LA FALSA VIDA CHINA DE BILL CLINTON
La autobiografía de Bill Clinton, el Gran Sandía', fue traducida en varias versiones al chino y re-traducida al inglés. Los editores han retirado los derechos del editor chino por las libertades que se tomó con el texto.
¿Quién sabía que el que sería presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en sus primeros días en Arkansas, y su tío Buddy se sentaban a cotorrear que China era una de las culturas más antiguas del mundo y que había producido Cuatro Grandes Invenciones, de las que una era la pólvora?
Sin embargo, ahí está, todo ese amor por China y las cosas chinas, justo en la última versión pirata de la autobiografía de Clinton, Mi vida', que se vende a bajo precio en China continental y que ha sido re-traducida al inglés recientemente por Alex Beels en el último número de Harper's Magazine. La versión pirata muestra a una familia Clinton obsesionada con los puntos fuertes de China, con cómo la ciencia y tecnología chinas "nos hicieron morder el polvo". Los lectores se enterarán de que el futuro presidente, para impresionar a la madre de Hillary, se ponía ditirámbico sobre cosas tales como los Ocho Trigramas, documentados en El libro de los cambios' varios miles de años atrás. En otra re-traducción de este verano pasado Clinto aparece explicándole a Hillary que su apodo significa Gran Sandía'.
En el mundo editorial occidental -de hecho, en el mundo comercial occidental- tales textos hurtados no son asuntos que se tomen a la ligera. Recientemente la Cámara de Comercio Estadounidense llamó la atención sobre la no aplicación de las leyes en China en lo que se refiere a los artículos falsificados y su fracaso en proteger el derecho de propiedad intelectual. Los editores estadounidenses estiman que pierden al menos unos 40 millones de dólares al año en falsificaciones chinas.
En realidad, los compradores en China visitan regularmente un área llamada Central de Imitaciones para adquirir suéteres Gap falsificados o zapatos Timberland falsos. Algunas copias no son tan malas, para pesar de aquellos que tratan de vender los productos auténticos.
Por supuesto, China no es el único país donde se venden imitaciones. Guccis y Armanis falsos aparecen con alguna regularidad en las aceras de Nueva York, y el problema de los editores y negocios es mundial. Pero en el tema de los libros -especialmente los libros de los Clinton-, China ha sido especialmente difícil. Simon & Schuster cancelaron los derechos de publicación del editor chino del libro de la senadora Hillary Clinton debido a las distorsiones y supresiones en el texto.
Las traducciones piratas del libro de Clinton también suprimen todas las referencias a la falta de libertad en China. Los editores piratas ciertamente se han tomado muchas libertades con el texto. Uno de los mejores ejemplos es la realmente larga frase inicial de la versión de Clinton, que se extiende durante 48 palabras para describir en detalle su nacimiento, incluyendo el tiempo tormentoso que precedió a ese gran acontecimiento. La primera frase en la versión china pirata dice: "En la ciudad de la Esperanza, donde nací, se respiraba una gran armonía vital".
24 de octubre de 2004
©new york times
©traducción mQh
Sin embargo, ahí está, todo ese amor por China y las cosas chinas, justo en la última versión pirata de la autobiografía de Clinton, Mi vida', que se vende a bajo precio en China continental y que ha sido re-traducida al inglés recientemente por Alex Beels en el último número de Harper's Magazine. La versión pirata muestra a una familia Clinton obsesionada con los puntos fuertes de China, con cómo la ciencia y tecnología chinas "nos hicieron morder el polvo". Los lectores se enterarán de que el futuro presidente, para impresionar a la madre de Hillary, se ponía ditirámbico sobre cosas tales como los Ocho Trigramas, documentados en El libro de los cambios' varios miles de años atrás. En otra re-traducción de este verano pasado Clinto aparece explicándole a Hillary que su apodo significa Gran Sandía'.
En el mundo editorial occidental -de hecho, en el mundo comercial occidental- tales textos hurtados no son asuntos que se tomen a la ligera. Recientemente la Cámara de Comercio Estadounidense llamó la atención sobre la no aplicación de las leyes en China en lo que se refiere a los artículos falsificados y su fracaso en proteger el derecho de propiedad intelectual. Los editores estadounidenses estiman que pierden al menos unos 40 millones de dólares al año en falsificaciones chinas.
En realidad, los compradores en China visitan regularmente un área llamada Central de Imitaciones para adquirir suéteres Gap falsificados o zapatos Timberland falsos. Algunas copias no son tan malas, para pesar de aquellos que tratan de vender los productos auténticos.
Por supuesto, China no es el único país donde se venden imitaciones. Guccis y Armanis falsos aparecen con alguna regularidad en las aceras de Nueva York, y el problema de los editores y negocios es mundial. Pero en el tema de los libros -especialmente los libros de los Clinton-, China ha sido especialmente difícil. Simon & Schuster cancelaron los derechos de publicación del editor chino del libro de la senadora Hillary Clinton debido a las distorsiones y supresiones en el texto.
Las traducciones piratas del libro de Clinton también suprimen todas las referencias a la falta de libertad en China. Los editores piratas ciertamente se han tomado muchas libertades con el texto. Uno de los mejores ejemplos es la realmente larga frase inicial de la versión de Clinton, que se extiende durante 48 palabras para describir en detalle su nacimiento, incluyendo el tiempo tormentoso que precedió a ese gran acontecimiento. La primera frase en la versión china pirata dice: "En la ciudad de la Esperanza, donde nací, se respiraba una gran armonía vital".
24 de octubre de 2004
©new york times
©traducción mQh
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