inmigración latina en españa
1 - LATINOS, EN BUSCA DEL SUEÑO EUROPEO
2 - PAREJA ARGENTINA CONQUISTA A MADRID
3 - "TRABAJAR POR CUENTA PROPIA PAGA MÁS"
4 - UNA JUBILACIÓN QUE TARDA EN LLEGAR
5 - "LA VIDA ES CARA PERO PREFIERO A ESPAÑA"
6 - VIDEO 1 EN LA PUERTA DEL SOL
7 - VIDEO 2 PEQUEÑA PATRIA DOMINICANA EN ESPAÑA
8 - VIDEO 3 RINCÓN DE CUBA EN LA MADRE PATRIA
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Madrid, España. En poco tiempo, la ampliación de la Unión Europea (UE), que aumentará el número de países socios, de 15 a 25, abrirá las puertas a miles de extranjeros procedentes del Este de Europa, que en los últimos años se han visto condenados al peregrinaje de la inmigración dentro de su propio continente.
España se convirtió el pasado año en el primer destino de inmigrantes de la propia UE: uno de cada cuatro eligió suelo hispano, según estimaciones demográficas difundidas por la oficina estadística de la UE, Eurostat.
La inmigración se contempla como el primer factor del aumento de la población en Europa. En sus estimaciones, Eursotat maneja para España datos de población obsoletos.
Cifra el número de habitantes al inicio del 2004 en 40.9 millones. Sin embargo, la cifra del padrón aprobado por el gobierno español, en enero del 2003, era ya de 42.7 millones de habitantes.
Pero las cifras no deben llevar al engaño; junto al millón y medio largo de extranjeros regularizados, que registra el gobierno de España, se encuentra la bolsa oculta de residentes ilegales, que supera el millón. De ahí la diferencia en las cifras que presenta el padrón oficial.
En España, según datos de la Seguridad Social -el sistema que cubre las pensiones, los gastos sanitarios, hospitales, etc...- dos terceras partes de los inmigrantes son hombres. Los latinoamericanos proceden en su mayoría de Colombia, Perú, República Dominicana, y Ecuador.
La natalidad en Europa se mantiene baja, aunque va aumentando. En 2003 hubo 4.03 millones de nacimientos, un 1.1 por ciento más que en 2002.
España es uno de los países con más alta tasa de esperanza de vida, y con Italia el de más baja tasa de natalidad el mundo.
La combinación de ambos factores llevaría a una relación entre trabajadores activos y pasivos insostenible a mediano plazo. De ahí la necesidad de mano de obra joven como la que proporciona la inmigración.
Llegan por tierra, mar o aire. Vienen con las manos vacías y pronto buscan empleo. El perfil tipo del inmigrante latino en Europa es mayoritariamente masculino y joven (entre 20 y 40 años).
Con escasa o ninguna formación y que tiene entre sus aspiraciones básicas la legalización, el trabajo y la vivienda, en ese orden.
En su gran mayoría, realiza los trabajos peor valorados por los ciudadanos. Se ocupan en la construcción, agricultura y servicios. En el caso de las mujeres (más del 60 por ciento) trabaja en el servicio doméstico.
En un alto porcentaje viven en la ilegalidad, percibiendo menos salario por la labor realizada.
"Organizan su proyecto de migración con ayuda de redes informales en el país de destino y, sobre todo, con los recursos próximos (propios y familiares) en el país de origen. Esto propicia la explotación de mafias y traficantes de personas y, a su vez, la competencia entre los propios inmigrantes por el nicho laboral en el país de destino", según Gaspar Sánchez Majadas, director de la Escuela de Trabajo Social de Salamanca (a unos 300 kilómetros al noroeste de Madrid).
"La repatriación de recursos monetarios forman un activo inestimable para sus economías nacionales de origen, como en el pasado reciente lo fueron en el caso español", agregó el experto en estudios sobre inmigración y globalización.
"Si contamos únicamente el dinero revertido a los países de origen de la migración mediante transacciones financieras, este capital supera ampliamente, en términos planetarios, toda la ayuda al desarrollo propiciada por los países ricos.
Cada trabajador ayuda como promedio a cuatro o cinco parientes en su país natal. Se calcula que entre 200 y 240 millones de personas en el mundo se benefician directamente de la ayuda económica de un pariente, o amigo que trabaja en el extranjero.
Las normas que regulan la contratación de trabajadores extranjeros son diferentes dentro de cada país de la UE.
En España para la contratación de un permiso de trabajo, las autoridades tienen en cuenta, ante todo, la situación nacional de empleo. Es decir, se contrata a un extranjero si no existe un nacional que pueda cubrir ese puesto.
En Bélgica, existen fuertes sanciones para los empresarios que contraten trabajadores extranjeros en situación ilegal.
Los extranjeros contratados por un período inferior a seis meses tienen derecho a beneficiarse de una reducción fiscal de un máximo del 25 por ciento de sus ingresos.
En Francia los inmigrantes necesitan visado y el permiso de trabajo es necesario para la capacidad de la profesión a la que se van a dedicar.
En el caso de Italia se exige una autorización específica a las empresas extranjeras que quieran emplear trabajadores inmigrantes por un período inferior a dos años, y sólo para el caso de trabajadores pertenecientes a la UE.
[En Dinamarca y Holanda, países con gobiernos de extrema derecha, están tratando de limitar la entrada de trabajadores y de expulsar a los que ya tienen. Recientemente el gobierno holandés, que restringe severamente la inmigración a pesar de tener una baja tasa de natalidad y una alta esperanza de vida, ha preferido quitar a los trabajadores más de un 30% del valor de las cotizaciones -lo que equivale a unos 15 años de trabajo- y fijar la edad de jubilación nuevamente a los 65 años -en lugar de los 55 establecidos anteriormente]. En el caso de España, la entrada al mercado laboral no es libre, depende de la voluntad del Estado que puede elegir en función del origen nacional o establecer exigencia de permisos específicos, o sistemas de cupos.
En cuanto a la jornada laboral, según el estudio Watson Wyatt 2003 Employment (recogido por La Gazeta de los negocios -periódico económica español- en junio de 2003), las horas de trabajo que realizan los inmigrantes están dentro de la media europea.
Sin embargo, mientras en Alemania las horas máximas que permite la ley se sitúan en 60 semanales, en Francia alcanzan las 35 horas y en Reino Unido la legislación sólo establece un tope de 52 horas a la semana, sin contemplar un mínimo de horas legales.
En cuanto al salario mínimo interprofesional, mensual en la UE, va desde los 416 euros de Portugal, o los 526 de España, a los 1,369 de Luxemburgo.
En España los bancos han pasado de subestimar al inmigrante a trabajar con él. Son buenos clientes, fieles a las entidades, buenos pagadores, emprendedores y con modesta pero continua capacidad de ahorro, el perfil más deseado por los banqueros.
Nueve de las más grandes entidades financieras españolas declaran tener 1.5 millones de clientes. El volumen de negocio-entre préstamos y depósitos-asciende a más de 6 mil millones de euros. Según algunas estimaciones, recogidas por el diario El País, en octubre de 2003.
pilar garcía del pozo
9 de septiembre de 2004
©univision
PAREJA ARGENTINA CONQUISTA A MADRID
España se convirtió el pasado año en el primer destino de inmigrantes de la propia UE: uno de cada cuatro eligió suelo hispano, según estimaciones demográficas difundidas por la oficina estadística de la UE, Eurostat.
La inmigración se contempla como el primer factor del aumento de la población en Europa. En sus estimaciones, Eursotat maneja para España datos de población obsoletos.
Cifra el número de habitantes al inicio del 2004 en 40.9 millones. Sin embargo, la cifra del padrón aprobado por el gobierno español, en enero del 2003, era ya de 42.7 millones de habitantes.
Pero las cifras no deben llevar al engaño; junto al millón y medio largo de extranjeros regularizados, que registra el gobierno de España, se encuentra la bolsa oculta de residentes ilegales, que supera el millón. De ahí la diferencia en las cifras que presenta el padrón oficial.
En España, según datos de la Seguridad Social -el sistema que cubre las pensiones, los gastos sanitarios, hospitales, etc...- dos terceras partes de los inmigrantes son hombres. Los latinoamericanos proceden en su mayoría de Colombia, Perú, República Dominicana, y Ecuador.
La natalidad en Europa se mantiene baja, aunque va aumentando. En 2003 hubo 4.03 millones de nacimientos, un 1.1 por ciento más que en 2002.
España es uno de los países con más alta tasa de esperanza de vida, y con Italia el de más baja tasa de natalidad el mundo.
La combinación de ambos factores llevaría a una relación entre trabajadores activos y pasivos insostenible a mediano plazo. De ahí la necesidad de mano de obra joven como la que proporciona la inmigración.
