el fbi en una conspiración terrorista
[Walter Pincus] Cuestionan papel del FBI en pesquisa sobre terrorismo.
El 24 de mayo, reunido en un almacén vacío en Miami con un hombre que creía que tenía lazos con Osama bin Laden, un abatido Narseal Batiste hablaba de los reveses de su conspiración terrorista para luego pronunciar las palabras que lo harían terminar en una cárcel federal.
"Quiero pelear en la yihad", dijo, supuestamente. "Es por eso que sigo viviendo".
Lo que Batiste no sabía era que el representante de bin Laden era en realidad un informante del FBI. La bodega en la que estaban reunidos había sido alquilada y equipada para grabar y filmar por agentes de la agencia, que estaban oyendo cada una de sus palabras.
Al cabo de un mes, Batiste, 32, y otros seis compatriotas suyos, fueron arrestados y acusados de conspiración con el fin de colaborar con una organización terrorista y colocar una bomba en un edificio federal. El 23 de junio, el fiscal general Alberto R. Gonzales se presentó en una rueda de prensa para anunciar la destrucción de una célula terrorista en Estados Unidos, proclamando "nuestro compromiso de impedir el terrorismo por medio de una aplicación enérgica de la ley, con el fin de detectar y desbaratar los actos terroristas".
Pero las actas judiciales dadas a conocer desde entonces sugieren que lo que Gonzales describió como una "mortífera conspiración" era en realidad la quimera de unos pocos hombres que no tenían casi ninguna posibilidad de alcanzarla. Los sospechosos han planteado sus sospechas ante el tribunal en cuanto al papel de los informantes en mantener vivo el plan.
La conspiración incluía a auto-proclamados líderes militantes religiosos que se referían a sí mismos como a reyes, hablaban de establecer su propio país dentro de Estados Unidos, llamaban embajada a su sede y discutían planes para adiestrar a sus reclutas en el uso de arco y flechas. Una de sus quijotescas ideas era hacer explotar la Torre Sears de Chicago.
El padre de Batiste, un predicador cristiano y ex contratista que vive en Louisiana, dijo a la prensa después de la presentación de cargos, que su hijo "no estaba en sus cabales" y necesitaba tratamiento psiquiátrico.
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, separar a los conspiradores terroristas serios de los soñadores dementes ha demostrado ser una de las tareas más difíciles para el FBI. El esfuerzo se complica con el frecuente uso que hace la agencia de informantes, que a veces juegan roles activos como conspiradores.
Funcionarios policiales norteamericanos dicen que no pueden darse el lujo de esperar a que un plan terrorista madure bien antes de intervenir para desbaratarlo. Un retraso, dicen, podría significar que un miembro del grupo que no haya sido identificado pueda ser capaz de llevar a cabo el atentado.
En una rueda de prensa, Gonzales reconoció que Batiste no estuvo nunca cerca de ejecutar un acto terrorista.
"Nuestra filosofía es que tratamos de identificar planes terroristas en las fases más tempranas, porque no sabemos lo que no sabemos sobre un plan terrorista", dijo. Es peligroso evaluar de antemano qué "es realmente un grupo peligroso; este no es un grupo peligroso", agregó.
Pero abogados de los acusados han planteado dudas sobre dónde termina una emboscada del gobierno y dónde empieza una incitación. El gobierno no solamente proporcionó a los informantes dinero y un lugar donde Batiste y sus amigos pudieran reunirse, sino además les facilitó cámaras de video para tareas de vigilancia, y celulares, y les sugirió que su primer objetivo podría ser el cuartel del FBI en Miami, según muestran las actas judiciales.
En la vista, el abogado de Batiste, John Wylie, mostró que la investigación del FBI no encontró evidencias de que su cliente se hubiera reunido con algún terrorista de verdad, recibiera e-mails o giros de dinero desde Oriente Medio, poseyera literatura de al-Qaeda o que tuviera siquiera una fotografía de bin Laden.
