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pirata al palo con frutas


[Carol J. Williams] En la secuela de ‘Piratas del Caribe' a Johnny Depp lo asan en una fogata. La imaginación coloca a la película de punta con un jefe tribal local.
Bataka, Dominica. Los sables castañetearon y los insultos cruzaron esta exuberante isla tropical mucho antes de que llegara este mes el primer equipo para rodar la secuela de la película ‘Piratas del Caribe: La maldición de la perla negra'.
Casi en mitad de la película, los nativos deben capturar al personaje de Johnny Depp, el capitán Jack Sparrow, y asar al palo al pirata de capa y espada, con frutas y verduras "como un shish kebab", dijo Bruce Hendricks, el ejecutivo de Walt Disney a cargo de la producción.
"Es una secuencia divertida, casi banal", dijo sobre la película también poblada por piratas fantasmas y zombis. "Hay un montón de momentos tontos".
Pero habitantes caribes de Dominica están ofendidos por lo que consideran es una insinuación de que sus ancestros eran caníbales. Han llamado a una población de 3.500 personas, que conforman el último grupo indígena sobreviviente en el Caribe, a elegir entre la efímera fama y el honor de la tribu. El jefe Charles Williams pidió a su comunidad boicotear el proyecto, pero la mayoría ha acogido la infusión financiera.
Para los habitantes que ven los beneficios económicos del rodaje de la película, es un escupitajo frívolo sobre una historia fantástica. Para otros como Williams es una mancha para la imagen de los caribes. El grupo es una minoría en Dominica, cuyos 70.000 habitantes son en su mayoría de ascendencia africana.
Disney dice que la película es ficción, pero Willams que se basa en la historia.
"Los piratas llegaron al Caribe en los siglos 15, 16 y 17", dijo. "Nuestros ancestros fueron llamados caníbales. Eso es lo que están filmando en el Caribe".
Los libros de historia todavía retratan a los caribes como caníbales durante la época del asentamiento europeo en el Caribe que empezó en el siglo 15 pero no llegó a Dominica, una diminuta isla al este del Caribe, sino 200 años más tarde. Pero los indígenas, dice el jefe, estaban simplemente defendiéndose.
"Hoy ese mito, esa estigma está todavía vivo", dijo Williams, negando que los caribes comieron a los vencidos. "Hoy Disney quiere popularizar ese estigma una vez más, esta vez a través de una película, y el cine es una poderosa herramienta de propaganda".
Recuerda haber visto películas del Oeste cuando niño en los años sesenta y vitorear por los asediados colonos blancos antes que por los desplazados indígenas. "Ellos eran las estrellas de la película", dijo Williams. "Ellos eran los que estaban siendo atacados".
Como recién electo jefe del Consejo Territorial Caribe, Williams fue visitado en octubre por una delegación de ejecutivos de Disney para hablar sobre la colaboración caribe en la película, para la que se han contratado a 400 residentes locales como grips, proveedores, choferes y figurantes. Cuando el jefe se enteró de la escena en la que el personaje de Depp es asado a la barbacoa, dijo que los caribes boicotearían la producción.
"Para mí, un buen nombre es mejor que el dinero", dijo Williams. "Es una vergüenza que por unos pocos dólares traicionemos a nuestra carne y sangre".
Otros caribes dicen que el jefe se siente ofendido injustamente.
"Él no tenía derecho a tomar esa decisión por toda la comunidad", dijo Christabelle Auguiste, la única mujer del consejo tribal de siete miembros. Considera la filmación un potencial éxito de taquilla en su país natal como una oportunidad para mostrar las asombrosas atracciones naturales de la isla y aumentar la conciencia internacional sobre los caribes y sus tradiciones. La primera película ‘Piratas del Caribe' hizo más de 650 millones de dólares en todo el mundo.
"Siempre se nos ha descrito como caníbales. El hecho de que alguna gente tuviera un brazo o una pierna en sus casas no significa que comieran gente. Mantenían esas cosas como trofeos de guerra, dijo Auguiste sobre sus ancestros y sus enfrentamientos con los invasores europeos.
Como la mayoría de los caribes de Dominica, Auguiste es de origen mezclado, y su familia se ha mezclado con los afro-caribeños. Los caribes emigraron de América del Sur hace mil años y comparten la piel color caoba y rasgos faciales de los indígenas de ese continente.
El rodaje de seis semanas no sólo proporcionará empleo temporal a los caribes y un empujón para los ingresos de la industria de servicios, sino "también limpiará el aire", dijo Auguiste, una guía turística al que se le ha ofrecido un papel menor en la secuela.
"Después de la llegada de Cristóbal Colób, tomó 250 años colonizar a Dominica", dijo. "Dominica es el único país que Colón reconocería si volviera. Es algo de lo que la gente caribe debería sentirse orgullosa".
El Territorio Caribe en el nordeste del país es un enclave de pobreza, desmentida por la abundancia de bananeros y árboles de la fruta del pan y guayaba junto al camino. Los exuberantes bosquecillos de helechos florecen de lirios, aves del paraíso y orquídeas. Los parques y montañas densamente pobladas de árboles crujen con monos, iguanas y papagayos de plumas brillantes.
En sus chozas de techos de paja que no han cambiado durante siglos, las mujeres caribes trenzan esteras y cestas de juncos y los hombres hacen canoas con troncos de árboles. Estas actividades, además de la pesca y la agricultura, son las principales fuentes de ingresos.
