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siguen maltratos y torturas en guantánamo


[Maggie Farley] Una investigación de Naciones Unidas dice que el tratamiento de los detenidos en Bahía Guantánamo puede ser definido como tortura y viola el derecho internacional.
Nueva York, Estados Unidos. Un borrador de un informe de Naciones Unidas sobre los detenidos en Bahía Guantánamo concluye que el tratamiento que les da Estados Unidos viola sus derechos a la salud física y mental y, en algunos casos, constituye tortura.
También llama a Estados Unidos a cerrar la prisión militar en Cuba y trasladar a los prisioneros para ser juzgados en territorio estadounidense, sosteniendo que la justificación de Washington para su continuada detención es una distorsión del derecho internacional.
El informe, compilado por cinco enviados de Naciones Unidas que entrevistaron a ex prisioneros, abogados de los detenidos y familiares, y funcionarios estadounidenses, es el producto de una investigación de dieciocho meses encargada por la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El equipo no tuvo acceso a los prisioneros de Bahía Guantánamo.
Sin embargo, sus conclusiones -especialmente la conclusión de que la alimentación forzada de los huelguistas de hambre, los incidentes de uso excesivo de violencia durante el transporte de prisioneros y una combinación de técnicas de interrogatorio "deben ser consideradas como torturas" probablemente avivarán las críticas contra la prisión en Estados Unidos y en el resto del planeta.
En Bahía Guantánamo se encuentran recluidos casi 500 prisioneros capturados en el extranjero desde 2002, en Afganistán y en otros lugares, y descritos por Estados Unidos como "combatientes enemigos".
"Consideramos muy, muy cuidadosamente todos los argumentos esgrimidos por el gobierno estadounidense", dijo Manfred Nowal, el informador especial sobre la tortura, de Naciones Unidas, y uno de los enviados. "No son conclusiones a las que hayamos llegado fácilmente. Pero concluimos que en varias áreas la situación viola el derecho internacional y las convenciones sobre derechos humanos y la tortura".
El borrador del informe, consultado por Los Angeles Times, no ha sido publicado oficialmente. Funcionarios de Naciones Unidas están incorporando comentarios y aclaraciones del gobierno estadounidense.
En noviembre el gobierno de Bush ofreció al equipo de Naciones Unidas la misma visita de la prisión que ofrece a periodistas y miembros del Congreso, pero negó a los enviados el acceso a los prisioneros. Debido a eso, el grupo de Naciones Unidas se negó a visitar la prisión.
Nowak dijo que no esperaba cambios importantes en las conclusiones y recomendaciones del informe como resultado de la respuesta del gobierno estadounidense, aunque podría haber correcciones sobre temas menores.
El capitán de corbeta de la Marina, J.D. Gordon, portavoz del Pentágono, dijo que el ministerio de Defensa no comenta asuntos de Naciones Unidas.
El informe no es legalmente vinculante. Pero defensores de los derechos humanos y jurídicos esperan que las conclusiones de Naciones Unidas se sumen a conclusiones similares de grupos de derechos humanos y el Parlamento Europeo.
"Creo que el efecto de esto será el de reavivar la preocupación sobre el maltrato de los prisioneros por parte del gobierno, y obligará a revisar sus bases jurídicas", dijo Kenneth Roth, presidente de Human Rights Watch. "Todavía persisten un montón de preguntas sobre cómo justificas la retención de esta gente".
El informe se concentra en las bases jurídicas de las detenciones del gobierno estadounidense tal como las describe en su respuesta formal a la investigación de Naciones Unidas: "Las leyes de la guerra permiten que Estados Unidos -y cualquier otro país implicado en una- mantenga retenidos a combatientes enemigos sin formular cargos y sin acceso a abogados durante la duración de las hostilidades. La detención no es un castigo, sino una necesidad de seguridad y militar. Sirve los propósitos de impedir que los combatientes vuelvan a tomar las armas contra Estados Unidos".
Pero el equipo de Naciones Unidas concluyó que no ha habido un debido proceso para determinar si los más de 750 hombres detenidos en Bahía Guantánamo desde enero de 2002 eran "combatientes enemigos" y determinó que el objetivo principal de su confinamiento eran los interrogatorios, y no para impedir que vuelvan a tomar las armas. Estados Unidos ha liberado o transferido a más de 260 detenidos de Bahía Guantánamo.
También rechazó la premisa de que "la guerra contra el terrorismo" eximía a Estados de acatar las convenciones internacionales sobre la tortura y los derechos civiles y políticos.
El informe dice que parte de los maltratos a los detenidos satisface la definición de tortura según la Convención Contra la Tortura de Naciones Unidas: Los actos fueron cometidos por funcionarios estadounidenses con el claro propósito de infligir severos dolores o sufrimientos a sus víctimas que se encuentran en una posición de indefensión.
