a martin lee lo mataron los guardias
[C.M. Miller y P. Long] Adolescente golpeado no murió de causas naturales.
Después que los resultados de una segunda autopsia demostraron que Martin Lee Anderson no murió por causas naturales tras haber sido maniatado y golpeado por los guardias de un campamento juvenil de la zona floridana conocida como el Panhandle, Mark Ober, el fiscal especial asignado al caso, se enfrenta a una de las tareas más difíciles de toda su vida.
El fiscal especial tendrá que determinar qué le causó la muerte al adolescente de 14 años que fue estrella de baloncesto en su escuela y un prometedor ajedrecista, y si alguien debe ser declarado culpable de la tragedia.
Tanto un médico forense de Tampa encargado del caso como un famoso patólogo de Nueva York que contrató la familia estuvieron de acuerdo, tras una terrible autopsia que duró 12 horas el lunes, que Martin no falleció debido al presunto desorden sanguíneo que no le diagnosticaron, una enfermedad llamada siclemia, que afecta a uno de cada 12 norteamericanos de ascendencia africana.
’’Confirmaremos que los hallazgos preliminares indican que Martin Lee Anderson no murió a causa de siclemia, así como tampoco de causas naturales’’, dijo Pam Bondi, asistente del fiscal estatal y portavoz de Ober, el fiscal estatal del Condado de Hillsborough que nombró el gobernador Jeb Bush para investigar el caso.
’’Nuestra investigación se demorará meses en terminarse’’, agregó Bondi.
Aunque los patólogos dicen que están seguros de lo que le causó la muerte al muchacho, todavía se desconoce a ciencia cierta cuál fue la causa verdadera. El pasado 5 de enero Martin dejó de respirar después de haber entrado al campamento para delincuentes juveniles. Al día siguiente se le quitó el aparato respiratorio que lo mantenía vivo en un hospital Pensacola.
’’Todos llegamos a la misma conclusión’’, dijo Michael Baden, un veterano médico forense neoyorquino que contrató la familia para que participara en la segunda autopsia. ``Martin no murió de causas naturales’’.
’’Al igual que su madre y su padre han dicho antes, yo opino que falleció por culpa de lo que se pudo ver en la videocinta’’, le expresó Baden al Miami Herald. ``La forma en que lo trataron, el abuso que sufrió fue lo que le ocasionó la muerte’’.
Ruth Sasser, portavoz de Frank McKeithen, jefe del Departamento de Policía del Condado de Bay, que se encarga de administrar la instalación disciplinaria de Panama City bajo contrato con el estado de la Florida, no quiso discutir ayer los resultados de la segunda autopsia, argumentando que el departamento todavía no ha recibido un informe oficial definitivo sobre la autopsia del doctor Vern Adams, médico forense del Condado de Hillsborough.
McKeithen cerrará el campamento a la medianoche del próximo 6 de abril, dijo Sasser. El 21 de febrero, el jefe de policía anunció el cierre de la instalación, argumentando que se había convertido en un sitio ’’virtualmente paralizado’’ debido a toda la conmoción que ha generado la muerte del chico.
De igual modo, tampoco quiso discutir los nuevos hallazgos el doctor Charles Siebert, el forense del Condado de Bay cuyo informe del 16 de febrero no hizo más que añadir gasolina a la ya candente controversia en torno al desafortunado incidente ocurrido en Panama City.
’’Cualquier pregunta referente a la autopsia deberá ser remitida a la Oficina del Médico Forense del Condado de Hillsborough’’, dijo la oficina de Siebert en un comunicado que preparó. ``En cuanto a lo que se pudo hallar en la autopsia, el doctor Siebert no hará ningún comentario hasta que los resultados sean finales’’.
Para los padres del muchacho muerto, el lunes y ayer fueron días agonizantes en medio de una larga y penosa jornada.
Ayer, Gina Jones y Robert Anderson enterraron a su hijo --por segunda vez-- en una modesta tumba en un humilde cementerio dos meses después del primer entierro. El viernes pasado, el cadáver del adolescente había sido exhumado para que se le realizara la segunda autopsia. ’’Si hubieran dicho la verdad, no hubiéramos tenido que enterrar a mi muchacho por segunda vez’’, dijo ayer Jones antes de conducir rumbo al Cementerio Redwood. ``Ya es hora de que Martin descanse en paz. Necesitamos que se haga justicia, y asegurarnos de que él repose en paz’’.
Por su parte, Anderson agregó: ``Quizás esta noche, podremos empezar a descansar. Y tal vez mi hijo pueda también descansar por fin’’.
Un puñado de legisladores floridanos se unió desde el principio a la familia de Martin y reclamó justicia en un caso que han estado examinando muy de cerca.
El representante Gus Barreiro, republicano de Miami Beach, y cuyas críticas del Departamento de Justicia Juvenil motivaron que se hicieran varias reformas, dijo que quedó horrorizado cuando policías del Departamento de Policía de la Florida (FDLE) que vieron la videocinta le expresaron su preocupación por los ’’empleos y carreras’’ de los guardias que golpearon y patearon al adolescente.
