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condenado por homicidio de iraquíes


[Josh White] Oficial del ejército estadounidense convicto en casos de muerte de iraquíes durante torturas.
Un interrogador del ejército que asfixió en un saco de dormir a un general iraquí que se negaba a colaborar durante interrogatorios en el norte de Iraq en 2003, fue condenado el sábado por homicidio por negligencia y abandono de deberes con resultado de muerte después de que un jurado en Colorado decidiera que la muerte del general no era asesinato.
El contramaestre Lewis E. Welshofer Jr., 43, fue llevado a juicio por la muerte del general de división iraquí Abed Hamed Mowhoush, un partidario de alto rango de Saddam Hussein del que se creía que dirigía la resistencia iraquí en el área de Qaim cerca de la frontera siria. Mowhoush murió mientras estaba metido atado en un saco de dormir americano, durante una parte particularmente agresiva de un interrogatorio con que se pretendía hacerlo hablar.
Durante su juicio en Colorado Springs en una corte marcial que duró una semana, Welshofer declaró que había usado el saco de dormir después de que fracasaran otros intentos de obtener información de Mowhoush y que creía que la técnica "claustrofóbica" había sido aprobada por sus superiores como una "posición incómoda", de acuerdo a informes de la Associated Press y a observadores de Human Rights First en el juicio.
El supervisor de Welshofer, la mayor de ejército Jessica Vos, declaró que había aprobado el uso del saco de dormir, pero que no sabía que Welshofer también ataba con una cuerda al general ni que se sentaba sobre él mientras lo interrogaba.
Mowhoush, del que el ejército creía que se había reunido con Hussein tras la invasión estadounidense de Iraq y que habría supuestamente financiado ataques rebeldes, era una importante captura para las tropas estadounidenses en noviembre de 2003. Pero resultó ser muy testarudo y durante dos semanas varios intentos de hacerle hablar en un recinto conocido como el "Hotel del Herrero" lograron poca información.
De acuerdo a un acta judicial y a informes clasificados sobre su tratamiento obtenidos por el Washington Post, Mowhoush fue sometido a una severa paliza por un grupo secreto de paramilitares iraquíes, llamados los Escorpiones, que trabajaban para la CIA. Un testigo que declaró detrás de una cortina durante el juicio de We;shofer fue identificado accidentalmente como un colaborador de la CIA y otros testigos también dijeron que Mowhoush había sido golpeado tan brutalmente por iraquíes que tenía dificultades para respirar y no podía caminar sin ayuda.
El caso no sólo expuso al grupo secreto de la CIA sino también reveló que los oficiales norteamericanos no estaban dando directivas claras en cuanto a métodos de interrogatorio durante una frustrante parte de la guerra, incluyendo al menos un mensaje de Bagdad diciendo a los interrogadores que había que "sacarse los guantes" y pidiendo una lista de deseos de técnicas de interrogación. La técnica del saco de dormir era una de las que Welshofer quería utilizar y para la que pidió permiso.
"Lo que estaba haciendo, lo hacía abiertamente, y lo estaba haciendo porque creía que la información, de hecho, salvaría vidas" dijo el abogado civil de Welshofer, Frank Spinner, de acuerdo a la AP. Spinner agregó que estaba decepcionado con el veredicto. "El veredicto reconoce el contexto en que tomaron lugar los hechos. Era una época muy difícil en Iraq. Había confusión, y no estaban recibiendo órdenes claras de los mandos".
David Danzig, manager de la campaña de Human Rights First, ‘End Torture Now’, y un observador del juicio, escribieron en una bitácora diaria sobre el juicio, que Welshofer trataba de interpretar las directivas de sus superiores en Bagdad al mismo tiempo que proponía tácticas de interrogatorio anticuadas, que iban más allá de la Guerra Fría.
"Reconocieron que lo que habíamos practicado en la escuela no funcionaba", citó Danzig la declaración de Welshofer. "Estaban buscando ideas fuera de lo común".
Que no se lo haya condenado por asesinato -y potencial a cadena perpetua-, indica que el jurado creyó que Welshofer no trató de matar a Mowhoush, pero que debería haber sabido que la táctica que usaba podía causar la muerte. Mowhoush dejó de respirar durante el interrogatorio, y los intentos de revivirlo no tuvieron éxito. La condena por homicidio negligente puede resultar en una condena máxima de tres años de prisión, y la condena por abandono de deberes con resultado de muerte en una condena adicional de tres meses. Las vistas para la sentencia comenzarán hoy.
El mayor Tiernan Dolan, encargado de la acusación, dijo que el tratamiento a que sometió Welshofer a Mowhoush "puede ser razonablemente descrito como tortura" y que "trató al general peor de lo que tratas a un perro", sabiendo que tenía la obligación de tratar humanamente al detenido, informó la AP.
El contramaestre Jefferson L. Williams, analista de inteligencia, y el especialista Jerry L. Loper, guardia, fueron liberados de la acusación y recibieron inmunidad para declarar contra Welshofer. Un cuarto soldado, el sargento primero William Sommer, también fue absuelto de la acusación de homicidio y recibirá probablemente un castigo administrativo. Los tres estuvieron presentes durante el interrogatorio en el que murió Mowhoush.

23 de enero de 2006

©washington post
©traducción mQh

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