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pakistán frustra búsqueda de bin laden


[James Risen y David Rohde] El desvío de recursos hacia la guerra de Iraq y el apoyo que dan los líderes tribales a Al Qaeda dificultan la captura del más buscado cabecilla terrorista del mundo.
Para la captura de Osama bin Laden la CIA estableció a fines de 2003 una serie de pequeñas bases secretas en las escarpadas montañas en la frontera noroeste de Pakistán. La agencia concluyó que Bin Laden, el líder terrorista, estaba siendo protegido por tribus locales y militantes extranjeros, y controlaba a un escogido grupo de operativos dedicados a atacar a Estados Unidos.
Pero desde que se abrieron las bases, los agentes de la CIA asignados allí han estado estrictamente supervisados por funcionarios paquistaníes, que han limitado su capacidad operativa, y les han escoltado toda vez que se desplazan en la región fronteriza de Pakistán. Como resultado, para los estadounidenses ha sido prácticamente imposible recabar informaciones de manera efectiva, dicen varios funcionarios familiarizados con la operación que hablaron anónimamente.
Más de tres años después de que los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el Pentágono y Nueva York transformaran a Osama bin Laden en el hombre más buscado del mundo, su búsqueda está paralizada, frustrada por la remota topografía de su probable santuario paquistaní, obstaculizada por la red de Al Qaeda que sigue estando bien financiada y organizada, dejada a un lado por la distracción de la guerra de Iraq y, quizás más significativamente, limitada por una profunda desconfianza hacia Estados Unidos entre los paquistaníes.
Estimulado por Estados Unidos, Pakistán empezó esta primavera una ofensiva a lo largo de su frontera noroeste para sacar de sus escondites a las fuerzas de Al Qaeda que escaparon de Afganistán, y ayudar a encontrar a bin Laden. Pero después de sufrir severas bajas y causar víctimas civiles que despertaron oposición, el ejército paquistaní declaró la victoria hace dos semanas y anunció que bin Laden no estaba en Pakistán. Sin embargo, muchos agentes de la inteligencia estadounidense están seguros de que sigue en el país, y de que es tan peligroso como siempre.
La guerra en Afganistán ha infligido serios daños a Al Qaeda, obligándola a adaptarse a sobrevivir, según especialistas en inteligencia. Hoy, dicen que funciona en gran parte como una floja red de sucursales locales unidas por una militante ideología islamita. Pero bin Laden es más que un mero símbolo de la militancia islámica, según la mayoría de agentes de la inteligencia estadounidense. Presuntamente desde su escondite en algún lugar al lado paquistaní de la frontera afgana-paquistaní, controla una célula de la elite terrorista dedicada a atacar a Estados Unidos, según sospechan los agentes. Dicen que supervisa personalmente a un grupo de operativos de Al Qaeda, que espera utilizar para otro atentado "espectacular", como los secuestros del 11 de septiembre de 2001.
Analistas estadounidenses de contra-terrorismo dicen que esta unidad especial de Al Qaeda se ha probablemente dispersado, aunque no saben dónde. Este "grupo externo de planificación" puede comunicarse con afiliados regionales en todo el mundo para trabajar con ellos cuando sea necesario, dijo un importante agente de inteligencia. "Bin Laden tiene la firme intención de atacar a Estados Unidos en el continente, y quiere usar ese núcleo externo de planificación para hacerlo", dijo el agente.
Pero Estados Unidos ha fracasado en infiltrar al grupo y no tiene idea de ni dónde ni cuándo atacará, reconocieron los agentes. Los agentes de inteligencia no proporcionaron detalles sobre cómo llegaron a esas conclusiones sobre el papel actual de bin Laden, que no había sido reportado previamente.