Interrogado sobre el asunto, un portavoz del ministerio de Justicia refirió al periodista a los comentarios de Gonzales sobre el caso.
Actas judiciales y declaraciones de testigos en las vistas describen cómo se desarrolló el plan. En octubre pasado, Batiste supuestamente se contactó con un vecino de Miami nacido en Oriente Medio, que estaba a punto a viajar a Yemen. El hombre trabaja en un negocio de productos frescos; Batiste no estaba consciente de que también era un informante pagado del FBI.
El hombre -conocido solamente como CW1 en las actas judiciales- dijo a sus contactos en el FBI que Batiste había hablado de formar un ejército para empezar una guerra santa y derrocar al gobierno federal. Dijo que Batiste estaba "dispuesto a trabajar con al-Qaeda para llevar a cabo su misión y que quería viajar al extranjero [con el informante] para establecer contactos apropiados", de acuerdo a documentos judiciales.
El FBI finalmente pagó al informante, que había sido detenido en el pasado por asalto y posesión de marihuana, 10 mil quinientos dólares por sus servicios en la investigación de Batiste y le rembolsó 8.815 dólares por sus gastos.
Durante las semanas siguientes, el informante se mantuvo en contacto con Batiste y pasó una noche en la ‘embajada' donde el grupo tenía su sede. Informó haber visto armas, practicar carate y ejercicios de lucha con machetes.
Para mediados de noviembre, el FBI decidió adoptar un papel más activo. Los agentes introdujeron a un informante más experimentado nacido en Oriente Medio, CW2, para hacer el papel de financista potencial para impedir que Batiste buscara dinero en otro lugar. CW2, de acuerdo a los documentos judiciales, había trabajado para el FBI durante seis años, y proporcionado informaciones que llevaron a la detención de dos individuos por "cargos relacionados con el terrorismo".
Pero pronto CW2 asumió un papel clave en la trama, sugiriendo blancos y proporcionando equipos de video, de acuerdo a los documentos judiciales. Su recompensa fueron los 17 mil dólares que le pagó el FBI por sus servicios, y la aprobación de su petición de asilo político en Estados Unidos.
En su primer encuentro, el segundo informante dijo que estaba allí para "evaluar" las operaciones de Batiste y preguntó qué tipo de ayudaba necesitaba para llevar a cabo su "misión". Batiste redactó una lista que incluía "uniformes, botas, pistolas automáticas, equipos de comunicaciones como celulares Nextel, una camioneta todoterrenos, de color negro", de acuerdo a las actas judiciales. Dos días después, pidió más equipos, incluyendo un rifle "Bushmaster mini 223" .
Tres días antes de Navidad, Batiste y CW2 volvieron a reunirse, y Batiste habló por primera vez de destruir la Torre Sears de Chicago, un punto de referencia en una ciudad donde trabajó alguna vez en el pasado como conductor de la empresa FedEx y donde todavía tenía conocidos. Batiste dijo que aprovecharía el pánico que provocaría el atentado para liberar a los musulmanes encarcelados en una cárcel cercana. Formarían un ejército suficientemente poderoso como para obligar al gobierno norteamericano a reconocer a los ‘Moros Soberanos' -un retoño de un grupo religioso, el Templo de la Ciencia Mora [Moorish Science Temple], al que Batiste se declaraba leal- como una nación independiente.
Una semana más tarde, cuando se reunió nuevamente con CW2, Batiste pidió más armas de fuego, radios, binoculares, chalecos antibalas, un todoterrenos y cincuenta mil dólares en efectivo. También invitó al informante a unirse a él en un viaje a Chicago para una reunión con "dos de sus generales" y visitar la Torre Sears. Pero el viaje nunca tuvo lugar.
A principios de enero, CW2 había ofrecido a Batiste un almacén gratuito suficientemente grande como para realizar ejercicios de adiestramiento. En realidad, el FBI quería un nuevo lugar de reunión debido a que no podía hacer labores de vigilancia en la ‘embajada', que estaba ubicada en una zona de los bajos fondos donde los agentes podrían ser fácilmente reconocidos. Al mismo tiempo, sin embargo, Batiste empezó a desconfiar de CW2 debido a sus numerosas preguntas y, durante un tiempo, dejo de contactarse directamente con él.
