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murió virgina mayo


Fallece Virginia Mayo, leyenda de Hollywood. A los 84 años murió la actriz que brilló en cintas como ‘Los mejores años de nuestras vidas'. Figura del studio system de los años '40 y '50, su belleza llevó a que se la describiera como "prueba de que Dios existe". El mismo factor, sin embargo, impidió que se valorara su aporte a cintas clave de aquellos años.
Uno de los grandes dramas hollywoodenses de posguerra, ‘Los mejores años de nuestras vidas', la mostró como desencantada esposa de un retornado de la II Guerra. Tres años después fue la mujer de James Cagney, rubia tonta y voluptuosa, en el soberbio thriller freudiano ‘Alma negra' (White Heat, 1949).
Estuvo a la altura de estos papeles, y hay quien dice que el Oscar la ignoró injustamente. Pero su gran belleza -"la prueba de que Dios existe", se decía de ella- nubló la consideración de las dotes actorales de Virginia Mayo, figura insigne del studio system.
Virginia Clara Jones -su verdadero nombre- murió el lunes, a los 84 años, en una casa de reposo de las afueras de Los Angeles. Según informó un amigo de la familia, el deceso fue ocasionado por un paro cardíaco, punto final de la larga neumonía que venía enfrentando.
Al conocerse el fallecimiento, uno de los aspectos que destacaron diarios y agencias fue precisamente la subvaloración de la intérprete en beneficio de la chica sexy.

"Quería ser bailarina"
Hija de un periodista, Virginia nació en Saint Louis, Missouri, en 1920. Su temprano interés en el espectáculo encontró acogida en la academia de talentos de una tía, que la seleccionó para figurar en obras locales.
De ahí saltó a los shows de variedades, con los que hizo sus primeras giras por EE.UU. En uno de ellos nació el nombre por el cual se la recuerda, tomado de un humorista que la acompañaba.
"Quería ser bailarina, pero terminé como actriz", recordaba hace pocos años. El tránsito se produjo a principios de los '40, cuando fue descubierta por Samuel Goldwyn, quien encargó para ella cursos de actuación y de dicción. Con papeles pequeños como el que tuvo en ‘Jack London' (1943) -cuyo protagonista, Michael O'Shea, se convirtió en su esposo-, se la encasilló en géneros como la comedia y el musical, situándosela con frecuencia junto a estrellas como Dana Andrews, George Raft, Burt Lancaster, Kirk Douglas y el mencionado Cagney.
A las órdenes de cineastas como Howard Hawks, Jacques Tourneur, Raoul Walsh y William Wyler, su drama fue el de tantos intérpretes de la era dorada de Hollywood, de la cual fue un producto: con la etiqueta de bella y ‘livianita', el interés en sus servicios decayó hacia fines de los '50.
En décadas posteriores apareció en series de TV como ‘Con temple de acero' y en pequeños papeles en cintas de horror. Le sobreviven una hija y tres nietos.

20 de enero de 2005
©la tercera

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