Red De Protección
Muchos analistas están convencidos de que está siendo protegido por una bien financiada red de tribus paquistaníes y militantes extranjeros que operan en la empobrecida región fronteriza, y que lo han ayudado a comunicarse con importantes figuras de su red. "Bin Laden cuenta con apoyo logístico de las tribus", dijo un agente de inteligencia. "Todavía tiene comunicaciones operacionales con el mundo exterior".
El lugar que se sospecha de ser el escondite de bin Laden, a la sombra de la cordillera del Hindu Kush, es uno de los rincones más aislados y atrasados del mundo. La frontera de Pakistán es un árido terreno de montañas y lodo. Los furiosamente independentistas pashtún que viven en la región son granjeros y contrabandistas, la mayoría de ellos pobres y analfabetos. Los ulemas locales predican una ideología musulmana radical que retrata a Estados Unidos como empecinado en esclavizar a los musulmanes y destruir su cultura.
Con simpatías hacia los talibanes, muchos de los cuales asistieron a madrasas, o escuelas religiosas, en la región, los jóvenes militantes de las tribus ven a los soldados norteamericanos como agresores peligrosos que ocupan Afganistán e Iraq y consideran a bin Laden como un héroe vengativo. Pakistán prohíbe a periodistas occidentales la entrada al área sin una escolta militar.
Las siete áreas tribales semi-autónomas en la región han sido prácticamente un terreno prohibido para las fuerzas estadounidenses desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, transformándolas en un refugio natural para los cabecillas de Al Qaeda que huyeron de Afganistán después de la batalla de Tora Bora en 2001.
Pakistán no permite que fuerzas militares y de la inteligencia estadounidenses en Afganistán crucen la frontera en persecución de los militantes. Esta prohibición de cruzar la frontera "durante persecuciones" hace que sea relativamente fácil para los combatientes talibanes y de Al Qaeda montar ataques contras las bases norteamericanas en Afganistán y escapar luego rápidamente hacia el santuario de Pakistán. Los soldados estadounidenses se han quejado de que militantes extranjeros les han disparado desde Pakistán mientras guardias fronterizos paquistaníes observaban tranquilamente sin hacer nada.

¿Se Enfrió La Persecución?
Como resultado de las restricciones, el personal militar y de la inteligencia norteamericana en Afganistán ya no están realmente persiguiendo a bin Laden, dijo un oficial de inteligencia. Están tratando de proporcionar estabilidad para el nuevo gobierno afgano, mientras combaten la insurgencia talibán local y a un puñado de combatientes de Al Qaeda. El sábado los militares norteamericanos iniciaron una ofensiva en Afganistán para perseguir a esos militantes.
Las operaciones aéreas que lleva a cabo Estados Unidos sobre Pakistán son estrechamente controladas. Aeroplanos de espionaje Predator no tripulados son autorizados a sobrevolar Pakistán sólo con la aprobación de la cadena militar del mando paquistaní, lo que produce frecuentemente costosos retrasos, dicen agentes de la CIA.
La vigilancia electrónica de la región fronteriza por la Agencia Nacional de Seguridad se ha demostrado igualmente frustrante, dicen agentes de la inteligencia estadounidense. Se cree que bin Laden evita usar aparatos electrónicos que podrían ser trazados y se comunica probablemente sólo a través de mensajeros fiables, dicen funcionarios de la inteligencia estadounidense. Sin torres de telefonía a lo largo de la frontera, en la región los traficantes de drogas usan ampliamente celulares y walkie-talkies, dificultando trazar a operativos de Al Qaeda que usan el mismo tipo de equipamiento.
Con la esperanza de recabar más datos de inteligencia, la CIA abrió a fines de 2003 bases secretas con pequeños números de operativos en Pakistán, pero no ha sido capaz de utilizarlas para operaciones agresivas de contra-terrorismo, dicen oficiales de inteligencia. Los operativos, muchos de los cuales son agentes paramilitares de la CIA, dependen de comandantes del ejército paquistaní, cuyas visiones de cooperación con la CIA varían ampliamente, dicen funcionarios de la CIA.
"Hay limitaciones reales a nuestros movimientos" dentro de Pakistán, dijo un funcionario estadounidense, y eso ha frustrado profundamente a los agentes de inteligencia. Un portavoz de la CIA se negó a discutir cualquier aspecto de las bases clandestinas.
Funcionarios paquistaníes dijeron que los estadounidenses eran identificables instantáneamente y era poco probable que pudieran trabajar solos. Dicen que los estadounidenses reciben escoltas para evitar que sean secuestrados o asesinados, o que se revele su presencia, lo que sería perjudicial para el gobierno paquistaní.
La decisión de permitir las bases es uno de los pasos más significativos del presidente Pervez Musharraf para ayudar a Estados Unidos, dicen oficiales de la inteligencia. Está tratando de equilibrar su alianza con Estados Unidos con su necesidad de evitar el surgimiento de una mayor insurgencia en la región fronteriza, donde se resiente la presencia del gobierno central debido a su largo período de abandono. Funcionarios de gobierno dijeron que algunos militantes de otras partes de Pakistán han ingresado a áreas tribales para unirse a la lucha.

