tráfico de sangre y otros reportajes
[Andrés López Vergara] Ministerio Público y el Servicio de Salud Oriente indagan, desde enero, el caso. Investigan tráfico de sangre hacia clínica privada desde el Hospital del Salvador.
El caso de trece niños con leucemia dio la luz de alerta. En una de las transfusiones se contagiaron con el virus de la hepatitis B. Parte de la sangre venía del Hospital del Salvador, pese a que ellos se atendían en una clínica. Aunque una investigación determinará las responsabilidades de todos los involucrados, queda claro que la sangre tiene precio. Y algunos lucran con ella.
A fines del año pasado Marcela constató que su hijo Martín de siete años había sido contagiado con hepatitis B. Pensó que se trataba sólo de un episodio. Quizás mala suerte. Pero a los pocos meses descubrió que cerca de 13 menores estaban en la misma situación que Martín. Y todos tenían algo en común. El segundo semestre de 2004 habían recibido transfusiones sanguíneas en la clínica oncológica del doctor Juan Quintana, ubicada en calle Tabancura 1091, Vitacura. Todos, además, luchaban contra la leucemia.
Marcela pensó entonces que algo extraño estaba ocurriendo. La realidad le estalló de golpe en la cara cuando descubrió que la sangre provenía del banco del Hospital del Salvador. Se acercó al establecimiento para solicitar los registros donde se anotaban los retiros de unidades de hemoderivados, y las autoridades tomaron -supuestamente- conocimiento del hecho por primera vez.
La inquietud de Marcela llegó a oídos del jefe del banco de sangre del hospital, Mario Donoso Scroppo, quien se dio cuenta de que había serias irregularidades en los formularios de retiro, debido a que muchas de las unidades registradas en ese entonces no tenían destino conocido. Esto motivó que el Ministerio Público y el Servicio de Salud Oriente iniciaran en enero de este año una investigación conjunta para determinar el origen de la sangre infectada y en qué forma se contagiaron los niños con el virus de la hepatitis B.
A medida que avanzaba el proceso, la fiscal Patricia Villablanca descubrió que Miguel Manosalva, tecnólogo médico del banco de sangre del Hospital del Salvador, abastecía a Quintana con sangre del hospital. El sumario arrojó que el funcionario no registraba las unidades de hemoderivados que sacaba y que recibía honorarios por el servicio prestado.
Una auditoría realizada entre noviembre de 2003 y abril de 2004 al registro del banco de sangre, determinó que 20 de las 90 bolsas del grupo sanguíneo Rh negativo -elemento de gran escasez-, no tenían destino conocido y que de ese grupo, tres habían sido retiradas por Manosalva para efectuar transfusiones en la clínica de Quintana.
El proceso también arrojó que la clínica de Quintana cerró en diciembre de 2005 luego de funcionar por diez años sin los permisos sanitarios correspondientes.
El Servicio de Salud Metropolitano Oriente formuló cargos en contra de Manosalva por retirar sangre del hospital sin autorización, realizar esta actividad en su horario de trabajo y derivar la sangre a una clínica privada. Quintana también corrió la misma suerte al ser procesado por abrir su clínica sin el permiso del Servicio de Salud.
Acusaciones Cruzadas
En su defensa, Manosalva -dirigente sindical de la institución- reclama que es objeto de una persecución personal por parte del jefe del banco de sangre del hospital, Mario Donoso Scroppo.
Sin embargo, reconoce su participación en los hechos. En el sumario administrativo instruido por la fiscal del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, Paula Valenzuela, señaló que ésta era una práctica común entre los tecnólogos que trabajaban en el banco de sangre, ya que muchos hacían servicio a domicilio sin dejar registro de las unidades. "¿Por qué la investigación sólo se detiene en mí y no se averigua quiénes sacaron otras unidades del banco de sangre? La respuesta es simple: los demás funcionarios que también lo hacían no han tenido problemas con el jefe del banco de sangre, tampoco se atreven a señalar que las unidades también eran retiradas por la propia cónyuge del Dr. Donoso", indican los descargos que presentó ante la fiscal.
