matan a monja en somalia
[Sahal Abdulle y Guled Mohamed] Monja italiana asesinada en Somalia en posible conexión con declaraciones del Papa.
Mogadishu, Somalia. El domingo hombres armados asesinaron a una monja italiana en un hospital pediátrico de Mogadishu, en un atentado que provocó inmediatas especulaciones sobre un vínculo con la ira musulmana por las recientes declaraciones del Papa sobre el islam.
El guardia de la monja católica también murió debido a heridas de bala en este último atentado contra extranjeros en la volátil Somalia.
Los asesinatos fueron un golpe para el intento de los nuevos gobernantes musulmanes de Mogadishu de demostrar que han pacificado una de las ciudades más caóticas del mundo desde que, en junio, expulsaran de ella de los señores de la guerra.
El guardaespaldas murió instantáneamente, pero la monja, de la orden de las Misioneras de la Consolación, con sede en Nepi, cerca de Roma, fue trasladada a toda prisa a un hospital militar después de recibir tres o cuatro impactos de bala en el pecho, estómago y espalda.
"Murió en la sala de tratamientos del hospital", dijo el doctor Ali Mohamed Hassan a Reuters. "Fue atacada frente al hospital, cuando cruzaba la puerta en dirección a su casa".
Una monja de la orden de las Misioneras la identificó como la hermana Leonella Sgorbati, nacida en 1940, en Piacenza, al norte de Italia. En Somalia desde 2002, adiestraba a enfermeras en el hospital SOS Kindergarten.
El gobierno italiano dijo que la monja y otras dos monjas italianas que trabajan con ella, fueron aconsejadas repetidas veces que se marcharan de Somalia, que es una antigua colonia italiana.
La muerte el domingo provocó dolorosas escenas en el hospital.
"Estaba en clases cuando oí seis a ocho balazos. Corrí hacia afuera y vi a la hermana desangrándose", dijo a Reuters Fatuman Hassan, 21.
"Estamos muy tristes. Es una terrible pérdida".
Más tarde fueron arrestados dos milicianos musulmanes sospechosos, pero no se entregaron detalles sobre sus identidades.
Vinculo con el Papa
Una importante fuente musulmana dijo a Reuters que era "muy probable" que el atentado estuviera vinculado a la controversia sobre un reciente discurso del Papa Benedicto que causó la ira de los musulmanes que piensan que muestra a su religión como inherentemente violenta.
Un importante clérigo somalí entrevistado por periodistas no pudo entregar otras pistas sobre los motivos detrás del asesinato, pero dijo que los comentarios del Papa pusieron al islam bajo una luz negativa.
"Los sentimientos del Parpa son parte de una interpretación errónea del islam en Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña y Rusia", dijo el jeque Nur Barud, un importante clérigo somalí. "Han insultado al islam, matan a musulmanes en Iraq, Afganistán y Palestina, su líder es Bush y el Papa es parte de ellos".
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo a la agencia de noticias italiana ANSA que esperaba que la muerte de la monja fuera un hecho aislado, pero temía que fuera "el fruto de la violencia e irracionalidad que fluyen de la situación actual en torno al Papa, que no tiene ni motivo ni razón".
Pero en Italia, una monja de la orden de Sgorbati, que pidió no ser identificada, dijo: "No tenemos ninguna razón para creer que exista algún vínculo".
Agregó: "No había amenazas, no teníamos ningún motivo para sospechar algo así, aunque, por supuesto, hay riesgos".
Nacido de los tribunales locales que aplican la estricta ley de la sharia, el movimiento islamita de Somalia se apoderó en junio de Mogadishu tras expulsar a los señores de la guerra que, respaldados por Estados Unidos, habían controlado la ciudad en los últimos quince años.
Aunque los islamitas han logrado sacar las armas de la calle y terminar con los puestos de control instalados por milicianos jóvenes y erráticos leales a los señores de la guerra, Mogadishu sigue estando llena de armas.
La muerte de la monja -y el asesinato en junio de un camarógrafo sueco- perjudica su afirmación de que Mogadishu es ahora un lugar seguro para extranjeros.
Críticos de los islamitas dicen que cobijan a militantes asociados a al-Qaeda. Los islamitas lo niegan, diciendo que Occidente no les entiende y que creen en la propaganda norteamericana.
El portavoz de los islamitas, Bedri Hashi, dijo que el asesinato puede haber sido "orquestado por gente que quiere desprestigiar a los tribunales islámicos".
La monja italiana fue la última de una lista de socorristas extranjeros y otros empleados internacionales que han sido asesinados en Somalia.
Otra socorrista italiana, Annalena Tonelli, fue ultimada a balazos en el autoproclamado enclave de Somalia en 2003.
