misteriosa liberación de terrorista
[Craig Whitlock] El detenido marroquí ayudó a escapar a bin Laden.
Rabat, Marruecos. Durante más de una década Osama bin Laden contó con pocos soldados más dedicados que Abdallah Tabarak. Un ex empleado del tránsito marroquí, Tabarak fue guardaespaldas del cabecilla de al Qaeda, trabajó en su granja en Sudán y participó en un negocio de contrabando de piedras preciosas en Afganistán, según se lee en actas judiciales.
Durante la batalla de Tora Bora en diciembre de 2001, cuando los jefes de al Qaeda fueron rodeados por las tropas estadounidenses, Tabarak se sacrificó a sí mismo para facilitar su escape. Huyó hacia la frontera paquistaní utilizando el celular de Osama bin Laden, mientras bin Laden y los otros huían en la otra dirección.
Tabarak fue capturado y trasladado a la base naval estadounidense en Bahía Guantánamo, Cuba, donde fue clasificado como un prisionero de tanto valor que el Pentágono se negó repetidas veces a permitir que fuera visitado por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Luego, después de pasar tres años y medio en la base, fue liberado repentinamente.
Hoy, el leal militante de al Qaeda, conocido localmente como "el emir" de Guantánamo, pasea por las calles de su viejo vecindario cerca de Casablanca, más o menos como un hombre libre. En una decisión que ni el Pentágono ni funcionarios marroquíes quieren explicar públicamente, Tabarak fue trasladado en agosto de 2004 a Marruecos, y dejado en libertad cuatro meses más tarde.
El viaje de Tabarak, desde Afganistán a Guantánamo y de regreso a su país natal, ilustra las agallas y, a veces, fanática determinación de uno de los reclutas de bin Laden. Sin embargo, su historia muestra lo poco que se sabe sobre personajes de al Qaeda que fueron capturados después del 11 de septiembre de 2001 -el día de los atentados en Nueva York y contra el Pentágono. Aún quedan huecos en su historia, y expertos en terrorismo y funcionarios de inteligencia siguen debatiendo sobre si era un miembro del círculo íntimo de al Qaeda o solamente un militante de base.
Su caso también ilustra los misterios de las prioridades estadounidenses a la hora de decidir a quién retener y a quién dejar ir. A medida que el Pentágono se apresta, tras cuatro años de preparación, a realizar su primer tribunal militar en Guantánamo, ha dejado en libertad a un prisionero que consideraba un operativo clave. Al mismo tiempo, mantiene custodiados por guardias fuertemente armados a hombres cuyos antecedentes y significación no se discute nunca.
Dieciocho meses después de salir de Guantánamo, Tabarak, 50, sigue estando acusado de delitos menores en Rabat, la capital, tales como falsificación de pasaporte y conspiración. Pero su abogado predice que es sólo una cuestión de tiempo para que el caso sea dejado de lado y se sobresean las acusaciones por actividades terroristas.
El abogado, Abdelfattah Zahrach, dijo que la importancia de su cliente como una figura de Al Qaeda había sido exagerada, aunque reconoció que Tabarak conocía a bin Laden y trabajó en una de sus empresas.
"Estaba en el entorno de bin Laden, pero no desempeñaba ningún papel operacional", dijo Zahrach said. "¿Crees que si hubiera sido realmente un guardaespaldas de bin Laden, los americanos lo habrían dejado volver a Marruecos?"
Durante la batalla de Tora Bora en diciembre de 2001, cuando los jefes de al Qaeda fueron rodeados por las tropas estadounidenses, Tabarak se sacrificó a sí mismo para facilitar su escape. Huyó hacia la frontera paquistaní utilizando el celular de Osama bin Laden, mientras bin Laden y los otros huían en la otra dirección.
Tabarak fue capturado y trasladado a la base naval estadounidense en Bahía Guantánamo, Cuba, donde fue clasificado como un prisionero de tanto valor que el Pentágono se negó repetidas veces a permitir que fuera visitado por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Luego, después de pasar tres años y medio en la base, fue liberado repentinamente.
