enviados a egipto
[David Johnston] Docenas de sospechosos de terroristas son enviados a ese país.
Washington, Estados Unidos. Estados Unidos y otros países han enviado a Egipto forzosamente a docenas de sospechosos de terroristas, de acuerdo a un informe de Human Rights Watch dado a conocer el miércoles. El grupo de derechos humanos y el ministerio de relaciones exteriores dijeron ambos que Egipto usa normalmente métodos extremos para interrogar a los detenidos.
El grupo dijo que desde 1994 tenía 63 casos documentados en los que militantes islámicos fueron entregados a Egipto para su detención e interrogatorio. Las cifras no incluyen a la gente capturada después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que fueron enviadas principalmente por países de Oriente Medio y autoridades de la inteligencia estadounidense.
El informe dijo que el número total de enviados a Egipto desde los atentados del 11 de septiembre podría llegar hasta 200 personas. Funcionarios americanos no han negado que personas hayan sido enviadas a esos países donde los detenidos son sometidos a técnicas extremas de interrogatorio pero han negado que los hayan enviado a otro país con el fin de que fueran torturados. Entre otros países a los que Estados Unidos ha enviado a detenidos se encuentran Jordania, Marruecos, Arabia Saudí, Yemen y Siria.
Joe Stork, subdirector de Oriente Medio de Human Rights Watch dijo que enviar a alguien a un país donde era probable que fuera torturado estaba prohibido por la ley internacional. "Egipto tiene una historia tan terrible de torturar a los detenidos que nadie puede enviar ahí a alguien a la fuerza", dijo.
Estados Unidos empezó a enviar a sospechosos de terrorismo a Egipto a mediados de los años noventa cuando la práctica, conocida formalmente como entrega, empezó a jugar un papel más importante en la lucha contra el terrorismo, de acuerdo a funcionarios del gobierno de Clinton.
Pero desde septiembre de 2001, las transferencias se han acelerado en parte porque Egipto ha aceptado a los detenidos como parte de su intento de erradicar a los militantes islámicos de Egipto, una campaña que se ha extendido a países donde se han refugiado los extremistas. Casi todos los encargados a Egipto son ciudadanos egipcios o nacidos allá, dice el informe.
Aunque la tortura está prohibida por la ley egipcia, el país ha sido criticado durante mucho tiempo por el departamento de Estado por su pobre historia en derechos humanos, más recientemente el 28 de febrero en una memoria de la agencia que concluyó que "la tortura y maltrato de los detenidos por la policía, fuerzas de seguridad y guardias de prisión siguen siendo prácticas comunes y persistentes".
Grupos de derechos humanos han sido más severos. La Organización Egipcia por los Derechos Humanos, un grupo no-gubernamental, informó en mayo de 2004 que había descubierto 292 casos de tortura entre 1993 y 2003, de los cuales 120 con resultado de muerte.
El presidente Bush dijo en marzo que el gobierno exigía garantías de que los sospechosos no serían torturados, antes de enviarlos a otros países. Porter J. Goss, el director de la central de inteligencia, declaró el 17 de marzo que ahora había más garantías que antes del 11 de septiembre de 2001.
Otros funcionarios de los gobiernos de Bush y Clinton han dicho que la preocupación por los métodos de El Cairo era contrarrestada por la realidad de que para algunos detenidos no había alternativa.
12 de mayo de 2005
©new york times
©traducción mQh
El grupo dijo que desde 1994 tenía 63 casos documentados en los que militantes islámicos fueron entregados a Egipto para su detención e interrogatorio. Las cifras no incluyen a la gente capturada después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que fueron enviadas principalmente por países de Oriente Medio y autoridades de la inteligencia estadounidense.
El informe dijo que el número total de enviados a Egipto desde los atentados del 11 de septiembre podría llegar hasta 200 personas. Funcionarios americanos no han negado que personas hayan sido enviadas a esos países donde los detenidos son sometidos a técnicas extremas de interrogatorio pero han negado que los hayan enviado a otro país con el fin de que fueran torturados. Entre otros países a los que Estados Unidos ha enviado a detenidos se encuentran Jordania, Marruecos, Arabia Saudí, Yemen y Siria.
Joe Stork, subdirector de Oriente Medio de Human Rights Watch dijo que enviar a alguien a un país donde era probable que fuera torturado estaba prohibido por la ley internacional. "Egipto tiene una historia tan terrible de torturar a los detenidos que nadie puede enviar ahí a alguien a la fuerza", dijo.
Estados Unidos empezó a enviar a sospechosos de terrorismo a Egipto a mediados de los años noventa cuando la práctica, conocida formalmente como entrega, empezó a jugar un papel más importante en la lucha contra el terrorismo, de acuerdo a funcionarios del gobierno de Clinton.
Pero desde septiembre de 2001, las transferencias se han acelerado en parte porque Egipto ha aceptado a los detenidos como parte de su intento de erradicar a los militantes islámicos de Egipto, una campaña que se ha extendido a países donde se han refugiado los extremistas. Casi todos los encargados a Egipto son ciudadanos egipcios o nacidos allá, dice el informe.
Aunque la tortura está prohibida por la ley egipcia, el país ha sido criticado durante mucho tiempo por el departamento de Estado por su pobre historia en derechos humanos, más recientemente el 28 de febrero en una memoria de la agencia que concluyó que "la tortura y maltrato de los detenidos por la policía, fuerzas de seguridad y guardias de prisión siguen siendo prácticas comunes y persistentes".
Grupos de derechos humanos han sido más severos. La Organización Egipcia por los Derechos Humanos, un grupo no-gubernamental, informó en mayo de 2004 que había descubierto 292 casos de tortura entre 1993 y 2003, de los cuales 120 con resultado de muerte.
El presidente Bush dijo en marzo que el gobierno exigía garantías de que los sospechosos no serían torturados, antes de enviarlos a otros países. Porter J. Goss, el director de la central de inteligencia, declaró el 17 de marzo que ahora había más garantías que antes del 11 de septiembre de 2001.
Otros funcionarios de los gobiernos de Bush y Clinton han dicho que la preocupación por los métodos de El Cairo era contrarrestada por la realidad de que para algunos detenidos no había alternativa.
12 de mayo de 2005
©new york times
©traducción mQh
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