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misterioso envenenamiento en moscú


[Charles Proctor y Andrew Blankstein] Envenenamiento de mujeres de Los Angeles en Moscú sigue siendo un misterio.
Una semana después de su llegada a Moscú, Karina Kovalevsky y su hija Yana empezaron a sentirse enfermas.Primero fue dolor de estómago y diarrea. Luego dolor de cabeza, seguido de falta de aliento. En una día, empezaron a sufrir horribles dolores, especialmente en las piernas, dijo el jueves Leon Peck, hermano de Marina Kovalevsky.
Las mujeres fueron a un hospital. Los médicos las enviaron inmediatamente a un instituto especializado en el tratamiento de envenenamientos. Allá, los doctores les hicieron una hemodiálisis y les tomaron muestras de orina y sangre. Pero la condición de las mujeres no mejoró.
Los resultados de los análisis confirmaron que las mujeres sufrían de envenenamiento por talio. Los doctores dijeron a Peck que no sabían si sobrevivirían.
El hospital carecía de azul de Prusia, uno de los pocos antídotos conocidos para el envenenamiento por talio.
Así que Peck, un cirujano dentista de Beverly Hills, decidió viajar a Rusia él mismo. Compró unos dos mil dólares en azul de Prusia, un medicamento derivado de un colorante azul utilizado por artistas y fabricantes, en una farmacia de Santa Ana, y lo llevó a Moscú, donde lo administró a su hermana y sobrina.
El día antes, Marina, un internista de 49 años y muy conocida en la comunidad rusa de Los Angeles, lo había llamado por teléfono y sonaba angustiada.
"Estaba llorando. Me dijo: ‘Por favor, llévanos a casa, llévanos a casa'", dijo Peck.
Después de administrarles azul de Prusia, que absorbe el talio del cuerpo, su salud empezó a mejorar inmediatamente. Para el miércoles se sintieron lo suficientemente bien como para volver a Los Angeles. Ahora están en la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Cedars-Sinai de Los Angeles.
Pero la familia se sigue preguntando: ¿Por qué fueron envenenadas? Las mujeres no son activas políticamente y no tienen lazos comerciales con Rusia, dijo Peck.
"No había ninguna razón para envenenar a Marina y Yana", dijo Peck. "No están implicadas en nada".
Marina y Yana, 26, viajaron a una fiesta de cumpleaños de unos amigos poco después de llegar a Moscú el 15 de febrero. Planeaban quedarse para una boda más tarde ese mismo mes. Peck dijo que las mujeres pasaron la semana antes de caer enfermas haciendo turismo, visitando museos, yendo al teatro y visitando amigos.
Las dos mujeres pasaron la mayor parte del tiempo aparte, aunque volvían todas las noches al Hotel Marriott cerca de la Plaza Roja. Tres días antes de caer enfermas desayunaron en el restaurante del hotel, dijo Peck. Expertos en salud dijeron que toma 12 a 48 horas para que aparezcan los primeros síntomas del envenenamiento por talio.
La policía de Moscú dijo a la prensa rusa que los detectives creen que el envenenamiento puede estar vinculado al robo de joyas de las mujeres.
Pero Peck rechaza esa declaración. "No les han robado nada", dijo. "Es simplemente un intento de encubrir lo que ocurrió".
Peck hizo arreglos para que los tres volvieran a Los Angeles. Pero no pudo obtener sus pasaportes porque las autoridades precintaron el cuarto del hotel por temor a que se expandiera el veneno.
Entretanto, la policía detuvo al menos a un hombre que dijo que era del servicio de inteligencia ruso para acercarse con la intención de interrogar a Marina y su hija sobre el envenenamiento. El cuarto donde yacían en el hospital fue custodiado por policías armados, dijo Peck.
Peck trató frenéticamente de contactarse con la embajada norteamericana en Moscú, representantes de la oficina del representante Howard Berman de Los Angeles y amigos de la familia para pedir ayuda.
Cuando los detectives rusos se enteraron de que Peck intentaba sacar a las Kovalevsky del país el miércoles, les permitieron dejar el hospital y abrieron su cuarto en el hotel.
Peck dijo que los médicos del instituto de Moscú trataron de convencerlo de que el envenenamiento había ocurrido en Los Angeles.
El caso de las mujeres fue el último de una serie de envenenamientos que estremecen a Rusia.
El talio es un metal tóxico que se usa como catalizador en ciertas aleaciones de metal, lentes ópticas, joyas y semiconductores así como en colorantes y pigmentos. Compuestos que contienen ese metal se usan como veneno de ratas e insecticidas, que es una de las fuentes más comunes de envenenamiento entre humanos. El difunto dictador iraquí Saddam Hussein utilizó talio contra sus enemigos.
Alexander Litvinenko, ex espía y declarado crítico de las autoridades rusas, cayó enfermo en Londres el año pasado y murió tres semanas después de ser hospitalizado por envenenamiento que los doctores atribuyen al principio al talio. Tests posteriores determinaron que había sido envenenado con una dosis letal de polonio 210.
La portavoz del FBI Laura Eimiller dijo el jueves que la agencia estaba "en las fases iniciales" de una investigación criminal sobre el caso de las Kovalevsky en colaboración con la policía de Moscú y el Departamento de Salud Pública del condado de Los Angeles.
El doctor Jonathan E. Fielding, director de salud pública del condado de Los Angeles, dijo que el FBI había pedido a su agencia que lo asistiera en la investigación. Fielding dijo que su dependencia tenía experiencia en la investigación de exposiciones radiológicas y químicas, pero no quiso hacer más comentarios.
Peck dijo que las dos mujeres estaban felices de estar en casa, pero se encontraban todavía muy débiles, cansándose después de hablar durante cinco minutos. Esperan que el hospital obtenga pronto los resultados del test toxicológico.
Entretanto, todavía con falta de sueño y nervioso, Peck ha vuelto a su trabajo en Beverly Hills.
"De momento", dijo, "es un final feliz".

charles.proctor@latimes.com

andrew.blankstein@latimes.com

Rong-Gong Lin II y Paul Pringle contribuyeron a este reportaje.

9 de marzo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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