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nuevas opciones de drogas


[Tracy Jan y Lisa Wangsness] Adolescentes se vuelcan hacia el consumo de fármacos.
Arlington, Virginia, Estados Unidos. Mientras las escuelas redoblan su control del consumo de alcohol entre los estudiantes, la policía y funcionarios de la salud dicen que más adolescentes se están colocando con fármacos, como la píldora antidepresiva Klonopin, que según familiares, ingirió una adolescente de Arlington antes de matarse la semana pasada.
La droga, distribuida bajo forma de pastilla y conocida por la gente joven como K-pin, es más difícil de detectar que el alcohol y se cree que es más segura que las drogas de la calle, como la heroína o cocaína. Klonopin se encuentra ampliamente disponible en los botiquines familiares y se puede comprar online en farmacias en el extranjero por un valor de entre dos y cinco dólares la dosis, dijeron doctores.
"Los profesores en las escuelas de toda la región han sido muy efectivos en reprimir el consumo de alcohol. Para contrarrestar esto, los chicos se han pasado ahora al uso de Klonopin como la droga preferida", dijo el jefe de policía de Arlington, Frederick Ryan, que planea tratar el tema de la nueva droga con jefes de policía de áreas en una reunión próxima.
Los adolescentes están experimentando con Klonopin y Vicodin incluso antes de tratar con drogas de entrada como el alcohol, tabaco y marihuana, dijo el doctor John Knight, director del Centro de Investigación sobre el Abuso de Drogas entre Adolescentes [Center for Adolescent Substance Abuse Research] del Hospital Pediátrico.
El suicidio de la popular estudiante Cameron O’Connor de la Escuela Secundaria de Arlington y la subsecuente detención de dos de sus compañeros de estudio por vender fármacos de prescripción, incluyendo Klonopin, han renovado el llamado a realizar controles aleatorios de drogas en algunas escuelas y a proporcionar más educación a los padres sobre las bezondiazepinas, el tipo de fármacos al que pertenecen Klonopin y Xanax, además de opiatos como OxyContin, Percocet y Vicodin.
Mientras algunos directores de escuela y superintendentes dijeron que no sabían nada del consumo de Klonopin entre los estudiantes, varios estudiantes de Belmont dijeron a sus padres el jueves pasado, en un foro anual sobre drogas y alcohol, que sus compañeros de estudio están consumiendo fármacos, dijo Jonathan Landman, el director de la Escuela Secundaria de Belmont.
"Ese es un tema que ninguno de nosotros observó en el panel del año pasado", dijo Landman, agregando que los estudiantes no mencionaron fármacos específicos. "Tenemos que enterarnos de todo y determinar si podemos hacer algo a nivel de escuelas".
En Arlington, la muerte de O’Connor ha impulsado a funcionarios de las escuelas a considerar la introducción de perros detectores de drogas para controlar los vestuarios y a los estudiantes, una rara medida en las escuelas de Massachusetts. Herb Levine, ex superintendente, cuyo hijo, Joel, fue consumidor de OxyContin hace tres años, dijo ayer que todas las escuelas del estado debían considerar la introducción de controles aleatorios de los estudiantes de las escuelas secundarias para detectar el consumo de drogas.
"Daría a los padres algo más de confianza", dijo Levine, que también fue durante 19 años director de una escuela secundaria. "Los padres no tienen ninguna pista. Si alguien tenía que saberlo, ese era yo. Sin embargo, durante bastante tiempo, mi hijo, cuando estuvo enganchado, nos engañó a mí y a mi mujer".
Sin embargo, los doctores han observado que los controles de drogas normales usados en las escuelas a menudo no detectan los fármacos de prescripción.
Las escuelas secundaria de New Bedford empezarán en marzo a controlar al azar a los estudiantes para detectar drogas, dijo Carl Alves, coordinador del programa de ayuda a los estudiantes para liberar a la ciudad de drogas. Los controles, a los que los padres inscribirán voluntariamente a sus hijos, detectarían los fármacos, incluyendo las benzodiazepinas, dijo.
"En los suburbios un montón de familias cuentan con buenas coberturas médicas y a veces tienen esos fármacos en sus botiquines", dijo Alves. "Con los niños, la disponibilidad y facilidad del uso son dos factores claves cuando los niños usan drogas. El Klonopin no huele, pero te coloca. Y si hay una red de gente vendiendo estas cosas, entonces el acceso es fácil".
Los adolescentes compararon colocarse con Klonopin con la sensación de borrachera, dijo la policía. El abuso del fármaco puede ser peligroso -y cuando se lo mezcla con el alcohol, puede ser fatal, dijo el doctor Michael W. Shannon, jefe del medicina de urgencias del Hospital Pediátrico.
"La gente lo describe como un colocón muy suave", dijo Shannon. "Si lo mezclas con algo como el alcohol, te emborracha... Afecta tus capacidades de discernimiento".
Shannon dijo que no quiere sacar conclusiones sobre el caso de O’Connor, pero dijo que particularmente cuando se lo combina con el alcohol, "hace que la gente haga cosas que de otro modo no harían, incluyendo el suicidio".
O’Connor probó el Klonopin por primera vez hace dos meses después de un baile semiformal en la escuela, dijo Joe Boike, tío de O’Connor y sargento de la Policía del Estado. Boike y los dos hermanos de O’Connor dijeron al Globe que la niña de 17 no estaba deprimida y que creen que el Klonopin la empujó al suicidio. La policía declaró que creen que O’Connor ingirió Klonopin antes de morir, pero los resultados toxicológicos todavía no están disponibles.
Shelley Rosenstock, portavoz de Roche Pharmaceuticals, de Suiza, fabricante de Klonopin, dijo que no sabía que los adolescentes lo usaron como droga y que el fármaco es seguro cuando se usa con consulta con doctores.
Un estudiante de la Escuela Secundaria de Arlington, que habló a condición de preservar su anonimato, dijo que los fármacos están aumentando en su escuela y otras. Dijo que la mayoría de los estudiantes que conoce que han ingerido K-pins las compran a estudiantes a quienes se les ha recetado el fármaco o que tienen acceso a gente con recetas médicas.
Cree que la razón por la que los fármacos son tan populares es porque los adolescentes tienen poco que hacer en Arlington. Los chicos se aburren de ir al cine o de salir a cenar, dijo.

tjan@globe.com
lwangsness@globe.com

29 de enero de 2006

©boston globe
©traducción mQh

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