Aliados Reticentes
Aunque los estadounidenses han presionado desde fines de 2001 a los paquistaníes para que persigan a las fuerzas de Al Qaeda, la campaña militar empezó sólo después de dos intentos de asesinato contra el general Musharraf en diciembre de 2003, que tuvieron su origen en áreas tribales. Antes de eso, funcionarios paquistaníes habían afirmado que no había combatientes extranjeros en la región.
El ejército finalmente desplegó 25.000 tropas en Waziristán Sur, una de las áreas tribales, y descubrieron varios campos de adiestramiento terroristas. En octubre jefes militares paquistaníes dijeron que habían matado a 246 militantes y capturado a 579. Las redadas y barridas tuvieron un alto costo. Murieron alrededor de 200 soldados paquistaníes, y miembros de las tribus dijeron que habían muerto cientos de civiles.
El 9 de septiembre, por ejemplo, un ataque aéreo cerca de la aldea de Dela, en Waziristán Sur, causó la muerte de unos 80 civiles. Jóvenes de la tribu mehsud, muchos de los cuales murieron durante el incidente, comenzaron a unirse a los militantes. "Ese fue el punto de no retorno", dijo Rahimullan Yusufzai, un periodista paquistaní. "Sus amigos, sus familiares y la gente supieron que los habían matado".
No existen cifras precisas, pero funcionarios paquistaníes calculan habían entre 500 y 1.000 miembros de la tribus peleando junto a los 150 a 300 combatientes extranjeros, la mayoría de ellos de la tribu uzbek. Analistas paquistaníes dicen que la estructura tribal del área está desgastándose. Atraídos por la riqueza, el sentido de pertenencia y la promesa del paraíso que ofrecen los militantes, jóvenes desempleados de las tribus rechazan abiertamente los edictos de líderes tribales y toman las armas, dijo Yusufzai. "Esos jóvenes rehúsan escuchar a sus superiores, a sus familias", agregó.
Residentes locales han dicho que cayeron entre el fuego cruzado entre el ejército y los militantes. Nisar Wazir, 56, un maestro de Wana, un pueblo en Waziristán Sur, dijo en una entrevista telefónica que los gobiernos estadounidense y paquistaní habían desdeñado a las áreas tribales después de apoyar a los militantes allí en la guerra santa contra los soviéticos en los años ochenta. Interrogado sobre si bin Laden se ocultaba en el área, Wazir respondió enfadado: "Estados Unidos trajo a bin Laden a esta región. Ellos saben mejor que yo dónde se oculta".
A pesar de los esfuerzos del gobierno paquistaní de ganar la confianza de los habitantes mediante la construcción de escuelas, pozos y caminos, muchos miembros de tribus consideran la colaboración con investigadores paquistaníes y estadounidenses como algo ‘napak kam', o trabajo sucio, dicen funcionarios paquistaníes.
Aparte de las tribus, los militantes pueden estar recibiendo ayuda de algunos agentes del Servicio de Inteligencia Paquistaní, la más poderosa organización de inteligencia del país. La agencia era el poder encubierto detrás del auge al poder de los talibanes en Afganistán y estaba cercana a Al Qaeda. Funcionarios policiales y de la seguridad civil de Pakistán se quejaron de que en el pasado el personal de inteligencia de la agencia había a veces interferido con sus intentos de arrestar a miembros de Al Qaeda.
Funcionarios paquistaníes advirtieron que la desconfianza hacia Estados Unidos impide una presencia estadounidense significativa. Desde las invasiones de Afganistán e Iraq, muchos paquistaníes temen que Estados Unidos bombardee Irán para impedirle desarrollar armas nucleares, y que Pakistán será el siguiente.
Un funcionario de la seguridad paquistaní dijo que la oposición a las fuerzas norteamericanas en el país sería masiva. "El día en que las tropas estadounidenses entren a territorio paquistaní, será un día en que el gobierno paquistaní no podrá parar a la gente que diga: ‘¿Por qué no reconsidera su posición de colaborar con Estados Unidos?'", dijo el funcionario, que habló a condición de conservar el anonimato. "Ya están diciendo que el gobierno ha ido demasiado lejos en su ayuda a Estados Unidos".
Algunos funcionarios de la inteligencia estadounidense dicen que la guerra de Iraq proporcionó una nueva herramientas de reclutamiento a Al Qaeda. El conflicto ha desviado recursos -como personal paramilitar de la CIA y aeroplanos de espionaje Predator no tripulados- de Afganistán a Iraq en 2002, dijeron varios actuales y antiguos funcionarios de gobierno y de inteligencia. Afirmaron que la guerra de Iraq ha debilitado el foco de Estados Unidos, otorgándole a Al Qaeda tiempo para reagruparse. Pakistán ha sido un santuario para algunos cabecillas de Al Qaeda desde poco después de la invasión de Afganistán encabezada por Estados Unidos. Cuando cayó el gobierno de los talibanes en el invierno de 2001, algunos líderes de Al Qaeda se marcharon hacia el oeste de Irán, pero un gran grupo de miembros de Al Qaeda, incluyendo a muchos de los lugartenientes de bin Laden, se dirigieron hacia el sur de Pakistán, dicen oficiales de inteligencia.
Hacia la primavera de 2002, Waziristán Sur se había transformado en el "centro de las operaciones de Al Qaeda en todo el mundo", dijo un importante funcionario paquistaní. Líderes religiosos locales ofrecieron casas a los militantes, mientras miembros pobres de las tribus recibieron atractivas sumas de dinero por el alquiler de sus casas.
Pronto establecieron un sistema de seguridad muy efectivo. Una red de miembros de las tribus equipados de radios y teléfonos celulares actuaron como vigías e informaban toda vez que más de un vehículo salía de una base nueva del ejército paquistaní en Wana. "Se les avisaba", dijo un importante funcionario paquistaní.
Los combatientes extranjeros cuentan abundante dinero en efectivo, usan un código altamente sofisticado para comunicarse, viajan en pequeños grupos en la noche, tienen disciplina y acceso a ordenares portátiles, dicen funcionarios militares paquistaníes. La red ha enviado mensajes por correo electrónico, cartas y devedés a soldados paquistaníes involucrados en combates en áreas tribales instándoles a no matar a sus compatriotas musulmanes a favor de Estados Unidos, de acuerdo a diplomáticos occidentales.