Las conclusiones también señalan que el uso simultáneo de varias técnicas de interrogatorio -confinamiento solitario prolongado, exposición a temperaturas extremas, ruidos y luz; obligarlos a afeitarse y otras técnicas que explotan sus creencias religiosas o les intimidan y humillan- constituyen tratamientos inhumanos y, en algunos casos, cruzan el umbral de la tortura.
Nowak dijo que el equipo de Naciones Unidas estaba "particularmente preocupado" sobre la alimentación forzosa de los prisioneros en huelga de hambre por medio de tubos nasales que los detenidos dijeron que les fueron insertados y removidos violentamente, causándoles fuertes dolores, perdidas de sangre y vómitos.
"Sigue siendo un fenómeno actual", dijo Nowak.
Las instrucciones de la Cruz Roja Internacional establecen que "los doctores no deben nunca participar en la alimentación coercitiva. Tales acciones pueden ser consideradas como una forma de tortura y bajo ninguna circunstancia deben los doctores participar en ellas bajo el pretexto de salvar la vida de un detenido en huelga de hambre".
Un prisionero, un kuwaiti llamado Fawsi Al Odah, dijo a su abogado este mes que abandonó su huelga de hambre de cinco meses por amenazas de violencias físicas.
Thomas B. Wilner, abogado de Shearman & Sterling en Washington, que ha representado a 12 kuwaitis detenidos en Bahía Guantánamo, dijo que Odah le dijo, en diciembre, que los guardias empezaron a retirar la ropa, zapatos y mantas de los 85 prisioneros en huelga.
Wilner dijo que Odah contó que los guardias pusieron laxantes en una fórmula líquida que administraron a cerca de 40 prisioneros a través de tubos nasales, provocando que se defecaran en sus cuerpos.
Según Wilner, Odah le dijo que el 9 de enero, un agente leyó lo que dijo que era una orden del comandante de Bahía Guantánamo, el general de división Jay W. Hood, que decía que los prisioneros en huelga de hambre serían amarrados a una silla y obligados a alimentarse a través de tubos nasales que serían insertados y removidos dos veces al día. Después de escuchar los gritos de dolor de un prisionero y amenazas de que no continuara, Odah cesó reluctantemente su huelga de hambre, dijo Wilner.
"Paré porque me obligaron a parar", citó Wilner a Odah. "Me hicieron parar torturándome".
Funcionarios del Pentágono dijeron que el número de prisioneros en huelga había descendido a cuatro.
Los funcionarios han estado alimentando forzosamente desde agosto a los detenidos, pero empezaron a dejar en su lugar los tubos nasales en septiembre, después de que los prisioneros se quejaran de que el hecho de que se los metieran a través de la nariz hasta el estómago y luego se los removieran dos veces al día les causaba intensos dolores, hemorragias, vómitos y desmayos, dijo Wilner.
En enero, dijo, después de que se iniciara el severo tratamiento y los prisioneros en huelga fueran amarrados a sillas donde se habían defecado, la mayoría de ellos dejó la huelga.
"Está claro que el gobierno utilizó la fuerza para terminar con la huelga", dijo Wilner. "Fue aplicada brutalmente con el propósito de hacerlos desistir".
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan desdeñó las acusaciones de Odah el jueves.
"Bueno, sí, sabemos que Al Qaeda los ha preparado para hacer las acusaciones más estrambóticas", dijo McClellan en respuesta a una pregunta sobre Odah. "Pero el presidente ha dejado en claro cuál es su política, y nosotros esperamos que esa política sea acatada. Y ha dejado en claro que no aprobamos la tortura, y que no practicamos la tortura".
Wilner dijo que Odah no había sido acusado de ser miembro de Al Qaeda.
La Cruz Roja Internacional es la única instancia admitida por el gobierno estadounidense para que tenga acceso a los prisioneros y controlar su salud física y mental, pero prohíbe a la organización hacer públicos sus hallazgos.
Los cinco enviados de Naciones Unidas son expertos independientes nombrados por la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas para examinar las detenciones arbitrarias, las torturas, la independencia de jueces y abogados, la libertad de credo, y el derecho a la salud física y mental.
Los cinco han estado estudiando la situación en Bahía Guantánamo desde que se abrió en enero de 2002.
En junio de 2004 decidieron informar conjuntamente y pidieron al gobierno estadounidense que les permitiera acceder a todos los centros de detención.
"Este informe no tiene por objetivo criticar", dijo Nowak. "Sólo analiza lo que tiene que decir el derecho internacional en cuanto a derechos humanos sobre la situación en Guantánamo. Esperamos que este informe refuerce el diálogo".

Richard Serrano en Washington contribuyó a este reportaje.

13 de febrero de 2006

©chicago tribune
©traducción mQh

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