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PINOCHO, EL NIÑO BUENO MALO - alison lurie


El Pinocho que conocemos la mayoría tiene, por lo que parece, un lejano parentesco con el Pinocho de la novela de Carlo Collodi.
1 Hoy, mucha gente tiene la ilusión de que saben quién es Pinocho. Creen que es una marioneta de madera que se transforma en un niño; que fue tragado por un pez enorme; y que cuando contaba mentiras le crecía la nariz. (Como resultado de este último incidente, durante más de cien años los políticos han sido caricaturizados con narices alargadas cuando mienten en público -sobre todo Richard Nixon, que ya tenía una especie de nariz de Pinocho).
La gente que cree eso tiene razón, pero a menudo de un modo muy limitado. Conocen a Pinocho sólo a través de los dibujos animados sensibleros y simplificados de Disney, o las versiones abreviadas de su historia que se piensa son más apropiadas para los niños. La novela original de Carlo Collodi, que sobrevive hoy principalmente en ediciones académicas, es mucho más larga, mucho más compleja y más interesante, y mucho más triste. El crítico Glauco Cambon la ha calificado como una de las obras más influyentes de la literatura italiana (las otras, dice, son la ‘Divina Comedia' de Dante, y ‘Los novios', de Manzoni). Para él, y para los que conocen la versión real, ‘Las aventuras de Pinocho' no son una fantasía divertida y ligera, sino una fábula seria sobre el arte y la vida. Es una historia que gira sobre volverse adulto -y también, de varios modos fundamentales, una historia sobre crecer siendo italiano y pobre.
Carlo Collodi, cuyo nombre verdadero era Carlo Lorenzini, nació en Florencia en 1826, el primero de los diez hijos de unos criados. Como se destacara en la escuela local, los empleadores de sus padres le pagaron su educación posterior con la esperanza de que llegara a ser un sacerdote. Eso no ocurrió. En lugar de eso, después de obtener su diploma, Lorenzini se puso a trabajar para un librero y finalmente se transformó en un periodista liberal, escéptico tanto de la educación como de la iglesia. En ‘Pinocho' la escuela es algo que todos los niños temen, y la religión es rara vez mencionada.
Originalmente, ‘Pinocho' fue publicada por entregas en el diario ‘Il giornale per i bambibi'. Apareció en ocho entregas entre julio y octubre de 1881, y luego en once entregas más desde febrero de 1882 a enero de 1883. La forma de la historia era la de la novela picaresca, en la que, quizás debido a las premuras del tiempo, algunos de los capítulos son más originales y están mejor integrados en el todo, que otros. Algunos de estos episodios -por ejemplo aquellos en los que Pinocho se topa con una serpiente gigante, cae en una trampa y es obligado a trabajar como perro guardián, monta en el lomo de una paloma y es confundido por un pez por un monstruoso pescador de pelo verde- son a menudo dejados de lado en las versiones abreviadas en lengua inglesa.
La película de Disney omite incluso más episodios de la historia, y la modifica de manera drástica. Geppetto, el padre de acogida de Pinocho, es un próspero fabricante de juguetes, y la ciudad en que vive parece suiza o bávara: su taller de trabajo está lleno de cajas de música y relojes de cuco. En la historia original, sin embargo, Geppetto es un carpintero italiano desesperadamente pobre. Cuando empieza la película Pinocho es un muñeco de madera inerte; adquiere vida sólo cuando un hada cumple el anhelo de Geppetto de tener un hijo. En el libro, Pinocho está vivo desde el comienzo. Aunque es sólo un leño sin nombre en la tienda del Maestro Antonio, ya puede hablar y moverse. Cuando el Maestro Antonio golpea el leño con su hacha, grita: "¡Ay! ¡Eso duele!" El carpintero se espanta, y ofrece el trozo de madera a su amigo Geppetto, que quiere hacer una marioneta. El leño continúa hablando, se burla de Geppetto y golpea al Maestro Antonio, provocando una pelea a puñetazos en los viejos amigos.
Cuando Geppetto vuelve a casa empieza a tallar la marioneta. Pero tan pronto como termina la boca de Pinocho, este se ríe de Geppetto y le saca la lengua, y una vez que tiene brazos, le saca a Geppetto su peluca. Cuando el carpintero termina sus piernas y pies, escapa.
Desde el inicio, el Pinocho de Collodi no solamente es más tímido sino también mucho menos simple que el mono y pequeño niño de juguete de los dibujos animados. No sólo es ingenuo, sino además impulsivo, grosero, egoísta y violento. En términos teológicos, comienza su vida en un estado de pecado original; desde el punto de vista de un psicólogo, representa al niño amoral y egocéntrico, el ello sin censura alguna.
Incapaz de controlar sus propios impulsos, Pinocho incita a la creación de un control externo. Cuando corre por la calle perseguido por Geppetto, es atrapado por un policía que lo devuelve a su padre adoptivo. Inmediatamente, de un modo que sonará familiar a muchos padres de niños pequeños, Pinocho se arroja al suelo y declara que no se moverá de ahí. Se reúne una muchedumbre en torno a ellos y (como algunos modernos expertos en desarrollo infantil) empiezan a culpar a Geppetto de los delitos de Pinocho. Finalmente, la multitud convence al policía de meter a Geppetto en la cárcel. En el mundo de Collodi, la ley es siempre estúpida y frecuentemente corrupta. Los que son habitualmente castigados son las víctimas, no los hechores. (Más tarde en la historia, cuando Pinocho va al tribunal a quejarse de que le han robado, el juez, que es un gorila, lo envía a él, no a los ladrones, a la cárcel. Lo deja en libertad sólo cuando él falsamente confiesa ser un delincuente).
