cierran barrio rojo de arnhem
Después de 40 años hoy ha llegado a su fin la prostitución de ventana en el barrio Spijkerkwartier de Arnhem.
Arnhem, Holanda. A partir de la noche pasada, por orden del Consejo de Estado se han cerrado los locales donde trabajaban las prostitutas y estas han partido. El ayuntamiento quiere que el barrio Spijkerkwartier vuelva a ser un barrio residencial normal.
Una larga lucha jurídica precedió el cierre de las ventanas. El ayuntamiento de Arnhem había decidido ya en 1977 prohibir la prostitución de ventana para poner fin a las molestias en el barrio. Debido a la remodelación del centro en los años sesenta, la prostitución se mudó al barrio de Spijkerkwartier. En su época de gloria el barrio rojo llegó a tener más de 300 ventanas, lo que ocasionó muchos problemas acústicos y de estacionamiento. El barrio atrajo a muchos traficantes de drogas. Los vecinos del barrio -unos seis mil- protestaron levantando barricadas en las calles. Con la compra de los locales a los propietarios y dificultando el acceso al barrio, en los últimos años la prostitución disminuyó marcadamente. Los ocho propietarios restantes, que explotaban 110 ventanas, retrasaron la clausura por medio de procedimientos legales.
Con permiso del ayuntamiento convirtieron una antigua fábrica metalúrgica en un centro erótico. Los empresarios del barrio están preocupados debido a que en las cercanías hay una nueva zona de prostitución callejera y un barco de acogida de drogadictos. El ayuntamiento ha prometido no permitir que se concentren en un sólo lugar la prostitución, los drogadictos o la prostitutas callejeras.
Una larga lucha jurídica precedió el cierre de las ventanas. El ayuntamiento de Arnhem había decidido ya en 1977 prohibir la prostitución de ventana para poner fin a las molestias en el barrio. Debido a la remodelación del centro en los años sesenta, la prostitución se mudó al barrio de Spijkerkwartier. En su época de gloria el barrio rojo llegó a tener más de 300 ventanas, lo que ocasionó muchos problemas acústicos y de estacionamiento. El barrio atrajo a muchos traficantes de drogas. Los vecinos del barrio -unos seis mil- protestaron levantando barricadas en las calles. Con la compra de los locales a los propietarios y dificultando el acceso al barrio, en los últimos años la prostitución disminuyó marcadamente. Los ocho propietarios restantes, que explotaban 110 ventanas, retrasaron la clausura por medio de procedimientos legales.
Con permiso del ayuntamiento convirtieron una antigua fábrica metalúrgica en un centro erótico. Los empresarios del barrio están preocupados debido a que en las cercanías hay una nueva zona de prostitución callejera y un barco de acogida de drogadictos. El ayuntamiento ha prometido no permitir que se concentren en un sólo lugar la prostitución, los drogadictos o la prostitutas callejeras.
4 de enero de 2006
©nrc-handelsblad
©traducción mQh
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