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murió barbara serabella


[Dennis McLellan] A los cincuenta. La ex mecánico de coches escribió novelas de misterio basadas en su duro pasado.
Ha muerto Barbara Seranella, la ex mecánico de coches Brentwood que se convirtió en la exitosa escritora de una serie de novelas de misterio con una protagonista que era una mujer mecánico de coches con un pasado desagradable. Tenía cincuenta años.
Seranella, vecina de Laguna Beach y La Quinta, murió de una afección al hígado el domingo mientras esperaba un transplante de hígado en la Cleveland Clinic, Ohio, dijo su marido, Ron.
"Fuimos para allá el 6 de diciembre con la esperanza de obtener un hígado", dijo el martes, "pero nunca tuvimos esa oportunidad".
Seranella introdujo a Miranda ‘Munch' Mancini -una antigua prostituta y estafadora que intenta librarse de una vida de drogas, alcohol y amigos motociclistas después de verse involucrada en una investigación por asesinato y de asumir una nueva identidad como mecánico de coches- en ‘No hay humanos implicados' [No Human Involved], que llegó a estar en el quinto lugar del listado de éxitos de ventas de Los Angeles Times en 1997.
"Es la primera de su tipo, una novela de misterio hiper moderna, totalmente diferente a todo lo escrito por mujeres antes", dijo al Times Sheldon McArthur, del Mysterious Bookshop, en West Hollywood, en 1997.
A diferencia de otras heroínas que resuelven misterios, como V.I. Warschawski, de Sara Paretsky, y Kinsey Millhone, de Sue Grafton, que están "en el lado correcto de la ley", dijo McArthur, Munch Mancini, de Seranella, "es una anti-heroína, al lado equivocado de la ley. Está más cerca de una maleante masculino de que un tipo bueno. Sin embargo, terminas de su lado, aunque no la invitarías a cenar a tu casa".
A esta primera novela siguieron siete tomos de misterio más de Seranella con Munch (abreviatura de Munchkin) Mancini como protagonista, y llevando la crónica de sus progresos personales, últimamente ‘An Unacceptable Death', publicada en 2006.
"Lo que la hace única", dijo Patricia McFall, escritora y directora de talleres literarios que conocía a Seranella, "es que tiene un personaje con un pasado que no la deja. Así, si se aparece algún amigote del pasado, es porque acaba de salir de la cárcel o porque se metió en problemas. Y ella está siempre peleando para mantenerse moralmente pura y no caer en el tipo de vida que llevaba, rodeada de drogas y delincuencia".
Para crear esa sórdida vida, Seranella no tuvo que cavar muy profundamente.
Barbara Shore nació el 30 de abril de 1956, en Santa Mónica, y creció en Pacific Palisades. Sus padres decidieron que debía ir a la universidad, como sus dos hermanos mayores.
En lugar de eso, cuando cursaba el noveno en la Escuela Secundaria Paul Revere Junior, se escapó de casa a los catorce.
"Todo lo que sé es que empecé a beber y a meterme drogas y sufrí un completo cambio de personalidad", dijo en 1997 en una entrevista con Times.
Se dirigió hacia San Francisco, donde vivía en la calle y era frecuentemente arrestada por la policía.
Después de unirse a una comuna hippie en Haight-Ashbury, empezó a usar todavía más drogas, y aprendió su futuro oficio.
"Los tipos más encantadores de la comuna, los que tenían el dinero y se divertían, se dedicaban a reparar coches", contó.
Sus padres, que habían contratado a detectives privados en un fracasado intento de encontrarla, finalmente la hallaron en San Francisco a los dieciséis, aunque no lograron volver con ella a casa.
A los 17, dijo, empezó "a usar la aguja y a meterme heroína".
Pasó un tiempo con la banda de motociclistas Heathens, y a los 21 ya había sido encarcelada trece veces.
Dijo que no fue sino hasta que fue confinada a una celda en el Sybil Brand Institute for Women, en Los Angeles, y frente al riesgo de una severa sentencia, decidió que era hora de cambiar.
Su padre contrató a un abogado, el que, de acuerdo a la versión de The Times, logró unificar los varios cargos contra ella y obtener su libertad condicional.
Al cambiar de vida, se convirtió en una mecánico de coches: cinco años en una gasolinera Arco en Sherman Oaks, y doce años en una gasolinera Texaco en Barrington y Sunset en Brentwood.
Conoció a su marino, un ex propietario de la gasolinera en Brentwood, cuando se convirtió en la nueva socia de la gasolinera, a principios de los años noventa.
"El primer día que la conocí, estaba colocando un embrague en un Toyota", contó. "Yo había trabajado en el negocio y había mujeres en mi personal, pero nunca había conocido a una mujer mecánico. Me quedé muy impresionado".
La nombró su gerente de servicios. Y tras su matrimonio en 1994, contó ella en la entrevista de 1997, dijo que él "no quería verme sacar motores de coches cuando tuviera cincuenta. Me preguntó qué me gustaría hacer por el resto de mi vida".
Recordando la excitación que sintió tras publicar un cuento en la revista Easyriders -‘Biker Wedding', por Crazy Barbara- en 1997, le dijo que le gustaría escribir.
En el verano de 2005, Seranella sufrió dos transplantes de hígado, el segundo sólo tres días después del primero.
La última novela de Seranella, ‘Deadman's Switch', el primer libro de lo que sería una nueva serie de novelas de misterio, será publicado en abril por St. Martin's Minotaur.
Además de su marido, la sobreviven sus padres, Nate y Margie Shore; sus hermanos, el doctor Larry Shore y David Shore; y sus hijastras Carrie Seranella y Shannon Howard.

dennis.mclellan@latimes.com

24 de enero de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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