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[Daniel Williams] El video de Srebrenica vindica larga búsqueda de activista serbia.
Belgrado, Serbia. La pesquisadora de derechos humanos, Natasa Kandic, una mujer menudita con un corte de pelo de muchacho, pasó horas en cafés de Sid, una ciudad al norte de Serbia, escuchando historias susurradas de los asesinatos cometidos en las guerras de los Balcanes. Luego, un día, oyó hablar del video.
Mostraba las ejecuciones sumarias de 1995 de seis hombres y niños musulmanes de la ciudad bosnia de Srebrenica. Había circulado como recuerdo de guerra entre los miembros de una tenebrosa unidad militar llamada los Escorpiones. Su comandante había ordenado destruir las copias, pero existía una, le dijeron, en manos de un miembro disidente de la unidad.
Desde ese día en 2003, buscó hasta que lo encontró. Lo entregó al tribunal de crímenes de guerra de Naciones Unidas en La Haya, donde se realiza el juicio del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, y a canales de televisión en Serbia, donde desencadenó una repentina introspección en una sociedad que se veía a sí misma como la principal víctima de las atrocidades de las guerras de los Balcanes en los años noventa.
En el video, unos fornidos serbios con uniformes de camuflaje, con cigarrillos colgando de sus labios, empujaron a unos prisioneros maniatados hacia un pequeño huerto, donde son asesinados a balazos por la espalda, uno por uno. Los dos que quedan con vida deben acarrear los cuerpos hacia una destartalada casa blanca. "Ustedes ganaron", grita un Escorpión a uno de los que llevan los cadáveres, que son enseguida asesinados.
Las transmisiones el 2 de junio descorrió completamente el velo de secreto y negación de las operaciones militares serbias en Bosnia durante la guerra de 1992-1995, especialmente la masacre de unos 8.000 niños y hombres musulmanes de Srebrenica y alrededores. Ya no era posible seguir considerando las historias sobre las atrocidades como propaganda bosnia musulmana amplificada por inventivos corresponsales extranjeros, como hicieron muchos serbios durante más de una década. El frío y relajado ritmo de las ejecuciones subrayó la opinión común de que lo que pasó en los Balcanes, pasó en el caos de la guerra.
Para Kandic, el video fue una vindicación. Durante casi 15 años trabajó para revelar las atrocidades cometidas por todos las partes en las guerras de los Balcanes, pero más especialmente los crímenes cometidos por su propio pueblo. En los años noventa, cuando los serbios atacaron en Croacia, Bosnia y la provincia serbia de Kosovo, los diarios y funcionarios la calificaban de prostituta, espía, traidora y lunática.
En estos días, recibe llamadas telefónicas de extraños que la elogian por su trabajo. La policía detuvo a ocho sospechosos Escorpiones un día después de la emisión del video. Un noveno fue detenido más tarde en Croacia. El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, calificó las ejecuciones de "crímenes brutales, crueles y vergonzosos de civiles".
La semana pasada en Washington, la fiscal jefe del tribunal de crímenes de guerra de Naciones Unidas para los Balcanes, Carla del Ponte, dijo que durante una visita reciente a Serbia pudo "sentir el impacto de este video sobre todas las capas de la sociedad serbia".
Kandic rebosa alegría. La semana pasada un debate en el parlamento sobre una resolución sobre crímenes de guerra degeneró en una disputa sobre si los serbios eran las principales víctimas de las atrocidades, observó. Además, la transmisión del video todavía tiene que conducir a la detención de Ratko Mladic, el general serbio que estuvo directamente a cargo de la operación de Srebrenica. Funcionarios de Naciones Unidas han declarado en repetidas ocasiones que vive oculto en Serbia.
"Este gobierno se niega a romper con el estado criminal de Milosevic", dijo Kandic.
Kandic habló en el balcón de un pequeño restaurante en Belgrado, fumando como condenada y respondiendo a frecuentes llamadas a su móvil. Recorre la ciudad sin guardaespaldas, aunque reconoce que más de alguno quiera vengarse por las detenciones de los Escorpiones. Su activismo no es nada nuevo.
Antes de las guerras, era socióloga. Tras el inicio de las hostilidades en 1991, decidió investigar las violaciones de derechos humanos relacionados con el conflicto. Fundó el Centro Jurídico Humanitario de Belgrado, organizó vigilias con velas contra la guerra y montó peticiones para protestar contra el uso de tropas serbias en el conflicto con Croacia. "Yo documenté los abusos contra los croatas y me llamaron traidora", dijo. "Luego contra los musulmanes. La misma reacción. Cuando documenté los abusos contra los serbios, se quedaron callados".
Durante el conflicto en Kosovo en 1999, dijo, viajó en taxi a la capital provincial, Pristina. Los albaneses étnicos estaban siendo expulsados o huían atemorizados de ciudades y pueblos. La policía serbia saqueó y quemó sus casas. En los puestos de control policial Kandic convenció a los guardias que iba a rescatar a familiares serbios y la dejaron pasar.