Según el reglamento ‘Orientaciones de los centro de Sangre y Unidades de Medicina Trasnfusional' elaborado por el Ministerio de Salud se deja claro que los préstamos solidarios sólo se pueden efectuar entre los bancos de sangre de instituciones médicas privadas y públicas, dejando registro en el formulario de intercambio. En el documento se indica que sólo se debe devolver los insumos prestados -bolsas- y no reponer la sangre ocupada en las transfusiones.
Sin embargo, la declaración de Manosalva acusa una práctica habitual y remunerada.
El tecnólogo reconoció a La Nación que recibía un sueldo por llevar las bolsas a la clínica de Quintana para tener siempre el stock necesario para las transfusiones. "Hubiera una o diez bolsas, siempre recibía trescientos mil pesos".
"Yo sé que a un paciente le cobraron un millón doscientos por hacer una transfusión de dos bolsas de hemoderivados en una clínica privada. A pesar de que la sangre es un bien gratuito, su cobro se disfraza a través del día cama, la postura de la aguja y una serie de exámenes que salen en la boleta de pago", señaló Manosalva.
Respecto a esto, el director del Hospital del Salvador, doctor Carlos Altamirano, señaló que lo más importante es que si salió sangre a un determinado lugar, ese retiro debe estar registrado, de lo contrario, se trataría de un robo. "Cuando recibí la denuncia y vi que faltaban los registros de préstamo, inicié la investigación inmediatamente".
Respecto al abastecimiento irregular de sangre a la clínica, La Nación intentó conversar con el doctor Juan Quintana, quien descartó referirse al tema. "Todas mis declaraciones se encuentran en el sumario", se limitó a decir.
Préstamos
El doctor Mario Donoso Scroppo asumió como jefe del banco en noviembre del año 2003. Hasta la fecha, asegura que se han invertido más de 155 millones de pesos para mejorar el funcionamiento de su unidad y que las cerca de 34 mil transfusiones de sangre que se realizan al año poseen altos estándares de seguridad.
Donoso dijo que a su llegada al servicio de salud prohibió de inmediato el retiro de sangre para usos particulares y tiene registro de todo préstamo efectuado al sector público y privado. Sin embargo, esta afirmación es refutada por Manosalva, quien dice que la práctica nunca fue prohibida.
"El señor Manosalva efectúa acusaciones al voleo y debe decir de una vez por todas los nombres de las personas a las cuales acusa de haber sacado sangre sin permiso. A mí me queda duda sobre si efectivamente las bolsas con las que hizo las transfusiones a los niños pertenecen al hospital. Sólo sabemos que sacó cuatro bolsas de nuestra unidad y por eso está siendo investigado", dijo Donoso.
La tecnóloga médica a cargo de la auditoria realizada en el 2004, Lucía Martínez, reconoce que en ese tiempo existían préstamos de sangre que no se registraban, por lo que no se sabía en qué eran ocupados. "Las veinte bolsas auditadas no están por ningún lado y eso es un hecho objetivo que derivó de la investigación. Nosotros hemos implementado una serie de filtros para evitar que sucedan estas fugas, sin embargo, siempre los sistemas pueden ser vulnerados".
En el sumario, la profesional declaró ante la fiscal que "las normativas internas son conocidas por todos y que es posible retirar unidades de hemoderivados vulnerando las normas establecidas y conocidas por todos los funcionarios".
Una tecnóloga médica del mismo establecimiento declaró en el sumario que los profesionales de la unidad "tenemos facilidades de realizar transfusiones particulares, pero asesorados por un médico, por el hecho de trabajar en un banco de sangre y tener la calidad de tecnólogo médico. Cuando se realizan transfusiones particulares con unidades del banco de sangre, no existen registros de éstos dado que el software del banco no permite ingresar transfusiones a domicilio".
A pesar de las acusaciones cruzadas, Marcela no entiende de cifras. Menos de viejas rencillas entre funcionarios. Lo que ella quiere es que alguien responda por el daño que sufrió su hijo. Y a pesar de su profundo dolor está dispuesta a todo. Marcela ya dio el primer paso. Ahora es el turno de la justicia.