Auguiste dijo que su comunidad sólo perdería por no colaborar, porque los ejecutivos de Disney habían dejado claro que ellos rodarían la secuela en St. Vincent, la locación del original, si eran impedidos en Dominica. Algunas escenas de la secuela fueron rodadas en St. Vincent a principios de abril.
A instancias de los caribes que querían trabajar con los cineastas, en enero el consejo determinó debatir el proyecto de Disney y votó 6-0 invalidando la unilateral decisión de Wiliams. El jefe de abstuvo de votar, pero ha continuado denunciando el proyecto. No permite que nadie del equipo de producción que empezaron a llegar a mediados de abril, se aloje en el hotel de siete habitaciones que gestiona en el territorio.
El ministro de Turismo, Charles Savarin dijo que la película, anunciada para los cines en el verano de 2006, pondría a Dominica en el mapa internacional.
"Hemos estado tratando de atraer el turismo diversificando nuestra economía de su dependencia total de la agricultura", dijo Savarin, observando que el mercado de las bananas de Dominica se ha reducido drásticamente. "Esta película nos proporciona la oportunidad de mostrar la isla a millones de personas en el mundo que la verán. Ahora la isla no es bien conocida. A menudo se la confunde con la República Dominicana. Esto nos expondrá ante la comunidad internacional del modo que queríamos".
Los beneficios económicos son obvios, dijo, pues necesitan obreros de la construcción para construir los escenarios, taxistas que lleven a los camarógrafos a remotas locaciones en la isla y cientos más para trabajar como grips y figurantes tanto de comunidades africanas como caribes. A largo plazo, dijo, otros cineastas podrían interesarse en el telón de fondo natural de Dominica con sus montañas, selva tropical y cataratas, y los espectadores podrían interesarse en reservar vacaciones.
Él no tiene reparos sobre la escena de la parrillada humana -un peligro del que Sparrow aparentemente escapa, porque ya ha comenzado la producción de una tercera película de ‘Piratas'. "Los caribes no son retratados como caníbales porque no es una historia sobre los caribes", dijo el ministro de Turismo. "Para mí, esta es una historia mítica, como ‘Batman', ‘Superman' o ‘Drácula'.
El historiador caribe Prosper Paris aplaude la decisión de consejo de dejar que la gente decida si quieren participar en la película, diciendo que es una decisión democrática -y pragmática para una comunidad con un 70 por ciento de desempleo. Pero se preocupa por las implicancias a largo plazo para la armonía entre los caribes.
"Esto está creando animosidad. Cuando la gente vive en una sociedad pobre, necesitan empleo y harán oídos sordos a la imagen negativa que pueda implicar el trabajo", dijo. "Me preocupa que habrá siempre un estigma" sobre los que trabajen en la película.
"Este es un modo de hacer dinero, pero tienes que pensar en tus principios, orgullo y cultura", dijo Kathleen Jno-Lewis, directora de la escuela de 94 alumnos de esta aldea que sirve como la sede del Territorio Caribe, la reserva semi-autónoma donde viven la mayoría de los caribes. "Ninguna ‘Pirates of the Caribbean' puede pagar este legado".
Lorna Dalsan, curadora del Museo Dominica dijo que los informes distorsionados sobre la población caribe en las clases de historia de la escuela que se dictaron hasta los años ochenta mantuvieron a los caribes aislados y temidos por la mayoría de los habitantes.
"Cuando era niña no estábamos tan integrados. Tenían una imagen bélica y nos decían que éramos feroces", recuerda Dalsan, que es de origen africano. "Sé que los caribes no estaban contentos con esta imagen, pero eso es lo que nos enseñaban. Estaba en los libros de historia que llegaban de Inglaterra".
Los colonos europeos que llevaron esclavos africanos para que trabajaran en las plantaciones de café y frutas a fines del siglo 17 retrataron a los indígenas como salvajes caníbales para asustar a sus prisioneros que trataban de escapar, especula Dalsan.
Para los residentes locales ganar casi 100 dólares al día para dar a la película un telón de fondo étnico auténtico, hay tolerancia para las licencias literarias.
"No es nada más que una película", dijo Annmarie Valmond, 45, horticultor, que fue contratado como figurante. "Es el tipo de película que miras y dices: ‘¡Obviamente no es realista!'"
Aaron Aubigny se gana la vida como percusionista en un grupo cultural karifuna que hace espectáculos de danza y música para grupos de turistas llevados desde el muelle de cruceros en Roseau, a 90 minutos al oeste. Fue contratado para aparecer en la película y desecha la idea de que la escena de la parrillada manche a su pueblo.
"No recuerdo haber comido carne", dijo el músico de 32. "Si fuera verdad que nuestro pueblo hizo eso, lo sentiría en mi sangre".
Hendricks, de Disney, dijo que la escena controvertida, que dijo que durará menos de cinco minutos en una película de 2 horas, debería mirarse en el contexto de los otros estallidos de surrealismo y rarezas de la película.
"Es una gran fantasía. No hay nada de realidad ni dice nada sobre cómo era la vida de los caribes en el siglo 17", dijo Hendricks. "Cuando la gente vea la película y sus elementos fantásticos y cómicos, tengo la esperanza de que nadie se va a sentir ofendido".

26 de abril de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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