iraq ya está perdido
[H.D.S. Greenway] El vacío de poder ya existe. Y ya no depende de Estados Unidos si hay guerra civil o no.
Con la guerra de Iraq ya bien entrada en su cuarto año y sin expectativas de que termine, las estrategias de retirada están brotando en los jardines de las páginas de artículos de opinión como las peonías en mayo. El senador John Kerry, citando a generales que sostienen que la guerra no puede ser ganada militarmente, escribió el mes pasado en el New York Times que los políticos iraquíes deberían haber sido informados de que tenían hasta el 15 de mayo para "formar un gobierno de unidad nacional efectivo, so pena de que retiremos de inmediato a nuestros militares".
Si los políticos iraquíes accediesen, argumentó Kerry, las tropas de combate estadounidenses podrían estar en casa para fin de año. "En Iraq permanecerían solamente las tropas esenciales para terminar el trabajo de adiestrar a las fuerzas iraquíes".
"Para que esta transición funcione", dijo Kerry, se necesitarán "acuerdos como los de la cumbre de Dayton" para unir a todo el mundo, como lo hizo Richard Holbrooke para terminar la guerra de Bosnia. Entretanto las tropas americanas quedarían acuarteladas, emprendiendo acciones militares solamente para operaciones especiales contra Al Qaeda.
Este mes el senador Joseph Biden y Leslie Gelb, ex presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, también se refirió a Dayton en su artículo de opinión para el Times, diciendo que mantuvo a Bosnia íntegra "paradójicamente dividiéndola en federaciones étnicas, permitiendo incluso que los musulmanes, croatas y serbios retuvieran sus propios ejércitos".
Como en Bosnia, cada grupo étnico-religioso iraquí debería tener "espacio para manejar sus propios asuntos, dejando al gobierno central a cargo de los intereses comunes", proponen Biden y Gelb. El sur chií, el centro sunní y el norte kurdo deberían manejar sus propios asuntos, y los sunníes, pobres en petróleo, deberían ser compensados "para hacer viable su región".
Deberían respetarse y protegerse los derechos de la mujer y de las minorías "aumentando la ayuda estadounidense a Iraq, pero vinculada a esos derechos".
Según el plan Biden-Gelb, las tropas se retirarían en 2008, dejando una "fuerza residual pequeña pero efectiva para combatir a los terroristas y mantener decentes a los vecinos".
También en el Times, Anthony Cordesman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que fracturar a Iraq a lo largo de líneas étnicas y religiosas sólo acarrearía más desastre. Las poblaciones están demasiado entremezcladas, dijo. Dividir el país implicaría dividir al ejército, lo que fortalecería a las milicias, "todo lo cual provocaría más violencia... Y, por supuesto, no existe una manera de dividir a Iraq que no termine en guerra por el control del petróleo". Los vecinos regionales intervendrían en apoyo de las facciones amigas, y florecería el extremismo religioso, de acuerdo a Cordesman.
La parcelación de Iraq podría "enviar el mensaje de que Estados Unidos ha sido derrotado y que ha abandonado a un país y su gente", escribió Cordesman. Después de fracturar a Iraq, Estados Unidos es responsable ante su gente y no puede dejar un "vacío de poder en una región de por sí peligrosa..."
Está claro que el gobierno de Bush está buscando una salida de lo que se ha transformado en el peor error de política exterior estadounidense del que se tenga memoria. Biden y Gelb tienen probablemente razón cuando dicen que Bush no tiene una estrategia clara, y que sólo espera mantenerse en pie hasta que pueda traspasar todo este asunto al siguiente presidente.
Las críticas de Kerry, Biden, Gleb y Cordesman son constructivas y reflexivas, ¿pero son relevantes? Me temo que los fracasos de los últimos tres años nos han hecho perder la autoridad de dictar a los iraquíes cómo deben organizar su sociedad y su gobierno, o de decirles cómo deben repartirse el poder entre sus regiones. Me temo que, en ese sentido, ya hemos perdido a Iraq.
Estados Unidos no será capaz de controlar el curso de los acontecimientos en Iraq. Ya no depende de nosotros que haya finalmente o no un acuerdo o una guerra civil. Cordesman puede tener razón cuando dice que al romper Iraq nos hemos quedado con una responsabilidad, pero se equivoca cuando dice que no podemos retirarnos dejando un vacío de poder. El vacío de poder ya existe. No podemos rellenarlo, e Iraq está deslizándose a toda velocidad por la ruta hacia un estado fracasado, un estado en el que los yihadistas se adiestran para operar en Afganistán y los estadounidenses se retiran cada vez más a sus bases fortificadas y aisladas.
