informe erróneo
[Elaine Sciolino y Don Van Natta Jr.] Condujo al Reino Unido a bajar la guardia.
Londres, Reino Unido. Menos de un mes antes de los atentados de Londres, importantes funcionarios de los servicios de inteligencia y policiales de Gran Bretaña concluyeron que "en estos momento no existen grupos que tengan la intención y la capacidad de atacar al Reino Unido", de acuerdo a un informe confidencial de evaluación de la amenaza terrorista.
El informe no conocido hasta ahora, fue enviado a dependencias del gobierno británico, a gobiernos extranjeros y corporaciones multinacionales a mediados de junio, unas tres semanas antes de que un equipo de cuatro terroristas británicos suicidas montaron su atentado del 7 de julio en el metro de Londres.
La evaluación del Centro Conjunto de Análisis del Terrorismo llevó al gobierno británico a bajar en un nivel su evaluación formal de amenaza formal, de "grave" a "substancial". El centro integra a funcionarios de servicios de inteligencia británicos, así como de cuerpos de policía y aduanas.
Como respuesta a una petición de que comentara el documento, un funcionario británico, que habló a condición de conservar el anonimato, dijo: "No comentamos evaluaciones de inteligencia".
Funcionarios británicos dijeron que la reducción del nivel de amenaza no tuvo un efecto práctico sobre las medidas preventivas anti-terroristas, y el ministro del Interior británico dijo que no hizo a Gran Bretaña más vulnerable a un ataque.
La concisa evaluación de la amenaza terrorista fue particularmente sorprendente debido a que afirmaba que las actividades relacionadas con el terrorismo en Gran Bretaña estaban directamente relacionadas con la violencia en Iraq.
"Los sucesos en Iraq siguen siendo una motivación y un foco de un rango de activistas terroristas en el Reino Unido", dice el informe, una copia del cual fue proporcionada por un servicio de inteligencia extranjero y no fue negado por cuatro importantes funcionarios británicos que fueron interrogados sobre este.
El lunes, funcionarios del gobierno paquistaní confirmaron que tres de los cuatro hombres identificados como los terroristas de Londres visitaron Pakistán el año pasado.
El primer ministro Tony Blair y otros personeros del gobierno británico han reaccionado agudamente a las críticas hechas desde los atentados de que el apoyo del país a la guerra norteamericana en Iraq y la intervención de tropas británicas en la lucha contra la resistencia allá eran factores que explicaban los atentados terroristas en suelo británico.
El lunes, el Instituto Real de Asuntos Internacionales, un influyente centro de investigación privado conocido comúnmente como Chatham House, concluyó que la participación de Gran Bretaña en la guerra de Iraq y como "pasajero de acoplado" de la política exterior norteamericana, la hacían vulnerable a atentados terroristas.
Blair y otros responsables británicos han insistido en que no hay evidencias de que la política con respecto a Iraq haya motivado a los terroristas de Londres. En lugar de eso, han argumentado que los atentados terroristas coordinados que mataron al menos a 56 personas son parte de una continuada campaña mundial de violencia anti-occidental de Al Qaeda y grupos influidos por Al Qaeda, que antedata la invasión norteamericana de Iraq en marzo de 2003.
"Los terroristas han atacado en todo el mundo, en países aliados con Estados Unidos que apoyan la guerra en Iraq y en países que no tienen nada que ver con la guerra de Iraq", dijo el lunes en Bruselas el ministro de asuntos exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw.
Dos grupos han reivindicado la responsabilidad de los atentados, aunque ninguno ha sido autentificado. Ambos mencionaron la guerra de Iraq como una de las razones de los atentados.
Al reducir el nivel de la amenaza terrorista, los funcionarios pusieron la posibilidad de un atentado terrorista de radicales islámicos sólo un nivel más arriba que la actual posibilidad de un ataque terrorista del Ejército Republicano Irlandés IRA, ahora considerada como "moderada".
En abril de este año, antes de las elecciones generales en Gran Bretaña, la posibilidad de un atentado del IRA fue clasificado como "substancial", el mismo nivel de amenaza de un ataque terrorista islámico antes del 7 de julio. El último atentado del IRA en Londres fue cometido en el Canary Wharf en 1996.
La revelación de los contenidos del informe ocurre cuando algunos políticos británicos están pidiendo una pesquisa oficial sobre si los atentados representan un fracaso de los servicios de inteligencia y si la investigación fue conducida adecuadamente.
Un importante funcionario británico familiarizado con las deliberaciones sobre la evaluación de la amenaza terrorista dijo que había fuertes desacuerdos entre los funcionarios sobre si los datos justificaban bajar el nivel de amenaza. "No fue un consenso fácil", dijo el funcionario, que se negó a dar detalles.
