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brando sobre piratas


En septiembre aparece en Estados Unidos el libro de aventuras ‘Fan-Tan'. Enamorado de la Polinesia, donde compró una isla, el actor de ‘El Salvaje' trabajó con un cineasta en la historia de un aventurero en Hong Kong, en 1927. El libro quedó inconcluso, pero su viuda encargó que lo terminaran.
En la isla de Tetiaroa, en la Polinesia francesa, el mar tiene ese color turquesa de ensueño. Las arenas blancas y la naturaleza -siempre verde- se mantienen intactas. En 1962 Marlon Brando filmó allí ‘Motín a Bordo'. Se enamoró del lugar y de su coprotagonista, Tarita Teriipaia, y compró 400 hectáreas de terreno. Y allí tuvo un sueño: hacer un filme sobre piratas del mar chino.
Era 1979 y le propuso la idea a su amigo Donald Cammell, cineasta escocés. Trabajaron en el guión y, finalmente, lo convirtieron en una novela. Pero ambos murieron sin terminarla: Cammell en 1996, Brando el año pasado.
Sin embargo, la viuda del actor decidió revivir el proyecto y la novela será publicada en septiembre en Estados Unidos con el título ‘Fan-Tan'. El relato, que fue concluido por el historiador de cine David Thomson, se ambienta en Hong Kong en 1927 y narra la historia del aventurero Anatole Doultry. Este se encuentra en prisión y, por intermedio de un convicto chino, conoce a la guapísima Madame de Loi, quien le ofrece unirse a su banda de piratas. Una oferta que resulta irresistible para el protagonista.
Según la revista Publishers Weekly, la historia nació con Brando inventado escenas y Cammell llevándolas al papel. La idea de hacer un filme fue abortada por el propio actor, que acabó odiando a Hollywood.
Así, el guión cambió de género y en 1982 la dupla recibió un adelanto de 100 mil dólares del sello Pan Books. Pero Brando se aburrió y, sin su apoyo, Cammell también.
A la muerte del actor, la viuda llevó el manuscrito de 238 páginas al sello Knopf, que le encargó a Thomson la tarea de ordenar el material y darle un fin. De acuerdo con Publishers Weekly, el protagonista es Brando: un tipo obeso enamorado de la Polinesia y las mujeres asiáticas. "Brando quería ser Annie Doultry, un hombre con un pie en el mundo de R.L. Stevenson y otro en el de Beckett", dice Thomson. "Uno casi puede oír la voz de Brando en el relato", agrega Kathy Zuckermann, del sello Knopf.

5 de agosto de 2005
©tercera

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