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odio estrafalario


[Paul Watson] La educación pública en Pakistán incita a un estrafalario odio contra Occidente.
Lahore, Pakistán. Todos los años, miles de niños paquistaníes aprenden en sus libros de historia que los judíos son tacaños prestamistas y los cristianos, vengativos conquistadores. Un libro de texto dice a los niños que deberían estar dispuestos a morir como mártires por el islam.
No están siendo adoctrinados en las madrasas, seminarios musulmanes privados a los que se acusa a menudo de alentar el fanatismo en Pakistán , por ulemas extremistas. Son pupilos en escuelas públicas que aprenden de libros de texto aprobados por el gobierno del presidente Pervez Musharraf.
Desde que se uniera a Estados Unidos como un aliado en su "guerra contra el terrorismo" hace cuatro años, Musharraf ha llamado a los paquistaníes a rechazar al islam radical y a buscar una "moderación ilustrada".
Musharraf y funcionarios estadounidenses dicen que la reforma de la educación es crucial para derrotar al extremismo en Pakistán, el único país musulmán con armas nucleares. Sin embargo, los reformadores que estudian el sistema educativo del país dicen que las clases en las escuelas públicas todavía fomenten el odio contra los no-musulmanes y llaman a la yihad, la guerra santa.
"He estado diciendo durante un buen tiempo que, de hecho, nuestro sistema educativo estatal es la madrasa más grande", dijo Rubina Saigol, una experta en educación educada en Estados Unidos. "Culpamos de todo a las madradas y, por supuesto, las madrasas hacen un montón de cosas con las que estamos en desacuerdo.
"Pero la ideología del estado, que fomenta un nacionalismo negativo, odioso y violento, se está difundiendo en lugares donde las madrasas ni siquiera podrían llegar".
Las instrucciones actuales para el currículum en estudios sociales para el sexto y séptimo aconsejan a los escritores de libros de texto y profesores que "desarrollen la ambición de la yihad y "desarrollen el respeto por la lucha de los pueblos musulmanes por su independencia".
En la provincia de Peshawar, que es gobernada por partidarios del derrocado régimen talibán en el vecino Afganistán, los libros de texto de estudios islámicos aprobados federalmente para el octavo, enseña a los estudiantes que deben prepararse "para sacrificar lo más precioso, incluso la vida, por la yihad".
"De momento, la yihad continúa en varios lugares del mundo", continúa el capítulo. "Numerosos muyahedines del islam defienden nuestra religión e independencia y ayudan a sus hermanos oprimidos en el mundo".
El libro de texto para estudiantes adolescentes dice que los musulmanes están autorizados a "tomar las armas" y declarar la guerra santa en defensa propia o si se les impide practicar su religión.
"Cuando el pueblo de Dios se ve obligado a convertirse en esclavo de leyes hechas por el hombre, se le está impidiendo practicar la religión de su Dios", dice el libro de texto. "Cuando se agotan las vías legales, debe usarse la fuerza para eliminar el mal.
"Si los musulmanes son oprimidos", dice el libro, "entonces se hace necesaria la guerra santa para liberarlos de esta cruel opresión".
La yihad puede significar lucha pacífica lo mismo que guerra santa. Se puede hacer a varios niveles, empezando por una lucha pacífica e íntima por la salvación de la propia alma del feligrés y puede escalar al asesinato de los infieles.
Pero críticos paquistaníes del sistema de escuelas públicas sostienen que la acepción más blanda de la yihad se pierde fácilmente entre los cursos que enfatizan que los musulmanes viven en la opresión en muchas partes del mundo, y que alientan a otros musulmanes a luchar para liberarlos.
"Alguna gente que viene del sistema educativo normal se enlista en varias formas de yihad, que no son yihad en la teoría musulmana clásica, sino en realidad, en conceptos modernos, terrorismo", dijo Husain Haqqani, escritor y profesor paquistaní de relaciones internacionales en la Universidad de Boston.
"Todo eso muestra que de algún modo el sistema ha nutrido la intolerancia y el fanatismo".
Un 97 por ciento de los paquistaníes son musulmanes, de modo que no es raro que su gobierno fomente los valores islámicos en las escuelas públicas. Muchos musulmanes piensan que la interpretación de la historia que se enseña en países no-musulmanes, es anti-musulmana.
Pero el sistema de educación pública de Pakistán va más allá de instilar el orgullo de ser musulmán y promueve una intolerancia que puede fomentar la violencia contra "los otros", dice Haqqani, que ha escrito un nuevo libro sobre los lazos entre las fuerzas armadas paquistaníes y el islam radical.
En el gobierno federal paquistaní, el departamento de currícula nacionales en Islamabad, la capital, determina los criterios de las comisiones provinciales de libros de texto, que encargan los libros de texto para las escuelas públicas locales.
Javed Ashraf Qazi, general de ejército retirado y ex director de la poderosa agencia de inteligencia militar Inter-Services Intelligence ISI, fue nombrado ministro de educación en septiembre para revivir el encallado proyecto de reforma. Reconoce que todavía está en camino.
En un país con una de las tasas de analfabetismo para grandes de Asia, Qazi dijo que estaba determinado a contratar a especialistas que rescriban las instrucciones para clases y libros de texto, desde el primer año hasta el instituto, de modo que "el currículum esté al mismo nivel de países avanzados".
"No queremos condenar a ninguna religión -no lo haremos", agregó.
Un estudio del currículum de las escuelas públicas y libros de texto realizado por 29 académicos paquistaníes en 2002, concluyó que "los libros de texto" en las escuelas "cuentan falsedades, crean odio, inculcan el fanatismo y mucho más".