Llegan por tierra, mar o aire. Vienen con las manos vacías y pronto buscan empleo. El perfil tipo del inmigrante latino en Europa es mayoritariamente masculino y joven (entre 20 y 40 años).
Con escasa o ninguna formación y que tiene entre sus aspiraciones básicas la legalización, el trabajo y la vivienda, en ese orden.
En su gran mayoría, realiza los trabajos peor valorados por los ciudadanos. Se ocupan en la construcción, agricultura y servicios. En el caso de las mujeres (más del 60 por ciento) trabaja en el servicio doméstico.
En un alto porcentaje viven en la ilegalidad, percibiendo menos salario por la labor realizada.
"Organizan su proyecto de migración con ayuda de redes informales en el país de destino y, sobre todo, con los recursos próximos (propios y familiares) en el país de origen. Esto propicia la explotación de mafias y traficantes de personas y, a su vez, la competencia entre los propios inmigrantes por el nicho laboral en el país de destino", según Gaspar Sánchez Majadas, director de la Escuela de Trabajo Social de Salamanca (a unos 300 kilómetros al noroeste de Madrid).
"La repatriación de recursos monetarios forman un activo inestimable para sus economías nacionales de origen, como en el pasado reciente lo fueron en el caso español", agregó el experto en estudios sobre inmigración y globalización.
"Si contamos únicamente el dinero revertido a los países de origen de la migración mediante transacciones financieras, este capital supera ampliamente, en términos planetarios, toda la ayuda al desarrollo propiciada por los países ricos.
Cada trabajador ayuda como promedio a cuatro o cinco parientes en su país natal. Se calcula que entre 200 y 240 millones de personas en el mundo se benefician directamente de la ayuda económica de un pariente, o amigo que trabaja en el extranjero.
Las normas que regulan la contratación de trabajadores extranjeros son diferentes dentro de cada país de la UE.
En España para la contratación de un permiso de trabajo, las autoridades tienen en cuenta, ante todo, la situación nacional de empleo. Es decir, se contrata a un extranjero si no existe un nacional que pueda cubrir ese puesto.
En Bélgica, existen fuertes sanciones para los empresarios que contraten trabajadores extranjeros en situación ilegal.
Los extranjeros contratados por un período inferior a seis meses tienen derecho a beneficiarse de una reducción fiscal de un máximo del 25 por ciento de sus ingresos.
En Francia los inmigrantes necesitan visado y el permiso de trabajo es necesario para la capacidad de la profesión a la que se van a dedicar.
En el caso de Italia se exige una autorización específica a las empresas extranjeras que quieran emplear trabajadores inmigrantes por un período inferior a dos años, y sólo para el caso de trabajadores pertenecientes a la UE.
[En Dinamarca y Holanda, países con gobiernos de extrema derecha, están tratando de limitar la entrada de trabajadores y de expulsar a los que ya tienen. Recientemente el gobierno holandés, que restringe severamente la inmigración a pesar de tener una baja tasa de natalidad y una alta esperanza de vida, ha preferido quitar a los trabajadores más de un 30% del valor de las cotizaciones -lo que equivale a unos 15 años de trabajo- y fijar la edad de jubilación nuevamente a los 65 años -en lugar de los 55 establecidos anteriormente]. En el caso de España, la entrada al mercado laboral no es libre, depende de la voluntad del Estado que puede elegir en función del origen nacional o establecer exigencia de permisos específicos, o sistemas de cupos.
En cuanto a la jornada laboral, según el estudio Watson Wyatt 2003 Employment (recogido por La Gazeta de los negocios -periódico económica español- en junio de 2003), las horas de trabajo que realizan los inmigrantes están dentro de la media europea.
Sin embargo, mientras en Alemania las horas máximas que permite la ley se sitúan en 60 semanales, en Francia alcanzan las 35 horas y en Reino Unido la legislación sólo establece un tope de 52 horas a la semana, sin contemplar un mínimo de horas legales.
En cuanto al salario mínimo interprofesional, mensual en la UE, va desde los 416 euros de Portugal, o los 526 de España, a los 1,369 de Luxemburgo.
En España los bancos han pasado de subestimar al inmigrante a trabajar con él. Son buenos clientes, fieles a las entidades, buenos pagadores, emprendedores y con modesta pero continua capacidad de ahorro, el perfil más deseado por los banqueros.
Nueve de las más grandes entidades financieras españolas declaran tener 1.5 millones de clientes. El volumen de negocio-entre préstamos y depósitos-asciende a más de 6 mil millones de euros. Según algunas estimaciones, recogidas por el diario El País, en octubre de 2003.
pilar garcía del pozo
9 de septiembre de 2004
©univision
PAREJA ARGENTINA CONQUISTA A MADRID
Madrid, España. Cuando alguien le pregunta a Nilda Cascianesi de dónde es, ella responde que es de "acá", porque así lo siente. "Uno es de dónde vive, donde trabaja, donde tiene la familia, y donde se siente bien".
"Madrid Tiene Mucho De Tango"
"Madrid tiene mucho de tango", aseguró Nilda. "En España me siento viva, estoy en mi casa. Me gusta porque es un país donde funciona la realidad, donde se cuestiona casi todo".
Entrar en Madrid es como entrar en Buenos Aires. Se asemeja muchísimo. "Siempre he vivido el tango como una mezcla de culturas donde se arraiga el sentimiento. En Madrid hay inmigrantes, hay flamenco, hay sentimiento, nostalgia, dolor. Tiene un poco de todas partes, es anárquico y me gusta esa anarquía".
Como la gran mayoría de los argentinos, Nilda es mitad española, mitad italiana. Sus abuelos maternos eran madrileños y catalanes, los paternos italianos de Parma. Se casó en Argentina con un inmigrante italiano, Francisco. Tienen tres hijos. Una de las chicas vive en Estados Unidos y la otra en Italia.
Nilda y Francisco, son como dos "trotamundos", forman parte del mundo de la inmigración desde antes de nacer. Para continuar su vida ellos también han tenido que emigrar.
Viajaron de Argentina a Europa, hace 16 años, recorriendo el camino inverso al que hicieran sus antepasados en el siglo anterior. Sus abuelos eran gente del campo, sin estudios. Francisco es ingeniero electrónico, Nilda estudió psicología.
- ¿Por qué Madrid, para vivir y no otra ciudad?
- Ya había visitado Madrid en otras ocasiones, la primera vez en 1975. Siempre nos atrajo. Lo elegimos porque además teníamos familia. En Madrid la gente es abierta, acogedora, plural.
- Madrid, se ha convertido en uno de los centros de inmigración y sobre todo latinoamericana. ¿Qué piensa de este proceso?
- Creo que no soy la persona apropiada para hablar en defensa de los inmigrantes porque a veces el inmigrante, cuando cambia toma distancia de los suyos y no es precisamente justo.
- ¿Cree que España explota a los inmigrantes?
- El inmigrante que sobrevive es porque está trabajando una cantidad de horas inmensas, como lo está haciendo cualquier trabajador andaluz, gallego, vasco, o asturiano, y como trabaja cualquier persona que quiere salir adelante en cualquier parte del mundo. Hablo por propia experiencia.
Mi marido y yo, dormimos cinco o seis horas al día. No lo podemos hacer de otro modo porque nuestro negocio se basa en nuestra constancia. No es ambición, es trabajo para vivir y trabajamos honradamente.
Tenemos un negocio dedicado a la pastelería y productos salados italo-argentinos. Puedo decir que los miércoles, jueves, y viernes nos vamos del obrador a las dos de la madrugada, sin parar de faenar.
La pastelería de Nilda y Francismo, se llama Dulce Madrid'. Está dentro de un mercado tradicional. "Lo nuestro es integración a través de la comida", comenta Nilda.
"¿Hay algo que pueda unir más que disfrutar de una buena comida, en compañía?, preguntó. Indicó que la comida representa un elemento integrador, un intercambio cultural y "me atrevería a decir que hasta de sentimiento. En la elaboración de los platos ponemos tanto de nosotros mismos, de nuestro pasado, nostalgia, vida y recuerdos".
"La gastronomía Argentina, las recetas de las abuelas, madrileñas, catalanas, e italianas. Nuestro paso por distintos países: La comida turca, polaca, albanesa, rusa o asiática. Una mezcla de culturas que queremos compartir. Siempre he vivido la cocina con pasión", precisó Nilda.
- ¿Cómo reacciona el madrileño ante esta muestra culinaria tan especial?
- Muy bien porque el madrileño es muy abierto y disfruta de todo lo nuevo. Cuando hablamos de madrileños nos referimos a todas las edades y escalas sociales, jóvenes, niños, y menos jóvenes. El público ha reaccionado maravillosamente y estamos contentísimos porque esto es lo más importante para que un negocio funcione.
