proponen tráfico de órganos
[Jenny Jarvie] Los reclusos podrían donar un órgano para salir antes. Críticos condenan la idea.
Atlanta, Estados Unidos. Los reclusos en cárceles de Carolina del Sur podrían ahorrarse hasta seis meses de sus sentencias si donaran un riñón o médula, de aprobarse un proyecto de ley en ese sentido en el Senado del estado.
"Hay un montón de gente que se muere en la lista de espera para órganos, así que pensé en la población carcelaria", dijo el senador del estado Ralph Anderson, el principal proponente del proyecto de ley. "Creo que tenemos que hacer algo para motivarlos. Podrían salir antes, y esa posibilidad de salir antes podría ser un buen motivo [para donar un órgano]".
El proyecto fue aprobado el jueves por la Subcomisión Correccional y de Sentencias del Senado.
Pero es casi seguro que provocará una fuerte oposición de juristas y defensores de los derechos de los reclusos, que dudan sobre si los reos pueden tomar esa decisión libremente en esas condiciones.
"Que un preso reciba beneficios por donar un órgano viola todos los valores éticos que conozco", dijo Lawrence Goston, profesor de derecho en el Centro Jurídico de la Universidad de Georgetown y presidente de la comisión sobre sujetos humanos en la investigación de prisioneros del Instituto de Medicina. "Es groseramente inmoral, si no ilegal", dijo. El instituto forma parte de la Academia Nacional de Ciencias
Algunos legisladores dijeron que ellos no debatirían sobre la medida propuesta hasta que se estableciera si cambiar tiempo de prisión por partes del cuerpo viola o no alguna ley federal. Según la legislación actual, es ilegal intercambiar un órgano por "consideraciones de beneficios". Los legisladores quieren determinar si una reducción de la sentencia constituye una consideración de ese tipo.
"Salir de la cárcel antes de cumplir la pena es más valioso que el dinero", dijo Gostin. "Es tu libertad".
Incluso sin el incentivo de una reducción de la sentencia, dijo Gostin, la propuesta sería inmoral debido a que los reclusos gozan de poca autonomía y viven en entornos altamente coercitivos. Las leyes federales, por ejemplo, prohíben que los reclusos participen en tests clínicos de drogas en desarrollo incluso si padecen de cáncer o sida, debido a que su confinamiento podría llevarles a tomar una decisión que de otro modo no tomarían nunca.
Anderson dijo que su proyecto de donación de órganos contaría con supervisión.
"Nos cercioraríamos de si la decisión es voluntaria y si tenían toda la información necesaria [al tomar la decisión]", dijo. "No les obligaríamos a hacerlo".
De acuerdo a la Red de Obtención de Órganos y Transplantes, más de 95.300 estadounidenses están esperando un transplante de órgano y unos 6.700 mueren al año en la lista de espera.
Según el proyecto, el Departamento Correccional del estado decidiría qué reclusos pueden donar sus órganos. El dinero para procedimientos médicos y las horas extras de los gendarmes de la prisión provendría de los recipientes de órganos y de organizaciones benéficas.
"Estados Unidos sufre una importante crisis de salud", dijo Anderson. "Creo que este proyecto ahorraría dinero, mejoraría la calidad de la salud y salvaría un buen montón de vidas".
"Hay un montón de gente que se muere en la lista de espera para órganos, así que pensé en la población carcelaria", dijo el senador del estado Ralph Anderson, el principal proponente del proyecto de ley. "Creo que tenemos que hacer algo para motivarlos. Podrían salir antes, y esa posibilidad de salir antes podría ser un buen motivo [para donar un órgano]".
El proyecto fue aprobado el jueves por la Subcomisión Correccional y de Sentencias del Senado.
Pero es casi seguro que provocará una fuerte oposición de juristas y defensores de los derechos de los reclusos, que dudan sobre si los reos pueden tomar esa decisión libremente en esas condiciones.
"Que un preso reciba beneficios por donar un órgano viola todos los valores éticos que conozco", dijo Lawrence Goston, profesor de derecho en el Centro Jurídico de la Universidad de Georgetown y presidente de la comisión sobre sujetos humanos en la investigación de prisioneros del Instituto de Medicina. "Es groseramente inmoral, si no ilegal", dijo. El instituto forma parte de la Academia Nacional de Ciencias
Algunos legisladores dijeron que ellos no debatirían sobre la medida propuesta hasta que se estableciera si cambiar tiempo de prisión por partes del cuerpo viola o no alguna ley federal. Según la legislación actual, es ilegal intercambiar un órgano por "consideraciones de beneficios". Los legisladores quieren determinar si una reducción de la sentencia constituye una consideración de ese tipo.
"Salir de la cárcel antes de cumplir la pena es más valioso que el dinero", dijo Gostin. "Es tu libertad".
Incluso sin el incentivo de una reducción de la sentencia, dijo Gostin, la propuesta sería inmoral debido a que los reclusos gozan de poca autonomía y viven en entornos altamente coercitivos. Las leyes federales, por ejemplo, prohíben que los reclusos participen en tests clínicos de drogas en desarrollo incluso si padecen de cáncer o sida, debido a que su confinamiento podría llevarles a tomar una decisión que de otro modo no tomarían nunca.
Anderson dijo que su proyecto de donación de órganos contaría con supervisión.
"Nos cercioraríamos de si la decisión es voluntaria y si tenían toda la información necesaria [al tomar la decisión]", dijo. "No les obligaríamos a hacerlo".
De acuerdo a la Red de Obtención de Órganos y Transplantes, más de 95.300 estadounidenses están esperando un transplante de órgano y unos 6.700 mueren al año en la lista de espera.
Según el proyecto, el Departamento Correccional del estado decidiría qué reclusos pueden donar sus órganos. El dinero para procedimientos médicos y las horas extras de los gendarmes de la prisión provendría de los recipientes de órganos y de organizaciones benéficas.
"Estados Unidos sufre una importante crisis de salud", dijo Anderson. "Creo que este proyecto ahorraría dinero, mejoraría la calidad de la salud y salvaría un buen montón de vidas".
jennie.jarvie@latimes.com
9 de marzo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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