A fines del año pasado Marcela constató que su hijo Martín de siete años había sido contagiado con hepatitis B. Pensó que se trataba sólo de un episodio. Quizás mala suerte. Pero a los pocos meses descubrió que cerca de 13 menores estaban en la misma situación que Martín. Y todos tenían algo en común. El segundo semestre de 2004 habían recibido transfusiones sanguíneas en la clínica oncológica del doctor Juan Quintana, ubicada en calle Tabancura 1091, Vitacura. Todos, además, luchaban contra la leucemia.
Marcela pensó entonces que algo extraño estaba ocurriendo. La realidad le estalló de golpe en la cara cuando descubrió que la sangre provenía del banco del Hospital del Salvador. Se acercó al establecimiento para solicitar los registros donde se anotaban los retiros de unidades de hemoderivados, y las autoridades tomaron -supuestamente- conocimiento del hecho por primera vez.
La inquietud de Marcela llegó a oídos del jefe del banco de sangre del hospital, Mario Donoso Scroppo, quien se dio cuenta de que había serias irregularidades en los formularios de retiro, debido a que muchas de las unidades registradas en ese entonces no tenían destino conocido. Esto motivó que el Ministerio Público y el Servicio de Salud Oriente iniciaran en enero de este año una investigación conjunta para determinar el origen de la sangre infectada y en qué forma se contagiaron los niños con el virus de la hepatitis B.
A medida que avanzaba el proceso, la fiscal Patricia Villablanca descubrió que Miguel Manosalva, tecnólogo médico del banco de sangre del Hospital del Salvador, abastecía a Quintana con sangre del hospital. El sumario arrojó que el funcionario no registraba las unidades de hemoderivados que sacaba y que recibía honorarios por el servicio prestado.
Una auditoría realizada entre noviembre de 2003 y abril de 2004 al registro del banco de sangre, determinó que 20 de las 90 bolsas del grupo sanguíneo Rh negativo -elemento de gran escasez-, no tenían destino conocido y que de ese grupo, tres habían sido retiradas por Manosalva para efectuar transfusiones en la clínica de Quintana.
El proceso también arrojó que la clínica de Quintana cerró en diciembre de 2005 luego de funcionar por diez años sin los permisos sanitarios correspondientes.
El Servicio de Salud Metropolitano Oriente formuló cargos en contra de Manosalva por retirar sangre del hospital sin autorización, realizar esta actividad en su horario de trabajo y derivar la sangre a una clínica privada. Quintana también corrió la misma suerte al ser procesado por abrir su clínica sin el permiso del Servicio de Salud.
Acusaciones Cruzadas
En su defensa, Manosalva -dirigente sindical de la institución- reclama que es objeto de una persecución personal por parte del jefe del banco de sangre del hospital, Mario Donoso Scroppo.
Sin embargo, reconoce su participación en los hechos. En el sumario administrativo instruido por la fiscal del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, Paula Valenzuela, señaló que ésta era una práctica común entre los tecnólogos que trabajaban en el banco de sangre, ya que muchos hacían servicio a domicilio sin dejar registro de las unidades. "¿Por qué la investigación sólo se detiene en mí y no se averigua quiénes sacaron otras unidades del banco de sangre? La respuesta es simple: los demás funcionarios que también lo hacían no han tenido problemas con el jefe del banco de sangre, tampoco se atreven a señalar que las unidades también eran retiradas por la propia cónyuge del Dr. Donoso", indican los descargos que presentó ante la fiscal.
Según el reglamento ‘Orientaciones de los centro de Sangre y Unidades de Medicina Trasnfusional' elaborado por el Ministerio de Salud se deja claro que los préstamos solidarios sólo se pueden efectuar entre los bancos de sangre de instituciones médicas privadas y públicas, dejando registro en el formulario de intercambio. En el documento se indica que sólo se debe devolver los insumos prestados -bolsas- y no reponer la sangre ocupada en las transfusiones.
Sin embargo, la declaración de Manosalva acusa una práctica habitual y remunerada.