- ¿Dónde crees que está el éxito de su negocio?
- Por supuesto en la constancia, en el trabajo bien hecho, en dedicarle parte de nuestras vidas. Hacemos los trabajos de manera artesanal. Todo a mano. La nata, no son polvitos industriales que se disuelven en agua, no. La nata, es nata trabajada a mano para que la pueda comer, tanto un niño chico como un anciano. Son productos naturales de muy buena calidad.
Pero ¡ojo! que nadie se engañe: no trabajamos más porque seamos inmigrantes, lo hacemos como cualquier trabajador autónomo de este país y de cualquier país del mundo.
- A Nilda no le gusta vender por vender, le gusta conectar con la gente para darle ideas y que juegue en la cocina. "Después hablamos y nos contamos".
"Algunos de los productos que nosotros preparamos, como los piononos, son para comer fríos. En Argentina nunca se han calentado, bueno pues aquí, hay señoras que lo rellenan y lo meten al horno, después me lo comentan y yo siempre les digo, si hacen algo distinto, por favor me lo vengan a contar", manifestó.
"Esta es una forma de integración, compartir gustos diferentes, crear, comunicarse en definitiva. Y esto me pasa con gente de 60 años, de 70, de 50 y de 80", dijo Nilda.
- ¿Cuándo decidió abrir el negocio, tenía dinero ahorrado?
- No teníamos nada. Mi marido hacía trabajos esporádicos. La familia nos dejó algo de dinero y lo demás lo conseguimos gracias a los préstamos, sin aval, del Instituto de Crédito Oficial, (ICO). Pero claro, nosotros desde el primer día tuvimos los papeles en regla. Eso es lo más importante para un inmigrante que quiera vivir en España. Documentación en regla como primer paso.
El negocio nos va muy bien. Lo inauguramos en noviembre del pasado año y, si todo sigue igual, esperamos cancelar las deudas este mismo año. Con nuestra experiencia, podemos asegurar que esto es un éxito rotundo. Tenemos pedidos de restaurantes muy importantes. Yo empecé en mi cocina, en casa, probando el negocio poquito a poco. Entre mi marido y yo, diseñamos un catálogo en nuestra computadora. Hicimos fotos y las incorporamos. Así empezamos a visitar restaurantes ofreciendo nuestro servicio. Si les interesaba, les servíamos una muestra.
Cuando digo que conozco muy bien Madrid es con conocimiento de causa. Cargaba con mi neverita y caminando, en metro, o en autobús, me fui pateando todo Madrid. Kilómetros y kilómetros, un día tras otro.
Ahora tenemos el privilegio de que ciertos clientes vengan de fuera de la ciudad para solicitar nuestros productos.
Hace pocos días llego un empresario de fuera de Madrid y nos dijo: "me han hablado tan bien de ustedes, que quiero encargarles trabajo".
- Nilda es muy innovadora y creativa. Lleva cuatro meses trabajando en el mercado, y ya forma parte de la Asociación de Comerciantes. Está dando vueltas a varias ideas, que pueden convertir el mercado municipal, en un lugar de encuentro: organizar exposiciones, sala de juego para niños, tablones de anuncios. Es una fórmula, que según ella, puede animar a la gente a recuperar la tradición de la compra'.
Generar confianza entre cliente y comerciante y ofrecer productos prácticamente cocinados, para que el ama de casa trabaje lo menos posible, son algunos de los aspectos que propone, como alternativa, para que el pequeño comercio no sea absorbido por las grandes superficies.
"No Se Puede Ilusionar A La Gente"
Si algún conocido nos pide consejo para venir a España, no podemos mostrarnos eufóricos y decirles que vengan porque sí. Es muy difícil moverse, sin "papeles en regla".
Con esto no trato de criminalizar a España, en Italia pasa lo mismo y en cualquier país del mundo. Un peruano sin papeles' en Argentina, también lo pasa muy mal. Ocurre en todas partes.
Si al durísimo problema del desarraigo, del dolor que se siente, de no conocer el idioma, tienes que añadir, además, el de ser ilegal' y luchar con las instituciones.¡Olvídate! Lo importante es que el que venga, lo haga con ganas de trabajar y con humildad.
- Ustedes conocen muy bien el país. ¿Hay racismo en España? - No se puede hablar de racismo en esos términos, más bien se trata de segregación'. La segregación del hombre contra la mujer, del norte contra el sur, de la escuela pública frente a la privada, de unos barrios contra otros.
No hay igualdad de posibilidades y esa es la cuna del racismo. No hay que hacer grandes estudios universitarios para saberlo. No hay más que observar. La televisión es un buen ejemplo de crítica.
- ¿Es fácil montar un negocio en España cuando se es inmigrante?
- Depende mucho de las épocas. Las instituciones te ayudan, pero el interés depende mucho del momento político en que solicitas la ayuda. Si llegas en un momento de época electoral, se te abren todas las puertas. Después hasta las próximas elecciones tendrás que saber esperar.
- ¿Hay diferencias laborales en España, entre inmigrantes latinos?
- Claro que existen, parten de la educación, de la cultura. No es un problema laboral, sino de formación. Una gran mayoría de ecuatorianos, o dominicanos, trabajan en el campo o la construcción porque la mayor parte procede del campo.
Los argentinos somos la mayor parte profesionales, titulados superiores, gente estudiosa porque Argentina ha crecido con los ojos puestos en Europa. Un peruano, un ecuatoriano, o un boliviano tiene raíces propias. Los argentinos somos como sicarios dentro de nuestra propia tierra.
- ¿Por qué hay tantos inmigrantes autónomos?
- En cuanto a las modalidades de trabajo a las que se puede optar, está claro que el sistema te conduce al auto-empleo. No te queda más remedio que ser autónomo. Hay algo muy claro, el autónomo necesita trabajar 24 horas, para salir adelante. Lo hace a destajo.
También hay que reconocer que el autónomo, al fin y al cabo, es el dueño del negocio. Todo el beneficio que tiene redunda en él. Las verdaderas víctimas del mercado laboral son las que trabajan sin contrato, o los que reciben un mísero salario trabajando a destajo. Esa es la explotación, pero no sólo le ocurre al emigrante, también a los jóvenes españoles con estudios universitarios, y a los profesionales experimentados.
- ¿Por qué abandonó Argentina?
- Por su puesto, problemas políticos e ideológicos. Nos fuimos de Argentina porque nos sentimos echados. Llega un momento en que uno se siente expulsado.
La situación del país te empuja hacia el aeropuerto y no te queda más remedio que marcharte. Te sientes marginado y de alguna manera perseguido. El tema de los desaparecidos no es un invento, es una grave herida que todavía está abierta porque no se ha resuelto.
- ¿Qué motivos tuvieron más peso en esa decisión?
La educación de nuestros hijos fue marcando el camino. Por supuesto, la situación económica era insostenible, tanto que un día te levantas de la cama, pones la radio y descubres que con el dinero, que ayer te hubieras podido comprar un coche, hoy no tienes ni para comprar un pan de mantequilla.
- ¿Cómo era su nivel de vida?
- Vivimos mucho tiempo en Buenos Aires. Hicimos un gran esfuerzo por terminar los estudios por formar una familia. Mi marido trabajaba en la Comisión de Energía Atómica, yo tenía un alto cargo administrativo en el Centro Nacional de Educación.
A nivel de trabajo, los dos estábamos felices porque nos gustaba lo que hacíamos. Cuando digo esto, detrás viene la pregunta que todo el mundo se hace: entonces ¿por qué te vas?
- Sencillamente porque llega un momento que no puedes seguir, vendes todo lo que tienes para pagar las deudas y emigras. Yo tengo 60 años y esto mismo le ha pasado a la gente de mi generación y a la que nos sigue.
España está llena de inmigrantes argentinos, gente que está ocupada en cosas que nada tienen que ver con lo que hacían allá. Todos tenemos una historia tan común, que cuando tú los escuchas a ellos es como si te vieras reflejada en su propia vida. Lo nuestro es como los que huyen de una guerra, que dejan atrás dolor, vida, recuerdos y distintas miserias humanas y económicas.
- Y sus hijos, ¿qué pensaban de la partida?
- Al tomar la decisión, pensamos mucho en ellos, en su educación y en que el día de mañana pudieran elegir volver a su país. Cuando mi hija empezó la escuela secundaria (1987), fue como si estuviéramos viviendo en el subdesarrollo. Los profesores no iban a clase porque estaban en huelga. La escuela podía permanecer cerrada más de tres meses. ¡Era una locura! La universidad estaba prácticamente desmantelada.
