Blogia
mQh

maníacos de pacotilla


[Stephen Hunter] Rob Zombie dirige horrorosa película.
Al Ministerio de Seguridad Nacional.
De: S. Hunter, ciudadano armado y patriota.
Como lo ha pedido, le informo de actividades sospechosas al 800-492-TIPS. Estoy más que contento de cumplir con mi deber.

Por eso le informo sobre una película titulada ‘The Devil's Rejects'.
Señores, si esta película no entra en la categoría de "actividades sospechosas", no sé qué podría llamarse así.
Esta película, la crónica de una depravada familia del sudoeste llamada Firefly [Luciérnaga], está repleta de violencia, sangre, sadismo, pistolas chéveres, pelo grasiento, insinuaciones sexuales, un agente de policía de dudosa moralidad, con más energía que un dique hidroeléctrico y la música demoníaca, rock-and-roll, a tal volumen que te saca el alma. Incluso incluye un segmento en el que es masacrado un grupo country-and-western que tocan con un banjo.
Según entiendo, la película es la progenie de otro documento sospechoso llamado ‘House of 1000 Corpses', escrita y dirigida por un músico llamado Rob Zombie, con una imaginación centrada en los bellacos, los mutantes, los motines y la mutilación. No está claro si este hombre es un zombi de verdad o si el nombre es mera afectación; debería investigarse.
Como lo prefiere Zombie, la ley finalmente cerca al clan Firefly en su madriguera en una granja derruida, decorada en un estilo que podría llamarse Panal Clásico: madejas de pelo y pedazos de huesos. Asesinan gente por placer y por la excitación. ¿Por qué? No se da ninguna razón, no se sugiere ningún motivo, no se implica ninguna psicología.
El allanamiento lo dirige el sheriff Wydell, representado por William Forsythe, una personalidad de toda la vida del mundo cinematográfico. Es una película bastante impresionante, con montones de armas que se disparan, montones de gente que cae y muere, montones de manchones y polvo, y el resultado es que dos de los Fireflys -Otis (Bill Moseley) y Baby (Sheri Moon Zombie), ¡otra vez ese apellido!- escapan y pronto se unen al Capitán Spaulding (Sid Haig), un tercer miembro del clan, y empiezan una homicida, absurda carnicería. Entretanto, capturan a una Firefly, la reina del panal. Esta desafortunada es Leslie Easterbrook, de las historias de ‘Loca Academia de Policía', que probablemente arruinó sus posibilidades de una gran carrera en Hollywood por su prolongada asistencia a la Charlton Heston Hollywood Celebrity Shoot, una peña formada por la Asociación Nacional del Rifle NRA. No fue una decisión sabia. Sin embargo, parece ser la única que en ‘Devil's Rejects' actúa, por contraste con camping, posar de vampiresa, mostrarse y declamar, y es muy, muy buena. Causa espanto.
De cualquier modo, la película se transforma pronto en una historia de persecución torpemente montada, sin un punto claro ni fin. Ayudaría, creo, si los Fireflys tuvieran alguna meta profesional en mente: Eran ladrones, estaban tratando de llegar a tiempo a alguna parte. Pero no son más que unos amateurs que practican alegremente su vocación, sin ninguna dirección.
De modos quizás inevitables, se descubre que el verdadero canalla es el sheriff, porque coloca la vanidad moral por encima del profesionalismo y suspira por castigar a los Fireflys más por venganza que por justicia. Forsythe ha tenido siempre una intensa presencia en las películas, y no se puede mirar su trabajo sin pensar por qué nunca llegó más lejos, aunque parecía estar al borde del Gran Rol, particularmente después de ‘Érase una vez en América' en 1984. En lugar de eso... roles más pequeños en películas cada vez menos importantes.
El defecto de la película -esto es, aparte de su degeneración, su falta de cuidado, su predilección de las cosas oscuras y las manchas bonitas y el vaporizador de arterias- es Moseley como el demoníaco Otis. Parece normal y corriente. Quiero decir, si vas a hacer este tipo de cosas, entonces házlas descaradamente, orgullosamente, pavoneándote. Moseley de algún modo parece tímido, y esto hace que sus frecuentes atrocidades carezcan del maligno escalofrío que deberían provocar.
Entretanto, Haig es un excelente Capitán Spaulding -los nombres, para los candidatos a doctores de filosofía y semejantes, se derivan del canon de los Hermanos Marx-, representado como un payaso de rodeo con los apetitos de un maníaco. Es encantador el efecto de su cara pintada con tiza blanca en contraste con su rancios dientes amarillos, mostrados demasiado a menudo en sus lascivas y suficientes sonrisas. Es la pandilla de uno de un payaso demente.
Lo más sospechoso sobre la película, estimados señores, es su algo torpe manejo de su principal vanidad, que es la fuerza vital, el carisma, el encanto del trío de renegados. Son lo que son, en contraste con el sheriff Wydell, que comete el pecado más grave (de acuerdo al código moral zombi) de ser un hipócrita.
Ahora, si esto no es sospechoso, ¿qué es entonces?

23 de julio de 2005
©washington post
©traducción mQh

0 comentarios