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viviendo en dos mundos


[Tamar Lewin] No sentirse en casa en ninguna parte. En la serie sobre las clases en Estados Unidos.
Pikeville, Kentucky, Estados Unidos. Della Mae Justice está parada ante el Tribunal del Condado de Pike, argumentando que la tierra de su cliente en Greasy Creek Hollow fue ocupada ilegalmente cuando los vecinos ampliaron su cementerio detrás de su casa.
Con su suave acento de los Apalaches, Justice no deja ninguna duda de que es una chica de aquí, inmersa en la cultura de los cementerios de las viejas familias que salpican las montañas de Kentucky Este. "Yo me crié en una cabaña, claro que sí", le dice a los jurados mientras explica el conflicto de lindes.
En realidad, Justice es un producto de la comarca de la minería del carbón en los Apalaches donde exuberantes montañas flanquean riachuelos color herrumbre, las hondonadas se elevan tan empinadamente que apenas hay espacio para una casa a cualquier lado de los riachuelos. Su familia era pobre, y vivieron durante varios años en una casa sin instalación de tuberías. Su era estaba ausente; a veces, su hermanastro mayor tenía que cazar ardillas para que comiera la familia. Su madre se volvió a casar cuando Della tenía 9 años. Pero su padrastro, camionero, estaba frecuentemente en la carretera y su madre, mentalmente enferma, a menudo dependía de los cuidados de Della.
Justice siempre quiso conocer el mundo más allá de las montañas. Inmediatamente después de la secundaria, dejó el Condado de Pike, se hizo camino en la universidad y en la facultad de derecho, pasó temporadas en Francia, Escocia e Irlanda, y empezó una prometedora carrera de derecho. En apenas unos años subió en la escala, desde la pobreza rural a los exigentes círculos de la clase media.
Ahora, a los 34, está de vuelta en casa. Pero su viaje la ha transformado de tal manera, que ya no se adapta fácilmente. Su cambio de condición hizo perder el balance a Justice, haciéndola ver el mundo desde dos puntos de vista al mismo tiempo: el de donde creció, y el de donde se encuentra ahora.
Como más gente que la que sigue en la clase social en la que nació, rodeada de algunos del mismo ambiente, Justice es sensible al significado cultural de los coches que tiene la gente, la comida que sirven en las fiestas, los lugares dónde van de vacaciones -todas pequeñas claves que señalan la clase social. Según normas convencionales, Justice está ahora sólidamente anclada en la clase media, pero todavía está tratando de sentirse como alguien de clase media. Casi siempre cuando expresa una idea, o se explica, controla si está siendo comprendida, preguntando: "¿Se entiende lo que dije?"
"Realmente", dijo hace poco, "creo que la clase lo es todo". "Cuando eres pobre y vienes de un grupo socio-económico bajo, no tienes muchas opciones en tu vida. Para mí, ser de la clase alta tiene todo que ver con la seguridad. Es saber que tienes opciones, saber que tus dictas las normas, saber que tienes conexiones".

Vínculos Rotos
En Pikeville, el sitio del pleito Hatfield-McCoy (Justice es una Hatfield), la memoria es larga y las raíces familiares significan un montón. A pesar de su éxito, Justice se preocupa de lo que recuerda de ella la gente, especialmente de la época cuando tenía 15 y su vida con su madre y padrastro se rompió violentamente, enviándola a una familia de acogida durante unos miserables nueve meses.
"Siempre estuve en el grupo socio-económico más bajo", dijo, "pero la familia de acogida la clavó todavía una muesca más abajo. Odio ese período de mi vida, cuando durante nueve meses fui una niña sin familia".
Durante su período en la familia de acogida, Justice vivió con la familia adoptiva en un lado de un remolque de doble ancho. Ella dormía junto a otro niño adoptado, que se meaba en la cama, y en la mañana elegía su ropa de una caja de segunda mano. Fue finalmente rescatada cuando su padre se enteró de su situación y llamó a su sobrino, Joe Justice.