A mediados de enero, el primer informante se puso en contacto con el colega más cercano de Batiste en el grupo para informarle que los operativos de al-Qaeda en Yemen habían aprobado el plan. Cuando bin Laden emitió una declaración pública diciendo que al-Qaeda estaba por atacar pronto dentro de Estados Unidos, el informante le dijo a Batiste que era una referencia a las misiones que estaba planeando él.
Pronto CW2 informó que un experto de explosivos en Europa -en realidad, un agente de Scotland Yard- estaba dispuesto a venir y ayudar.
El 19 de febrero Batiste se reunió con CW2 en una sesión filmada en video en el apartamento del informante en Miami, donde "explicó su plan de hacer la guerra santa en Estados Unidos", de acuerdo a las actas judiciales. Batiste dijo que realizaría una "guerra terrestre total" y "mataría a todos los demonios que pudiera", empezando con "derribar la Torre Sears de Chicago y atacando una cárcel para liberar a miembros de Hermanos Musulmanes que estaban encarcelados".
Cuando Batiste se puso impaciente por el dinero a inicios de marzo, CW2 lo apaciguó tomando formalmente su juramento como miembro de al-Qaeda. En una ceremonia que fue grabada por el FBI, el informante leyó una traducción inglesa del juramento de lealtad de al-Qaeda, "dando la bienvenida a Batiste a al-Qaeda y declarando que al-Qaeda y los Moros estaban oficialmente unidos", de acuerdo a las actas judiciales. El informante y Batiste también escogieron un almacén de dos pisos como su nueva sede y local de adiestramiento.
El 15 de marzo, el FBI instaló equipos de video y sonido en la bodega. A la noche siguiente CW2, ante una cámara secreta, le entregó una traducción al inglés del juramento de al-Qaeda a los seis miembros del grupo de Batiste, cuatro de los cuales se llamaban a sí mismos ‘príncipes' y dos que eran llamados ‘hermanos'.
Los hombres también han sido acusados de conspiración con el objetivo de ayudar a un grupo terrorista.
Actuando por instrucciones del FBI, CW2 dijo al grupo que sus jefes en al-Qaeda estaban planeando atacar edificios del FBI en Washington, Chicago, Los Angeles, Nueva York y Miami. Pidió que Batiste y su grupo le ayudaran a hacer un video el edificio del FBI en Miami, que sería "enviado a al-Qaeda en el extranjero", de acuerdo a las actas judiciales. También le dio a Batiste una cámara de video.
A fines de marzo, conduciendo una furgoneta proporcionada por el informante, Batiste y dos compañeros filmaron en video y fotografiaron el edificio del FBI, tal como había solicitado CW2. También filmaron el tribunal federal y la cárcel, y la sede de la policía en Miami.
CW2 expresó más tarde interés en reunirse con los compañeros de Batiste en Chicago y dijo que al-Qaeda les pagaría para que fueran a Miami. Batiste llamó a Charles James Stewart, conocido también como Sultán Khan Bey, y su mujer en Chicago, donde Stewart dirige su propia rama del Templo de la Ciencia Mora. Con tres mil quinientos dólares de dinero del FBI, Batiste les pagó el viaje a Miami.
Las actas judiciales muestran que Stewart es un violador condenado con una larga hoja de antecedentes por otros delitos graves. El 11 de abril, mientras rodaban las cámaras del FBI, Stewart y Batiste se reunieron en la bodega de Miami y discutieron la apertura de una tienda para vender marihuana y pipas. Fumaron marihuana mientras hablaban, y Stewart reveló su plan de construir una nación mora de diez mil personas.