Los únicos que han sobrevivido son las clases altas que han podido pagarse una educación privada. Si nuestros hijos hubieran seguido en Argentina, habría sido como una humillación.
"Cuando hay pocos recursos se agudiza el ingenio. Es lo que está pasando con el cine argentino actual, es una muestra de la gran resistencia del pueblo. Es un reflejo de las grandes contradicciones, donde pueden convivir, perfectamente, la miseria y niños que se mueren de hambre, con el polo más opuesto que es la cultura y las vanguardias de elite.
Es un cine nuevo donde ya no se habla de los desaparecidos. Se pinta al argentino profesional porque así es la mayoría. Europa mandó a la Latinoamérica familias enteras de trabajadores, la mayoría gente de campo. Argentina devuelve a Europa licenciados, gente culta.
9 de septiembre de 2004
©univision
"TRABAJAR POR CUENTA PROPIA PAGA MÁS" - pilar garcía del pozo
"Madrid Tiene Mucho De Tango"
"Madrid tiene mucho de tango", aseguró Nilda. "En España me siento viva, estoy en mi casa. Me gusta porque es un país donde funciona la realidad, donde se cuestiona casi todo".
Entrar en Madrid es como entrar en Buenos Aires. Se asemeja muchísimo. "Siempre he vivido el tango como una mezcla de culturas donde se arraiga el sentimiento. En Madrid hay inmigrantes, hay flamenco, hay sentimiento, nostalgia, dolor. Tiene un poco de todas partes, es anárquico y me gusta esa anarquía".
Como la gran mayoría de los argentinos, Nilda es mitad española, mitad italiana. Sus abuelos maternos eran madrileños y catalanes, los paternos italianos de Parma. Se casó en Argentina con un inmigrante italiano, Francisco. Tienen tres hijos. Una de las chicas vive en Estados Unidos y la otra en Italia.
Nilda y Francisco, son como dos "trotamundos", forman parte del mundo de la inmigración desde antes de nacer. Para continuar su vida ellos también han tenido que emigrar.
Viajaron de Argentina a Europa, hace 16 años, recorriendo el camino inverso al que hicieran sus antepasados en el siglo anterior. Sus abuelos eran gente del campo, sin estudios. Francisco es ingeniero electrónico, Nilda estudió psicología.
- ¿Por qué Madrid, para vivir y no otra ciudad?
- Ya había visitado Madrid en otras ocasiones, la primera vez en 1975. Siempre nos atrajo. Lo elegimos porque además teníamos familia. En Madrid la gente es abierta, acogedora, plural.
- Madrid, se ha convertido en uno de los centros de inmigración y sobre todo latinoamericana. ¿Qué piensa de este proceso?
- Creo que no soy la persona apropiada para hablar en defensa de los inmigrantes porque a veces el inmigrante, cuando cambia toma distancia de los suyos y no es precisamente justo.
- ¿Cree que España explota a los inmigrantes?
- El inmigrante que sobrevive es porque está trabajando una cantidad de horas inmensas, como lo está haciendo cualquier trabajador andaluz, gallego, vasco, o asturiano, y como trabaja cualquier persona que quiere salir adelante en cualquier parte del mundo. Hablo por propia experiencia.
Mi marido y yo, dormimos cinco o seis horas al día. No lo podemos hacer de otro modo porque nuestro negocio se basa en nuestra constancia. No es ambición, es trabajo para vivir y trabajamos honradamente.
Tenemos un negocio dedicado a la pastelería y productos salados italo-argentinos. Puedo decir que los miércoles, jueves, y viernes nos vamos del obrador a las dos de la madrugada, sin parar de faenar.
La pastelería de Nilda y Francismo, se llama Dulce Madrid'. Está dentro de un mercado tradicional. "Lo nuestro es integración a través de la comida", comenta Nilda.
"¿Hay algo que pueda unir más que disfrutar de una buena comida, en compañía?, preguntó. Indicó que la comida representa un elemento integrador, un intercambio cultural y "me atrevería a decir que hasta de sentimiento. En la elaboración de los platos ponemos tanto de nosotros mismos, de nuestro pasado, nostalgia, vida y recuerdos".
"La gastronomía Argentina, las recetas de las abuelas, madrileñas, catalanas, e italianas. Nuestro paso por distintos países: La comida turca, polaca, albanesa, rusa o asiática. Una mezcla de culturas que queremos compartir. Siempre he vivido la cocina con pasión", precisó Nilda.
- ¿Cómo reacciona el madrileño ante esta muestra culinaria tan especial?
- Muy bien porque el madrileño es muy abierto y disfruta de todo lo nuevo. Cuando hablamos de madrileños nos referimos a todas las edades y escalas sociales, jóvenes, niños, y menos jóvenes. El público ha reaccionado maravillosamente y estamos contentísimos porque esto es lo más importante para que un negocio funcione.
- ¿Dónde crees que está el éxito de su negocio?
- Por supuesto en la constancia, en el trabajo bien hecho, en dedicarle parte de nuestras vidas. Hacemos los trabajos de manera artesanal. Todo a mano. La nata, no son polvitos industriales que se disuelven en agua, no. La nata, es nata trabajada a mano para que la pueda comer, tanto un niño chico como un anciano. Son productos naturales de muy buena calidad.
Pero ¡ojo! que nadie se engañe: no trabajamos más porque seamos inmigrantes, lo hacemos como cualquier trabajador autónomo de este país y de cualquier país del mundo.
- A Nilda no le gusta vender por vender, le gusta conectar con la gente para darle ideas y que juegue en la cocina. "Después hablamos y nos contamos".
"Algunos de los productos que nosotros preparamos, como los piononos, son para comer fríos. En Argentina nunca se han calentado, bueno pues aquí, hay señoras que lo rellenan y lo meten al horno, después me lo comentan y yo siempre les digo, si hacen algo distinto, por favor me lo vengan a contar", manifestó.
"Esta es una forma de integración, compartir gustos diferentes, crear, comunicarse en definitiva. Y esto me pasa con gente de 60 años, de 70, de 50 y de 80", dijo Nilda.
- ¿Cuándo decidió abrir el negocio, tenía dinero ahorrado?
- No teníamos nada. Mi marido hacía trabajos esporádicos. La familia nos dejó algo de dinero y lo demás lo conseguimos gracias a los préstamos, sin aval, del Instituto de Crédito Oficial, (ICO). Pero claro, nosotros desde el primer día tuvimos los papeles en regla. Eso es lo más importante para un inmigrante que quiera vivir en España. Documentación en regla como primer paso.
El negocio nos va muy bien. Lo inauguramos en noviembre del pasado año y, si todo sigue igual, esperamos cancelar las deudas este mismo año. Con nuestra experiencia, podemos asegurar que esto es un éxito rotundo. Tenemos pedidos de restaurantes muy importantes. Yo empecé en mi cocina, en casa, probando el negocio poquito a poco. Entre mi marido y yo, diseñamos un catálogo en nuestra computadora. Hicimos fotos y las incorporamos. Así empezamos a visitar restaurantes ofreciendo nuestro servicio. Si les interesaba, les servíamos una muestra.
Cuando digo que conozco muy bien Madrid es con conocimiento de causa. Cargaba con mi neverita y caminando, en metro, o en autobús, me fui pateando todo Madrid. Kilómetros y kilómetros, un día tras otro.
Ahora tenemos el privilegio de que ciertos clientes vengan de fuera de la ciudad para solicitar nuestros productos.
Hace pocos días llego un empresario de fuera de Madrid y nos dijo: "me han hablado tan bien de ustedes, que quiero encargarles trabajo".
- Nilda es muy innovadora y creativa. Lleva cuatro meses trabajando en el mercado, y ya forma parte de la Asociación de Comerciantes. Está dando vueltas a varias ideas, que pueden convertir el mercado municipal, en un lugar de encuentro: organizar exposiciones, sala de juego para niños, tablones de anuncios. Es una fórmula, que según ella, puede animar a la gente a recuperar la tradición de la compra'.
Generar confianza entre cliente y comerciante y ofrecer productos prácticamente cocinados, para que el ama de casa trabaje lo menos posible, son algunos de los aspectos que propone, como alternativa, para que el pequeño comercio no sea absorbido por las grandes superficies.
"No Se Puede Ilusionar A La Gente"
Si algún conocido nos pide consejo para venir a España, no podemos mostrarnos eufóricos y decirles que vengan porque sí. Es muy difícil moverse, sin "papeles en regla".
Con esto no trato de criminalizar a España, en Italia pasa lo mismo y en cualquier país del mundo. Un peruano sin papeles' en Argentina, también lo pasa muy mal. Ocurre en todas partes.
Si al durísimo problema del desarraigo, del dolor que se siente, de no conocer el idioma, tienes que añadir, además, el de ser ilegal' y luchar con las instituciones.¡Olvídate! Lo importante es que el que venga, lo haga con ganas de trabajar y con humildad.