’’Martin Lee Anderson nunca podrá tener un empleo’’, dijo Barreiro. ``Tenemos que enviar un fuerte mensaje a todos aquellos que trabajan con muchachos, y decirles que si son brutales con alguno de ellos, eso les traerá de seguro serias consecuencias. No se puede tener una doble moral’’.
El fiscal especial tendrá que determinar qué le causó la muerte al adolescente de 14 años que fue estrella de baloncesto en su escuela y un prometedor ajedrecista, y si alguien debe ser declarado culpable de la tragedia.
Tanto un médico forense de Tampa encargado del caso como un famoso patólogo de Nueva York que contrató la familia estuvieron de acuerdo, tras una terrible autopsia que duró 12 horas el lunes, que Martin no falleció debido al presunto desorden sanguíneo que no le diagnosticaron, una enfermedad llamada siclemia, que afecta a uno de cada 12 norteamericanos de ascendencia africana.
’’Confirmaremos que los hallazgos preliminares indican que Martin Lee Anderson no murió a causa de siclemia, así como tampoco de causas naturales’’, dijo Pam Bondi, asistente del fiscal estatal y portavoz de Ober, el fiscal estatal del Condado de Hillsborough que nombró el gobernador Jeb Bush para investigar el caso.
’’Nuestra investigación se demorará meses en terminarse’’, agregó Bondi.
Aunque los patólogos dicen que están seguros de lo que le causó la muerte al muchacho, todavía se desconoce a ciencia cierta cuál fue la causa verdadera. El pasado 5 de enero Martin dejó de respirar después de haber entrado al campamento para delincuentes juveniles. Al día siguiente se le quitó el aparato respiratorio que lo mantenía vivo en un hospital Pensacola.
’’Todos llegamos a la misma conclusión’’, dijo Michael Baden, un veterano médico forense neoyorquino que contrató la familia para que participara en la segunda autopsia. ``Martin no murió de causas naturales’’.
’’Al igual que su madre y su padre han dicho antes, yo opino que falleció por culpa de lo que se pudo ver en la videocinta’’, le expresó Baden al Miami Herald. ``La forma en que lo trataron, el abuso que sufrió fue lo que le ocasionó la muerte’’.
Ruth Sasser, portavoz de Frank McKeithen, jefe del Departamento de Policía del Condado de Bay, que se encarga de administrar la instalación disciplinaria de Panama City bajo contrato con el estado de la Florida, no quiso discutir ayer los resultados de la segunda autopsia, argumentando que el departamento todavía no ha recibido un informe oficial definitivo sobre la autopsia del doctor Vern Adams, médico forense del Condado de Hillsborough.
McKeithen cerrará el campamento a la medianoche del próximo 6 de abril, dijo Sasser. El 21 de febrero, el jefe de policía anunció el cierre de la instalación, argumentando que se había convertido en un sitio ’’virtualmente paralizado’’ debido a toda la conmoción que ha generado la muerte del chico.
De igual modo, tampoco quiso discutir los nuevos hallazgos el doctor Charles Siebert, el forense del Condado de Bay cuyo informe del 16 de febrero no hizo más que añadir gasolina a la ya candente controversia en torno al desafortunado incidente ocurrido en Panama City.
’’Cualquier pregunta referente a la autopsia deberá ser remitida a la Oficina del Médico Forense del Condado de Hillsborough’’, dijo la oficina de Siebert en un comunicado que preparó. ``En cuanto a lo que se pudo hallar en la autopsia, el doctor Siebert no hará ningún comentario hasta que los resultados sean finales’’.
Para los padres del muchacho muerto, el lunes y ayer fueron días agonizantes en medio de una larga y penosa jornada.
Ayer, Gina Jones y Robert Anderson enterraron a su hijo --por segunda vez-- en una modesta tumba en un humilde cementerio dos meses después del primer entierro. El viernes pasado, el cadáver del adolescente había sido exhumado para que se le realizara la segunda autopsia. ’’Si hubieran dicho la verdad, no hubiéramos tenido que enterrar a mi muchacho por segunda vez’’, dijo ayer Jones antes de conducir rumbo al Cementerio Redwood. ``Ya es hora de que Martin descanse en paz. Necesitamos que se haga justicia, y asegurarnos de que él repose en paz’’.
Por su parte, Anderson agregó: ``Quizás esta noche, podremos empezar a descansar. Y tal vez mi hijo pueda también descansar por fin’’.
Un puñado de legisladores floridanos se unió desde el principio a la familia de Martin y reclamó justicia en un caso que han estado examinando muy de cerca.
El representante Gus Barreiro, republicano de Miami Beach, y cuyas críticas del Departamento de Justicia Juvenil motivaron que se hicieran varias reformas, dijo que quedó horrorizado cuando policías del Departamento de Policía de la Florida (FDLE) que vieron la videocinta le expresaron su preocupación por los ’’empleos y carreras’’ de los guardias que golpearon y patearon al adolescente.
’’Martin Lee Anderson nunca podrá tener un empleo’’, dijo Barreiro. ``Tenemos que enviar un fuerte mensaje a todos aquellos que trabajan con muchachos, y decirles que si son brutales con alguno de ellos, eso les traerá de seguro serias consecuencias. No se puede tener una doble moral’’.
15 de marzo de 2006
©miami herald
0 comentarios