inverosímil tempestad en torno a un turbante
[H.D.S. Greenway] Sin embargo, muchos musulmanes aceptan el derecho a publicar las caricaturas. Según muchos, la agitación en torno a las viñetas ha sido manipulada.
París, Francia. "La bomba en el turbante", como muchos franceses llaman a la explosión tras las polémicas caricaturas danesas, ha estallado en la cara de todo el mundo aquí, en el país con la población musulmana más grande de Europa.
Los musulmanes franceses mismos están divididos sobre el tema. Mientras un grupo, la Asociación de Sindicatos Musulmanes, organizó una marcha de protesta en la Place de la République el fin de semana pasado, la asociación coordinadora más grande, el Consejo de la Fe Musulmana francés, se opuso fuertemente. Con las tensiones tan altas, muchos musulmanes franceses pensaron que cualquier cosa que inflamara todavía más la situación debía ser evitada.
La mayoría de los musulmanes con los que hablé piensan que fue importante que el presidente francés Jacques Chirac hiciera una declaración que los musulmanes encontraron comprensiva. Algunos, aunque pueden haber estado indignados por las caricaturas del profeta Mahoma, se mostraron sin embargo respetuosos de la larga tradición de las publicaciones satíricas francesas.
El Consejo fue a tribunales la semana pasada para tratar de impedir que el semanario satírico Charlie Hebdo volviese a publicar las caricaturas danesas, además de publicar otras nuevas de su propia cosecha. Una de ellas mostraba al profeta Mahoma mirando las caricaturas y diciendo: "Es la primera vez que los daneses me hacen reír".
La demanda para parar la publicación fracasó por un tecnicismo, pero el Consejo planea demandar a los periódicos que vuelvan a publicar las caricaturas sobre la base de una ley francesa que prohíbe insultar a una religión. Chems-eddine Hafiz, abogado del Consejo, me dijo que había un precedente en un caso que se vio en marzo pasado contra una firma de moda francesa por hacer posar a chicas semi-desnudas en las posiciones de los 12 apóstoles tal como son representados en ‘La última cena’, de Leonardo da Vinci. La Iglesia Católica entabló una demanda y ganó.
El embajador kuwaiti en Francia, en su calidad de decano de los embajadores de países musulmanes, dijo al Consejo que solventaría todos los costes asociados a acciones legales, dijo Hafiz, que no estaba seguro de si el Consejo había aceptado el ofrecimiento.
Hablé con Twefik Allal, un francés argelino nacido en Marruecos que empezó la Asociación para los Manifiestos de Libertad, y me dijo que el tema de las caricaturas era más conflictivo que la fatwa del ayatollah Khomeini de 1989 con la sentencia de muerte contra Salman Rushdie por escribir ‘Los versos satánicos’ en 1989. Dijo que era todavía más conflictivo que la prohibición de usar pañuelos de cabeza que pesa sobre las niñas musulmanas en las escuelas, "debido al contexto social y político". La percepción de las caricaturas como blasfemas se produce en un momento de muchas tensiones entre el Oriente y Occidente. "Eso produce una terrible tensión", dijo, tanto en Francia como en el extranjero.
Allal se hizo un nombre en Francia enfatizando que se puede ser un buen musulmán y al mismo tiempo aceptar los valores franceses. Escribió un artículo en el último número de Charlie Hebdo, que fue eclipsado por las caricaturas, pero citaba a Hezbollah diciendo que si Khomeini hubiese encontrado a alguien para ejecutar su edicto contra Rushdie, "esa chusma de Dinamarca, Noruega, Francia, que insultan a nuestro profeta Mahoma, no se habrían atrevido nunca a hacer esto". La respuesta de Allal es que esta es nada menos que una exigencia de que los musulmanes no deban ser admitidos como europeos, ni pensar como europeos -una idea que rechaza.
Le pregunté a Olivier Roy, el escritor francés y experto en el islam, por qué pensaba que la bomba en el turbante había causado tanta agitación en el mundo musulmán fuera de Europa cuatro meses después de que las caricaturas fueran publicadas originalmente. Dijo que había estudiado algunas de las áreas donde se habían producido las peores manifestaciones: Gaza, Irán, Beirut, Damasco, Pakistán y Afganistán. Todas ellas, dijo Roy, tenían razones para castigar a Europa.
Europa ha sido siempre un aliada de los palestinos, mientras Estados Unidos favorece a Israel, dijo. Sin embargo, tras la victoria de Hamas en las elecciones del mes pasado, Europa pareció estar endureciendo su actitud, mientras el gobierno de Bush se mantuvo atípicamente silencioso sobre el asunto.
En Irán, después de años de ser el poli bueno contra el poli malo que es Estados Unidos, Europa apoyó la reciente referencia de Irán al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Damasco estaba todavía refunfuñando por el papel de los franceses en la remoción de Siria del Líbano, y en Afganistán tropas europeas se estaban movilizando hacia nuevas áreas bajo autoridad de la OTAN, que ayudó a aliviar la presión sobre las escuálidas tropas estadounidenses allá. Todo esto no fue accidental, dijo Roy. Sin embargo, con o sin manipulación, el asunto de las caricaturas muestras que el distanciamiento entre Oriente y Occidente no ha sido nunca tan intenso.