Joe Justice le llevaba 35 años a Della, y era un exitoso abogado que vivía en el otro Pikeville, en uno de los vecindarios ricos en la precordillera. Él y su esposa, Virginia, habían construido recién una casa moderna de cuatro dormitorios, con piscina, en Cedar Gap Ridge.
Joe Justice no había visto a este primo nunca hasta que la conoció en el remolque, pero después le dijo a su esposa que era "aberrante" que un familiar cercano estuviese con una familia de acogida. Aunque la pobreza es común en Pikeville, la familia de acogida es algo mucho peor: una cercenamiento de los vínculos familiares que son tan importantes. Así que Joe y Virginia recogieron a Della Mae. Se cambió de escuela, de domicilio -de mundo, de hecho- y se mudó al dormitorio octagonal del hijo de 2 de los Justice.
"El shock de ir a vivir como rica, con Joe y Virginia, fue como Anita la Huerfanita yendo a vivir con los Rockefeller", dijo Justice. "No fue fácil. Yo era tímida y socialmente inadaptada. Por primera vez tuve ropa adecuada, pero no tenía ni idea de qué debía ponerme. No sabía nada del mundo, y estaba siempre con miedo de meter la pata. Cuando el coro hizo un viaje escolar, fuimos a un restaurante. Yo pedí un sandwich de dos pisos, pero me lo sirvieron con esos mondadientes a cada lado, y no sé cómo se come así, así que me quedé sentada mirándolo y muriéndome de hambre, y dije que no me sentía bien".
Joe y Virginia Justice estaban preocupados de la torpeza social de Della Mae y su incapacidad de comunicarse con otras jóvenes en su iglesia. Pero pronto se dieron cuenta de su inteligencia y la alentaron a asistir al Berea College, un pequeño colegio de artes liberales en Kentucky que sólo acepta estudiantes de familias de bajos ingresos. La matrícula es gratuita y todos trabajan. Para Justice, como para muchos estudiantes del Berea College, la experiencia de ser uno de entre tanta gente pobre, todos capaces de estudiar y alentados a perseguir sus sueños, era algo que alteró sus vidas.
Fue en el Berea College donde Justice conoció al hombre que se convertiría en su marido, Troy Price, hijo de un granjero tabacalero con seis años de estudio. Se casaron después de la graduación y cuando Justice ganó una beca, la pareja se trasladó a Europa para un año de viajes y estudio independientes. Cuando Justice ganó la beca de la facultad de derecho de la Universidad de Kentucky, Price fue con ella, para un posgrado en estudios de la familia.
Después de terminar quinta en la escuela de leyes, Justice trabajó como amanuense de un juez federal, y luego se unió al bufete de abogados más grande de Lexington, donde invirtió largas horas en la esperanza de que llegar a ser una asociada. Ella y su marido compraron una casa en la ciudad, hicieron viajes, y comían en restaurantes casi todas las noches, y pasaron muchos domingos en casas abiertas en los elegantes antiguos barrios de Lexington. Según las apariencias, iban por la vía rápida.
Pero Justice todavía se sentía como una extraña. Sus co-editores en la revista jurídica, sus colegas amanuenses en el tribunal y sus colegas en el bufete de abogados parecían todos tener un universo de información que se había perdido. Lo veía en los detalles y en las cosas grandes -las referencias casuales al Che Guevara o al Monte Vesubio, que no significaban nada para ella; la comida en las fiestas, que ella no comía porque le parecía que estaba cruda por dentro.
"No podía jugar Trivial Pursuit, porque no tenía un conocimiento general del mundo", dijo. "Y aunque conocía Kentucky Este, todos ellos sabían un montón sobre Massachusetts y el Nordeste. Todos sabían quién era importante, quién tenía un padre que era juez federal. Nunca dudaban de lo que tenían que decir. Nunca se preocupaban de nada".
Y sobre todo, tenían todos conexiones con una alta red de gente con poder. "De algún modo, todos se conocían", dijo.

