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terminó la guerra contra las drogas


El gobierno de Obama busca la desmilitarización de un problema de salud. Un editorial de Los Angeles Times.
El gobierno de Obama está diciendo las cosas que hay que decir sobre el revoltijo de leyes inefectivas y vindicativas, políticas y prácticas que conforman la llamada guerra contra las drogas. Poco después de su confirmación, el fiscal general Eric H. Holder Jr. anunció que terminaría con los allanamientos de los dispensarios de marihuana médica que viene realizando la Agencia para el Control de Drogas [Drug Enforcement Administration; DEA]. Después, el ministerio de Justicia instó al Congreso a eliminar la disparidad de 100 a 1 en las sentencias por tráfico de crack y cocaína, que impone prolongadas penas de prisión a acusados predominantemente negros.
La confirmación más reciente proviene del nuevo zar antidrogas, R. Gil Kerlikowske. En una entrevista con el Wall Street Journal esta semana, Kerlikowske dijo que era hora de retirar la frase ‘guerra contra las drogas’. Es tan equivocada como las políticas a las que da lugar. "Independientemente de cómo trates de explicar a la gente que es una guerra contra las drogas... la gente la ve como una guerra contra ellos", dijo. "En este país no estamos en guerra con la gente". Estas sensibles declaraciones inspiran la esperanza de que el gobierno quiere utilizar un enfoque más racional de las drogas. Hay mucho por hacer.
Por ejemplo, la DEA aparentemente no recibió memorados sobre los allanamientos; realizó uno al día siguiente del anuncio de Holder. Y aunque el rechazo de Holder a destinar recursos federales para actuar contra las clínicas es un bienvenido respiro, todavía tenemos el problema del conflicto entre las leyes estatales y federales sobre la marihuana. También, como candidato, Barack Obama dijo que apoyaba levantar la prohibición federal contra los programas de intercambio de jeringas, lo que según numerosos estudios retrasa la transmisión de VIH/SIDA. Sin embargo, el presupuesto del presidente Obama la deja en su lugar. Funcionarios de gobierno dicen que ahora cree que la opinión pública debe estar convencida.
Es en este contexto que los comentarios de Kerlikowske sí importan: Por ver a los usuarios de drogas como combatientes de una guerra, el país militarizó un problema de salud. La frase misma inspiraba ideas torcidas que dieron vida a desastrosas políticas. Cuando hacía campaña por la presidencia, Obama prometió cambios profundos en la política de drogas. Ahora el viejo paradigma debería marcharse con la frase recién descartada.

19 de mayo de 2009
16 de mayo de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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