Mientras continúa la investigación de los atentados terroristas, funcionarios de la policía británica admitieron que un sospechoso potencial había eludido detección dos semanas antes de los atentados porque no fue considerado como una amenaza seria para la seguridad.
El hombre no identificado, que estaba en una "lista de vigilancia" de seguridad, llegó a Gran Bretaña hace varias semanas, pero no fue vigilado. Salió de Gran Bretaña apenas horas antes de los atentados de Londres. Detectives británicos han dicho que es sospechoso en los atentados.
Algunos funcionarios británicos y europeos de contra-terrorismo han expresado preocupación de que al menos dos de los terroristas pueden haber sido conocidos de la policía como parte de dos amplias investigaciones sobre terrorismo en 2004: la investigación de un supuesto intento en la primavera de construir una enorme bomba de fertilizantes para hacerla estallar en Londres, y la detención de una pequeña célula de hombres que fueron acusados en agosto de tramar un ataque contra edificios financieros de Manhattan, Newark y Washington, D.C.
Han seguido surgiendo preguntas sobre, por ejemplo, por qué los agentes de seguridad interior no pudieron determinar en 2004 que Mohammad Sidique Khan, uno de los cuatro terroristas, era una amenaza para la seguridad nacional. El año pasado, Gran Bretaña lo investigó en conexión con el supuesto intento de construir una bomba de fertilizantes para usarla en Londres, de acuerdo a varios funcionarios anti-terroristas con sede en Europa. Funcionarios británicos se han negado a confirmar si Khan, 22, era un sospechoso en esa investigación, o a responder preguntas sobre por qué no vigilaron sus actividades.
El hecho de que el aviso de amenaza terrorista hubiera sido bajado justo semanas antes de los atentados fue ampliamente informado en la prensa el día posterior a los atentados. Pero la razón de esa decisión y la referencia a Iraq, contenidas en el informe confidencial, no se habían dado a conocer antes.
Inmediatamente después de los atentados, funcionarios de la policía anunciaron que no habían recibido ningún aviso de que el ataque era inminente. Desde entonces, funcionarios de alto rango han dicho que no tenían datos de los servicios secretos de que se estuviera tramando un ataque con terroristas suicidas o dirigido contra el metro de Londres.
Al día siguiente de los atentados, por ejemplo, el ministro del Interior Charles Clarke fue interrogado en la radio de la BBC sobre el nivel reducido de amenaza y dijo: "Obviamente, fue un error". Clarke dijo que el nivel de amenaza ya había sido subido, y agregó: "El hecho es, tenemos que tratar de arreglar esto".
Aunque el informe dijo que no había señales de un ataque inminente, dijo también claramente que la amenaza que se cernía sobre el país era doble. Una provenía de la red internacional de Al Qaeda, y la otra de radicales del país que se inspiraban en Al Qaeda o actuaban independientemente, dice la evaluación.
La amenaza de los atentados "orquestados por los jefes de Al Qaeda no ha desaparecido", dice el informe.
A pesar de la amenaza y de la situación en Iraq, agregaba, "muchas de nuestras preocupaciones actuales se centran en el amplio y extenso rango de redes e individuos extremistas en el Reino Unido e individuos y grupos que se inspiran en Al Qaeda pero sólo están flojamente afiliados a la organización o son completamente autonómos".
El informe concluye que "algunos de estos tienen el potencial para tramar atentados en el Reino Unido, y también es posible que extremistas solitarios o pequeños grupos intenten ataques de menos nivel".
El centro de estudios que dio a conocer la evaluación tiene sus oficinas en la sede del M15, el servicio de seguridad interior de Gran Bretaña.
Aunque "substancial" es el cuarto nivel más alto de siete niveles de amenaza, el memorándum con la evaluación decía que "indica un continuado alto nivel de amenaza y que puede ocurrir un ataque sin previo aviso".
Este contrasta con "inminente", el más alto nivel de alerta, que significa que se espera un atentado dentro de dos semanas, y "desdeñable", el séptimo y último nivel.
A diferencia de Estados Unidos, donde las evaluaciones de amenaza son hechos públicos, Gran Bretaña utiliza su propia versión sólo una guía para la infraestructura de Scotland Yard y británica, incluyendo los hospitales y el transporte público, así como gobiernos extranjeros y empresas multinacionales que pueden ser blancos.
Algunos funcionarios de servicios de inteligencia extranjeros y ejecutivos de empresas extranjeras con operaciones en Londres dijeron que se sorprendieron cuando se enteraron el mes pasado de que la evaluación de la amenaza había sido bajada.
"Para mí fue una sorpresa que cambiara tan repentinamente después de dos o tres años", dijo un funcionario de inteligencia basado en Europa que se negó a permitir que se citara su nombre debido a que los funcionarios que trabajan para agencias de inteligencia no pueden revelar su identidad. "Me dije: Dios mío, ¿qué pasó?'"