Formando una Nueva Familia
La vida de Justice dio un abrupto giro en 1999, cuando su hermanastro, de vuelta en el Condado de Pike, apareció de la nada para decir que sus niños, Will y Anna Ratliff, que habían estado viviendo con su madre, estaban con una familia de acogida. Justice y su hermano no eran demasiado íntimos, y se había encontrado con sus hijos sólo una o dos veces, pero era imposible ignorar el llamado. Como su primo Joe años antes, le pareció intolerable pensar que gente de su propia sangre estuvieran viviendo como adoptados.
Así que al año siguiente, Della Mae Justice y su marido obtuvieron la tutoría de los dos niños y volvieron a Pikeville, a sólo 80 kilómetros pero lejos de su vida en Lexington. La mudanza era coherente en muchos sentidos. Will y Anna, ahora de 13 y 12, podían seguir en contacto con su madre y padre. Price consiguió un trabajo mejor, como director del nuevo centro de ayuda de niños maltratados de Pikeville. Justice empezó a trabajar con su primo en su bufete, donde un horario flexible le permitió cuidar de los dos niños.
Y sin embargo, volver a Pikeville había sido para Justice casi tan traumatizante como salir de la familia de acogida y mudarse al dormitorio octagonal todos esos años. En una rara visita recientemente a las hondonadas donde vivía, se echó a llorar cuando salió un vecino, la abrazó y le contó que él rezaba y se preocupaba por ella y lo feliz que estaba de que le hubiera ido tan bien. Pero la mayor parte de las veces, hace una mueca de dolor cuando recuerda su pasado.
"La semana pasada, contesté el teléfono en mi oficina", recordó, "y la mujer dijo quién era, y dijo: ‘¿No me recuerdas, verdad?', y yo dije: ‘¿También estuviste en una familia conmigo?' Eso fue una locura. ¿Por qué hice algo así? Que estuve en una familia de acogida no es algo que yo quiera publicar".
Mientras que la mayor parte de su semana laboral la dedica al derecho comercial, Justice pasa los lunes en el tribunal de familia, representando a familias con el tipo de problemas que tuvo ella. Se enfada cuando oye algo que indique prejuicio de clase o la suposición de que la gente pobre que vive en casas calentadas con keroseno o sin suficiente dormitorios no pueden ser buenos padres.
"La norma es que la gente que nace con plata, tiene plata, y la gente que no, no tiene", dijo hace poco. "Lo sé. Sé que nada más subir las tres pulgadas que he subido, que no es demasiado, me costó muchos esfuerzos. He trabajado duramente, desde niña, y no he hecho nada excepto trabajar y trabajar de mantenerme en el lugar".
La clase en la que nace una persona, dijo, es el punto de partida del continuum. "Si tu meta es ser una persona importante a escala nacional, no puedes empezar en la parte de abajo del continuum, porque tendrías que aprender demasiado para un lapso de vida. Tienes que cubrir la distancia que puedas en tu propia vida, para que tus niños puedan terminar que cubrir esa distancia en su propio lapso de vida".

Aceptando la Vida
Justice no se siente completamente cómoda con el otro Pikeville, el de los ricos, y de muchos modos ella y su marido tuvieron que empezar desde cero para hacerse un hueco. La iglesia es donde la mayoría de la gente en la ciudad encuentra amigos y construye su vida social. Pero Justice y Price tuvieron problemas en encontrar una iglesia que les conviniese; pasaron por seis congregaciones, empezando por la iglesia bautista a la que había asistido de niña y terminando en los Discípulos de Cristo, una iglesia laboral abierta, con muchos miembros afluentes. El pastor y su esposa, transplantados de Kentucky, se han convertido en sus mejores amigos. Con otros ha sido más lento.
"El problema parcialmente es que, para la clase media, somos demasiado jóvenes como para tener hijos de la edad de Will y Anna", dice Justice. "Y el hecho de que estemos criando a una sobrina y un sobrino es una especie de bandera de que no siempre fuimos de la clase media, lo mismo que decir que fuiste al Berea College significa para todos que eras pobre".