Hoy, el leal militante de al Qaeda, conocido localmente como "el emir" de Guantánamo, pasea por las calles de su viejo vecindario cerca de Casablanca, más o menos como un hombre libre. En una decisión que ni el Pentágono ni funcionarios marroquíes quieren explicar públicamente, Tabarak fue trasladado en agosto de 2004 a Marruecos, y dejado en libertad cuatro meses más tarde.
El viaje de Tabarak, desde Afganistán a Guantánamo y de regreso a su país natal, ilustra las agallas y, a veces, fanática determinación de uno de los reclutas de bin Laden. Sin embargo, su historia muestra lo poco que se sabe sobre personajes de al Qaeda que fueron capturados después del 11 de septiembre de 2001 -el día de los atentados en Nueva York y contra el Pentágono. Aún quedan huecos en su historia, y expertos en terrorismo y funcionarios de inteligencia siguen debatiendo sobre si era un miembro del círculo íntimo de al Qaeda o solamente un militante de base.
Su caso también ilustra los misterios de las prioridades estadounidenses a la hora de decidir a quién retener y a quién dejar ir. A medida que el Pentágono se apresta, tras cuatro años de preparación, a realizar su primer tribunal militar en Guantánamo, ha dejado en libertad a un prisionero que consideraba un operativo clave. Al mismo tiempo, mantiene custodiados por guardias fuertemente armados a hombres cuyos antecedentes y significación no se discute nunca.
Dieciocho meses después de salir de Guantánamo, Tabarak, 50, sigue estando acusado de delitos menores en Rabat, la capital, tales como falsificación de pasaporte y conspiración. Pero su abogado predice que es sólo una cuestión de tiempo para que el caso sea dejado de lado y se sobresean las acusaciones por actividades terroristas.
El abogado, Abdelfattah Zahrach, dijo que la importancia de su cliente como una figura de Al Qaeda había sido exagerada, aunque reconoció que Tabarak conocía a bin Laden y trabajó en una de sus empresas.
"Estaba en el entorno de bin Laden, pero no desempeñaba ningún papel operacional", dijo Zahrach said. "¿Crees que si hubiera sido realmente un guardaespaldas de bin Laden, los americanos lo habrían dejado volver a Marruecos?"
Un Asunto de Familia
Una revisión de actas judiciales marroquíes, incluyendo transcripciones de sus interrogatorios por investigadores marroquíes, muestra que los militares estadounidenses tenían buenas razones para considerar que Tabarak era una buena captura. Además de su conocimiento de primera mano de cómo había bin Laden sobrevivido a la batalla de Tora Bora, había trabajado para el líder de al Qaeda desde 1989, y estuvo a menudo a su lado cuando se construía la red terrorista desde las bases en Afganistán, Pakistán y Sudán.
De acuerdo a los documentos, detalles de los cuales fueron confirmados por otros funcionarios de inteligencia extranjeros, Tabarak trabajó como manitas de los miembros del círculo íntimo. Durante varios años recibió órdenes y un salario regular de Saeed Masri, un financista de Al Qaeda, jefe de un campamento de adiestramiento y pariente de bin Laden.
Tabarak también incluyó a su familia en la causa. Una hija, Asia, se casó con un importante jefe de operaciones de Al Qaeda, Abu Feraj Libi. Fue fue capturado en Pakistán en mayo de 2005, y acusado de intentar asesinar al presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf.
Un hijo, Omar, peleó con los talibanes en Afganistán a fines de 2001 y fue capturado por aliados afganos de los estadounidenses. Cuando fue liberado en un canje de prisioneros, bin Laden, de acuerdo a declaraciones de Tabarak a sus interrogadores, lo celebró con una fiesta.
Funcionarios del ministerio de Defensa rehusaron decir por qué había sido Tabarak liberado de Guantánamo, en agosto de 2004, cuando él y otros cuatro detenidos marroquíes fueron entregados a las autoridades de Rabat. "La decisión de transferir o liberar a un detenido se basa en muchos factores, incluyendo el criterio de si el detenido representa o no una amenaza para Estados Unidos en caso de ser liberado", dijo el capitán de corbeta de la marina, J.D. Gordon, un portavoz del Pentágono.