Una vez en libertad Pinocho vuelve a casa, donde se encuentra con lo que muchos lectores han reconocido como su conciencia, o su superego externo, bajo la forma de un Grillo Hablante. El Grillo regaña a Pinocho por haber escapado, y le advierte sobre los peligros de la holgazanería: si no va a la escuela, de grande será un perfecto asno. Pero Pinocho se niega a escuchar. El único oficio que le conviene en este mundo, dice, es el de "comer, beber, dormir, divertirse, y vivir como vagabundo de mañana a noche".1 Cuando el Grillo observa que "todos los que siguen ese camino están condenados a terminar en el asilo de pobres o en la cárcel", Pinocho se enfada y arroja un mazo de madera al Grillo, matándolo. Sin embargo, volverá a aparecer más tarde en la historia, primero como un misterioso doctor vestido de negro, y finalmente como un fantasma.
La conciencia externa de Pinocho también aparece en la película de Disney, pero allí ha sido transformada en un personaje cómico y rebautizado ‘Pepito Grillo' (el nombre es, adecuadamente, un viejo eufemismo americano para Jesucristo). Pepito Grillo lleva sombrero de copa y el frac de un artista de vodevil, canta y baila, y la mayor parte del tiempo sus advertencias son divertidas, pero inútiles. Pinocho escucha a medias, pero no le golpea.
El Pinocho de Disney tiene unos cinco o seis años de edad, y en toda la historia conserva su inocencia y simpleza, como el niño ideal de la literatura romántica. No conoce la rudeza ni la malicia: lo que lo mete en problemas es la curiosidad y el aburrimiento. El héroe de Collodi es claramente varios años mayor y lleno de impulsos agresivos y rebeldes, que sólo son domados al final de la historia. Aquí evoca a un personaje clásico de la literatura infantil norteamericana de fines del siglo diecinueve, el Niño Bueno Malo. Este personaje hizo su primera aparición en ‘Una plaga de niño' (1869) de Thomas Bailey Aldrich. El héroe de Aldrich, basado en su propia infancia, es malo sólo en comparación con sus mojigatos compañeros de escuela, que carecen de iniciativa y son incapaces de divertirse. Él y sus amigos escapaban de clases para irse de aventuras, pero no llegaban demasiado lejos. El libro se hizo muy popular, y conoció muchas imitaciones, siendo la más famosa de ellas la novela de Mark Twain, ‘Tom Sawyer'.
Haya Collodi leído o no ‘Tom Sawyer' (que fue publicada por primera vez en 1876), hay similitudes entre la historia de Twain y la suya. En ambos libros el héroe vive apasionantes aventuras, aprende de sus errores y hace finalmente la paz con la sociedad al final de la novela. Como Pinocho (y a diferencia del original Niño Plaga de Aldrich), Tom delinque seriamente. Miente, roba, fuma, pira, causa un tumulto en la iglesia, escapa de su tutor y traba amistad con dudosos compañeros. Ama la libertad y el placer y no puede vivir sin aventuras. Es impulsivo, imprudente y malicioso. Al mismo tiempo, Tom, como Pinocho, es básicamente bueno. Aprende de sus errores, y al final del libro es perdonado y se reconcilia con su familia y la sociedad.
Pinocho, con su energía y descaro, su desprecio de las instituciones establecidas, y su bondad subyacente, es de muchas maneras el primo italiano de Tom Sawyer. Como Tom, es un Niño Malo que finalmente se transforma en un buen ciudadano. Pero el mundo de Pinocho es mucho más pálido que el de Tom. La Tía Polly de Tom, no es de ninguna manera rica, pero posee una casa con jardín. El padre adoptivo de Pinocho, Geppetto, es terriblemente pobre. Vive en un pequeño y oscuro cuarto debajo de las escalinatas de un edificio, y nunca sabe si tendrá suficiente para su siguiente comida.
El mundo de Collodi es de lejos mucho más peligroso que el de Hannibal, Missouri, de Mark Twain: lleno de gente resentida y falsa que quieren explotarte y robarte, e incluso matarte. Cuando Tom Sawyer y Huck Finn escapan de casa se topan con personajes buenos y malos; Pinocho, aunque es ayudado por un pájaro y un pez, sólo encuentra seres humanos hostiles. Y para él incluso el reino animal es peligroso. Sus rivales más importantes son animales, dos de los cuales también tienen paralelos en la obra de Twain. Son el Zorro y el Gato, dos andrajosos pero ambiciosos estafadores evocativos del Rey y el Duque en ‘Huckeberry Finn' (1884). (Ya que ‘Pinocho' no fue traducido al inglés sino en 1892, parece probable que este es solamente un caso de personajes similares, algo común desde la reaparición en literatura de las ‘Fábulas de Esopo'). En ambos libros los estafadores terminan mal, pero mientras Huck siente compasión por ellos, Pinocho se los cruza en silencio. En esto, la historia sigue más de cerca el patrón del cuento folclórico europeo clásico, en el que los villanos rara vez se reforman y no necesitan ser perdonados.