Stewart quería que su esposa, a la que llamaba Reina Zakiyaah, se convirtiera en embajadora de la nación mora, de modo que no pudiera ser detenida por las autoridades norteamericanas. Dijo que los soldados moros usarían uniformes verdes y llegarían a ser expertos en el arco y flechas. Recibirían adiestramiento nocturno que incluía saltar desde un puente al agua debajo a unos seis metros.
Pero a los pocos días, Stewart y Batiste empezaron a tener diferencias sobre el control de la organización y sobre su misión. El 17 de abril, el conflicto se agudizó y Stewart trató de juzgar a Batiste según las leyes moras por traición e insubordinación. Cuestionó "su relación y asociación con la mafia árabe o nigeriana", una referencia al segundo informante del FBI.
Dos días después, Stewart, ahora controlando lo que quedaba del grupo de Batiste, fue detenido por la policía de Miami después de que disparara un balazo a uno de los partidarios de Batiste.
El 5 de mayo, después de una vista local sobre la balacera, se formalizaron cargos federales por posesión de armas contra Stewart. Los agentes federales le preguntaron si acaso sabía de alguna trama contra Estados Unidos y Stewart empezó a hablar sobre la misión de Batiste como algo que "estaba empezando a ponerse serio", una frase que sería más tarde citada ante el tribunal por la fiscalía. Stewart se convirtió en un testigo contra Batiste y los otros.
Los acusados han dado a conocer que recurrirán las acciones del gobierno. En la audiencia de control de detención del 5 de julio, Nathan Clark, abogado de un miembro del grupo, dijo al juez Ted E. Bandstra, que la ceremonia en la que los acusados hicieron el juramento de al-Qaeda fue "inducida por el gobierno mismo en un intento de atrapar a esta gente".
"Lo que yo veo es que esta organización, según lo reconoce el propio gobierno, se estaba desmoronando... Nadie cree realmente que esta gente sea capaz de hacer algo", dijo.
Al final, Bandstra resolvió que los siete deberán permanecer en prisión debido a que las acusaciones eran "inquietantes". Pero agregó que "los planes parecen estar fuera del alcance de las habilidades actuales de los acusados" y dijo que esperaba que sus abogados impugnaran en el juicio las acciones del gobierno.
"Quiero pelear en la yihad", dijo, supuestamente. "Es por eso que sigo viviendo".
Lo que Batiste no sabía era que el representante de bin Laden era en realidad un informante del FBI. La bodega en la que estaban reunidos había sido alquilada y equipada para grabar y filmar por agentes de la agencia, que estaban oyendo cada una de sus palabras.
Al cabo de un mes, Batiste, 32, y otros seis compatriotas suyos, fueron arrestados y acusados de conspiración con el fin de colaborar con una organización terrorista y colocar una bomba en un edificio federal. El 23 de junio, el fiscal general Alberto R. Gonzales se presentó en una rueda de prensa para anunciar la destrucción de una célula terrorista en Estados Unidos, proclamando "nuestro compromiso de impedir el terrorismo por medio de una aplicación enérgica de la ley, con el fin de detectar y desbaratar los actos terroristas".
Pero las actas judiciales dadas a conocer desde entonces sugieren que lo que Gonzales describió como una "mortífera conspiración" era en realidad la quimera de unos pocos hombres que no tenían casi ninguna posibilidad de alcanzarla. Los sospechosos han planteado sus sospechas ante el tribunal en cuanto al papel de los informantes en mantener vivo el plan.
La conspiración incluía a auto-proclamados líderes militantes religiosos que se referían a sí mismos como a reyes, hablaban de establecer su propio país dentro de Estados Unidos, llamaban embajada a su sede y discutían planes para adiestrar a sus reclutas en el uso de arco y flechas. Una de sus quijotescas ideas era hacer explotar la Torre Sears de Chicago.
El padre de Batiste, un predicador cristiano y ex contratista que vive en Louisiana, dijo a la prensa después de la presentación de cargos, que su hijo "no estaba en sus cabales" y necesitaba tratamiento psiquiátrico.