Sin embargo, de acuerdo a entrevistas en Rabat con gente familiarizada con el caso de Tabarak, los funcionarios marroquíes habían durante muchos meses presionado a los militares norteamericanos para que les entregaran a Tabarak, diciendo que ellos tenían más posibilidades de convencerlo de revelar secretos de al Qaeda.
Investigadores marroquíes visitaron a Tabarak y otros detenidos marroquíes en Guantánamo en dos ocasiones y les instaron a cooperar, de acuerdo a su abogado y dos otros prisioneros.
"Vinieron y nos trajeron café y bocadillos", dijo Mohammed Mazouz, uno de los marroquíes que fue liberado posteriormente con Tabarak. "Los americanos nos maltratan".
Durante una comparecencia en un tribunal en Rabat el año pasado, Tabarak se veía demacrado y llevaba una gorra de béisbol negra cubriéndole la frente. Después de acceder a una entrevista a través de su abogado, cambió de opinión a último minuto; los guardias en la sala del tribunal le advirtieron audiblemente no hablar con el periodista estadounidense.
En entrevistas con periodistas árabes, Tabarak ha entregado versiones contradictorias, negando a veces que haya sido miembro de al Qaeda o que tenga vínculos con bin Laden. Pero las transcripciones de interrogatorios muestran que ha descrito en detalle a las autoridades una larga e íntima conexión con la red.
Dejó Marruecos en 1989, dijo, a instancias de un mentor de una mezquita de Casablanca que le insistió en que se uniera a los combatientes islámicos que estaban luchando contra el gobierno comunista afgano.
Después de hacer una peregrinación a Arabia Saudí, contó Tabarak, viajó a Pakistán, el teatro de operaciones de las guerrillas que peleaban en Afganistán, y se unió a la red de bin Laden. Recibió adiestramiento militar en dos campamentos cerca de Khost, Afganistán, y conoció a bin Laden en una pensión en la ciudad paquistaní de Peshawar.
Tabarak dijo a sus interrogadores que recibía el equivalente de 250 dólares al mes por ayudar a trasladar a combatientes extranjeros en Afganistán. Cuando las autoridades paquistaníes decidieron reprimir a los extranjeros en su país, siguió a bin Laden en Sudán. Allá trabajó en una granja ganadera, fue guardaespaldas y realizó otras tareas.
Para cuando bin Laden volvió a Afganistán en 1996, Tabarak tenía funciones más importantes. Dijo que trabajó durante un tiempo para al Qaeda en una operación de contrabando de "piedras preciosas". Finalmente, entró al séquito de seguridad personal de bin Laden, acompañando al saudí en sus viajes por el país para reunirse con otras figuras de al Qaeda y del movimiento talibán.
Una revisión de actas judiciales marroquíes, incluyendo transcripciones de sus interrogatorios por investigadores marroquíes, muestra que los militares estadounidenses tenían buenas razones para considerar que Tabarak era una buena captura. Además de su conocimiento de primera mano de cómo había bin Laden sobrevivido a la batalla de Tora Bora, había trabajado para el líder de al Qaeda desde 1989, y estuvo a menudo a su lado cuando se construía la red terrorista desde las bases en Afganistán, Pakistán y Sudán.
De acuerdo a los documentos, detalles de los cuales fueron confirmados por otros funcionarios de inteligencia extranjeros, Tabarak trabajó como manitas de los miembros del círculo íntimo. Durante varios años recibió órdenes y un salario regular de Saeed Masri, un financista de Al Qaeda, jefe de un campamento de adiestramiento y pariente de bin Laden.
Tabarak también incluyó a su familia en la causa. Una hija, Asia, se casó con un importante jefe de operaciones de Al Qaeda, Abu Feraj Libi. Fue fue capturado en Pakistán en mayo de 2005, y acusado de intentar asesinar al presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf.