Los islamitas están comprometidos en un impasse político con el gobierno interino de Somalia respaldado por Occidente, que tiene su sede en Baidoa y no cuenta con fuerzas militares propias.
El guardia de la monja católica también murió debido a heridas de bala en este último atentado contra extranjeros en la volátil Somalia.
Los asesinatos fueron un golpe para el intento de los nuevos gobernantes musulmanes de Mogadishu de demostrar que han pacificado una de las ciudades más caóticas del mundo desde que, en junio, expulsaran de ella de los señores de la guerra.
El guardaespaldas murió instantáneamente, pero la monja, de la orden de las Misioneras de la Consolación, con sede en Nepi, cerca de Roma, fue trasladada a toda prisa a un hospital militar después de recibir tres o cuatro impactos de bala en el pecho, estómago y espalda.
"Murió en la sala de tratamientos del hospital", dijo el doctor Ali Mohamed Hassan a Reuters. "Fue atacada frente al hospital, cuando cruzaba la puerta en dirección a su casa".
Una monja de la orden de las Misioneras la identificó como la hermana Leonella Sgorbati, nacida en 1940, en Piacenza, al norte de Italia. En Somalia desde 2002, adiestraba a enfermeras en el hospital SOS Kindergarten.
El gobierno italiano dijo que la monja y otras dos monjas italianas que trabajan con ella, fueron aconsejadas repetidas veces que se marcharan de Somalia, que es una antigua colonia italiana.
La muerte el domingo provocó dolorosas escenas en el hospital.
"Estaba en clases cuando oí seis a ocho balazos. Corrí hacia afuera y vi a la hermana desangrándose", dijo a Reuters Fatuman Hassan, 21.
"Estamos muy tristes. Es una terrible pérdida".
Más tarde fueron arrestados dos milicianos musulmanes sospechosos, pero no se entregaron detalles sobre sus identidades.
Vinculo con el Papa
Una importante fuente musulmana dijo a Reuters que era "muy probable" que el atentado estuviera vinculado a la controversia sobre un reciente discurso del Papa Benedicto que causó la ira de los musulmanes que piensan que muestra a su religión como inherentemente violenta.
Un importante clérigo somalí entrevistado por periodistas no pudo entregar otras pistas sobre los motivos detrás del asesinato, pero dijo que los comentarios del Papa pusieron al islam bajo una luz negativa.
"Los sentimientos del Parpa son parte de una interpretación errónea del islam en Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña y Rusia", dijo el jeque Nur Barud, un importante clérigo somalí. "Han insultado al islam, matan a musulmanes en Iraq, Afganistán y Palestina, su líder es Bush y el Papa es parte de ellos".
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo a la agencia de noticias italiana ANSA que esperaba que la muerte de la monja fuera un hecho aislado, pero temía que fuera "el fruto de la violencia e irracionalidad que fluyen de la situación actual en torno al Papa, que no tiene ni motivo ni razón".
Pero en Italia, una monja de la orden de Sgorbati, que pidió no ser identificada, dijo: "No tenemos ninguna razón para creer que exista algún vínculo".
Agregó: "No había amenazas, no teníamos ningún motivo para sospechar algo así, aunque, por supuesto, hay riesgos".
Nacido de los tribunales locales que aplican la estricta ley de la sharia, el movimiento islamita de Somalia se apoderó en junio de Mogadishu tras expulsar a los señores de la guerra que, respaldados por Estados Unidos, habían controlado la ciudad en los últimos quince años.
Aunque los islamitas han logrado sacar las armas de la calle y terminar con los puestos de control instalados por milicianos jóvenes y erráticos leales a los señores de la guerra, Mogadishu sigue estando llena de armas.
La muerte de la monja -y el asesinato en junio de un camarógrafo sueco- perjudica su afirmación de que Mogadishu es ahora un lugar seguro para extranjeros.
Críticos de los islamitas dicen que cobijan a militantes asociados a al-Qaeda. Los islamitas lo niegan, diciendo que Occidente no les entiende y que creen en la propaganda norteamericana.
El portavoz de los islamitas, Bedri Hashi, dijo que el asesinato puede haber sido "orquestado por gente que quiere desprestigiar a los tribunales islámicos".
La monja italiana fue la última de una lista de socorristas extranjeros y otros empleados internacionales que han sido asesinados en Somalia.
Otra socorrista italiana, Annalena Tonelli, fue ultimada a balazos en el autoproclamado enclave de Somalia en 2003.
Los islamitas están comprometidos en un impasse político con el gobierno interino de Somalia respaldado por Occidente, que tiene su sede en Baidoa y no cuenta con fuerzas militares propias.
Andrew Cawthorne en Nairobi, Mike Holden en London, y Massimiliano Di Giorgio en Rome contribuyeron a este reportaje.
18 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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