policía impotente frente a maras
[Carlos Arrazola] Miles de jóvenes delincuentes, integrantes de las pandillas Mara 18' y Mara Salvatrucha', siembran a diario el terror en Guatemala con asesinatos, violaciones y asaltos sin que las fuerzas de seguridad puedan contenerlos.
Guatemala. Se trata de muchachos de ambos sexos de entre 12 y 25 años de edad, en su mayoría habitantes de áreas periféricas y barrios marginales de las ciudades, consumidores y vendedores de drogas, que tatúan sus cuerpos con variedad de motivos que los identifican como pandilleros.
Aunque los primeros crímenes siniestros cometidos por estos grupos empezaron a intensificarse en 1996, después de una guerra interna de 36 años que azotó a este país centroamericano, la presencia de las maras' en Guatemala se siente desde los años 80.
Las fuerzas de seguridad atribuyen a estos grupos la mayoría de los cerca de doce asesinatos que se cometen a diario en Guatemala, así como de violaciones, asesinatos de mujeres y asaltos a los autobuses de pasajeros.
'Aunque es claro que no sólo los mareros' (como se llama a los pandilleros juveniles) son los responsables de los hechos de violencia, según nuestras estadísticas, en uno de cada diez casos registrados hay participación de éstos'', explicó un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC).
De igual forma, un portavoz de los Bomberos Voluntarios dijo a EFE que, 'de los cerca de 40 hechos de violencia que cubrimos a diario, en más de la mitad hay participación de las maras, ya sea que ellos (los pandilleros) sean las víctimas o que hayan sido los victimarios''.
No existen datos certeros sobre la cantidad de maras y sus integrantes que operan en el país, pero sólo en la capital guatemalteca, según la PNC, existen 39 pandillas compuestas por unos 4,200 miembros.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad sostienen que los jóvenes que integran estos grupos superan los 50,000 a nivel nacional, lo cual hace ''imposible que se puedan controlar'', según el portavoz de la PNC.
Para combatir a las maras, las fuerzas de seguridad sólo cuentan con unos 5,800 agentes efectivos, ya que, de los 22,000 que tiene la PNC, cerca de 14,000 trabajan por turnos alternos cada 24 horas y el resto está suspendido por diversas causas o goza de vacaciones.
Al contrario que en El Salvador y Honduras, que han aprobado una legislación especial contra las maras, el presidente de Guatemala, Oscar Berger, se niega a hacer lo mismo y ha preferido impulsar programas de rehabilitación para los jóvenes de estos grupos.
Los vínculos de las maras con el crimen organizado las hacen más poderosas que los agentes de la PNC, que debe combatirlos.
25 de enero de 2005
©el nuevo herald
Aunque los primeros crímenes siniestros cometidos por estos grupos empezaron a intensificarse en 1996, después de una guerra interna de 36 años que azotó a este país centroamericano, la presencia de las maras' en Guatemala se siente desde los años 80.
Las fuerzas de seguridad atribuyen a estos grupos la mayoría de los cerca de doce asesinatos que se cometen a diario en Guatemala, así como de violaciones, asesinatos de mujeres y asaltos a los autobuses de pasajeros.
'Aunque es claro que no sólo los mareros' (como se llama a los pandilleros juveniles) son los responsables de los hechos de violencia, según nuestras estadísticas, en uno de cada diez casos registrados hay participación de éstos'', explicó un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC).
De igual forma, un portavoz de los Bomberos Voluntarios dijo a EFE que, 'de los cerca de 40 hechos de violencia que cubrimos a diario, en más de la mitad hay participación de las maras, ya sea que ellos (los pandilleros) sean las víctimas o que hayan sido los victimarios''.
No existen datos certeros sobre la cantidad de maras y sus integrantes que operan en el país, pero sólo en la capital guatemalteca, según la PNC, existen 39 pandillas compuestas por unos 4,200 miembros.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad sostienen que los jóvenes que integran estos grupos superan los 50,000 a nivel nacional, lo cual hace ''imposible que se puedan controlar'', según el portavoz de la PNC.
Para combatir a las maras, las fuerzas de seguridad sólo cuentan con unos 5,800 agentes efectivos, ya que, de los 22,000 que tiene la PNC, cerca de 14,000 trabajan por turnos alternos cada 24 horas y el resto está suspendido por diversas causas o goza de vacaciones.
Al contrario que en El Salvador y Honduras, que han aprobado una legislación especial contra las maras, el presidente de Guatemala, Oscar Berger, se niega a hacer lo mismo y ha preferido impulsar programas de rehabilitación para los jóvenes de estos grupos.
Los vínculos de las maras con el crimen organizado las hacen más poderosas que los agentes de la PNC, que debe combatirlos.
25 de enero de 2005
©el nuevo herald
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