- Ustedes conocen muy bien el país. ¿Hay racismo en España? - No se puede hablar de racismo en esos términos, más bien se trata de segregación'. La segregación del hombre contra la mujer, del norte contra el sur, de la escuela pública frente a la privada, de unos barrios contra otros.
No hay igualdad de posibilidades y esa es la cuna del racismo. No hay que hacer grandes estudios universitarios para saberlo. No hay más que observar. La televisión es un buen ejemplo de crítica.
- ¿Es fácil montar un negocio en España cuando se es inmigrante?
- Depende mucho de las épocas. Las instituciones te ayudan, pero el interés depende mucho del momento político en que solicitas la ayuda. Si llegas en un momento de época electoral, se te abren todas las puertas. Después hasta las próximas elecciones tendrás que saber esperar.
- ¿Hay diferencias laborales en España, entre inmigrantes latinos?
- Claro que existen, parten de la educación, de la cultura. No es un problema laboral, sino de formación. Una gran mayoría de ecuatorianos, o dominicanos, trabajan en el campo o la construcción porque la mayor parte procede del campo.
Los argentinos somos la mayor parte profesionales, titulados superiores, gente estudiosa porque Argentina ha crecido con los ojos puestos en Europa. Un peruano, un ecuatoriano, o un boliviano tiene raíces propias. Los argentinos somos como sicarios dentro de nuestra propia tierra.
- ¿Por qué hay tantos inmigrantes autónomos?
- En cuanto a las modalidades de trabajo a las que se puede optar, está claro que el sistema te conduce al auto-empleo. No te queda más remedio que ser autónomo. Hay algo muy claro, el autónomo necesita trabajar 24 horas, para salir adelante. Lo hace a destajo.
También hay que reconocer que el autónomo, al fin y al cabo, es el dueño del negocio. Todo el beneficio que tiene redunda en él. Las verdaderas víctimas del mercado laboral son las que trabajan sin contrato, o los que reciben un mísero salario trabajando a destajo. Esa es la explotación, pero no sólo le ocurre al emigrante, también a los jóvenes españoles con estudios universitarios, y a los profesionales experimentados.
- ¿Por qué abandonó Argentina?
- Por su puesto, problemas políticos e ideológicos. Nos fuimos de Argentina porque nos sentimos echados. Llega un momento en que uno se siente expulsado.
La situación del país te empuja hacia el aeropuerto y no te queda más remedio que marcharte. Te sientes marginado y de alguna manera perseguido. El tema de los desaparecidos no es un invento, es una grave herida que todavía está abierta porque no se ha resuelto.
- ¿Qué motivos tuvieron más peso en esa decisión?
La educación de nuestros hijos fue marcando el camino. Por supuesto, la situación económica era insostenible, tanto que un día te levantas de la cama, pones la radio y descubres que con el dinero, que ayer te hubieras podido comprar un coche, hoy no tienes ni para comprar un pan de mantequilla.
- ¿Cómo era su nivel de vida?
- Vivimos mucho tiempo en Buenos Aires. Hicimos un gran esfuerzo por terminar los estudios por formar una familia. Mi marido trabajaba en la Comisión de Energía Atómica, yo tenía un alto cargo administrativo en el Centro Nacional de Educación.
A nivel de trabajo, los dos estábamos felices porque nos gustaba lo que hacíamos. Cuando digo esto, detrás viene la pregunta que todo el mundo se hace: entonces ¿por qué te vas?
- Sencillamente porque llega un momento que no puedes seguir, vendes todo lo que tienes para pagar las deudas y emigras. Yo tengo 60 años y esto mismo le ha pasado a la gente de mi generación y a la que nos sigue.
España está llena de inmigrantes argentinos, gente que está ocupada en cosas que nada tienen que ver con lo que hacían allá. Todos tenemos una historia tan común, que cuando tú los escuchas a ellos es como si te vieras reflejada en su propia vida. Lo nuestro es como los que huyen de una guerra, que dejan atrás dolor, vida, recuerdos y distintas miserias humanas y económicas.
- Y sus hijos, ¿qué pensaban de la partida?
- Al tomar la decisión, pensamos mucho en ellos, en su educación y en que el día de mañana pudieran elegir volver a su país. Cuando mi hija empezó la escuela secundaria (1987), fue como si estuviéramos viviendo en el subdesarrollo. Los profesores no iban a clase porque estaban en huelga. La escuela podía permanecer cerrada más de tres meses. ¡Era una locura! La universidad estaba prácticamente desmantelada.
Los únicos que han sobrevivido son las clases altas que han podido pagarse una educación privada. Si nuestros hijos hubieran seguido en Argentina, habría sido como una humillación.
"Cuando hay pocos recursos se agudiza el ingenio. Es lo que está pasando con el cine argentino actual, es una muestra de la gran resistencia del pueblo. Es un reflejo de las grandes contradicciones, donde pueden convivir, perfectamente, la miseria y niños que se mueren de hambre, con el polo más opuesto que es la cultura y las vanguardias de elite.
Es un cine nuevo donde ya no se habla de los desaparecidos. Se pinta al argentino profesional porque así es la mayoría. Europa mandó a la Latinoamérica familias enteras de trabajadores, la mayoría gente de campo. Argentina devuelve a Europa licenciados, gente culta.
9 de septiembre de 2004
©univision
"TRABAJAR POR CUENTA PROPIA PAGA MÁS" - pilar garcía del pozo
Madrid, España.Linda, de Ecuador y 28 años de edad, dice que trabajar por cuenta propia es lo que la ha ayudado a alcanzar el éxito en España: "Me va tan bien que he contratado a mi marido", asegura.
El Auto-Empleo Para Salir Adelante
En tan sólo seis meses, además de contratar a su esposo, ha podido abrir una nueva frutería en otro barrio de la capital de España, donde se radica. En seis meses su beneficio neto ha superado los 8 mil euros. Tiene tres préstamos y paga una hipoteca.
Linda es una mujer trabajadora y abierta. Se dio cuenta a tiempo, de que en Ecuador tenía pocas oportunidades de salir adelante. Pudo marcharse del país, sin problemas de visado, cuando su primer hijo era aún bebe.
- ¿Por qué te marchaste de Ecuador?
- Pensé, sobre todo, en la educación de mis hijos. Mi dedicación a la docencia me permitió conocer, directamente, algunas de las claves en las que flaquea la política educativa de mi país.
Soy profesora bilingüe y daba clases de inglés a niños pequeños. Pensé en el futuro de mis hijos y sin esperar, a que fuera más tarde, me instalé en España. Vivo en Madrid desde hace cinco años.
Empezó trabajando en una frutería, allí aprendió el oficio. Después probó en el servicio doméstico, como la gran mayoría de mujeres ecuatorianas. Antes de dar a luz, mientras estaba embarazada de su segundo hijo trabajó en hostelería, otro nicho laboral' que con bajos salarios absorbe a mujeres inmigrantes latinoamericanas y de países del Este.
Tener un contrato, una nómina y por su puesto, estar dada de alta en la Seguridad Social, le ha permitido a Linda cobrar la baja maternal y después el desempleo.
Una cobertura asistencial y económica que mientras duró le dio sosiego para desarrollar su proyecto de trabajo (la frutería), y buscar financiación. También cobra la paga de 100 euros para madres trabajadoras con hijos menores de tres años.
"Si que hay racismo, no podemos cerrar los ojos, yo lo he vivido en diferentes ocasiones. A diario muchos clientes de mi tienda me dicen con cierto desaire -oye, esto debe ser una cadena, o una franquicia-. Yo me limito a responder que -sí, que hay otras tiendas iguales-, porque aprecio el curioso interés con que me están preguntando. Se sienten molestos o incluso envidiosos. Ven que todo está limpio y muy bien organizado y deben de pensar, que no es propio de inmigrantes".
-¿En qué te basas para manifestar esa opinión?
- Algunas gentes nos siguen viendo como pobres inmigrantes', sin formación, sin cultura, viviendo casi de la caridad; y ese no es nuestro perfil. Tanto mi marido como yo, tenemos estudios, hablamos la misma lengua, sabemos defendernos, estamos integrados en el sistema como cualquier español.
Mis hijos están escolarizados, y la pequeña ha nacido en Madrid. Tengo derecho a las prestaciones sanitarias porque pago las cuotas de Seguridad Social. Tengo una hipoteca, y pago tantos impuestos como cualquier trabajador autónomo de este país. Contribuimos a la creación de puestos de trabajo.
- ¿Comentas este tema con tus amigos?
