máquina de matar en argentina
El periodista británico Robert Cox señaló el viernes en el juicio por genocidio, tortura y terrorismo contra el ex marino Adolfo Scilingo que durante la dictadura argentina (1976-1983) funcionó "una máquina de matar" para acabar con todos aquellos disconformes con el régimen.
Madrid, España. "Ellos tuvieron la idea de aniquilar gente que no estaba de acuerdo con ellos", señaló Cox, antiguo director del Buenos Aires Herald y ex corresponsal de publicaciones como el Washington Post en la capital argentina entre 1968 y 1979, en referencia al régimen militar.
Al principio, decían que la idea del golpe militar de marzo de 1976 "era traer la democracia de vuelta", pero "ellos querían hacer mucho más, querían cambiar la sociedad", afirmó Cox, citando las palabras de un compañero de profesión.
Cox, cuyo diario fue de los pocos que se atrevió a denunciar la existencia de desapariciones durante el régimen militar, señaló en la décima jornada del juicio contra Scilingo que él mismo tuvo que salir del país debido a que las amenazas se hicieron agobiantes, llegando incluso a ser detenido durante unos días.
En su comparecencia como testigo ante el tribunal, el periodista británico aseguró que en aquella época se vivía una situación "esquizofrénica en la que la gente veía, pero al mismo tiempo prefería no ver".
"La gente estaba negando las cosas que estaban pasando. Mucha gente aceptó las desapariciones. Las Madres (de Plaza de Mayo) si tuvieron coraje (para denunciar), pero mucha gente estaba negando lo que estaba pasando", afirmó Cox, relatando como algunas detenciones se hacían a plena luz del día.
El mismo vio un día desde la carretera como "un camión entraba en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), se abría y de él salían entre cuatro y seis personas con las manos en la cabeza".
La ESMA, donde entre 1977 y 1978 estuvo destinado Scilingo, quien en 1997 confesó haber participado en dos vuelos de la muerte, fue uno de los principales centros de detención de la dictadura argentina por la que pasaron unos 5.000 de los 30.000 detenidos-desaparecidos del régimen militar.
En jornadas anteriores, Scilingo, para el que la acusación ha pedido 6.626 años de cárcel, había asegurado que él no veía llegar detenidos a la ESMA porque eran trasladados directamente a zonas restringidas.
Cox aseguró que en el mundo se daba la imagen de que el golpe de marzo de 1976 era "un golpe sin sangre", pero él quiso mostrar que "no era un golpe sin sangre y que también había censura y autocensura por el miedo".
"A los pocos meses del golpe, nos llamaron de la casa de gobierno dando la orden de no publicar nada sobre actos violentos o secuestros sin aviso oficial, yo dije que esto no podía ser, que teníamos que informar y decidimos publicar los habeas corpus (que se presentaban para averiguar el paradero de los desparecidos). Con esto teníamos algo oficial", dijo Cox.
El periodista británico fue el único testigo que compareció el viernes en el juicio contra Scilingo, que cierra su segunda semana y se reanudará el próximo martes con las declaraciones de más testigos.
29 de enero de 2005
©mi punto
Al principio, decían que la idea del golpe militar de marzo de 1976 "era traer la democracia de vuelta", pero "ellos querían hacer mucho más, querían cambiar la sociedad", afirmó Cox, citando las palabras de un compañero de profesión.
Cox, cuyo diario fue de los pocos que se atrevió a denunciar la existencia de desapariciones durante el régimen militar, señaló en la décima jornada del juicio contra Scilingo que él mismo tuvo que salir del país debido a que las amenazas se hicieron agobiantes, llegando incluso a ser detenido durante unos días.
En su comparecencia como testigo ante el tribunal, el periodista británico aseguró que en aquella época se vivía una situación "esquizofrénica en la que la gente veía, pero al mismo tiempo prefería no ver".
"La gente estaba negando las cosas que estaban pasando. Mucha gente aceptó las desapariciones. Las Madres (de Plaza de Mayo) si tuvieron coraje (para denunciar), pero mucha gente estaba negando lo que estaba pasando", afirmó Cox, relatando como algunas detenciones se hacían a plena luz del día.
El mismo vio un día desde la carretera como "un camión entraba en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), se abría y de él salían entre cuatro y seis personas con las manos en la cabeza".
La ESMA, donde entre 1977 y 1978 estuvo destinado Scilingo, quien en 1997 confesó haber participado en dos vuelos de la muerte, fue uno de los principales centros de detención de la dictadura argentina por la que pasaron unos 5.000 de los 30.000 detenidos-desaparecidos del régimen militar.
En jornadas anteriores, Scilingo, para el que la acusación ha pedido 6.626 años de cárcel, había asegurado que él no veía llegar detenidos a la ESMA porque eran trasladados directamente a zonas restringidas.
Cox aseguró que en el mundo se daba la imagen de que el golpe de marzo de 1976 era "un golpe sin sangre", pero él quiso mostrar que "no era un golpe sin sangre y que también había censura y autocensura por el miedo".
"A los pocos meses del golpe, nos llamaron de la casa de gobierno dando la orden de no publicar nada sobre actos violentos o secuestros sin aviso oficial, yo dije que esto no podía ser, que teníamos que informar y decidimos publicar los habeas corpus (que se presentaban para averiguar el paradero de los desparecidos). Con esto teníamos algo oficial", dijo Cox.
El periodista británico fue el único testigo que compareció el viernes en el juicio contra Scilingo, que cierra su segunda semana y se reanudará el próximo martes con las declaraciones de más testigos.
29 de enero de 2005
©mi punto
0 comentarios