Un hijo, Omar, peleó con los talibanes en Afganistán a fines de 2001 y fue capturado por aliados afganos de los estadounidenses. Cuando fue liberado en un canje de prisioneros, bin Laden, de acuerdo a declaraciones de Tabarak a sus interrogadores, lo celebró con una fiesta.
Funcionarios del ministerio de Defensa rehusaron decir por qué había sido Tabarak liberado de Guantánamo, en agosto de 2004, cuando él y otros cuatro detenidos marroquíes fueron entregados a las autoridades de Rabat. "La decisión de transferir o liberar a un detenido se basa en muchos factores, incluyendo el criterio de si el detenido representa o no una amenaza para Estados Unidos en caso de ser liberado", dijo el capitán de corbeta de la marina, J.D. Gordon, un portavoz del Pentágono.
Sin embargo, de acuerdo a entrevistas en Rabat con gente familiarizada con el caso de Tabarak, los funcionarios marroquíes habían durante muchos meses presionado a los militares norteamericanos para que les entregaran a Tabarak, diciendo que ellos tenían más posibilidades de convencerlo de revelar secretos de al Qaeda.
Investigadores marroquíes visitaron a Tabarak y otros detenidos marroquíes en Guantánamo en dos ocasiones y les instaron a cooperar, de acuerdo a su abogado y dos otros prisioneros.
"Vinieron y nos trajeron café y bocadillos", dijo Mohammed Mazouz, uno de los marroquíes que fue liberado posteriormente con Tabarak. "Los americanos nos maltratan".
Durante una comparecencia en un tribunal en Rabat el año pasado, Tabarak se veía demacrado y llevaba una gorra de béisbol negra cubriéndole la frente. Después de acceder a una entrevista a través de su abogado, cambió de opinión a último minuto; los guardias en la sala del tribunal le advirtieron audiblemente no hablar con el periodista estadounidense.
En entrevistas con periodistas árabes, Tabarak ha entregado versiones contradictorias, negando a veces que haya sido miembro de al Qaeda o que tenga vínculos con bin Laden. Pero las transcripciones de interrogatorios muestran que ha descrito en detalle a las autoridades una larga e íntima conexión con la red.
Dejó Marruecos en 1989, dijo, a instancias de un mentor de una mezquita de Casablanca que le insistió en que se uniera a los combatientes islámicos que estaban luchando contra el gobierno comunista afgano.
Después de hacer una peregrinación a Arabia Saudí, contó Tabarak, viajó a Pakistán, el teatro de operaciones de las guerrillas que peleaban en Afganistán, y se unió a la red de bin Laden. Recibió adiestramiento militar en dos campamentos cerca de Khost, Afganistán, y conoció a bin Laden en una pensión en la ciudad paquistaní de Peshawar.
Tabarak dijo a sus interrogadores que recibía el equivalente de 250 dólares al mes por ayudar a trasladar a combatientes extranjeros en Afganistán. Cuando las autoridades paquistaníes decidieron reprimir a los extranjeros en su país, siguió a bin Laden en Sudán. Allá trabajó en una granja ganadera, fue guardaespaldas y realizó otras tareas.
Para cuando bin Laden volvió a Afganistán en 1996, Tabarak tenía funciones más importantes. Dijo que trabajó durante un tiempo para al Qaeda en una operación de contrabando de "piedras preciosas". Finalmente, entró al séquito de seguridad personal de bin Laden, acompañando al saudí en sus viajes por el país para reunirse con otras figuras de al Qaeda y del movimiento talibán.
Escape de Tora Bora
Tabarak dijo que no fue avisado de los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero ayudó a proteger a bin Laden después de que fuerzas norteamericanas entraran en Afganistán al mes siguiente. Dijo que pasó 20 días oculto con bin Laden y otros líderes de al Qaeda en Tora Bora, un accidentado terreno montañoso cerca de la frontera paquistaní, mientras eran cercados por fuerzas americanas y milicias afganas aliadas.
De acuerdo al marroquí y otros funcionarios de inteligencia extranjeros, Tabarak se sacrificó a sí mismo de modo que el líder de al Qaeda pudiera escapar. Se llevó el celular, que el líder de al Qaeda aparentemente daba por sentado que estaba siendo rastreado por la tecnología de espionaje norteamericana, y caminó hacia la frontera paquistaní mientras los dirigentes de al Qaeda huían en la dirección opuesta. El truco resultó, aunque Tabarak y otros fueron capturados.