En un momento en ‘Tom Sawyer', Tom escapa de casa y se marcha a la Isla de Jackson en el Mississippi, donde él y sus amigos se pueden divertir sin interferencia de los adultos. Sin embargo, se quedan ahí sólo unos días, y cuando se sienten nostálgicos y vuelven a Hannibal, son recibidos como héroes. La moraleja parece ser que te puedes escapar de la escuela, preocupar a tus familiares y hacerles pasar un susto, y salirte con la tuya.
Pinocho también viaja con otros niños a una especie de paraíso infantil, donde no hay escuela, y "los días se gastan en jugar y pasarla bien de mañana a noche". Pero estas vacaciones duran mucho más que las de Tom. Él vive en el parque durante cinco meses sin cansarse de ello y sin extrañar a Geppetto. Luego, como lo predijera el Grillo Hablante, él y su mejor amigo Lampwick se transforman en asnos. Ellos, como todos sus camaradas, son entonces vendidos en ferias y mercados por el malvado cochero que los ha tentado con el parque para sacar beneficios de su inevitable transformación. Pinocho es vendido a un circo, donde lo obligan a hacer trucos, y es golpeado y lo hacen pasar hambre; cuando queda cojo, es vendido a un comerciante en pieles que trata de ahogarlo.
Estos sucesos son tanto una metáfora como una advertencia, una que Collodi enfatiza observando que "por haber jugado todo tiempo sin haber estudiado nunca, esos niños pobres y crédulos serán transformados en asnos". La moraleja (tan verdadera hoy como lo era en tiempos de Collodi) es que los niños pobres que dejan la escuela y pasan los días sin hacer nada y divirtiéndose probablemente terminarán como trabajadores explotados y maltratados -o posiblemente muertos.
Las metamorfosis de Pinocho son espantosas, aunque temáticamente interesantes. En el libro, pasa del reino vegetal al animal, subiendo en cada clase poco a poco. Su nombre, que en la Toscana de esa época significaba ‘piñón' o ‘semilla de pino' -la palabra contemporánea es ‘pignola'-, lo asociaba con las plantas. Él comienza su vida como un leño indistinto (posible un trozo de pino), que es transformado entonces en un muñeco de madera. Luego pasa a través de varias identidades animales (perro guardián y burro) y alcanza finalmente la condición humana. Metafóricamente, es la misma progresión que vemos en los niños, que empiezan más o menos como materia inerte, luego se transforman en ignorantes pero amorosos bultos todo necesidad y glotonería, con breves lapsos de atención y el deseo de explorar el mundo sin tomar en cuenta los peligros. Más tarde, como los animales, se resisten al confinamiento, viven el presente y están constantemente a la búsqueda de alimento y diversión.
Aparte de este posible paralelo, ¿por que decidió Collodi que su héroe fuera un muñeco en lugar de simplemente un niño travieso?2 Posiblemente porque en el teatro lo que los académicos llaman ‘utilería animada' -muñecos, marionetas, autómatas, figuras chinas, accesorios animados- tienen ventajas que los actores humanos no tienen. Los actores no son nunca los personajes que representan y por más diestros que sean, estamos siempre conscientes de que detrás del disfraz hay una persona de verdad. Los muñecos, por otro lado, pueden aparecer como representaciones puras de algún tipo o personaje individual. (Por esta razón el coreógrafo británico Gordon Craig dijo una vez que tenía la esperanza de que en el futuro los actores fueran remplazados por muñecos).