El tecnólogo reconoció a La Nación que recibía un sueldo por llevar las bolsas a la clínica de Quintana para tener siempre el stock necesario para las transfusiones. "Hubiera una o diez bolsas, siempre recibía trescientos mil pesos".
"Yo sé que a un paciente le cobraron un millón doscientos por hacer una transfusión de dos bolsas de hemoderivados en una clínica privada. A pesar de que la sangre es un bien gratuito, su cobro se disfraza a través del día cama, la postura de la aguja y una serie de exámenes que salen en la boleta de pago", señaló Manosalva.
Respecto a esto, el director del Hospital del Salvador, doctor Carlos Altamirano, señaló que lo más importante es que si salió sangre a un determinado lugar, ese retiro debe estar registrado, de lo contrario, se trataría de un robo. "Cuando recibí la denuncia y vi que faltaban los registros de préstamo, inicié la investigación inmediatamente".
Respecto al abastecimiento irregular de sangre a la clínica, La Nación intentó conversar con el doctor Juan Quintana, quien descartó referirse al tema. "Todas mis declaraciones se encuentran en el sumario", se limitó a decir.
Préstamos
El doctor Mario Donoso Scroppo asumió como jefe del banco en noviembre del año 2003. Hasta la fecha, asegura que se han invertido más de 155 millones de pesos para mejorar el funcionamiento de su unidad y que las cerca de 34 mil transfusiones de sangre que se realizan al año poseen altos estándares de seguridad.
Donoso dijo que a su llegada al servicio de salud prohibió de inmediato el retiro de sangre para usos particulares y tiene registro de todo préstamo efectuado al sector público y privado. Sin embargo, esta afirmación es refutada por Manosalva, quien dice que la práctica nunca fue prohibida.
"El señor Manosalva efectúa acusaciones al voleo y debe decir de una vez por todas los nombres de las personas a las cuales acusa de haber sacado sangre sin permiso. A mí me queda duda sobre si efectivamente las bolsas con las que hizo las transfusiones a los niños pertenecen al hospital. Sólo sabemos que sacó cuatro bolsas de nuestra unidad y por eso está siendo investigado", dijo Donoso.
La tecnóloga médica a cargo de la auditoria realizada en el 2004, Lucía Martínez, reconoce que en ese tiempo existían préstamos de sangre que no se registraban, por lo que no se sabía en qué eran ocupados. "Las veinte bolsas auditadas no están por ningún lado y eso es un hecho objetivo que derivó de la investigación. Nosotros hemos implementado una serie de filtros para evitar que sucedan estas fugas, sin embargo, siempre los sistemas pueden ser vulnerados".
En el sumario, la profesional declaró ante la fiscal que "las normativas internas son conocidas por todos y que es posible retirar unidades de hemoderivados vulnerando las normas establecidas y conocidas por todos los funcionarios".
Una tecnóloga médica del mismo establecimiento declaró en el sumario que los profesionales de la unidad "tenemos facilidades de realizar transfusiones particulares, pero asesorados por un médico, por el hecho de trabajar en un banco de sangre y tener la calidad de tecnólogo médico. Cuando se realizan transfusiones particulares con unidades del banco de sangre, no existen registros de éstos dado que el software del banco no permite ingresar transfusiones a domicilio".
A pesar de las acusaciones cruzadas, Marcela no entiende de cifras. Menos de viejas rencillas entre funcionarios. Lo que ella quiere es que alguien responda por el daño que sufrió su hijo. Y a pesar de su profundo dolor está dispuesta a todo. Marcela ya dio el primer paso. Ahora es el turno de la justicia.
16 de agosto de 2006
©la nación
nuevas pistas en desaparición
[Jorge Escalante] Al matemático norteamericano se le perdió el rastro en Colonia Dignidad en 1985. Grabación se convierte en nueva pista por desaparición de Boris Weisfeiler. Se espera que ahora el ministro Jorge Zepeda pueda retomar esta hebra del caso y que interrogue y confronte a los ex jerarcas Mücke y Schnellenkamp para obtener la información del real sentido del diálogo captado por un radioaficionado.