"Yo escapé con un grupo, que incluía sobre todo a saudíes y yemeníes, hacia Pakistán, hasta que las autoridades paquistaníes nos arrestaron en un puesto fronterizo y después nos entregaron a las autoridades estadounidenses", dijo a los interrogadores marroquíes en agosto de 2004.
Zahrach, el abogado de Tabarak, confirmó que su cliente fue capturado cerca de la frontera y entregado a los militares norteamericanos. Pero negó que Tabarak hubiera ayudado a bin Laden a escapar de Tora Bora. Desdeñó los informes de los interrogatorios diciendo que eran falsos. Dijo que los funcionarios marroquíes no tienen ninguna prueba de sus acusaciones, pero tienen demasiada vergüenza como para admitirlo.
"Lo tienen que acusar de algo en Marruecos para impedir que hable", dijo Zahrach. "Lo quieren mantener atado a los tribunales para presionarlo". La próxima comparecencia de Tabarak ante tribunales se fijó para el viernes en Rabat. Funcionarios del ministerio de Comunicaciones marroquí se negaron a comentar sobre el caso.
Mohammed Darif, analista de terrorismo y profesor de ciencias políticas marroquí, dijo que los funcionarios de la inteligencia marroquí han exagerado el papel de Tabarak en al Qaeda. Dijo que bin Laden dependía casi exclusivamente de otros saudíes y parientes tribales de Yemen para su seguridad personal y era improbable que aceptara en su círculo íntimo a un marroquí inculto y pobre.
"La gente que lo conoce dicen que Tabarak era un participante serio, pero que quizás su reputación ha sido inflada", dijo Darif, que entrevistó a Tabarak después de su liberación de Guantánamo. "Puede haber sido un trabajador leal, pero no es sofisticado. Cuando hablas con él, te das cuenta claramente que el tipo no tiene una personalidad fuerte".
Pero otras fuentes de inteligencia en Europa y Oriente Medio dicen que su conducta en Guantánamo es una confirmación adicional de su importancia. Allá, dicen, se hizo con la reputación de ser un líder duro entre los detenidos. Los funcionarios marroquíes lo han descrito como un "emir" del campamento que resistía ante sus interrogadores estadounidenses y catalizó huelgas de hambre entre los prisioneros.
Memoranda del ministerio de Defensa obtenidos por Washington Post en 2004 muestran que funcionarios de Guantánamo impidieron repetidas veces que los inspectores del Comité Internacional de la Cruz Roja vieran a Tabarak.
Aunque se supone que la Cruz Roja tiene acceso a todas las personas bajo custodia militar, el general de división Geoffrey Miller dijo, el 9 de octubre de 2003 a los inspectores de la Cruz Roja que no podían visitar a Tabarak ni a otros tres detenidos "por razones militares", de acuerdo a los memoranda. En una siguiente visita, el 2 de febrero de 2004, Miller informó a los funcionarios de la Cruz Roja que podían ver a cualquiera en la base, excepto Tabarak. Miller, una vez más, se refirió a "necesidades militares". Un portavoz del ministerio de Defensa se negó a comentar los memos.
Tabarak ha dicho a su abogado y otros detenidos que fue mantenido en una celda de aislamiento la mayor parte de su reclusión en Guantánamo. Durante casi un año, dijo, fue interrogado con los ojos vendados, de modo que no pudiera ver a sus captores, ni saber con seguridad si estaba en Cuba o en algún otro país.
Tabarak dijo que no fue avisado de los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero ayudó a proteger a bin Laden después de que fuerzas norteamericanas entraran en Afganistán al mes siguiente. Dijo que pasó 20 días oculto con bin Laden y otros líderes de al Qaeda en Tora Bora, un accidentado terreno montañoso cerca de la frontera paquistaní, mientras eran cercados por fuerzas americanas y milicias afganas aliadas.