2 Pinocho ha sido visto a veces, especialmente por los lectores que piensan primero en la versión de Disney, como un clásico cuento de hadas. Si es así, sería un cuento de hadas de un tipo muy especial. En la mayoría de los cuentos de hadas con un protagonista masculino, el joven héroe abandona su familia original, vive aventuras y termina casándose con una princesa para iniciar una nueva familia. Los folcloristas llaman a esos cuentos ‘historias de adolescencia'. En contraste, Pinocho es lo que llaman una ‘historia de infancia', como ‘Juan y los frijoles mágicos' o ‘Hansel y Gretel'. Aquí el héroe no empieza una familia nueva; en su lugar, termina de vuelta en casa con un padre querido y cariñoso. El mismo patrón se advierte en el segundo cuento infantil clásico italiano más famoso, ‘La famosa invasión de Sicilia por los osos', de Dino Buzatti, donde la relación principal también es entre un padre y un hijo, y un motivo importante detrás de la invasión del Rey Leandro es encontrar a Tony, su hijo extraviado. (Significativamente, cuando se reencuentra con Tony, se halla trabajando de artista para los humanos -una especie de muñeco).
En muchos cuentos folclóricos, el joven héroe o heroína es ayudado por un personaje sobrenatural: un enano, un animal dotado de habla, una mujer sabia, o una abuela hada. En ‘Pinocho' este papel lo desempeña el Hada Azul, cuyo rasgo distintivo más prominente es el color de su cabello. El cabello azul o verde es un atributo tradicional de los seres sobrenaturales; a veces buenos, o neutrales, como el Hombre Verde y los Niños Verdes del folclore británico, y otras, malos como Barba Azul. En ‘Pinocho' el Hada Azul aparece bajo muchas apariencias. Primero la vemos como una chiquilla de cara blanca que declara que está muerta, aunque pronto será capaz de salvar a Pinocho de una muerte segura, invocando a tres doctores para que lo curen. Cuando se marchan, ella afirma ser su hermana mayor. Más tarde en la historia aparece como una joven operaria que lleva a Pinocho a casa, lo alimenta y declara que será como su Mamá. Luego él la ve como una cabrita de pelaje índigo; finalmente se le aparece en un sueño como una bella hada que lo transforma en un niño de verdad.3
Sin embargo, Collodi, nada más comenzar el libro, parece negar la idea de que ‘Pinocho' sea un cuento de hadas romántico:

"Había una vez...
"‘¡Un rey!", dirán de inmediato mis pequeños lectores. No, niños, estáis equivocados. Había una vez un trozo de madera.
"No era una madera cara, simplemente era del tipo que recogemos del montón de leña en invierno para meterla en la estufa..."

En otras palabras, su historia no estará anclada en el elevado mundo de la fantasía sino en las duras realidades económicas de la vida de los trabajadores en la Italia de fines del siglo diecinueve. Es el sitio de permanente y desoladora miseria, sólo aliviada por el amor y el sacrificio de uno mismo. Pinocho empieza su vida como un niño rebelde, desconsiderado y egocéntrico que desobedece a los adultos y desdeña las reglas, siempre con resultados peligrosos. En lugar de ir a la escuela, por ejemplo, vende el libro de texto que Geppetto le ha comprado y compra un billete para entrar al teatro de títeres. Ahí es atrapado por el temible el Maestro de Títeres y casi quemado vivo en el fuego de la cocina.
La disposición hacia el trabajo y el sacrificio por los otros es finalmente la salvación de Pinocho. En el teatro escapa a la muerte cuando se ofrece impulsivamente como substituto de otro muñeco condenado, llegando por breves momentos al corazón del Maestro de Títeres. Su transformación final es el resultado de acceder a trabajar largas horas en un trabajo agotador para hacer dinero y ayudar a su achacoso padre adoptivo, Geppetto, y su madre sobrenatural, el Hada Azul.