Una grabación realizada por un radioaficionado en abril de 1985 a una conversación en clave entre los integrantes de la jerarquía de Colonia Dignidad, Kurt Schnellenkamp y Gerhard Mücke, podría dar nuevas pistas sobre el destino del desaparecido matemático estadounidense Boris Weisfeiler.
La grabación fue hecha el 2 de abril de 1985, tres meses después de que Weisfeiler fuera arrestado por una patrulla militar en la intersección de los ríos Ñuble y El Sauce, en la precordillera de la comuna de San Fabián de Alico, ubicada en el límite entre las regiones Séptima y Octava en el borde sur del enclave. De acuerdo con diversos antecedentes del proceso que instruye el juez Jorge Zepeda, el matemático fue entregado por la patrulla a Colonia Dignidad.
La importancia del contenido de la cinta cobra hoy relevancia por la existencia de una nueva información -escueta, pero muy dirigida- surgida en los últimos días del entorno del prófugo de Dignidad Albert Schreiber, refugiado en Alemania, que por primera vez vincula directamente a Schnellenkamp y Mücke al destino final que habría tenido Weisfeiler dentro del recinto.
En la referida cinta del diálogo de 1985 en alemán por radio (no telefónica) entre Mücke y Schnellenkamp, de la cual nuestro diario posee una copia, el asunto central de la conversación dice relación con que habría una persona que ya estaría sepultada "bajo el cementerio" y de la cual "las papas ya se están alimentando".
En esta grabación adjunta al proceso, Schnellenkamp, quien habla desde afuera de la colonia, presumiblemente desde Concepción, a Mücke, que se halla adentro, le da cuenta de una reunión que acaba de sostener junto a otra persona con altas autoridades, pues le indica en forma jocosa que "nos estaban esperando y pasamos de inmediato a sentarnos en los grandes sillones".
Si a partir del nuevo antecedente se pone hoy atención al contenido de la grabación de 1985, incluso hablando los personajes con muchas claves se puede presumir, según fuentes vinculadas al caso, que Schnellenkamp y Mücke podrían haber estado hablando de la situación de Weisfeiler.
Se espera que ahora el ministro Jorge Zepeda pueda retomar esta hebra del caso y que interrogue y confronte a Mücke con Schnellenkamp, para obtener de ellos la información del real sentido del extraño diálogo.
"¡No nosotros!"
Entre lo que Schnellenkamp le comenta a Mücke en relación al destino de la persona de la cual hablan, está la frase "pero nos recomienda que no lo hagamos nosotros, ¡no nosotros!, sino uno de acá que ya está en camino".
Dos sonidos de "toses" emitidas por Mücke en sus comentarios implicarían, de acuerdo con quienes permanecieron estrechamente ligados a Paul Schäfer y la jerarquía de Colinia Dignidad, el significado de "balazos".
De acuerdo con antecedentes aportados a La Nación por el radioaficionado que hizo la grabación en 1985, que es un buen conocedor de la vida dentro de Dignidad, al momento en que Schnellenkamp inicia la comunicación hacia Mücke, con un "aquí el número ocho, llamando desde el entorno", podría estar saliendo de una reunión con militares del Regimiento Chacabuco de Concepción, unidad de la cual eran miembros los oficiales y suboficiales que integraban la o las patrullas (porque habrían sido dos) que detuvieron y golpearon a Weisfeiler entregándolo luego a Dignidad, según uno de los suboficiales identificado como "Daniel" que participó en el arresto.
El caso de Boris Weisfeiler se sigue perfilando así como uno de los más apasionantes enigmas de la historia de la dictadura, donde existen múltiples pistas, documentos desclasificados tarjados, nombres, cargos militares y policiales, diplomáticos chilenos y estadounidenses, testigos que desaparecen, otros "suicidados" y cuatro jueces que han tenido ya la investigación en sus manos y que, tras 21 años, no han conseguido dar una respuesta judicial.
Todo esto último ha sido planteado insistentemente como preocupación a los gobiernos de la Concertación por congresistas estadounidenses y el Gobierno de ese país, que han reclamado por la no solución del caso. A ello se suma la visita a Chile en cinco oportunidades de Olga Weisfeiler, hermana del matemático desaparecido, sin haber vuelto con resultados aclaratorios.