- ¡Claro! La experiencia del rechazo, la he notado muchas veces. A menudo cuando estaba buscando local, para poner mi negocio, llamaba a las empresas de alquiler para decir que estaba interesada y simplemente con notar mi acento, al otro lado del hilo telefónico, me ponían cuarenta mil excusas. Me daban vueltas y vueltas, me repetían el dinero que tenía que pagar.
En ocasiones, cuando quedábamos para ver el local, me dejaban plantada o me decían que ya lo habían alquilado. Era mentira, porque el cartel de se alquila' permanecía puesto en el mismo sitio.
Volvía a llamar y me respondían que no era negociable, o que ya estaba alquilado. Cuando me hacían caso, siempre me daban los peores locales, es más, había ocasiones en las que me llamaban y me decían que, no estaban interesados en mi petición. He sentido discriminación muchas veces, ¡claro que sí!
9 de septiembre de 2004
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UNA JUBILACIÓN QUE TARDA EN LLEGAR - pilar garcía del pozo
El Auto-Empleo Para Salir Adelante
En tan sólo seis meses, además de contratar a su esposo, ha podido abrir una nueva frutería en otro barrio de la capital de España, donde se radica. En seis meses su beneficio neto ha superado los 8 mil euros. Tiene tres préstamos y paga una hipoteca.
Linda es una mujer trabajadora y abierta. Se dio cuenta a tiempo, de que en Ecuador tenía pocas oportunidades de salir adelante. Pudo marcharse del país, sin problemas de visado, cuando su primer hijo era aún bebe.
- ¿Por qué te marchaste de Ecuador?
- Pensé, sobre todo, en la educación de mis hijos. Mi dedicación a la docencia me permitió conocer, directamente, algunas de las claves en las que flaquea la política educativa de mi país.
Soy profesora bilingüe y daba clases de inglés a niños pequeños. Pensé en el futuro de mis hijos y sin esperar, a que fuera más tarde, me instalé en España. Vivo en Madrid desde hace cinco años.
Empezó trabajando en una frutería, allí aprendió el oficio. Después probó en el servicio doméstico, como la gran mayoría de mujeres ecuatorianas. Antes de dar a luz, mientras estaba embarazada de su segundo hijo trabajó en hostelería, otro nicho laboral' que con bajos salarios absorbe a mujeres inmigrantes latinoamericanas y de países del Este.
Tener un contrato, una nómina y por su puesto, estar dada de alta en la Seguridad Social, le ha permitido a Linda cobrar la baja maternal y después el desempleo.
Una cobertura asistencial y económica que mientras duró le dio sosiego para desarrollar su proyecto de trabajo (la frutería), y buscar financiación. También cobra la paga de 100 euros para madres trabajadoras con hijos menores de tres años.
"Si que hay racismo, no podemos cerrar los ojos, yo lo he vivido en diferentes ocasiones. A diario muchos clientes de mi tienda me dicen con cierto desaire -oye, esto debe ser una cadena, o una franquicia-. Yo me limito a responder que -sí, que hay otras tiendas iguales-, porque aprecio el curioso interés con que me están preguntando. Se sienten molestos o incluso envidiosos. Ven que todo está limpio y muy bien organizado y deben de pensar, que no es propio de inmigrantes".
-¿En qué te basas para manifestar esa opinión?
- Algunas gentes nos siguen viendo como pobres inmigrantes', sin formación, sin cultura, viviendo casi de la caridad; y ese no es nuestro perfil. Tanto mi marido como yo, tenemos estudios, hablamos la misma lengua, sabemos defendernos, estamos integrados en el sistema como cualquier español.
Mis hijos están escolarizados, y la pequeña ha nacido en Madrid. Tengo derecho a las prestaciones sanitarias porque pago las cuotas de Seguridad Social. Tengo una hipoteca, y pago tantos impuestos como cualquier trabajador autónomo de este país. Contribuimos a la creación de puestos de trabajo.
- ¿Comentas este tema con tus amigos?
- ¡Claro! La experiencia del rechazo, la he notado muchas veces. A menudo cuando estaba buscando local, para poner mi negocio, llamaba a las empresas de alquiler para decir que estaba interesada y simplemente con notar mi acento, al otro lado del hilo telefónico, me ponían cuarenta mil excusas. Me daban vueltas y vueltas, me repetían el dinero que tenía que pagar.
En ocasiones, cuando quedábamos para ver el local, me dejaban plantada o me decían que ya lo habían alquilado. Era mentira, porque el cartel de se alquila' permanecía puesto en el mismo sitio.
Volvía a llamar y me respondían que no era negociable, o que ya estaba alquilado. Cuando me hacían caso, siempre me daban los peores locales, es más, había ocasiones en las que me llamaban y me decían que, no estaban interesados en mi petición. He sentido discriminación muchas veces, ¡claro que sí!
9 de septiembre de 2004
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UNA JUBILACIÓN QUE TARDA EN LLEGAR - pilar garcía del pozo
Madrid, España. María es peruana y tiene 67 años. A su edad, muchas mujeres españolas ya están jubiladas y cobran una pensión. A ella, todavía le faltan nueve años para acabar de pagar las cuotas de la Seguridad Social.
Una Lucha Constante Para Sobrevivir
Llegó a España hace 15 años. En Perú estudió contabilidad y cinco años de piano. No ha homologado sus estudios porque dice que "es bastante caro y nunca la reconocerían todo".
Su tienda esta en un barrio obrero de Madrid, donde viven miles de inmigrantes latinos. Compite en menos de medio kilómetro con otras seis tiendas parecidas a la suya.
Si algo, le quita el sueño a María es su mala economía. Ha tenido tres negocios: dos de alimentación y una mercería. Ninguna le ha ido bien. Se encuentra en un momento muy crítico. Los ingresos de las ventas, unos 30 euros al día, no le permiten hacer frente a todos los atrasos.
Arrastra una deuda de mil euros de un préstamo anterior, que todavía no ha podido resolver. La última tienda (de frutos secos), estaba en una calle poco transitada, de tercera categoría', dice ella.
No vendía lo suficiente y algunos clientes abusaron de su confianza y dejaron sin pagar cuentas importantes. Nunca recuperó el dinero y tuvo que cerrar.
Ha solicitado la ampliación de ese préstamo para quitarse la deuda, y poder así, pagar con más tranquilidad, todos los gastos de apertura del nuevo negocio, y sobre todo, la cuota de la Seguridad Social porque debe más de un año.
- ¿Por qué mantiene la tienda abierta si no ganas lo suficiente?
- Porque me gusta ser independiente y vivir de mi trabajo. Tengo cuatro hijos, tres de ellos viven en España, pero la vida está difícil acá y bastante tienen con mantener a sus familias y pagar la casa.
- Cuando llegó a Madrid hace 15 años, ¿en qué trabajó?
- No tuve problema ni para venir, ni para encontrar trabajo. Había pocos inmigrantes en aquellos años y los latinoamericanos podíamos encontrar fácilmente empleo. Tenemos el mismo idioma y eso favorece la integración.
Trabajé más de siete años en una empresa de limpiezas, un golpe al caerme de una escalera, me impidió seguir en ese trabajo.
- ¿Por qué el auto-empleo?
- Las cosas habían cambiado mucho en ocho años. Yo había cumplido 60 y no era fácil trabajar en cualquier cosa, así es que pensé en tener mi propio negocio, que es un poco el sueño de la mayoría de inmigrantes.
- Todavía le quedan varios años de cotización a la Seguridad Social para poder cobrar una pensión. ¿Cómo lo va a hacer?
- En Perú yo pagué la Seguridad Social durante 26 años de trabajo y aquí, ahora, no me sirve de nada. He tenido que empezar de cero.
- ¿En qué trabajaba en su país?
- Combinaba varios trabajos al mismo tiempo, porque el salario de uno, nunca era suficiente. Trabajaba de contable en una oficina, también daba clases de piano. Por las noches, cuando llegaba a casa y mis hijos ya estaban acostados, también tejía de encargo.
- ¿Hay algo en España que le recuerde a Perú?
- Muchos peruanos, cada vez más. Pero siempre hubo algo que me mantuvo unida a Perú: las iglesias, su arquitectura es idéntica a las de mi país. Desde el mismo día que vine, y cada vez que siento nostalgia, que estoy triste y echo de menos a mi familia, me refugio en la iglesia.
El olor de la cera de las velas, el ambiente de recogimiento y el silencio me traslada a mi tierra. Siento que estoy allí, con los míos. Es curioso, tantos kilómetros de distancia y qué cerca me siento de ellos cuando estoy en la iglesia.
- Y ahora, con su experiencia en España, ¿cómo ve el fenómeno de la inmigración?