Kandic las bombas de la OTAN mientras viajaba de ciudad en ciudad. Recogió testimonios sobre las expulsiones y los asesinatos en masa. Una vez agentes de seguridad la detuvieron durante 8 horas cuando iba en camino de la sureña ciudad de Prizren. "Primero me dijeron: ‘Sabemos quién eres. Podemos hacerte desaparecer'. Pero me dejaron marchar", dijo. "Mírame. Soy chica. Soy mujer. No soy una persona miedosa".
Kandic, 59, considera que los últimos días del gobierno de Milosevic, que terminó en 2000, fue el período más peligroso de su carrera. Fue una época de asesinatos y detenciones de periodistas, activistas de oposición y manifestantes universitarios. "Hasta entonces, Milosevic nos ignoró", dijo. "Éramos pocos y teníamos un objetivo. Podía mostrarnos como una prueba de democracia".
En 2000, el coronel Svetozar Radisic, entonces portavoz del ejército yugoslavo, dijo a periodistas que Kandic "será condenada por lo que está haciendo. Una persona que inventa acusaciones semejantes es un caso para la psiquiatría". Pero siguió en libertad, incluso mientras organizaba la defensa de los albaneses de Kosovo detenidos en cárceles serbias".
En Sid estaba investigando un asesinato en masa durante la guerra de Kosovo cuando oyó hablar del video de Srebrencia. Originalmente se hicieron 20 copias, dijo. Más tarde el comandante de los Escorpiones se dio cuenta de que las imágenes podían ser usadas contra él y ordenó su destrucción. Sin embargo, un Escorpión, con problemas con sus compañeros y que no estuvo presente en las ejecuciones, hizo una copia extra para sí mismo. Temeroso, escondió el video con personas de confianza en Bosnia, dijo Kandic. Ella decidió localizarlo.
Otros Escorpiones, que se enteraron de que estaba buscando una copia, comenzaron a rastrearlo en Sid y acosaron a cualquier que pensaban que lo podía tener. Finalmente, Kandic encontró el video en Bosnia. Accedió a publicarlo sólo cuando el dueño y otros informantes estuvieran fuera de Serbia. Eso ocurrió el 20 de mayo.
La historia de los Escorpiones proporciona una clave para demostrar la responsabilidad de alto nivel en los crímenes de guerra, dijo Kandic. "Los Escorpiones no salían simplemente a dar vueltas por su propia cuenta. Les ordenaban ir de lugar en lugar... Eran una parte integral de la máquina de guerra".
Los Escorpiones fueron primero enviados a custodiar los campos de petróleo en Croacia y a pelear. Más tarde participaron en el sitio de Sarajevo, la capital bosnia. Cuando Mladic lanzó el asaltó de Srebrenica en julio de 1995, utilizó a los Escorpiones para evacuar y matar a los prisioneros bosnios, dijo Kandic.
Los Escorpiones también aparecieron en la ciudad kosovar de Podujevo el 28 de marzo de 1999, y masacraron a un grupo de 14 mujeres y niños en el jardín amurallado de una pequeña casa. El comandante local de la unidad de Escorpiones en Podujevo, Sasa Cvjetan, fue juzgado en Serbia el año pasado por los asesinatos. Fue declarado culpable y sentenciado a 20 años de prisión -una sentencia confirmada la semana pasada después de un segundo juicio. Kandic estuvo profundamente implicada en llevar el caso de Podujevo a tribunales y estaba tras su huella en Sid cuando emergió la historia del video de Srebrenica.
El video empieza cuando los Escorpiones reciben la bendición de un sacerdote serbio ortodoxo en Sid, luego sigue con tomas de cuando cruzan el campo de los Balcanes y duermen en un bosque. Muestra el transporte en un camión de seis prisioneros maniatados. Más tarde los Escorpiones los obligan a tenderse boca abajo en el camino. Los captores se mofan de ellos.
"¿Follaste alguna vez?", pregunta un comando. "¿Nunca?"
¿Eres inocente?", pregunta otro. "Yo también lo soy entonces".
Hay un diálogo sobre si la cámara de video tendrá suficientes pilas para filmar toda la escena y si acaso hay que cambiar el video. Cuando los cuerpos están en la casa, un Escorpión pide permiso para disparar tres balas más contra los cadáveres.
El video termina con un asado de cerdo.
Kandic terminó la entrevista después de que alguien llamó para decirle que el gobierno serbio estaba dispuesto a abrir una investigación sobre crímenes de guerra en otro caso en el que había estado trabajando. Un comandante paramilitar serbio llamado Nebojsa Minic, del que se dice que mató a numerosos civiles en el oeste de Kosovo cuando dirigía una unidad llamada Rayos, estaba detenido en Argentina. Ella lo señaló como unos de los culpables.
"Todos estos casos son importantes", dijo Kandic y se marchó a toda prisa.

26 de junio de 2005
©washington post
©traducción mQh

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