calcinados por la explosión de la noche anterior. "Quieren que nos vayamos".
Funcionarios iraquíes responsabilizaron de los ataques a Abu Musab al-Zarqawi, el militante jordano asociado a Al Qaeda. Pero su grupo, Tawhid y Yihad no reclamaron la responsabilidad de los atentados, como ha sido habitual en otros casos.
El grupo dio a conocer dos videos el lunes: uno de ellos muestra lo que parece ser el asesinato de un rehén turco con tres balazos a la cabeza, el otro diciendo que dejaría en libertad al camionero somalí porque su empleador había accedido a terminar sus operaciones en Iraq.
La comunidad cristiana iraquí, concentrada en los alrededores de Bagdad y en la región controlada por los kurdos en y en las cercanías de Mosul, es una de las más antiguas del mundo, remontándose sus orígenes a 2000 años. La mayoría de sus miembros son asirios, una iglesia cristiana independiente, y caldeos, católicos del rito oriental que reconocen la autoridad del Papa.
Aunque sometidos a persecuciones a través de toda la historia, se consideran a sí mismos generalmente bien tratados durante el régimen laico de Saddam Hussein, y algunos de ellos, especialmente el vice primer ministro Tariq Aziz, alcanzaron posiciones de poder.
Sus números han mermado a casi 800.000 ahora, después de haber alcanzado casi un millón en 1991, hacia la época de la Guerra del Golfo Pérsico. El éxodo ha crecido fuertemente desde la caída del gobierno de Hussein el año pasado, con el derrumbe del ambiente en general secular y la extensión del caos.
Un reciente aumento en los ataques contra el comercio minorista, a menudo propiedad de cristianos y considerados blasfemos por los islamitas -tiendas de licor, salones de belleza y tiendas donde se vende música occidental- ha aumentado las preocupaciones.
El lunes, líderes de casi todos los más importantes grupos musulmanes, sunníes y chiís por igual, condenaron enérgicamente los atentados, en lo que fue un llamado a la unidad nacional contra los que llamaron terroristas que querían destruir el país.
El muy reverado líder chií, el gran ayatollah Ali al-Sistani, líder del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq, calificó los atentados de "actos criminales" y llamó al nuevo gobierno iraquí a terminar con esa violencia.
"Confirmamos la necesidad de respetar el derecho de los cristianos y otras minorías religiosas y su derecho a vivir en el país, Iraq, en paz y seguridad", dijo el ayatollah Sistani, que se expresa públicamente sólo en casos que considera cruciales, dijo en una declaración.
Palabras similares expresó la Asociación de Estudiosos Musulmanes, un grupo relativamente moderado de musulmanes chiís que sin embargo tiene lazos con los insurgentes aquí. Incluso Moqtada al-Sadr, el clérigo rebelde chií cuya milicia se cree que es responsable de muchos de los ataques contra las tiendas de licores, condenó los atentados.
Los militares estadounidenses condenaron severamente los ataques. "Esos terroristas atacan a cualquiera y cualquier cosa para crear temor y destruir la seguridad y el futuro de Iraq", dijo en una declaración el general de brigada Erv Lessel, un portavoz militar.
Mowaffak al-Rubaie, el asesor de seguridad nacional, dijo que tanto la naturaleza como evidencias recogidas en el lugar de los atentados indicaban fuertemente en dirección de Zarqawi, trabajo al unísono posiblemente con partidarios de Hussein. Dijo que había similitudes directas con atentados con bomba anteriores que se cree fueron cometidos por Zarqawi, incluyendo los tipos de explosivos y detonadores.
"Las huellas de Zarqawi están en todas partes", dijo en una entrevista el doctor Rubaie. Pero dijo que el hecho de que sólo uno de los atentados, en la norteña ciudad de Mosul, fue un atentado kamikaze, el arma preferida de Zarqawi, sugieren la asistencia de partidarios de Hussein, que dijo que eran muy competentes en instalaciones eléctricas bombas a coches aparcados para detonarlas más tarde por control remoto.
Dijo que las fuerzas iraquíes pararon a dos otros coches bomba dirigidos contra iglesias el domingo. Uno de ellos fue descubierto por un soldado iraquí en Mosul, de acuerdo a una declaración militar norteamericana.
El doctor Rubaie dijo que estaba preocupado de que los cristianos podrían interpretar los ataque como una advertencia para que abandonen Iraq, algo que dijo que sería devastador para el país.
Dijo que la presencia comercial de los cristianos, su nivel de educación y sus lazos con Occidente los hacía activos valiosos en estos frágiles momentos en Iraq -y creía que muchos musulmanes apoyaban su presencia.
"No podemos perder a ninguno de ellos, para ser franco", dijo Rubaie. "Iraq será el gran perdedor. Este golpea unirá a los iraquíes".
En los alrededores del distrito de Karrada, los muchos cristianos que viven ahí parecían cerrar filas con rabia y miedo. Hombres armados bloquean las calles frente a un hospital cristiano privado y varias iglesias. En la Iglesia de la Alianza, los residentes aparcaron un gigantesco remolcador a un extremo de una de las calles que lleva a la iglesia y apostaron guardias junto a una barricada de ladrillos, maderos y barriles de cartón en el otro.
"Esto fue trabajo de terroristas", dijo un guardia de la iglesia que rehusó dar su nombre. "Tenemos buenas relaciones con los musulmanes de Iraq".
En entrevistas los cristianos debaten sobre si estos atentados han sido dirigidos específicamente contra ellos o si representa una ampliación de los ataques terroristas que han sido dirigidos contra otros grupos, como los chiís en mezquitas, agentes y reclutas de policía, kurdos en sus sedes políticas, camioneros musulmanes -o quizás, más inquietantemente, una combinación de las dos.
"No es solamente porque soy cristiano", dijo Sabbah Slewa, 47, de un grupo de cristianos, el lunes, entre los destrozos frente a la iglesia asiria. "Somos hermanos y hermanas de Iraq. Hacen esto para retrasar la civilización. Rechazan al nuevo gobierno".
Al otro lado de la calle desde la iglesia armenia en Karrada, que también fue atacada el domingo, Samir Matthews, 30, pintor, dijo que le preocupaba por lo que creía ser un reciente surgimiento del fundamentalismo islámico -algo que lo hizo pensar "con toda certeza" que los cristianos tendrán que abandonar Iraq.
"Quiero contarte algo", dijo Matthews, rodeado de ladrillos derrumbados y fragmentos de vidrios. "Ayer las hijas de mi primo llevaban cruces al cuello. Su madre se las quitó y les dijo: ‘¿No vas a salir con estas cruces en estos tiempos?' Eso ocurrió justo después de que las iglesias fueran atacadas.

3 de agosto de 2004
6 de agosto de 2004
©traducción mQh
©newyorktimes

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