Hélène Fouquet contribuyó desde Londres a este artículo.
20 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh
El informe no conocido hasta ahora, fue enviado a dependencias del gobierno británico, a gobiernos extranjeros y corporaciones multinacionales a mediados de junio, unas tres semanas antes de que un equipo de cuatro terroristas británicos suicidas montaron su atentado del 7 de julio en el metro de Londres.
La evaluación del Centro Conjunto de Análisis del Terrorismo llevó al gobierno británico a bajar en un nivel su evaluación formal de amenaza formal, de "grave" a "substancial". El centro integra a funcionarios de servicios de inteligencia británicos, así como de cuerpos de policía y aduanas.
Como respuesta a una petición de que comentara el documento, un funcionario británico, que habló a condición de conservar el anonimato, dijo: "No comentamos evaluaciones de inteligencia".
Funcionarios británicos dijeron que la reducción del nivel de amenaza no tuvo un efecto práctico sobre las medidas preventivas anti-terroristas, y el ministro del Interior británico dijo que no hizo a Gran Bretaña más vulnerable a un ataque.
La concisa evaluación de la amenaza terrorista fue particularmente sorprendente debido a que afirmaba que las actividades relacionadas con el terrorismo en Gran Bretaña estaban directamente relacionadas con la violencia en Iraq.
"Los sucesos en Iraq siguen siendo una motivación y un foco de un rango de activistas terroristas en el Reino Unido", dice el informe, una copia del cual fue proporcionada por un servicio de inteligencia extranjero y no fue negado por cuatro importantes funcionarios británicos que fueron interrogados sobre este.
El lunes, funcionarios del gobierno paquistaní confirmaron que tres de los cuatro hombres identificados como los terroristas de Londres visitaron Pakistán el año pasado.
El primer ministro Tony Blair y otros personeros del gobierno británico han reaccionado agudamente a las críticas hechas desde los atentados de que el apoyo del país a la guerra norteamericana en Iraq y la intervención de tropas británicas en la lucha contra la resistencia allá eran factores que explicaban los atentados terroristas en suelo británico.
El lunes, el Instituto Real de Asuntos Internacionales, un influyente centro de investigación privado conocido comúnmente como Chatham House, concluyó que la participación de Gran Bretaña en la guerra de Iraq y como "pasajero de acoplado" de la política exterior norteamericana, la hacían vulnerable a atentados terroristas.
Blair y otros responsables británicos han insistido en que no hay evidencias de que la política con respecto a Iraq haya motivado a los terroristas de Londres. En lugar de eso, han argumentado que los atentados terroristas coordinados que mataron al menos a 56 personas son parte de una continuada campaña mundial de violencia anti-occidental de Al Qaeda y grupos influidos por Al Qaeda, que antedata la invasión norteamericana de Iraq en marzo de 2003.
"Los terroristas han atacado en todo el mundo, en países aliados con Estados Unidos que apoyan la guerra en Iraq y en países que no tienen nada que ver con la guerra de Iraq", dijo el lunes en Bruselas el ministro de asuntos exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw.
Dos grupos han reivindicado la responsabilidad de los atentados, aunque ninguno ha sido autentificado. Ambos mencionaron la guerra de Iraq como una de las razones de los atentados.
Al reducir el nivel de la amenaza terrorista, los funcionarios pusieron la posibilidad de un atentado terrorista de radicales islámicos sólo un nivel más arriba que la actual posibilidad de un ataque terrorista del Ejército Republicano Irlandés IRA, ahora considerada como "moderada".
En abril de este año, antes de las elecciones generales en Gran Bretaña, la posibilidad de un atentado del IRA fue clasificado como "substancial", el mismo nivel de amenaza de un ataque terrorista islámico antes del 7 de julio. El último atentado del IRA en Londres fue cometido en el Canary Wharf en 1996.
La revelación de los contenidos del informe ocurre cuando algunos políticos británicos están pidiendo una pesquisa oficial sobre si los atentados representan un fracaso de los servicios de inteligencia y si la investigación fue conducida adecuadamente.
Un importante funcionario británico familiarizado con las deliberaciones sobre la evaluación de la amenaza terrorista dijo que había fuertes desacuerdos entre los funcionarios sobre si los datos justificaban bajar el nivel de amenaza. "No fue un consenso fácil", dijo el funcionario, que se negó a dar detalles.
Mientras continúa la investigación de los atentados terroristas, funcionarios de la policía británica admitieron que un sospechoso potencial había eludido detección dos semanas antes de los atentados porque no fue considerado como una amenaza seria para la seguridad.