La grabación fue hecha el 2 de abril de 1985, tres meses después de que Weisfeiler fuera arrestado por una patrulla militar en la intersección de los ríos Ñuble y El Sauce, en la precordillera de la comuna de San Fabián de Alico, ubicada en el límite entre las regiones Séptima y Octava en el borde sur del enclave. De acuerdo con diversos antecedentes del proceso que instruye el juez Jorge Zepeda, el matemático fue entregado por la patrulla a Colonia Dignidad.
La importancia del contenido de la cinta cobra hoy relevancia por la existencia de una nueva información -escueta, pero muy dirigida- surgida en los últimos días del entorno del prófugo de Dignidad Albert Schreiber, refugiado en Alemania, que por primera vez vincula directamente a Schnellenkamp y Mücke al destino final que habría tenido Weisfeiler dentro del recinto.
En la referida cinta del diálogo de 1985 en alemán por radio (no telefónica) entre Mücke y Schnellenkamp, de la cual nuestro diario posee una copia, el asunto central de la conversación dice relación con que habría una persona que ya estaría sepultada "bajo el cementerio" y de la cual "las papas ya se están alimentando".
En esta grabación adjunta al proceso, Schnellenkamp, quien habla desde afuera de la colonia, presumiblemente desde Concepción, a Mücke, que se halla adentro, le da cuenta de una reunión que acaba de sostener junto a otra persona con altas autoridades, pues le indica en forma jocosa que "nos estaban esperando y pasamos de inmediato a sentarnos en los grandes sillones".
Si a partir del nuevo antecedente se pone hoy atención al contenido de la grabación de 1985, incluso hablando los personajes con muchas claves se puede presumir, según fuentes vinculadas al caso, que Schnellenkamp y Mücke podrían haber estado hablando de la situación de Weisfeiler.
Se espera que ahora el ministro Jorge Zepeda pueda retomar esta hebra del caso y que interrogue y confronte a Mücke con Schnellenkamp, para obtener de ellos la información del real sentido del extraño diálogo.
"¡No nosotros!"
Entre lo que Schnellenkamp le comenta a Mücke en relación al destino de la persona de la cual hablan, está la frase "pero nos recomienda que no lo hagamos nosotros, ¡no nosotros!, sino uno de acá que ya está en camino".
Dos sonidos de "toses" emitidas por Mücke en sus comentarios implicarían, de acuerdo con quienes permanecieron estrechamente ligados a Paul Schäfer y la jerarquía de Colinia Dignidad, el significado de "balazos".
De acuerdo con antecedentes aportados a La Nación por el radioaficionado que hizo la grabación en 1985, que es un buen conocedor de la vida dentro de Dignidad, al momento en que Schnellenkamp inicia la comunicación hacia Mücke, con un "aquí el número ocho, llamando desde el entorno", podría estar saliendo de una reunión con militares del Regimiento Chacabuco de Concepción, unidad de la cual eran miembros los oficiales y suboficiales que integraban la o las patrullas (porque habrían sido dos) que detuvieron y golpearon a Weisfeiler entregándolo luego a Dignidad, según uno de los suboficiales identificado como "Daniel" que participó en el arresto.
El caso de Boris Weisfeiler se sigue perfilando así como uno de los más apasionantes enigmas de la historia de la dictadura, donde existen múltiples pistas, documentos desclasificados tarjados, nombres, cargos militares y policiales, diplomáticos chilenos y estadounidenses, testigos que desaparecen, otros "suicidados" y cuatro jueces que han tenido ya la investigación en sus manos y que, tras 21 años, no han conseguido dar una respuesta judicial.
Todo esto último ha sido planteado insistentemente como preocupación a los gobiernos de la Concertación por congresistas estadounidenses y el Gobierno de ese país, que han reclamado por la no solución del caso. A ello se suma la visita a Chile en cinco oportunidades de Olga Weisfeiler, hermana del matemático desaparecido, sin haber vuelto con resultados aclaratorios.
