Blogia
mQh

LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN MÉXICO EN PROBLEMAS - kevin sullivan


Por usar palabras escatológicas, poeta será procesado por insultar al estado.
Campeche, México. Sergio Witz Rodríguez era un poeta con bronca.
Pensó que nadie estaba solucionando los problemas sociales y económicos de México, menos que nadie sus políticos. Así que se provocó a sí mismo un indignado y lírico enfado y escribió un poema de 21 versos, en los que dice, entre otras cosas, que le gustaría usar la bandera mexicana como papel higiénico.
El poema fue publicado en una revista literaria en 2001. Fue entonces cuando Witz, padre de tres niñas, fue arrestado para tomarle las huellas digitales y llevado ante un juez e introducido al Capítulo 5, Artículo 191 del código penal federal, que penaliza con hasta cuatro años de prisión "los insultos contra los símbolos nacionales".
"Es absurdo", dijo Witz, 42, docente universitario de literatura en la caribeña ciudad de la Península de Yucatán. "No soy una amenaza para el estado".
Ahora, después de más de tres años de trámites legales que Witz describió como kafkianos, su caso será visto por la Corte Suprema mexicana en lo que los analistas jurídicos han llamado uno de los casos más importantes para la libertad de expresión en la historia reciente del país.
La constitución mexicana garantiza la libertad de expresión, provisto que no se injurie a otros, provoque violaciones de la ley o incite al desorden público. Pero una ley federal que data de los años 30 considera ilegal que alguien insulte los símbolos nacionales, en especial la bandera y el himno nacional. Esas leyes son un vestigio de una era en que presidentes con enormes poderes controlaban la prensa y otorgaban escasa importancia a las libertades individuales. Los observadores jurídicos dijeron que la corte puede usar el caso de Witz para determinar la constitucionalidad de la ley.
Desde que fuera elegido el presidente Vicente Fox en 2000, terminando con el dominio de 71 años del Partido Revolucionario Institucional PRI, ha pedido mayores garantías para la libertad de expresión y la prensa. Pero los analistas dicen que la vieja manera de pensar aún persiste. Recientemente el Congreso censuró a una artista por sus descripciones "de mal gusto" de la bandera mexicana, y funcionarios de varios estados tomaron medidas para limitar la libertad de expresión. Un gobernador hace poco hizo encarcelar a dos hombres durante una semana por gritarle improperios durante un mitin público.
"Todavía tenemos que entender que la democracia se basa en la libertad de expresión", dijo Jaime Cárdenas, un especialista en derecho constitucional de la Universidad Nacional Autónoma de México en Ciudad de México. "Los tribunales y las autoridades deben aprender a interpretar las cosas de manera diferente, a poner la libertad por encima de otras consideraciones".
El caso de Witz es similar a los debates sobre la quema de banderas en Estados Unidos. Algunos argumentan que la gente en una sociedad libre tiene derecho a profanar símbolos nacionales a modo de protesta, mientras otros dicen que atacar esos símbolos es un acto ilegal de falta de respeto. Las leyes norteamericanas que prohíben la quema o profanación de banderas han sido declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema.
"Al propagar su filosofía negativa, está destruyendo nuestros valores", dijo Abel Santa Cruz Menchaca, 63, un antiguo oficial militar que presentó la primera demanda contra Witz. Santa Cruz Menchaca, cuyos padre y abuelo fueron generales en el Ejército mexicano, dijo que Witz estaba "atacando algo que nos da nuestra identidad como mexicanos".
Santa Cruz Menchaca dijo que Witz había rebasado sus derechos al insultar a otros mexicanos. Dijo que era "peligroso" publicar semejante poema, comparándolo con un pasajero que en un bote atiborrado pide a los otros que hagan hoyos en el casco. "Si no respetamos nuestras leyes, seremos una nación de salvajes", dijo Santa Cruz Menchaca.
Santa Cruz Menchaca dijo que cuando vio el poema de Witz en la revista Criterios, la puso bajo la atención de Carlos Justo Sierra el jefe del ministerio del Interior local. Sierra dijo que él entonces entabló una querella formal en tribunales. Sierra, 72, señaló una fotografía en la pared de su despacho de un bisabuelo, un antiguo embajador en España, y tuvo problemas en controlar su cólera al comentar el caso de Witz.
"Yo soy de una familia que ha defendido a México durante más de 150 años", dijo Sierra, que también es periodista y escritor. "Así que para mí las declaraciones contra los valores que simbolizan mi país son abominables".
Agregó: "Personalmente, creo que Witz es una basura".
En su ventosa casa en el centro de la ciudad, Witz está en su pequeña biblioteca donde guarda miles de libros que ha cuidadosamente envuelto en plástico para protegerlos de la humedad. Dijo que todo el episodio había sido estrambótico, desde el día en que dos policías llegaron a la universidad para detenerlo. Witz dijo que pensó que alguien le estaba haciendo una broma pesada, de modo que le dijo al juez que su único cómplice era Dios y le sugirió que dictara una orden de detención contra el Todopoderoso.
Contó que el juez estaba enojado y se puso agresivo, pero finalmente le dijo que si entregaba una carta pidiendo excusas a tribunales, el caso sería archivado. En ese momento Witz -"alias, el Poeta", de acuerdo a las actas- se dio cuenta de que el juez hablaba en serio y que estaba en juego la libertad de expresión. Se negó a enviar esa carta, y recurrió hasta llegar a la Corte Suprema. Ahora los jueves deben determinar si oirán la causa o no.
Witz, que ha escrito seis tomos de poesía, dijo que el controversial poema, cuyo título contiene una palabrota, no era su mejor trabajo. Y dijo que fue publicado accidentalmente: Lo envió a la revista pensando que era otro. "Es ridículo procesar a alguien por escribir unos versos, cuando hay tantos ladrones, violadores y delincuentes de cuello blanco que están en libertad", dijo Witz. "La libertad de decir lo que piensas es lo más grande que puede tener un escritor... Esta no es solamente una agresión contra mí, sino contra la libertad".

17 de octubre de 2004
24 de octubre de 2004
©washington post
©traducción mQh

0 comentarios