Y aunque en términos de su trabajo Justice es ahora una de las ciudadanas importantes de Pikeville, todavía la carcomen las viejas dudas e inseguridades. "Mi estómago se pone duro toda vez que tengo que ir a una fiesta, preguntándome si acaso llevo la ropa correcta, si sabré qué hacer", dijo. "Estoy siempre pensando: ¿Cómo lo saben los demás? ¿Cómo saben qué hacer? ¿Por qué parece que no les cuesta nada?"
Gasta un montón de energía en Will y Anna. Quiere que se integren en la clase media que todavía la elude. "Will y Anna saben lo que es ser pobre, y ahora queremos que sean simplemente capaces de ser niños corrientes", dijo. "Cuando era joven, siempre sabía quiénes eran los niños de la escuela con padres que les llevaban galletas, y esos eran los niños que eran elegidos para las cosas especiales, que tenían almuerzos gratuitos y pedían ropa prestada a una tía si tenían que actuar en el coro".
Debido a que a Justice la cohíben por sus dientes -"la oclusión defectuosa de Kentucky Este", dice pesarosamente-, se aseguró de que Anna se colocara un aparato de ortodoncia. Se preocupa de la ropa de los niños tanto como de la suya. "Todos parecen saber cuándo están en subasta en J.C. Penney los pantalones kaki que necesitan los chicos", dijo. "Yo nunca me entero de esas cosas".
De niña, Justice nunca tuvo los recursos para sus proyectos de deberes. Así que cuando Anna fue asignada a construir una cabaña navajo, se marcharon de compras al Wal-Mart.
"Nos damos más tiempo, de modo que se parezca a esos niños con padres preocupados", dijo Justice. "Sé que es solamente una cabaña, pero hacer un proyecto como los demás es parte de la adaptación".
Justice alentó a Will a unirse a los Boy Scouts y cuando lo invitaron a integrar el Equipo Académico de la escuela, que compite en concursos de preguntas y respuestas en televisión, insistió en que lo intentara. Cuando él le preguntó si se podría transformar en un drogadicto si tomaba las medicinas que le habían prescrito, le dijo que era una excelente pregunta y en la consulta del doctor lo animó a preguntárselo directamente al doctor. Alienta a los niños a hablar sobre lo que pasa en la escuela, a contar las historias de los libros que leen y a conversar sobre actualidades.
Es esta clase de orientación lo que distingue a los niños de clase media de los niños de familias de trabajadores y pobres, de acuerdo a los sociólogos que han estudiado cómo la clase social afecta la educación de los niños. Mientras los padres trabajadores educan a sus hijos desde temprano a hacer sin discutir lo que se les dice y a ocuparse de su propio tiempo libre, buscando actividades extra-curriculares para construir sus talentos, y alentándoles a no quedarse callados e incluso a negociar con figuras de autoridad.
Los esfuerzos de Justice están haciendo la diferencia. Will descubrió que le gustaba el Equipo Académico. Anna recibía en la noche varias llamadas de amigos. Los dos han empezado a quedarse fuera, una que otra vez. Y poco a poco, Justice está aceptando su propia vida. Para Noche Vieja, después de años en modestas casas alquiladas, ella y su marido se mudaron a una casa nueva que la hace evocar a la Familia Brady. Tiene cuatro dormitorios y una piscina. En pocos años, cuando se jubile su primo más viejo, Justice probablemente heredará el bufete, una sólida perspectiva, aunque mucho menos lucrativa, y menos glamorosa, que una participación en el bufete de Lexington.
"He trabajado duro toda mi vida -para tener una vida que no está demasiado lejos de donde empecé", dijo. "Es diferente, pero no es la vida mágica que yo pensaba que era".

19 de julio de 2005
19 de mayo de 2005
©new york times©traducción mQh


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