16 de agosto de 2006
©la nación
elvis vive en concepción
[Álvaro Peña] A 29 años de su muerte ‘El rey del rock' aún vive en Concepción. Uno de los cinco fans club oficiales y Juan Quiroga, el mayor coleccionista del autor de ‘Hotel nostálgico' en la región, recuerdan al ídolo popular cuando se cumple un año más de su muerte.
Algunos dicen que trabaja anónimamente en una estación de servicio, otros que su cuerpo está congelado.
Por muy ridículos que hoy resulten los mitos en torno a la muerte de Elvis Presley, lo cierto es que su legado sigue vivo en todo el mundo, y Concepción no es la excepción. Hoy se cumplen 29 años de su muerte y los fanáticos penquistas sacan sus chaquetas con flecos y desempolvan aquel viejo vinilo, todo para rendir tributo al legendario ‘rey del rock'.
Elvismaníaco
Ese fatídico martes de 1977 un joven que caminaba por las calles de Concepción se vio profundamente afectado con la noticia, tras lo cual comenzó un recorrido por radios y tiendas de discos buscando material del ídolo. Su nombre es Juan Quiroga y hoy es el principal coleccionista de Elvis en la región. Actualmente expone parte de su colección en un local de libros usados en calle Maipú, donde se puede ver desde banderines, muñecos y libros hasta los individuales de un show en las Vegas o trozos de ropa usados en sus películas.
Quiroga comentó que hace algunos años tuvo un fan club oficial en Temuco pero envió la renuncia debido a que desde Estados Unidos le solicitaban cuotas y dinero para beneficencias en ese país. Es por ello que en su regreso a Concepción fundó un Club de Amigos, con un sesgo más familiar y orientado a beneficiar a la comunidad a través de donaciones. "Es lo que Elvis hubiera querido" cuenta con orgullo.
Además de la variedad de recuerdos del cantante, Quiroga atesora su colección de discos de vinilo, la que supera las 200 producciones. "Este año pude completarla gracias al apoyo de Juan Antonio Alamos, uno de los coleccionistas más importantes de Elvis en Sudamérica y quien además me regaló diarios de Memphis y cintas de 35 milímetros de las películas".
Quiroga comentó que entre sus joyitas destacan algunos discos de filmes, en especial el de ‘Rubias, morenas y pelirrojas'. "La película no es muy buena, pero el disco es muy escaso. Aunque hoy aparecen reediciones en vinilo que se pueden encontrar en Santiago o traerlas desde EE.UU.", dijo el fanático, quien luce copias de joyas que usó el ‘rey', así como gorros, poleras y afiches relativos a su figura."En el club hay gente de todas las edades, incluso un niño de 13 años que se llama Elvis Aaron. Muchos piensan que los fanáticos son gente mayor, pero no es así, y prueba de ello es que hoy sigue siendo una de las personalidades que más imitadores tiene en todo el mundo, más que Madonna o Los Beatles".
"Imperdibles"
Es muy difícil determinar la cantidad de álbumes que lanzó Elvis en su carrera. La mezcla de distintos singles, los soundtracks de sus más de 30 películas, recitales en vivo, programas de televisión, la aparición de ‘rarezas' o la reedición de sus placas en el extranjero hacen que la cifra sea incierta.
A continuación mencionamos algunos de los más conocidos.
‘Elvis Presley' (1956), ‘Love Me Tender' (1956), ‘Jailhouse Rock' (1957), ‘King Creole' (1958), ‘Elvis is Back!' (1960), ‘G.I. Blues' (1960), ‘His Hand in Mine' (1960), ‘Something for Everybody' (1961), ‘Blue Hawaii' (1961), ‘Girls! Girls! Girls!' (1962), ‘Viva Las Vegas' (1964), ‘Roustabout' (1964), ‘Tickle Me' (1965), ‘Harum Scarum' (1965), ‘Spinout' (1966), ‘How Great Thou Art' (1967), ‘Let's Be Friends' (1970), ‘That's The Way It Is' (1970), ‘Elvis Country' (1971), ‘Elvis Now' (1972), ‘He Touched Me' (1972), ‘The Fool Album' (1973), ‘Raised on Rock' (1973), ‘Good Times' (1974), ‘Promised Land' (1975), ‘The Sun Sessions' (1976), ‘Moody Blue' (1977) y ‘Elvis in Concert' (1977).