Los musulmanes franceses mismos están divididos sobre el tema. Mientras un grupo, la Asociación de Sindicatos Musulmanes, organizó una marcha de protesta en la Place de la République el fin de semana pasado, la asociación coordinadora más grande, el Consejo de la Fe Musulmana francés, se opuso fuertemente. Con las tensiones tan altas, muchos musulmanes franceses pensaron que cualquier cosa que inflamara todavía más la situación debía ser evitada.
La mayoría de los musulmanes con los que hablé piensan que fue importante que el presidente francés Jacques Chirac hiciera una declaración que los musulmanes encontraron comprensiva. Algunos, aunque pueden haber estado indignados por las caricaturas del profeta Mahoma, se mostraron sin embargo respetuosos de la larga tradición de las publicaciones satíricas francesas.
El Consejo fue a tribunales la semana pasada para tratar de impedir que el semanario satírico Charlie Hebdo volviese a publicar las caricaturas danesas, además de publicar otras nuevas de su propia cosecha. Una de ellas mostraba al profeta Mahoma mirando las caricaturas y diciendo: "Es la primera vez que los daneses me hacen reír".
La demanda para parar la publicación fracasó por un tecnicismo, pero el Consejo planea demandar a los periódicos que vuelvan a publicar las caricaturas sobre la base de una ley francesa que prohíbe insultar a una religión. Chems-eddine Hafiz, abogado del Consejo, me dijo que había un precedente en un caso que se vio en marzo pasado contra una firma de moda francesa por hacer posar a chicas semi-desnudas en las posiciones de los 12 apóstoles tal como son representados en ‘La última cena’, de Leonardo da Vinci. La Iglesia Católica entabló una demanda y ganó.
El embajador kuwaiti en Francia, en su calidad de decano de los embajadores de países musulmanes, dijo al Consejo que solventaría todos los costes asociados a acciones legales, dijo Hafiz, que no estaba seguro de si el Consejo había aceptado el ofrecimiento.
Hablé con Twefik Allal, un francés argelino nacido en Marruecos que empezó la Asociación para los Manifiestos de Libertad, y me dijo que el tema de las caricaturas era más conflictivo que la fatwa del ayatollah Khomeini de 1989 con la sentencia de muerte contra Salman Rushdie por escribir ‘Los versos satánicos’ en 1989. Dijo que era todavía más conflictivo que la prohibición de usar pañuelos de cabeza que pesa sobre las niñas musulmanas en las escuelas, "debido al contexto social y político". La percepción de las caricaturas como blasfemas se produce en un momento de muchas tensiones entre el Oriente y Occidente. "Eso produce una terrible tensión", dijo, tanto en Francia como en el extranjero.
Allal se hizo un nombre en Francia enfatizando que se puede ser un buen musulmán y al mismo tiempo aceptar los valores franceses. Escribió un artículo en el último número de Charlie Hebdo, que fue eclipsado por las caricaturas, pero citaba a Hezbollah diciendo que si Khomeini hubiese encontrado a alguien para ejecutar su edicto contra Rushdie, "esa chusma de Dinamarca, Noruega, Francia, que insultan a nuestro profeta Mahoma, no se habrían atrevido nunca a hacer esto". La respuesta de Allal es que esta es nada menos que una exigencia de que los musulmanes no deban ser admitidos como europeos, ni pensar como europeos -una idea que rechaza.
Le pregunté a Olivier Roy, el escritor francés y experto en el islam, por qué pensaba que la bomba en el turbante había causado tanta agitación en el mundo musulmán fuera de Europa cuatro meses después de que las caricaturas fueran publicadas originalmente. Dijo que había estudiado algunas de las áreas donde se habían producido las peores manifestaciones: Gaza, Irán, Beirut, Damasco, Pakistán y Afganistán. Todas ellas, dijo Roy, tenían razones para castigar a Europa.
Europa ha sido siempre un aliada de los palestinos, mientras Estados Unidos favorece a Israel, dijo. Sin embargo, tras la victoria de Hamas en las elecciones del mes pasado, Europa pareció estar endureciendo su actitud, mientras el gobierno de Bush se mantuvo atípicamente silencioso sobre el asunto.
En Irán, después de años de ser el poli bueno contra el poli malo que es Estados Unidos, Europa apoyó la reciente referencia de Irán al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Damasco estaba todavía refunfuñando por el papel de los franceses en la remoción de Siria del Líbano, y en Afganistán tropas europeas se estaban movilizando hacia nuevas áreas bajo autoridad de la OTAN, que ayudó a aliviar la presión sobre las escuálidas tropas estadounidenses allá. Todo esto no fue accidental, dijo Roy. Sin embargo, con o sin manipulación, el asunto de las caricaturas muestras que el distanciamiento entre Oriente y Occidente no ha sido nunca tan intenso.
14 de febrero de 2006
©boston globe
©traducción mQh
1 comentario
Domingo L. -
http://www.geocities.com/manesvil/islam.htm