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, separar a los conspiradores terroristas serios de los soñadores dementes ha demostrado ser una de las tareas más difíciles para el FBI. El esfuerzo se complica con el frecuente uso que hace la agencia de informantes, que a veces juegan roles activos como conspiradores.
Funcionarios policiales norteamericanos dicen que no pueden darse el lujo de esperar a que un plan terrorista madure bien antes de intervenir para desbaratarlo. Un retraso, dicen, podría significar que un miembro del grupo que no haya sido identificado pueda ser capaz de llevar a cabo el atentado.
En una rueda de prensa, Gonzales reconoció que Batiste no estuvo nunca cerca de ejecutar un acto terrorista.
"Nuestra filosofía es que tratamos de identificar planes terroristas en las fases más tempranas, porque no sabemos lo que no sabemos sobre un plan terrorista", dijo. Es peligroso evaluar de antemano qué "es realmente un grupo peligroso; este no es un grupo peligroso", agregó.
Pero abogados de los acusados han planteado dudas sobre dónde termina una emboscada del gobierno y dónde empieza una incitación. El gobierno no solamente proporcionó a los informantes dinero y un lugar donde Batiste y sus amigos pudieran reunirse, sino además les facilitó cámaras de video para tareas de vigilancia, y celulares, y les sugirió que su primer objetivo podría ser el cuartel del FBI en Miami, según muestran las actas judiciales.
En la vista, el abogado de Batiste, John Wylie, mostró que la investigación del FBI no encontró evidencias de que su cliente se hubiera reunido con algún terrorista de verdad, recibiera e-mails o giros de dinero desde Oriente Medio, poseyera literatura de al-Qaeda o que tuviera siquiera una fotografía de bin Laden.
Interrogado sobre el asunto, un portavoz del ministerio de Justicia refirió al periodista a los comentarios de Gonzales sobre el caso.
Actas judiciales y declaraciones de testigos en las vistas describen cómo se desarrolló el plan. En octubre pasado, Batiste supuestamente se contactó con un vecino de Miami nacido en Oriente Medio, que estaba a punto a viajar a Yemen. El hombre trabaja en un negocio de productos frescos; Batiste no estaba consciente de que también era un informante pagado del FBI.
El hombre -conocido solamente como CW1 en las actas judiciales- dijo a sus contactos en el FBI que Batiste había hablado de formar un ejército para empezar una guerra santa y derrocar al gobierno federal. Dijo que Batiste estaba "dispuesto a trabajar con al-Qaeda para llevar a cabo su misión y que quería viajar al extranjero [con el informante] para establecer contactos apropiados", de acuerdo a documentos judiciales.
El FBI finalmente pagó al informante, que había sido detenido en el pasado por asalto y posesión de marihuana, 10 mil quinientos dólares por sus servicios en la investigación de Batiste y le rembolsó 8.815 dólares por sus gastos.
Durante las semanas siguientes, el informante se mantuvo en contacto con Batiste y pasó una noche en la ‘embajada' donde el grupo tenía su sede. Informó haber visto armas, practicar carate y ejercicios de lucha con machetes.
Para mediados de noviembre, el FBI decidió adoptar un papel más activo. Los agentes introdujeron a un informante más experimentado nacido en Oriente Medio, CW2, para hacer el papel de financista potencial para impedir que Batiste buscara dinero en otro lugar. CW2, de acuerdo a los documentos judiciales, había trabajado para el FBI durante seis años, y proporcionado informaciones que llevaron a la detención de dos individuos por "cargos relacionados con el terrorismo".
Pero pronto CW2 asumió un papel clave en la trama, sugiriendo blancos y proporcionando equipos de video, de acuerdo a los documentos judiciales. Su recompensa fueron los 17 mil dólares que le pagó el FBI por sus servicios, y la aprobación de su petición de asilo político en Estados Unidos.