- La emigración es dura para todos. Cuando veo las imágenes de las pateras en televisión, todos los días, con jóvenes africanos muertos, ahogados en las aguas del Estrecho, se me encoge el corazón. Cadáveres sobre la arena, flotando en el mar. ¡Dios mío, cómo sufrirán esas madres!
Alguien debería decirles a esos chicos, lo duro que es vivir aquí, porque seguro, que no lo saben. Me parece que acaban siendo victimas de sus propios sueños.
¡Claro que! También entiendo que hay que estar muy desesperado para arriesgarse a perder la vida en busca de algo mejor.
9 de septiembre de 2004
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"LA VIDA ES CARA PERO PREFIERO A ESPAÑA" - pilar garcía del pozo
Una Lucha Constante Para Sobrevivir
Llegó a España hace 15 años. En Perú estudió contabilidad y cinco años de piano. No ha homologado sus estudios porque dice que "es bastante caro y nunca la reconocerían todo".
Su tienda esta en un barrio obrero de Madrid, donde viven miles de inmigrantes latinos. Compite en menos de medio kilómetro con otras seis tiendas parecidas a la suya.
Si algo, le quita el sueño a María es su mala economía. Ha tenido tres negocios: dos de alimentación y una mercería. Ninguna le ha ido bien. Se encuentra en un momento muy crítico. Los ingresos de las ventas, unos 30 euros al día, no le permiten hacer frente a todos los atrasos.
Arrastra una deuda de mil euros de un préstamo anterior, que todavía no ha podido resolver. La última tienda (de frutos secos), estaba en una calle poco transitada, de tercera categoría', dice ella.
No vendía lo suficiente y algunos clientes abusaron de su confianza y dejaron sin pagar cuentas importantes. Nunca recuperó el dinero y tuvo que cerrar.
Ha solicitado la ampliación de ese préstamo para quitarse la deuda, y poder así, pagar con más tranquilidad, todos los gastos de apertura del nuevo negocio, y sobre todo, la cuota de la Seguridad Social porque debe más de un año.
- ¿Por qué mantiene la tienda abierta si no ganas lo suficiente?
- Porque me gusta ser independiente y vivir de mi trabajo. Tengo cuatro hijos, tres de ellos viven en España, pero la vida está difícil acá y bastante tienen con mantener a sus familias y pagar la casa.
- Cuando llegó a Madrid hace 15 años, ¿en qué trabajó?
- No tuve problema ni para venir, ni para encontrar trabajo. Había pocos inmigrantes en aquellos años y los latinoamericanos podíamos encontrar fácilmente empleo. Tenemos el mismo idioma y eso favorece la integración.
Trabajé más de siete años en una empresa de limpiezas, un golpe al caerme de una escalera, me impidió seguir en ese trabajo.
- ¿Por qué el auto-empleo?
- Las cosas habían cambiado mucho en ocho años. Yo había cumplido 60 y no era fácil trabajar en cualquier cosa, así es que pensé en tener mi propio negocio, que es un poco el sueño de la mayoría de inmigrantes.
- Todavía le quedan varios años de cotización a la Seguridad Social para poder cobrar una pensión. ¿Cómo lo va a hacer?
- En Perú yo pagué la Seguridad Social durante 26 años de trabajo y aquí, ahora, no me sirve de nada. He tenido que empezar de cero.
- ¿En qué trabajaba en su país?
- Combinaba varios trabajos al mismo tiempo, porque el salario de uno, nunca era suficiente. Trabajaba de contable en una oficina, también daba clases de piano. Por las noches, cuando llegaba a casa y mis hijos ya estaban acostados, también tejía de encargo.
- ¿Hay algo en España que le recuerde a Perú?
- Muchos peruanos, cada vez más. Pero siempre hubo algo que me mantuvo unida a Perú: las iglesias, su arquitectura es idéntica a las de mi país. Desde el mismo día que vine, y cada vez que siento nostalgia, que estoy triste y echo de menos a mi familia, me refugio en la iglesia.
El olor de la cera de las velas, el ambiente de recogimiento y el silencio me traslada a mi tierra. Siento que estoy allí, con los míos. Es curioso, tantos kilómetros de distancia y qué cerca me siento de ellos cuando estoy en la iglesia.
- Y ahora, con su experiencia en España, ¿cómo ve el fenómeno de la inmigración?
- La emigración es dura para todos. Cuando veo las imágenes de las pateras en televisión, todos los días, con jóvenes africanos muertos, ahogados en las aguas del Estrecho, se me encoge el corazón. Cadáveres sobre la arena, flotando en el mar. ¡Dios mío, cómo sufrirán esas madres!
Alguien debería decirles a esos chicos, lo duro que es vivir aquí, porque seguro, que no lo saben. Me parece que acaban siendo victimas de sus propios sueños.
¡Claro que! También entiendo que hay que estar muy desesperado para arriesgarse a perder la vida en busca de algo mejor.
9 de septiembre de 2004
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"LA VIDA ES CARA PERO PREFIERO A ESPAÑA" - pilar garcía del pozo
Madrid, España. Guillermo Montero Sánchez, es un inmigrante dominicano de 35 años que vive en Madrid, con su esposa y su hija. Tiene los papeles en regla y trabaja en la construcción de forma temporal. Se queja de que el dinero que ganan, él y su mujer, no les alcanza para llegar a fin de mes. Tiene tres préstamos bancarios y terminará de pagarlos dentro de cinco años. Aún así, prefiere vivir en España.
Un Dominicano En Madrid
El caso de Guillermo es muy común entre inmigrantes latinos que eligen España como destino por el idioma.
Generalmente se trata de personas jóvenes que proceden en su mayoría del campo, sin formación adecuada y con varios hijos. Ocupan puestos de trabajo, como mano de obra barata, en la construcción, la agricultura y servicios.
Su salario diario ronda, en el mejor de los casos los 8 euros diarios. Viven en el extrarradio de la ciudad y sufren, como el resto de ciudadanos, las consecuencias del boom' inmobiliario.
Pagan alquileres altos por apartamentos reducidos, que no superan los 50 metros cuadrados, y que muchas veces comparten.
- Si sabías que la vida en España era cara, ¿por qué viniste?
- Porque mi mujer y mi hija estaban aquí. Unos amigos me invitaron a su boda y ya no me volví a marchar. Encontré a mi familia muy necesitada, mi mujer trabajaba en el servicio doméstico y la niña echaba de menos a su padre.
Me convertí en un ilegal y hasta que me ofrecieron un contrato en regla, hice un poco de todo, pintaba, arreglaba jardines, trabajaba en albañilería. Todo lo que me salía.
- ¿Fue difícil arreglar los papeles?
- Más que difícil fue bastante caro. Me costó más de 1,800 euros, entre viajes de avión a la República Dominicana y el pago de documentos. Tuve que pedir el primer crédito, y todavía lo estoy pagando.
Ahora tengo dos más: uno que pedí para celebrar la Primera Comunión de mi hija, de 2,200 euros y el último, el pasado mes de diciembre, que amplié mil euros más, porque me quedé sin trabajo y no podíamos pagar la casa.
- ¿Es fácil para un inmigrante pedir créditos personales en España?
- No es nada fácil. Sólo te lo dan si tienes nómina, y ¡depende del tipo de nómina!.Yo tengo suerte porque mi mujer, ahora, trabaja en hostelería. Los tres préstamos son con la misma entidad y me parece que pago un 8 ó un 9 por ciento de interés. Algo así, esas cosas no las tengo muy claras.
- ¿Cuántas horas trabajas al día?
- Trabajo unas 10 horas y tardo otras dos más en ir y volver al trabajo. Me levanto sobre las seis de la mañana y viajo en autobús. Últimamente estoy en una obra' a 22 kilómetros de casa. En Madrid el tráfico se complica mucho y también hay que contar con ese tiempo que se pierde. Los fines de semana trabajo de jardinero.
- ¿En que trabajabas en tu país?
- Trabajé en una gasolinera durante nueve años. No tengo estudios porque tuve que salir pronto del colegio. Mi familia es humilde, mis padres no viven juntos. Tengo 19 hermanos y 10 son de padre.
- ¿Cómo ves a tu hija en España?
- Muy bien, es lo mejor de todo. Le gusta estudiar, va muy bien en el colegio, está contenta y tiene muchas amigas. Ella tiene todo el futuro por delante. Yo le digo que "es una españolita negra".
Por ella, todo merece la pena. Me gustaría tener más hijos pero, por el momento, no es posible.
- ¿Envías dinero a tus familiares en República Dominicana?
- Todos los meses mando dinero a mi madre. Desde que estoy en España suelo reunir unos 100 ó 120 euros, porque ella lo necesita. Si no tengo el dinero lo pido, o me quedo sin comer pero que a mi madre no le falte nunca.
He pensado traérmela. Me gustaría que viviera con nosotros, es a la que más echo de menos.
