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muertos en la lavadora


[Angela Rozas] Sospechosa de asesinatos revela paradero de tres víctimas más.
East St. Louis, Estados Unidos. Las autoridades no habían revisado esos lugares. Pero cuando Tiffany Hall contó el sábado a la policía que encontrarían los cuerpos de tres niños desaparecidos en el apartamento de su propia madre, las autoridades hicieron un espeluznante hallazgo.
Los cuerpos de los niños habían sido metidos en una lavadora y en una secadora, donde habían estado durante los últimos cinco días. Su madre fue hallada muerta en un sitio eriazo cubierto de hierbas junto a la casa de Hall en East St. Louis dos días antes.
Los resultados de la autopsia preliminar mostraban que los niños murieron ahogados y estaban muertos cuando fueron colocados en los artefactos, dijo el domingo el médico forense Ace Hart, del condado de St. Clair. Informes toxicológicos determinarán qué otros factores -venenos o drogas- pueden haber contribuido a sus muertes, dijo.
El hallazgo de los niños el sábado noche puso fin a la masiva búsqueda de dos días, pero agregó más horror a un caso de homicidio ya bastante macabro. La madre de los niños, Jimella Tunstall, se desangró hasta morir debido a la incisión que le hicieron en su abdomen para extirparle su feto.
Hall, 24, de la que familiares dijeron que era una amiga de Tunstall, 23, de toda la vida, ha sido acusada de la muerte de la madre y el feto. Está detenida con una fianza de cinco millones de dólares. Los fiscales no han formalizado a Hall por la muerte de los niños, aunque Hart dijo que reconoció haberlos matado, y el sábado la policía dijo que ella les llevó al apartamento donde fueron encontrados.
El cuerpo del mayor, DeMond, 7, fue encontrado en la secadora, y los cuerpos de Ivan, 2, y Jinela, 1, estaban en la lavadora, dijo Hart. Los niños no fueron asesinados en el apartamento; pueden haber sido matados en casa de Hall, en el bloque 600 de la calle 56 Norte, dijo.
La policía ya había estado en el apartamento de Tunstall en el complejo de viviendas sociales John DeShields, pero entonces sólo estaban buscando a Hall, dijo el jefe de policía de East St. Louis, James Mister.
Hart dijo que la policía estuvo el viernes en el apartamento, pero sólo para recoger fotografías de los niños Tunstall, para distribuirlas.
"No revisamos la lavadora ni la secadora", dijo Hart el domingo. "No pensamos que podrían estar ahí".
El tiempo y muchos detalles de los asesinatos siguen estando turbios. Mientras las autoridades continúan investigando lo que algunos han llamado uno de los crímenes más atroces en esta arruinada comunidad, muchos aquí siguen atormentados por el por qué.
Mientras sus preguntas siguen sin respuesta, revisan los detalles disponibles hasta el momento.
La primera señal de problemas se produjo el 15 de septiembre, cuando Hall llamó al 911 para informar que había dado a luz a un bebé muerto. Después de que las autoridades determinaran que la niña, que había alcanzado los siete meses de gestación, había muerto sin traumas, entregaron el cuerpo a Hall.
Después del funeral y sepultura el jueves, Hall contó a un amigo que el bebé no era de ella, sino de Tunstall, y que ella había matado a la mujer y le había extraído el feto, declaró la policía. El amigo llamó a la policía. Luego encontraron el cuerpo de Tunstall y detuvieron a Hall.
No fue sino hasta el viernes que la policía se enteró que Tunstall tenía otros tres hijos, y emitieron entonces alertas nacionales, pidiendo la ayuda de la Policía del Estado de Illinois, el FBI y el Centro Nacional para Niños Desaparecidos o Explotados. Durante dos días las autoridades revisaron parques y áreas boscosas cerca del bungalow amarillo limón de Hall, donde los vecinos dijeron que la madre de dos hijos vivía apaciblemente con su madre. El vecindario y voluntarios de la iglesia participaron en la búsqueda, repartiendo octavillas y en otros rastreos mientras los familiares de Tunstall oraban por el retorno y la seguridad de los niños.
El jefe de policía mantuvo la esperanza, diciendo a periodistas que creía que los niños estaban vivos.
"Estos niños son de East St. Louis", dijo Mister después de otro allanamiento en casa de Hall el sábado tarde. "Saben cómo sobrevivir".
Pero la búsqueda terminó el sábado cuando las autoridades hallaron los cuerpos de los niños. Cientos de mirones de agolparon en la fría noche para observar cómo eran los niños retirados del apartamento, sus cuerpos cubiertos por sábanas blancas. Mister lloró abiertamente durante la operación.
Aunque las autoridades se negaron a comentar sobre los posibles motivos de Hall ni sobre sus declaraciones a la policía, al principio dijo a la policía que había estado embarazada y que había abortado naturalmente, así que cogió al niño de Tunstall. Las autoridades dijeron que no están seguros de que Hall haya estado embarazada.
Familiares y amigos de las dos mujeres expresaron horror ante la presunta participación de Hall. Las dos mujeres crecieron juntas, dijeron, fueron a las mismas escuelas y cuidaban mutuamente de sus hijos. Su estrecha relación la simbolizaba el hecho de que se llamaban ‘primas' entre sí.
Hall y Tunstall tuvieron las dos hijos cuando eran adolescentes, y ya adultas llevaban a sus hijos juntas al cine y a comer fuera, dijo la tía de Tunstall, Lovie White.
Tunstall pasó un tiempo en hogares adoptivos y tenía problemas con el dinero y antiguos novios, y alguna vez perdió la custodia de sus hijos. En los últimos años había tratado de rehacer su vida, dijo White. Había empezado a estudiar en una escuela comunitaria y estaba excitada con su embarazo, que sabía que era una nena. Habían preparado una baby shower para el sábado.
Hall perdió la custodia de sus dos hijos en 1999, después de que acusaciones de maltratos fueran sostenidas por el Departamento de Servicios a la Niñez y la Familia de Illinois. Recuperó la custodia en 2002 y los mantuvo con ella hasta el viernes, cuando pasaron a custodia del estado.
El domingo se formó una enorme pila de peluches animales a la puerta de la casa de Tunstall, algunos con los nombres de los niños garabateados con marcadores negros. Los vecinos expresaron rabia y tristeza, confusión y repugnancia por la brutalidad de los asesinatos. Especularon sobre los motivos y compararon sus recuerdos para saber quién había visto a Hall o Tunstall por última vez.
La familia está organizando un funeral, pero no tienen dinero para pagar los funerales de cuatro personas, dijo LaDonna Tunstall, la madrastra de Jimella. El lunes irán al Regions Bank cerca de Belleville para abrir un fondo donde podrán recibir donaciones.
La familia no guarda rencor hacia Hall, dijo, agregando que ella y su marido e hija rogaron el domingo a Dios que la "levantara su espíritu".
"Estamos mucho mejor", dijo. "No saber dónde estaban los niños era peor. Ahora sabemos que están descansando. Están en un mejor lugar".

arozas@tribune.com

24 de septiembre de 2006
©chicago tribune
©traducción mQh
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