En su primer encuentro, el segundo informante dijo que estaba allí para "evaluar" las operaciones de Batiste y preguntó qué tipo de ayudaba necesitaba para llevar a cabo su "misión". Batiste redactó una lista que incluía "uniformes, botas, pistolas automáticas, equipos de comunicaciones como celulares Nextel, una camioneta todoterrenos, de color negro", de acuerdo a las actas judiciales. Dos días después, pidió más equipos, incluyendo un rifle "Bushmaster mini 223" .
Tres días antes de Navidad, Batiste y CW2 volvieron a reunirse, y Batiste habló por primera vez de destruir la Torre Sears de Chicago, un punto de referencia en una ciudad donde trabajó alguna vez en el pasado como conductor de la empresa FedEx y donde todavía tenía conocidos. Batiste dijo que aprovecharía el pánico que provocaría el atentado para liberar a los musulmanes encarcelados en una cárcel cercana. Formarían un ejército suficientemente poderoso como para obligar al gobierno norteamericano a reconocer a los ‘Moros Soberanos' -un retoño de un grupo religioso, el Templo de la Ciencia Mora [Moorish Science Temple], al que Batiste se declaraba leal- como una nación independiente.
Una semana más tarde, cuando se reunió nuevamente con CW2, Batiste pidió más armas de fuego, radios, binoculares, chalecos antibalas, un todoterrenos y cincuenta mil dólares en efectivo. También invitó al informante a unirse a él en un viaje a Chicago para una reunión con "dos de sus generales" y visitar la Torre Sears. Pero el viaje nunca tuvo lugar.
A principios de enero, CW2 había ofrecido a Batiste un almacén gratuito suficientemente grande como para realizar ejercicios de adiestramiento. En realidad, el FBI quería un nuevo lugar de reunión debido a que no podía hacer labores de vigilancia en la ‘embajada', que estaba ubicada en una zona de los bajos fondos donde los agentes podrían ser fácilmente reconocidos. Al mismo tiempo, sin embargo, Batiste empezó a desconfiar de CW2 debido a sus numerosas preguntas y, durante un tiempo, dejo de contactarse directamente con él.
A mediados de enero, el primer informante se puso en contacto con el colega más cercano de Batiste en el grupo para informarle que los operativos de al-Qaeda en Yemen habían aprobado el plan. Cuando bin Laden emitió una declaración pública diciendo que al-Qaeda estaba por atacar pronto dentro de Estados Unidos, el informante le dijo a Batiste que era una referencia a las misiones que estaba planeando él.
Pronto CW2 informó que un experto de explosivos en Europa -en realidad, un agente de Scotland Yard- estaba dispuesto a venir y ayudar.
El 19 de febrero Batiste se reunió con CW2 en una sesión filmada en video en el apartamento del informante en Miami, donde "explicó su plan de hacer la guerra santa en Estados Unidos", de acuerdo a las actas judiciales. Batiste dijo que realizaría una "guerra terrestre total" y "mataría a todos los demonios que pudiera", empezando con "derribar la Torre Sears de Chicago y atacando una cárcel para liberar a miembros de Hermanos Musulmanes que estaban encarcelados".
Cuando Batiste se puso impaciente por el dinero a inicios de marzo, CW2 lo apaciguó tomando formalmente su juramento como miembro de al-Qaeda. En una ceremonia que fue grabada por el FBI, el informante leyó una traducción inglesa del juramento de lealtad de al-Qaeda, "dando la bienvenida a Batiste a al-Qaeda y declarando que al-Qaeda y los Moros estaban oficialmente unidos", de acuerdo a las actas judiciales. El informante y Batiste también escogieron un almacén de dos pisos como su nueva sede y local de adiestramiento.
El 15 de marzo, el FBI instaló equipos de video y sonido en la bodega. A la noche siguiente CW2, ante una cámara secreta, le entregó una traducción al inglés del juramento de al-Qaeda a los seis miembros del grupo de Batiste, cuatro de los cuales se llamaban a sí mismos ‘príncipes' y dos que eran llamados ‘hermanos'.