El hombre no identificado, que estaba en una "lista de vigilancia" de seguridad, llegó a Gran Bretaña hace varias semanas, pero no fue vigilado. Salió de Gran Bretaña apenas horas antes de los atentados de Londres. Detectives británicos han dicho que es sospechoso en los atentados.
Algunos funcionarios británicos y europeos de contra-terrorismo han expresado preocupación de que al menos dos de los terroristas pueden haber sido conocidos de la policía como parte de dos amplias investigaciones sobre terrorismo en 2004: la investigación de un supuesto intento en la primavera de construir una enorme bomba de fertilizantes para hacerla estallar en Londres, y la detención de una pequeña célula de hombres que fueron acusados en agosto de tramar un ataque contra edificios financieros de Manhattan, Newark y Washington, D.C.
Han seguido surgiendo preguntas sobre, por ejemplo, por qué los agentes de seguridad interior no pudieron determinar en 2004 que Mohammad Sidique Khan, uno de los cuatro terroristas, era una amenaza para la seguridad nacional. El año pasado, Gran Bretaña lo investigó en conexión con el supuesto intento de construir una bomba de fertilizantes para usarla en Londres, de acuerdo a varios funcionarios anti-terroristas con sede en Europa. Funcionarios británicos se han negado a confirmar si Khan, 22, era un sospechoso en esa investigación, o a responder preguntas sobre por qué no vigilaron sus actividades.
El hecho de que el aviso de amenaza terrorista hubiera sido bajado justo semanas antes de los atentados fue ampliamente informado en la prensa el día posterior a los atentados. Pero la razón de esa decisión y la referencia a Iraq, contenidas en el informe confidencial, no se habían dado a conocer antes.
Inmediatamente después de los atentados, funcionarios de la policía anunciaron que no habían recibido ningún aviso de que el ataque era inminente. Desde entonces, funcionarios de alto rango han dicho que no tenían datos de los servicios secretos de que se estuviera tramando un ataque con terroristas suicidas o dirigido contra el metro de Londres.
Al día siguiente de los atentados, por ejemplo, el ministro del Interior Charles Clarke fue interrogado en la radio de la BBC sobre el nivel reducido de amenaza y dijo: "Obviamente, fue un error". Clarke dijo que el nivel de amenaza ya había sido subido, y agregó: "El hecho es, tenemos que tratar de arreglar esto".
Aunque el informe dijo que no había señales de un ataque inminente, dijo también claramente que la amenaza que se cernía sobre el país era doble. Una provenía de la red internacional de Al Qaeda, y la otra de radicales del país que se inspiraban en Al Qaeda o actuaban independientemente, dice la evaluación.
La amenaza de los atentados "orquestados por los jefes de Al Qaeda no ha desaparecido", dice el informe.
A pesar de la amenaza y de la situación en Iraq, agregaba, "muchas de nuestras preocupaciones actuales se centran en el amplio y extenso rango de redes e individuos extremistas en el Reino Unido e individuos y grupos que se inspiran en Al Qaeda pero sólo están flojamente afiliados a la organización o son completamente autonómos".
El informe concluye que "algunos de estos tienen el potencial para tramar atentados en el Reino Unido, y también es posible que extremistas solitarios o pequeños grupos intenten ataques de menos nivel".
El centro de estudios que dio a conocer la evaluación tiene sus oficinas en la sede del M15, el servicio de seguridad interior de Gran Bretaña.
Aunque "substancial" es el cuarto nivel más alto de siete niveles de amenaza, el memorándum con la evaluación decía que "indica un continuado alto nivel de amenaza y que puede ocurrir un ataque sin previo aviso".
Este contrasta con "inminente", el más alto nivel de alerta, que significa que se espera un atentado dentro de dos semanas, y "desdeñable", el séptimo y último nivel.
A diferencia de Estados Unidos, donde las evaluaciones de amenaza son hechos públicos, Gran Bretaña utiliza su propia versión sólo una guía para la infraestructura de Scotland Yard y británica, incluyendo los hospitales y el transporte público, así como gobiernos extranjeros y empresas multinacionales que pueden ser blancos.
Algunos funcionarios de servicios de inteligencia extranjeros y ejecutivos de empresas extranjeras con operaciones en Londres dijeron que se sorprendieron cuando se enteraron el mes pasado de que la evaluación de la amenaza había sido bajada.
"Para mí fue una sorpresa que cambiara tan repentinamente después de dos o tres años", dijo un funcionario de inteligencia basado en Europa que se negó a permitir que se citara su nombre debido a que los funcionarios que trabajan para agencias de inteligencia no pueden revelar su identidad. "Me dije: Dios mío, ¿qué pasó?'"
Hélène Fouquet contribuyó desde Londres a este artículo.
20 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh
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