Puede ser irresponsable dejar plantado a Iraq, pero me temo que algún día lo haremos debido a que el factor determinante será la misma irresponsabilidad de que hicimos gala cuando marchamos contra Iraq, y la bancarrota de la política hará que la carga de Iraq no sea sustentable en casa -un "resultado baldío" para ocupar un "país terriblemente hostil", como predijo el presidente tan claramente hace quince años.
Si los políticos iraquíes accediesen, argumentó Kerry, las tropas de combate estadounidenses podrían estar en casa para fin de año. "En Iraq permanecerían solamente las tropas esenciales para terminar el trabajo de adiestrar a las fuerzas iraquíes".
"Para que esta transición funcione", dijo Kerry, se necesitarán "acuerdos como los de la cumbre de Dayton" para unir a todo el mundo, como lo hizo Richard Holbrooke para terminar la guerra de Bosnia. Entretanto las tropas americanas quedarían acuarteladas, emprendiendo acciones militares solamente para operaciones especiales contra Al Qaeda.
Este mes el senador Joseph Biden y Leslie Gelb, ex presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, también se refirió a Dayton en su artículo de opinión para el Times, diciendo que mantuvo a Bosnia íntegra "paradójicamente dividiéndola en federaciones étnicas, permitiendo incluso que los musulmanes, croatas y serbios retuvieran sus propios ejércitos".
Como en Bosnia, cada grupo étnico-religioso iraquí debería tener "espacio para manejar sus propios asuntos, dejando al gobierno central a cargo de los intereses comunes", proponen Biden y Gelb. El sur chií, el centro sunní y el norte kurdo deberían manejar sus propios asuntos, y los sunníes, pobres en petróleo, deberían ser compensados "para hacer viable su región".
Deberían respetarse y protegerse los derechos de la mujer y de las minorías "aumentando la ayuda estadounidense a Iraq, pero vinculada a esos derechos".
Según el plan Biden-Gelb, las tropas se retirarían en 2008, dejando una "fuerza residual pequeña pero efectiva para combatir a los terroristas y mantener decentes a los vecinos".
También en el Times, Anthony Cordesman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que fracturar a Iraq a lo largo de líneas étnicas y religiosas sólo acarrearía más desastre. Las poblaciones están demasiado entremezcladas, dijo. Dividir el país implicaría dividir al ejército, lo que fortalecería a las milicias, "todo lo cual provocaría más violencia... Y, por supuesto, no existe una manera de dividir a Iraq que no termine en guerra por el control del petróleo". Los vecinos regionales intervendrían en apoyo de las facciones amigas, y florecería el extremismo religioso, de acuerdo a Cordesman.
La parcelación de Iraq podría "enviar el mensaje de que Estados Unidos ha sido derrotado y que ha abandonado a un país y su gente", escribió Cordesman. Después de fracturar a Iraq, Estados Unidos es responsable ante su gente y no puede dejar un "vacío de poder en una región de por sí peligrosa..."
Está claro que el gobierno de Bush está buscando una salida de lo que se ha transformado en el peor error de política exterior estadounidense del que se tenga memoria. Biden y Gelb tienen probablemente razón cuando dicen que Bush no tiene una estrategia clara, y que sólo espera mantenerse en pie hasta que pueda traspasar todo este asunto al siguiente presidente.
Las críticas de Kerry, Biden, Gleb y Cordesman son constructivas y reflexivas, ¿pero son relevantes? Me temo que los fracasos de los últimos tres años nos han hecho perder la autoridad de dictar a los iraquíes cómo deben organizar su sociedad y su gobierno, o de decirles cómo deben repartirse el poder entre sus regiones. Me temo que, en ese sentido, ya hemos perdido a Iraq.
Estados Unidos no será capaz de controlar el curso de los acontecimientos en Iraq. Ya no depende de nosotros que haya finalmente o no un acuerdo o una guerra civil. Cordesman puede tener razón cuando dice que al romper Iraq nos hemos quedado con una responsabilidad, pero se equivoca cuando dice que no podemos retirarnos dejando un vacío de poder. El vacío de poder ya existe. No podemos rellenarlo, e Iraq está deslizándose a toda velocidad por la ruta hacia un estado fracasado, un estado en el que los yihadistas se adiestran para operar en Afganistán y los estadounidenses se retiran cada vez más a sus bases fortificadas y aisladas.
Puede ser irresponsable dejar plantado a Iraq, pero me temo que algún día lo haremos debido a que el factor determinante será la misma irresponsabilidad de que hicimos gala cuando marchamos contra Iraq, y la bancarrota de la política hará que la carga de Iraq no sea sustentable en casa -un "resultado baldío" para ocupar un "país terriblemente hostil", como predijo el presidente tan claramente hace quince años.
16 de mayo de 2006
©boston globe
©traducción mQh
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