El estudio del independiente Instituto de Políticas de Desarrollo Sostenible [Sustainable Development Policy Institute] causó la ira de los conservadores religiosos, e incluso de algunos liberales, que lo vieron como un ataque contra los valores musulmanes del país, o incluso como una conspiración de gobiernos occidentales y de la rival India para subvertir el país musulmán.
Qazi encabezó el ISI de 1993 a 1995, cuando la agencia de inteligencia estaba reclutando estudiantes de las madrasas de Afganistán para unirse a la milicia extremista de los talibanes. Durante el término de Qazi, los talibanes obtuvieron su primera victoria, la toma de la sureña ciudad afgana de Kandahar, con adiestramiento y armas del ISI.
Sus críticos dicen que eso descalifica a Qazi como el hombre que deba atacar a los partidos islámicos de la línea dura y los clérigos que bloquean las reformas de la educación. Pero el ministro de Educación insiste en que se esforzará por corregir un currículum, que calificó de "torcido".
Sería más fácil terminar con el extremismo paquistaní si los gobiernos occidentales hicieran más por resolver los conflictos que agrian a los musulmanes en el mundo, tales como la guerra de Iraq, la disputa con India por la región de Cachemira, o la lucha palestina contra Israel, dijo.
Qazi insistió en que él no era un extremista, pero presentó una breve historia del conflicto en Oriente Medio que dejó pocas dudas de que quería que los niños paquistaníes siguieran aprendiendo una visión distinta del mundo.
"A los palestinos se les prometió su estado. Originalmente, eran los dueños de todo ese área", dijo Qazi. "Ok, Israel fue creado por los ingleses. Y ellos permitieron el terrorismo. Los judíos eran los peores terroristas del mundo".
"Crearon su estado. Okey. Ahora que todo el mundo lo ha aceptado como un hecho consumado, también han debido aceptar el estado palestino. Los israelíes, con uno o otro pretexto, no les han otorgado ese estado. Y cada vez que se presenta alguna moción al Consejo de Seguridad, Estados Unidos la veta".
Pakistán obtuvo su sistema de educación pública laica tras ganar su independencia de Gran Bretaña en 1947. El presidente Zia ul-Haq, el ex dictador militar, ordenó en los años ochenta que en el currículum de las escuelas públicas se incorporara la educación musulmana, cuando consolidaba su poder con el apoyo de los clérigos de la línea dura.
Pakistán está todavía lidiando con las letales fuerzas que desencadenó la política de "islamización" de Zia.
Los educadores que presionan por reformas más profundas sospechan que Musharraf, un general del ejército que se hizo con el poder con un golpe militar en 1999, quiere conservar elementos de la estrategia de Zia para preservar la posición dominante de los militares en la sociedad paquistaní.
"La reforma de la educación no hace parte del programa de Musharraf porque implica oponerse derechamente a los ulemas", dijo Pervez Hoodboy, un profesor que se especializa en física nuclear y de campos intensos.
"Musharraf actúa sólo bajo presión, y debe haber una presión sostenida, estrcita, del mundo exterior para que se hagan realidad reformas significativas", dijo. "Los que creen en la educación laica son demasiado débiles y pocos".
El libro de texto de estudios sociales para el séptimo en el estado en Punjab, publicado en enero, empieza con un mensaje de Musharraf, de una página, instando a los alumnos a concentrarse en asignaturas modernas, tales como tecnología de la información y ordenadores.
"Es un hecho histórico que los musulmanes dominaron el mundo durante cientos de años", escribe Musharraf. Reconoce que en el pasado, el currículum escolar de Pakistán "no estaba adaptado a las exigencias de los tiempos modernos". Pero asegura a los estudiantes que "los libros de texto han sido consiguientemente elaborados, revisados y actualizados ".
Los cambios, si los hay, son difíciles de detectar. Las desalentadoras referencias a cristianos, judíos e hindúes de ediciones previas fueron simplemente trasladadas al nuevo texto.
"Antes del islam, la gente vivía en una indescriptible miseria en todo el mundo", dice el libro de texto. "En Arabia también vivían unas tribus judías. Prestaban dinero a los obreros y campesinos a altas tasas de interés y se apropiaban de sus ganancias. Tenían a toda la sociedad en su poder debido a los siempre crecientes intereses.
"En resumen, no mostraban simpatía hacia la humanidad", continúa el párrafo. "La gente era egoísta y cruel. Los ricos vivían en el lujo y nadie se preocupaba de los necesitados o de los que sufrían".
Un capítulo sobre las Cruzadas enseña que los gobernantes cristianos de Europa atacaron a los musulmanes en la Tierra Santa en venganza, aunque "la historia no conoce paralelos en cuanto al tratamiento extraordinariamente generoso que dieron los musulmanes a los cristianos".
"Algunos de los peregrinos cristianos a Jerusalén inventaron muchas historias falsas de sufrimiento", sigue el pasaje. "Si les robaban en el camino, decían que los asaltantes eran musulmanes".
Finalmente los cristianos se dieron cuenta de que eran inferiores a los musulmanes, concluye el capítulo.
Combinada con clases sobre la guerra santa armada, esta visión de la historia prepara a los jóvenes paquistaníes para ser manipulados por militantes musulmanes, que han dado a la yihad "una interpretación demoníaca", dice Saigol, la experta en educación.
"La palabra está tan asociada a la violencia, asesinatos, muerte y sangre", dice, "que creo que es difícil reivindicarla como están tratando de hacer los modernistas, para convertirla en una guerra contra tu yo íntimo".

18 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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