Los hombres también han sido acusados de conspiración con el objetivo de ayudar a un grupo terrorista.
Actuando por instrucciones del FBI, CW2 dijo al grupo que sus jefes en al-Qaeda estaban planeando atacar edificios del FBI en Washington, Chicago, Los Angeles, Nueva York y Miami. Pidió que Batiste y su grupo le ayudaran a hacer un video el edificio del FBI en Miami, que sería "enviado a al-Qaeda en el extranjero", de acuerdo a las actas judiciales. También le dio a Batiste una cámara de video.
A fines de marzo, conduciendo una furgoneta proporcionada por el informante, Batiste y dos compañeros filmaron en video y fotografiaron el edificio del FBI, tal como había solicitado CW2. También filmaron el tribunal federal y la cárcel, y la sede de la policía en Miami.
CW2 expresó más tarde interés en reunirse con los compañeros de Batiste en Chicago y dijo que al-Qaeda les pagaría para que fueran a Miami. Batiste llamó a Charles James Stewart, conocido también como Sultán Khan Bey, y su mujer en Chicago, donde Stewart dirige su propia rama del Templo de la Ciencia Mora. Con tres mil quinientos dólares de dinero del FBI, Batiste les pagó el viaje a Miami.
Las actas judiciales muestran que Stewart es un violador condenado con una larga hoja de antecedentes por otros delitos graves. El 11 de abril, mientras rodaban las cámaras del FBI, Stewart y Batiste se reunieron en la bodega de Miami y discutieron la apertura de una tienda para vender marihuana y pipas. Fumaron marihuana mientras hablaban, y Stewart reveló su plan de construir una nación mora de diez mil personas.
Stewart quería que su esposa, a la que llamaba Reina Zakiyaah, se convirtiera en embajadora de la nación mora, de modo que no pudiera ser detenida por las autoridades norteamericanas. Dijo que los soldados moros usarían uniformes verdes y llegarían a ser expertos en el arco y flechas. Recibirían adiestramiento nocturno que incluía saltar desde un puente al agua debajo a unos seis metros.
Pero a los pocos días, Stewart y Batiste empezaron a tener diferencias sobre el control de la organización y sobre su misión. El 17 de abril, el conflicto se agudizó y Stewart trató de juzgar a Batiste según las leyes moras por traición e insubordinación. Cuestionó "su relación y asociación con la mafia árabe o nigeriana", una referencia al segundo informante del FBI.
Dos días después, Stewart, ahora controlando lo que quedaba del grupo de Batiste, fue detenido por la policía de Miami después de que disparara un balazo a uno de los partidarios de Batiste.
El 5 de mayo, después de una vista local sobre la balacera, se formalizaron cargos federales por posesión de armas contra Stewart. Los agentes federales le preguntaron si acaso sabía de alguna trama contra Estados Unidos y Stewart empezó a hablar sobre la misión de Batiste como algo que "estaba empezando a ponerse serio", una frase que sería más tarde citada ante el tribunal por la fiscalía. Stewart se convirtió en un testigo contra Batiste y los otros.
Los acusados han dado a conocer que recurrirán las acciones del gobierno. En la audiencia de control de detención del 5 de julio, Nathan Clark, abogado de un miembro del grupo, dijo al juez Ted E. Bandstra, que la ceremonia en la que los acusados hicieron el juramento de al-Qaeda fue "inducida por el gobierno mismo en un intento de atrapar a esta gente".
"Lo que yo veo es que esta organización, según lo reconoce el propio gobierno, se estaba desmoronando... Nadie cree realmente que esta gente sea capaz de hacer algo", dijo.
Al final, Bandstra resolvió que los siete deberán permanecer en prisión debido a que las acusaciones eran "inquietantes". Pero agregó que "los planes parecen estar fuera del alcance de las habilidades actuales de los acusados" y dijo que esperaba que sus abogados impugnaran en el juicio las acciones del gobierno.
Julie Tate y Madonna Lebling contribuyeron a este reportaje.
1 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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