ilegales tras las rejas
[Michèle de Waard] En Holanda, ilegales terminan rápidamente en alguna cárcel. Groseras violaciones a derechos humanos. Cárceles secretas.
Tilburgo, Holanda/Bruselas, Bélgica. Holanda encarcela a extranjeros no-condenados sin papeles más rápidamente que otros países europeos. Este grupo es tratado en casi todos los países europeos peor que los reclusos ‘normales'. Estas son algunas de las conclusiones de la investigación de la Universidad de Tilburgo publicada hoy en Bruselas, ‘Reclusos extranjeros en establecimientos penitenciarios europeos'.
El investigador Anton van Kalmhout, catedrático en derecho penal y migración en Tilburgo dice que sería deseable que se respetaran en Europa las normas mínimas aceptables y vinculantes para el tratamiento de reclusos extranjeros, de modo que también ellos "puedan exigir el respeto de derechos humanos fundamentales".
En Europa el número de reclusos extranjeros crece, según Van Kalmhut, a un ritmo inquietantemente rápido. La problemática crece debido a la globalización y la erradicación de las fronteras. Sólo en la UE llegan al año medio millón de ilegales. Holanda encarcela al año, según se estima, a unos 22 mil extranjeros indocumentados. Se trata de personas sin permiso de residencia y que son encarcelados a la espera de su deportación.
"En Holanda y en la mayoría de los países europeos, los derechos elementales de los reclusos extranjeros son groseramente violados", dice Van Kalmhout.
En la investigación trabajaron, entre otros, servicios de rehabilitación y organizaciones de refugiados. Los investigadores estudiaron el tratamiento de los reclusos extranjeros en los 25 países miembros de la UE con ayuda de expertos nacionales. Se trata de extranjeros procesados y no procesados, condenados y no condenados, pero muchos países no establecen esta distinción cuando se trata de ilegales, según el informe. El grupo de reclusos extranjeros condenados, entretanto, conforma el 21 por ciento de la población carcelaria de Europa.
Las diferencias entre países son significativas. En Luxemburgo el 75 por ciento de los reclusos son extranjeros condenados; en Austria, el 45 por ciento; en Holanda, el 32 por ciento; en Finlandia, el 8 por ciento; en Polonia, apenas el 0.8 por ciento.
De el grupo de reclusos extranjeros no condenados -que no se encuentran solamente en cárceles, sino también en centros de deportación, calabozos de comisarías, buques-cárceles y centros de detención secretos- sólo se pueden dar cifras estimativas. Si se contabiliza a este grupo, entonces el número de reclusos extranjeros en Holanda aumenta, según los investigadores, al 63 por ciento del total de reclusos.
El investigador Anton van Kalmhout, catedrático en derecho penal y migración en Tilburgo dice que sería deseable que se respetaran en Europa las normas mínimas aceptables y vinculantes para el tratamiento de reclusos extranjeros, de modo que también ellos "puedan exigir el respeto de derechos humanos fundamentales".
En Europa el número de reclusos extranjeros crece, según Van Kalmhut, a un ritmo inquietantemente rápido. La problemática crece debido a la globalización y la erradicación de las fronteras. Sólo en la UE llegan al año medio millón de ilegales. Holanda encarcela al año, según se estima, a unos 22 mil extranjeros indocumentados. Se trata de personas sin permiso de residencia y que son encarcelados a la espera de su deportación.
"En Holanda y en la mayoría de los países europeos, los derechos elementales de los reclusos extranjeros son groseramente violados", dice Van Kalmhout.
En la investigación trabajaron, entre otros, servicios de rehabilitación y organizaciones de refugiados. Los investigadores estudiaron el tratamiento de los reclusos extranjeros en los 25 países miembros de la UE con ayuda de expertos nacionales. Se trata de extranjeros procesados y no procesados, condenados y no condenados, pero muchos países no establecen esta distinción cuando se trata de ilegales, según el informe. El grupo de reclusos extranjeros condenados, entretanto, conforma el 21 por ciento de la población carcelaria de Europa.
Las diferencias entre países son significativas. En Luxemburgo el 75 por ciento de los reclusos son extranjeros condenados; en Austria, el 45 por ciento; en Holanda, el 32 por ciento; en Finlandia, el 8 por ciento; en Polonia, apenas el 0.8 por ciento.
De el grupo de reclusos extranjeros no condenados -que no se encuentran solamente en cárceles, sino también en centros de deportación, calabozos de comisarías, buques-cárceles y centros de detención secretos- sólo se pueden dar cifras estimativas. Si se contabiliza a este grupo, entonces el número de reclusos extranjeros en Holanda aumenta, según los investigadores, al 63 por ciento del total de reclusos.
13 de septiembre de 2006
©nrc-handelsblad
©traducción mQh
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alguien -