De acuerdo al marroquí y otros funcionarios de inteligencia extranjeros, Tabarak se sacrificó a sí mismo de modo que el líder de al Qaeda pudiera escapar. Se llevó el celular, que el líder de al Qaeda aparentemente daba por sentado que estaba siendo rastreado por la tecnología de espionaje norteamericana, y caminó hacia la frontera paquistaní mientras los dirigentes de al Qaeda huían en la dirección opuesta. El truco resultó, aunque Tabarak y otros fueron capturados.
"Yo escapé con un grupo, que incluía sobre todo a saudíes y yemeníes, hacia Pakistán, hasta que las autoridades paquistaníes nos arrestaron en un puesto fronterizo y después nos entregaron a las autoridades estadounidenses", dijo a los interrogadores marroquíes en agosto de 2004.
Zahrach, el abogado de Tabarak, confirmó que su cliente fue capturado cerca de la frontera y entregado a los militares norteamericanos. Pero negó que Tabarak hubiera ayudado a bin Laden a escapar de Tora Bora. Desdeñó los informes de los interrogatorios diciendo que eran falsos. Dijo que los funcionarios marroquíes no tienen ninguna prueba de sus acusaciones, pero tienen demasiada vergüenza como para admitirlo.
"Lo tienen que acusar de algo en Marruecos para impedir que hable", dijo Zahrach. "Lo quieren mantener atado a los tribunales para presionarlo". La próxima comparecencia de Tabarak ante tribunales se fijó para el viernes en Rabat. Funcionarios del ministerio de Comunicaciones marroquí se negaron a comentar sobre el caso.
Mohammed Darif, analista de terrorismo y profesor de ciencias políticas marroquí, dijo que los funcionarios de la inteligencia marroquí han exagerado el papel de Tabarak en al Qaeda. Dijo que bin Laden dependía casi exclusivamente de otros saudíes y parientes tribales de Yemen para su seguridad personal y era improbable que aceptara en su círculo íntimo a un marroquí inculto y pobre.
"La gente que lo conoce dicen que Tabarak era un participante serio, pero que quizás su reputación ha sido inflada", dijo Darif, que entrevistó a Tabarak después de su liberación de Guantánamo. "Puede haber sido un trabajador leal, pero no es sofisticado. Cuando hablas con él, te das cuenta claramente que el tipo no tiene una personalidad fuerte".
Pero otras fuentes de inteligencia en Europa y Oriente Medio dicen que su conducta en Guantánamo es una confirmación adicional de su importancia. Allá, dicen, se hizo con la reputación de ser un líder duro entre los detenidos. Los funcionarios marroquíes lo han descrito como un "emir" del campamento que resistía ante sus interrogadores estadounidenses y catalizó huelgas de hambre entre los prisioneros.
Memoranda del ministerio de Defensa obtenidos por Washington Post en 2004 muestran que funcionarios de Guantánamo impidieron repetidas veces que los inspectores del Comité Internacional de la Cruz Roja vieran a Tabarak.
Aunque se supone que la Cruz Roja tiene acceso a todas las personas bajo custodia militar, el general de división Geoffrey Miller dijo, el 9 de octubre de 2003 a los inspectores de la Cruz Roja que no podían visitar a Tabarak ni a otros tres detenidos "por razones militares", de acuerdo a los memoranda. En una siguiente visita, el 2 de febrero de 2004, Miller informó a los funcionarios de la Cruz Roja que podían ver a cualquiera en la base, excepto Tabarak. Miller, una vez más, se refirió a "necesidades militares". Un portavoz del ministerio de Defensa se negó a comentar los memos.
Tabarak ha dicho a su abogado y otros detenidos que fue mantenido en una celda de aislamiento la mayor parte de su reclusión en Guantánamo. Durante casi un año, dijo, fue interrogado con los ojos vendados, de modo que no pudiera ver a sus captores, ni saber con seguridad si estaba en Cuba o en algún otro país.
Scott Higham y Julie Tate en Washington contribuyeron a este reportaje.
30 de enero de 2006
©washington post
©traducción mQh
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