En la película de Disnet son la inexperiencia y los malos consejos, más que el egoísmo y la desobediencia, los que meten a Pinocho en problemas. Es llevado al teatro de títeres por dos malvados, el Gato y el Zorro, quienes -con un toque muy de Hollywood- le prometen fama y dinero en una canción cuyo refrán es: "¡Qué grandioso es ser famoso!" (Por cierto, en manos de Disney, Pinocho se transformó en una celebridad de algún tipo). En la versión cinematográfica también se hace rico. En la novela original sólo logra, mediante el trabajo duro, sostener a su padre adoptivo -aunque, al final, el Hada Azul transforma su miserable cuarto en una cómoda casa de campo y le da cuarenta monedas de oro. Pero lo importante es que él deviene "un niño decente", un ragazzino per bene, que en italiano, como señala la crítico Ann Lawon, tiene una doble significación: Pinocho es ahora un niño de verdad y un niño bueno.4

¿Seguirá Pinocho siendo un niño bueno? Y, si lo hace, ¿continuarán los lectores interesándose por él? El libro tiene 36 capítulos de extensión y sólo en los últimos dos se comporta consistentemente bien. La delincuencia y la rebelión son más interesantes y más divertidas de leer que la perfección moral. Como dice la crítico Lois Kunetz, "Pinocho es mejor querido por sus fechorías". En esto, nos recuerda a otros héroes que son Niños Buenos Malos, tanto en la literatura como en la vida real. Es quizás un tipo particularmente popular en Italia, donde un hombre adulto cariñoso, el gusto por las aventuras, y la impaciencia con las reglas y restricciones sociales es a menudo visto como encantador y atrayente. Si alguien así pareciera arrepentirse (aunque a veces no sea más que de momento) de sus transgresiones, será personado una y otra vez por sus amigos y parientes, como lo son los pecadores arrepentidos en la iglesia católica.
Pinocho es una historia italiana de muchos otros modos. Está llena de paisajes y platos del norte de Italia, como el salmonete con salsa de tomate y callos con queso parmesano con que cenan el Zorro y Gato a expensas del héroe. También personifica la tradicional creencia italiana de que la familia es de central importancia. Tú la puedes pasar bien con los amigos, pero sólo puedes confiar en tu familia. Los buenos padres se sacrificarán a sí mismos por sus hijos sin emitir siquiera un murmullo, como lo hace Geppetto cuando no hay en casa nada que comer excepto tres peras y deja que Pinocho, desconsiderada y ávidamente, las coma todas. (Este episodio, como otros, fue eliminado de la película de Disney). Los niños buenos también se sacrifican a sí mismos por sus padres, como lo hace Pinocho cuando él y su padre, como Jonás en la Biblia, escapan del estómago del Gran Tiburón y saca a Geppetto del mar a sus espaldas.
Algunos críticos han observado otros paralelos entre ‘Pinocho' y la leyenda cristiana. Han señalado que el héroe es el hijo adoptivo de un carpintero llamado Giovanni (la versión italiana de José) y que muere y resucita al menos tres veces. (Es una de esas muertes, es colgado de un árbol). También han sugerido que el Hada Azul es una versión de la Virgen, la que en arte a menudo lleva una manta azul -aunque la de María es usualmente celeste, mientras que Collodi describe siempre el cabello del Hada como índigo.
Para algunos lectores, Pinocho es una víctima de sacrificio; otros lo han visto como el héroe de una clase obrera rebelde, cuyas escapadas ponen en cuestión las reglas sociales. Los psicólogos han considerado su escape del Gran Tiburón como una especie de renacimiento, y han sugerido que su nariz que crece nos dice que las mentiras son viriles. Como la mayoría de las grandes obras de la literatura infantil, ‘Pinocho' se presta a sí misma para muchas y variadas interpretaciones, y con toda seguridad seguirá haciéndolo en el futuro.

Notas

[1] Carlo Collodi, The Adventures of Pinocchio, traducido con introducción y notas de Nicolas J. Perella (University of California Press, 1986), p. 109.
[2] Técnicamente, por supuesto, Pinocho es una marioneta, ya que ha sido tallado para ser colgado de cuerdas antes que, como Punch y Judy, para ajustarse a una mano humana.
[3] En la película de Disney, el Hada simplemente lleva azul -de otro modo es una típica rubia de las animaciones de Disney.
[4] Ver la introducción de Ann Lawson Lucas a The Adventures of Pinocchio (Oxford University Press, 1996).

24 de junio de 2004
30 de septiembre de 2004
©newyorkreviewofbooks
©traducción mQh

1 comentario

marianella -

me gustaria mas ilustracion en este cuento para mi hijo que tiene que exponer en kinder