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refugiados en sudán


[Robyn Dixon] Las agencias temen que tomará meses antes de que puedan llevar alimentos, medicina, personal y equipamiento a los campamentos de refugiados.

Campamento Serif Aljir, Sudán. Para instalar una clínica en Darfur, tienes que negociar con los jeques, enseñarle a la gente cómo pintar una pared, dar clases improvisadas de inglés al personal potencial y preparar decenas de documentos para satisfacer a una burocracia hambrienta de trámites.
Cientos de cooperantes y periodistas han aterrizado en los últimos meses en la pequeña ciudad de Nyala cerca de este campamento en la parte sur de la occidental región de Darfur, Sudán, donde los cooperantes se dan prisa para llevar ayuda a gente desesperada que huye de las criminales milicias. Pero encontrar lo que ellos necesitan -o importarlo- es un juego de ‘Chutes and Ladders’ [Toboganes y Escaleras] de logística. Sólo que sin las escaleras.
Las agencias de ayuda enfrentan los mismos problemas en todo Darfur.
"En otros países sólo necesitas dinero. Puedes encontrar a personal local y todo lo que necesitas se encuentra en el mercado. Pensando logísticamente creo que esta va a ser el reto más importante", dice Goran Bilic, director de operaciones de agencia humanitaria de Santa Monica, International Medical Corps IMC.
La directora en Sudán, Naomi Wyles, y el equipo del IMC están habilitando en Darfur cuatro clínicas médicas y enviando cuatro clínicas móviles a áreas que han tenido poco o nada de servicio médico en los últimos años. La agencia traerá 39 personas para dotar la plantilla y 22 vehículos en los próximos dos meses. Bilic dice que este proyecto es el más difícil de los que le han tocado en suerte en los últimos diez años.
"Aquí el transporte es una pesadilla. Estamos realmente en el centro de ninguna parte", dice Bilic. "Desafortunadamente, para ayudar a la gente necesitas tiempo para traer a la gente y los equipos".
En el campo de refugiados de Serif Aljor al menos 27.000 personas han estado esperando durante meses, sin ayuda en alimentos ni medicina. Los líderes del campamento dijeron que mueren a la semana varias personas. Más de un millón de personas han huido de sus hogares en Sudán occidental, y al menos 30.000 han muerto después de que las milicias árabes atacaran aldeas en represalia por la rebelión del año pasado de los grupos de rebeldes africanos negros.
El IMC está habilitando una clínica en el campamento de Serif Aljir. La gente tiene hambre. Pero el Programa Mundial de Alimentos todavía no ha inscrito a la gente para recibir ayuda en alimentos debido a desacuerdos con los líderes del campamento sobre el procedimiento.
Interrogado sobre el retraso, un funcionario de Naciones Unidas dijo: "Lo tuvieron que cargar... ellos mismos [los cooperantes]". El IMC entró con la intención de organizar la distribución de alimento en el campamento, y es probable que se habilite dentro de poco un centro suplementario de ayuda alimentaria para los niños.
El IMC está buscando trabajadores y personal para las clínicas entre los refugiados, en primer lugar. Un equipo de gente desplazada del campamento comenzó a pintar las paredes de la nueva clínica, dejando lagos de pintura en el piso.
Bilic tomó amablemente la brocha que tenía uno de los hombres y le mostró cómo se pintaba. Luego entrevistó a cuatro hombres que querían trabajar como guardias anglo-hablantes, aunque sólo uno de ellos entendía la lengua.
Luego se reunió con el jeque, Ibrahim Sultan, líder de todas las comunidades del campamento y le pidió que lo ayudara a encontrar empleados.
"Dile que quiero que él y toda su gente sientan que ellos pertenecen a esta clínica, porque es para ellos. Y que la podemos hacer juntos", le dijo Bilib a un intérprete.
La primera batalla de las agencias de ayuda es negociar con el bizantino gobierno de Sudán, lo que como tratar de nadar en miel. "Sudán tiene una enorme burocracia, y ese es tu principal reto", dijo el director de logística del IMC, Steve Gordon.
Algunas organizaciones de ayuda han esperado hasta cinco meses antes de obtener visados para su personal. Otras han esperado seis meses antes de obtener permiso de la aduana para introducir vehículos de cuatro ruedas al país. Otros han visto sus medicinas requisadas por la aduana o en aeropuertos. Después de meses de presión internacional, Sudán levantó algo del papeleo por el que debían pasar las agencias humanitarias.
Una de las principales dificultades para habilitar clínicas es la falta de personal médico preparado en Darfur, dice el doctor Jeff Goodman, el funcionario médico del IMC. Incluso en Kartum, la capital, es muy difícil encontrar personal médico para dotar las clínicas de Darfur.
En una pequeña ciudad llena de carros tirados por caballos y viejos vehículos motorizados, la lucha por el transporte entre organizaciones no gubernamentales y periodistas ha creado en Nyala un pequeño boom para los choferes locales, algunos de los cuales están pidiendo hasta 200 dólares al día por uno de esos vehículos destartalados.
La actitud sudanesa hacia los negocios es tan relajada que cuando Gordon necesita dos vehículos, encarga seis.
"Cuando salgo en la mañana y hay uno, es que tengo suerte", dice. "Es un lugar tan atrasado que llega a ser irritante... en veces".
Incluso encontrar a un chofer capaz de manejar los vehículos a través de los wadis, o los ríos de la temporada de lluvias, es todo un reto. En la oficina de Médicos Sin Fronteras Holanda colgaron una tabla con diagramas sobre cómo cruzar un wadi.
Los problemas significan retrasos en la entrega de ayuda.
"Me gustaría estar en estado de hacer más de lo que puedo", dice Bilic. "Pero si quieres lograr algo, no te puedes dar el lujo de frustrarte".

20 de septiembre de 2004
23 de septiembre de 2004
©losangelestimes
cc traducción
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