Un Aviso Pre-Electoral
La CIA ha recibido intermitentemente informaciones sobre los desplazamientos de bin Laden a lo largo de la frontera paquistaní, pero ha llegado siempre tarde para actuar contra él, dijeron funcionarios. "No hay informaciones fiables que nos hayan llegado desde la región fronteriza" desde Tora Bora, dijo un analista estadounidense.
Muchos analistas norteamericanos han concluido que Ayman al-Zawahiri, el egipcio que es el jefe adjunto de bin Laden, también se encuentra en la frontera paquistaní -en territorio tribal o en regiones adyacentes-, pero no junto a bin Laden. Funcionarios estadounidenses afirman que los dos se han separado por razones de seguridad, pero siguen comunicándose frecuentemente. Eso puede explicar por qué el último año han podido emitir grabaciones de audio y videos en la televisión árabe, aunque no han sido oídos ni vistos juntos.
Este otoño, días antes de las elecciones presidenciales estadounidenses bin Laden emitió un video advirtiendo a Estados Unidos que cambie de curso para evitar futuros atentados. En contraste con su demacrado aspecto en su mensaje de video televisado en septiembre de 2003, bin Laden se ve saludable. Oficiales de la CIA dicen que no están seguros de su estado de salud, pero han desmentido durante largo tiempo que sufra de alguna afección renal o alguna enfermedad seria.
A pesar de las deficiencias de la campaña en la frontera paquistaní, el gobierno de Bush afirma que el general Musharraf ha corrido grandes riesgos personales y políticos al unirse a Estados Unidos contra Al Qaeda, y no está dispuesto a presionarlo más de la cuenta o en público. Por deferencia hacia el presidente Musharraf, la posición oficial de Estados Unidos sobre el paradero de bin Laden es que este se encuentra en la frontera afgano-paquistaní, una descripción que elude apuntar hacia Islamabad.
Funcionarios del contra-terrorismo estadounidense mencionan el papel crucial jugado por los servicios de inteligencia paquistaníes en la captura de operativos de Al Qaeda, incluyendo a varias figutas importantes, en ciudades paquistaníes. En áreas urbanas, los funcionarios de seguridad argumentan que están realizando labores policiales y pueden detener a los operativos de Al Qaeda uno por uno sin causar revuelos políticos. "Los objetivos claves de alto valor que han sido capturados en Pakistán, han sido capturados en las ciudades", dijo un agente de la inteligencia estadounidense. "En la frontera no hemos detenido a ninguno". Un beneficio de la reciente campaña es que ha obligado a los combatientes musulmanes extranjeros a desplazarse desde las tierras bajas de Waziristán Sur hacia las montañas y bosques, otras áreas tribales y ciudades paquistaníes, dicen oficiales de la inteligencia estadounidense y paquistaní. "Causó movimientos, y posiblemente los obligará a exponerse. Así podremos capturarlos", dijo un estadounidense.