- ¿Te tira la tierra?
- La tierra mucho. Más al principio, ahora que tengo muchos amigos y la mayoría son españoles me siento bastante mejor. Además hay cosas muy parecidas entre mi país y este.
La comida se cocina de forma diferente pero es prácticamente igual. En España hay de todo y si quiero comer arroz con habichuelas, o ensalada verde puedo hacerlo. Pero lo que más me gusta es el filete con patatas fritas.
- Cuando tus amigos dominicanos te preguntan, ¿cómo se vive en España? ¿Qué les dices?
- Que todo está muy caro aquí, y que para vivir medianamente hay que trabajar duro. Les digo que en invierno hace muchísimo frío, pero que hay luz eléctrica, y agua del grifo en todas las casas. Y que cuando uno enferma puede ir al médico, o al hospital porque le atienden siempre.
También les digo que si piensan venir algún día, antes arreglen sus papeles porque de lo contrario, sería muy difícil sobrevivir. No hay nada peor que caminar por la calle con miedo a que te pregunte la policía y no tener documentación. Te sientes vigilado.
Un consejo que siempre doy es que, si vienen a España intenten adaptarse al sistema de vida, es muy distinto al nuestro. Hay horarios y otra disciplina.
- ¿Qué es lo que menos te gusta de España?
- Lo peor es oír ciertos comentarios despectivos de la gente. Veo a los españoles como muy buenas personas, amables, muy simpáticos. Pero cuando uno va en el autobús, a veces, no puede hacer oídos sordos y escucha: "ese negro de mierda", ¡siento humillación!
Mi hija y su madre también se han sentido despreciadas por el color de su piel. ¡Con lo bonito que es!
- ¿Has oído hablar de la existencia de mafias en el mundo de la inmigración?
- Es frecuente el comentario pero no conozco ese asunto. No sé si existen. Es posible.
- ¿Cómo encuentras a las mujeres dominicanas que llevan tiempo trabajando en España?
- Me preocupa el tema de la reagrupación familiar. Muchos maridos vienen a España con permiso de residencia, gracias a sus mujeres, pero no tienen trabajo. Están surgiendo muchos problemas familiares. Hay parejas que se separan y familias destrozadas. Algunas mujeres cuando vienen a España cambian, se hacen más independientes.
9 de septiembre de 2004
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VIDEOS
Con las manos vacías y deseosos de trabajar, los inmigrantes procedentes de América Latina llegan a Europa por mar, aire y tierra detrás del sueño europeo'.
VIDEO 1 EN LA PUERTA DEL SOL
video 1
VIDEO 2 PEQUEÑA PATRIA DOMINICANA EN ESPAÑA
video 2
VIDEO 3 RINCÓN DE CUBA EN LA MADRE PATRIA
video 3
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Un Dominicano En Madrid
El caso de Guillermo es muy común entre inmigrantes latinos que eligen España como destino por el idioma.
Generalmente se trata de personas jóvenes que proceden en su mayoría del campo, sin formación adecuada y con varios hijos. Ocupan puestos de trabajo, como mano de obra barata, en la construcción, la agricultura y servicios.
Su salario diario ronda, en el mejor de los casos los 8 euros diarios. Viven en el extrarradio de la ciudad y sufren, como el resto de ciudadanos, las consecuencias del boom' inmobiliario.
Pagan alquileres altos por apartamentos reducidos, que no superan los 50 metros cuadrados, y que muchas veces comparten.
- Si sabías que la vida en España era cara, ¿por qué viniste?
- Porque mi mujer y mi hija estaban aquí. Unos amigos me invitaron a su boda y ya no me volví a marchar. Encontré a mi familia muy necesitada, mi mujer trabajaba en el servicio doméstico y la niña echaba de menos a su padre.
Me convertí en un ilegal y hasta que me ofrecieron un contrato en regla, hice un poco de todo, pintaba, arreglaba jardines, trabajaba en albañilería. Todo lo que me salía.
- ¿Fue difícil arreglar los papeles?
- Más que difícil fue bastante caro. Me costó más de 1,800 euros, entre viajes de avión a la República Dominicana y el pago de documentos. Tuve que pedir el primer crédito, y todavía lo estoy pagando.
Ahora tengo dos más: uno que pedí para celebrar la Primera Comunión de mi hija, de 2,200 euros y el último, el pasado mes de diciembre, que amplié mil euros más, porque me quedé sin trabajo y no podíamos pagar la casa.
- ¿Es fácil para un inmigrante pedir créditos personales en España?
- No es nada fácil. Sólo te lo dan si tienes nómina, y ¡depende del tipo de nómina!.Yo tengo suerte porque mi mujer, ahora, trabaja en hostelería. Los tres préstamos son con la misma entidad y me parece que pago un 8 ó un 9 por ciento de interés. Algo así, esas cosas no las tengo muy claras.
- ¿Cuántas horas trabajas al día?
- Trabajo unas 10 horas y tardo otras dos más en ir y volver al trabajo. Me levanto sobre las seis de la mañana y viajo en autobús. Últimamente estoy en una obra' a 22 kilómetros de casa. En Madrid el tráfico se complica mucho y también hay que contar con ese tiempo que se pierde. Los fines de semana trabajo de jardinero.
- ¿En que trabajabas en tu país?
- Trabajé en una gasolinera durante nueve años. No tengo estudios porque tuve que salir pronto del colegio. Mi familia es humilde, mis padres no viven juntos. Tengo 19 hermanos y 10 son de padre.
- ¿Cómo ves a tu hija en España?
- Muy bien, es lo mejor de todo. Le gusta estudiar, va muy bien en el colegio, está contenta y tiene muchas amigas. Ella tiene todo el futuro por delante. Yo le digo que "es una españolita negra".
Por ella, todo merece la pena. Me gustaría tener más hijos pero, por el momento, no es posible.
- ¿Envías dinero a tus familiares en República Dominicana?
- Todos los meses mando dinero a mi madre. Desde que estoy en España suelo reunir unos 100 ó 120 euros, porque ella lo necesita. Si no tengo el dinero lo pido, o me quedo sin comer pero que a mi madre no le falte nunca.
He pensado traérmela. Me gustaría que viviera con nosotros, es a la que más echo de menos.
- ¿Te tira la tierra?
- La tierra mucho. Más al principio, ahora que tengo muchos amigos y la mayoría son españoles me siento bastante mejor. Además hay cosas muy parecidas entre mi país y este.
La comida se cocina de forma diferente pero es prácticamente igual. En España hay de todo y si quiero comer arroz con habichuelas, o ensalada verde puedo hacerlo. Pero lo que más me gusta es el filete con patatas fritas.
- Cuando tus amigos dominicanos te preguntan, ¿cómo se vive en España? ¿Qué les dices?
- Que todo está muy caro aquí, y que para vivir medianamente hay que trabajar duro. Les digo que en invierno hace muchísimo frío, pero que hay luz eléctrica, y agua del grifo en todas las casas. Y que cuando uno enferma puede ir al médico, o al hospital porque le atienden siempre.
También les digo que si piensan venir algún día, antes arreglen sus papeles porque de lo contrario, sería muy difícil sobrevivir. No hay nada peor que caminar por la calle con miedo a que te pregunte la policía y no tener documentación. Te sientes vigilado.
Un consejo que siempre doy es que, si vienen a España intenten adaptarse al sistema de vida, es muy distinto al nuestro. Hay horarios y otra disciplina.
- ¿Qué es lo que menos te gusta de España?
- Lo peor es oír ciertos comentarios despectivos de la gente. Veo a los españoles como muy buenas personas, amables, muy simpáticos. Pero cuando uno va en el autobús, a veces, no puede hacer oídos sordos y escucha: "ese negro de mierda", ¡siento humillación!
Mi hija y su madre también se han sentido despreciadas por el color de su piel. ¡Con lo bonito que es!
- ¿Has oído hablar de la existencia de mafias en el mundo de la inmigración?
- Es frecuente el comentario pero no conozco ese asunto. No sé si existen. Es posible.
- ¿Cómo encuentras a las mujeres dominicanas que llevan tiempo trabajando en España?
- Me preocupa el tema de la reagrupación familiar. Muchos maridos vienen a España con permiso de residencia, gracias a sus mujeres, pero no tienen trabajo. Están surgiendo muchos problemas familiares. Hay parejas que se separan y familias destrozadas. Algunas mujeres cuando vienen a España cambian, se hacen más independientes.
9 de septiembre de 2004
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Con las manos vacías y deseosos de trabajar, los inmigrantes procedentes de América Latina llegan a Europa por mar, aire y tierra detrás del sueño europeo'.
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VIDEO 2 PEQUEÑA PATRIA DOMINICANA EN ESPAÑA
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