Por muy ridículos que hoy resulten los mitos en torno a la muerte de Elvis Presley, lo cierto es que su legado sigue vivo en todo el mundo, y Concepción no es la excepción. Hoy se cumplen 29 años de su muerte y los fanáticos penquistas sacan sus chaquetas con flecos y desempolvan aquel viejo vinilo, todo para rendir tributo al legendario ‘rey del rock'.
Elvismaníaco
Ese fatídico martes de 1977 un joven que caminaba por las calles de Concepción se vio profundamente afectado con la noticia, tras lo cual comenzó un recorrido por radios y tiendas de discos buscando material del ídolo. Su nombre es Juan Quiroga y hoy es el principal coleccionista de Elvis en la región. Actualmente expone parte de su colección en un local de libros usados en calle Maipú, donde se puede ver desde banderines, muñecos y libros hasta los individuales de un show en las Vegas o trozos de ropa usados en sus películas.
Quiroga comentó que hace algunos años tuvo un fan club oficial en Temuco pero envió la renuncia debido a que desde Estados Unidos le solicitaban cuotas y dinero para beneficencias en ese país. Es por ello que en su regreso a Concepción fundó un Club de Amigos, con un sesgo más familiar y orientado a beneficiar a la comunidad a través de donaciones. "Es lo que Elvis hubiera querido" cuenta con orgullo.
Además de la variedad de recuerdos del cantante, Quiroga atesora su colección de discos de vinilo, la que supera las 200 producciones. "Este año pude completarla gracias al apoyo de Juan Antonio Alamos, uno de los coleccionistas más importantes de Elvis en Sudamérica y quien además me regaló diarios de Memphis y cintas de 35 milímetros de las películas".
Quiroga comentó que entre sus joyitas destacan algunos discos de filmes, en especial el de ‘Rubias, morenas y pelirrojas'. "La película no es muy buena, pero el disco es muy escaso. Aunque hoy aparecen reediciones en vinilo que se pueden encontrar en Santiago o traerlas desde EE.UU.", dijo el fanático, quien luce copias de joyas que usó el ‘rey', así como gorros, poleras y afiches relativos a su figura."En el club hay gente de todas las edades, incluso un niño de 13 años que se llama Elvis Aaron. Muchos piensan que los fanáticos son gente mayor, pero no es así, y prueba de ello es que hoy sigue siendo una de las personalidades que más imitadores tiene en todo el mundo, más que Madonna o Los Beatles".
"Imperdibles"
Es muy difícil determinar la cantidad de álbumes que lanzó Elvis en su carrera. La mezcla de distintos singles, los soundtracks de sus más de 30 películas, recitales en vivo, programas de televisión, la aparición de ‘rarezas' o la reedición de sus placas en el extranjero hacen que la cifra sea incierta.
A continuación mencionamos algunos de los más conocidos.
‘Elvis Presley' (1956), ‘Love Me Tender' (1956), ‘Jailhouse Rock' (1957), ‘King Creole' (1958), ‘Elvis is Back!' (1960), ‘G.I. Blues' (1960), ‘His Hand in Mine' (1960), ‘Something for Everybody' (1961), ‘Blue Hawaii' (1961), ‘Girls! Girls! Girls!' (1962), ‘Viva Las Vegas' (1964), ‘Roustabout' (1964), ‘Tickle Me' (1965), ‘Harum Scarum' (1965), ‘Spinout' (1966), ‘How Great Thou Art' (1967), ‘Let's Be Friends' (1970), ‘That's The Way It Is' (1970), ‘Elvis Country' (1971), ‘Elvis Now' (1972), ‘He Touched Me' (1972), ‘The Fool Album' (1973), ‘Raised on Rock' (1973), ‘Good Times' (1974), ‘Promised Land' (1975), ‘The Sun Sessions' (1976), ‘Moody Blue' (1977) y ‘Elvis in Concert' (1977).
16 de agosto de 2006
©el sur
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