Un Éxito Recibido Con Escepticismo
A fines de noviembre, el gobierno paquistaní calificó de éxito la operación en Waziristán Sur, diciendo que bin Laden no se encontraba allí. En una reunión reciente con el presidente Bush en Washington, el general Musharraf declaró que las fuerzas paquistaníes habían "roto la espalda" de la red de Al Qaeda en su país y destruido sus bases de adiestramiento.
Muchos funcionarios de la inteligencia estadounidense se han mostrado escépticos sobre la campaña, observando que los paquistaníes a menudo advierten de antemano a líderes tribales sobre redadas y sólo capturan en su mayor parte a reclutas. Para erradicar a Al Qaeda y localizar a bin Laden requerirá mucho más que una campaña sostenida de Estados Unidos y Pakistán, dicen funcionarios de inteligencia de esos países. Estados Unidos está gastando 4.5 millones de dólares para contribuir en la construcción en áreas tribales de caminos, pozos y escuelas, una suma pequeñísima cuando se la compara con los 18 billones de dólares que gasta Estados Unidos en la reconstrucción de Iraq. Funcionarios paquistaníes y otros dicen que el desarrollo económico, gobiernos locales elegidos y una completa integración de las áreas tribales en Pakistán son el único camino hacia la erradicación de la militancia de ese área aislada.
"Para neutralizarlos y eliminarlos se necesitará mucho más que eso", dijo Talat Masood, un analista político de Islamabad y antiguo general. "Todavía son una fuerza muy poderosa".

James Risen informó desde Washington, y David Rohde desde Peshawar, Pakistán. Mohammed Khan contribuyó desde Peshawar.

13 de diciembre de 2004
©new york times
©traducción mQh

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