¿se puede negociar con bin laden?
columna de mérici
Algunos políticos insisten en que no se ha de negociar con terroristas. Eso es relativo. Algunos de esos mismos políticos han negociado antes con terroristas y algunos incluso han ordenado cometer actos terroristas. Así que lo que afirman con tanta vehemencia es simplemente hipócrita. Lo que querrán decir es que no quieren negociar con sus enemigos, porque hoy, en la guerra contra Iraq, tienen enemigos que no son terroristas y, sin embargo, tampoco quieren negociar con ellos.
¿Quiénes son pues terroristas? Normalmente es terrorista' cualquiera que -individuo, grupo o estado- ataca deliberadamente a civiles o poblaciones civiles con actos terroríficos con el propósito de infundir terror con o sin un objetivo específico. Por ejemplo, en la confusión actual, hay grupos terroristas religiosos que matan a cualquiera que definan como hereje. No tienen otro objetivo que deshacerse de un hereje y acumular puntos para su propio más allá. Sus dioses son sanguinarios.
Pero esos grupos -que conocemos al menos desde el siglo 18- son anómalos. Lo normal es que el terror tenga un objetivo: la Unión Soviética y sus campos de concentración, los asesinatos masivos de Saddam Hussein, las matanzas de purificación étnica de Milosevic, los atentados de bin Laden y otros fundamentalistas en Estados Unidos, España, Marruecos, Bali, etc., etc. Los bombardeos de ciudades por parte de EEUU en Iraq son un caso límite. Debería probarse que tienen por objetivo explícito la destrucción y causar terror en una población que consideran hostil.
¿Dónde se ubica bin Laden? Muchos de sus partidarios y células parecen ubicarse entre los terroristas religiosos; otros muchos, no. Él mismo ofrece treguas y negociaciones. Su lista de reivindicaciones parece, sin embargo, ilimitada. ¿Quiere que Israel devuelva Palestina a sus habitantes? Es el mismo anhelo de la ONU. ¿Que EEUU abandone Iraq? Lo pide todo el mundo. ¿Quiere terminar con la monarquía saudí? Ese es otro anhelo ampliamente compartido.
¿Por qué entonces no se aceptan sus ofertas de tregua? Fundamentalmente porque no representa ni constituye un estado. No representa al mundo musulmán ni árabe. No parece dispuesto a renunciar a sus objetivos políticos propios: la implantación de una teocracia totalitaria en todo Oriente. Además, dada la autonomía de sus células, no ofrece ninguna garantía de que esos fanáticos se sometan a algún acuerdo. Bin Laden, por eso, es y sigue siendo un problema policial.
Pero no se nos puede escapar que si Israel abandonase Palestina, y si EEUU se retirase de Iraq, se satisfarían los anhelos de la comunidad internacional. Para ello no hay ninguna necesidad de negociar con Bin Laden. Simplemente hay que insistir ante Israel en la urgencia de que abandone territorios que debió haber devuelto hace décadas. Y ante EEUU para que salga de Iraq, sin perder las esperanzas de que la policía capture a bin Laden algún día y lo entregue a tribunales para ser juzgado.
©mérici
¿Quiénes son pues terroristas? Normalmente es terrorista' cualquiera que -individuo, grupo o estado- ataca deliberadamente a civiles o poblaciones civiles con actos terroríficos con el propósito de infundir terror con o sin un objetivo específico. Por ejemplo, en la confusión actual, hay grupos terroristas religiosos que matan a cualquiera que definan como hereje. No tienen otro objetivo que deshacerse de un hereje y acumular puntos para su propio más allá. Sus dioses son sanguinarios.
Pero esos grupos -que conocemos al menos desde el siglo 18- son anómalos. Lo normal es que el terror tenga un objetivo: la Unión Soviética y sus campos de concentración, los asesinatos masivos de Saddam Hussein, las matanzas de purificación étnica de Milosevic, los atentados de bin Laden y otros fundamentalistas en Estados Unidos, España, Marruecos, Bali, etc., etc. Los bombardeos de ciudades por parte de EEUU en Iraq son un caso límite. Debería probarse que tienen por objetivo explícito la destrucción y causar terror en una población que consideran hostil.
¿Dónde se ubica bin Laden? Muchos de sus partidarios y células parecen ubicarse entre los terroristas religiosos; otros muchos, no. Él mismo ofrece treguas y negociaciones. Su lista de reivindicaciones parece, sin embargo, ilimitada. ¿Quiere que Israel devuelva Palestina a sus habitantes? Es el mismo anhelo de la ONU. ¿Que EEUU abandone Iraq? Lo pide todo el mundo. ¿Quiere terminar con la monarquía saudí? Ese es otro anhelo ampliamente compartido.
¿Por qué entonces no se aceptan sus ofertas de tregua? Fundamentalmente porque no representa ni constituye un estado. No representa al mundo musulmán ni árabe. No parece dispuesto a renunciar a sus objetivos políticos propios: la implantación de una teocracia totalitaria en todo Oriente. Además, dada la autonomía de sus células, no ofrece ninguna garantía de que esos fanáticos se sometan a algún acuerdo. Bin Laden, por eso, es y sigue siendo un problema policial.
Pero no se nos puede escapar que si Israel abandonase Palestina, y si EEUU se retirase de Iraq, se satisfarían los anhelos de la comunidad internacional. Para ello no hay ninguna necesidad de negociar con Bin Laden. Simplemente hay que insistir ante Israel en la urgencia de que abandone territorios que debió haber devuelto hace décadas. Y ante EEUU para que salga de Iraq, sin perder las esperanzas de que la policía capture a bin Laden algún día y lo entregue a tribunales para ser juzgado.
©mérici
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