travesti en lebu
Lebu: la vida del travesti amigo de Hans Pozo.
La forma de ver a personas de condición sexual distintas a la mayoría de la sociedad ha ido cambiando a medida que avanzan las épocas, fluctuando en la aceptación en la antigua Grecia, la pasividad entre los romanos y la reprobación inexcusable, hasta el día de hoy, en muchas sociedades latinoamericanas.
Por eso hablar de este tema es adentrase en un terreno inestable, especialmente en comunas como las existentes en nuestra provincia donde para muchos es inmoral o casi una enfermedad.
Pero ¿qué sucede con quienes por distintas razones decidieron tomar aquella opción y poco a poco han salido del closet y se han atrevido a realizar una actividad artística como es el transformismo?
Confesiones
Ethan, es un joven lebulense que desde los 18 años se desenvuelve como trasformista en distintas discotecas de Concepción, Santiago y Viña del Mar.
Su llegada a este ambiente no fue casualidad; por el contrario, desde adolescente, cuando supo que era homosexual, le interesó plantarse en un escenario y mostrar sus condiciones artísticas vestido de mujer. "Cuando tenía 13 años me di cuenta que era distinto, intenté pololear con mujeres pero no me producían nada; con los años conocí a un hombre y la cosa fue distinta, lo que me hizo darme cuenta de mi condición sexual", reconoce.
"Fue difícil, era un secreto que me ten-ca muy mal, especialmente frente a mis padres, ellos no estaban preparados para recibir una noticia así porque vivieron una época de mucho reglamento y además porque profesan una religión y eso es sagrado. Fue un miedo terrible".
Estudió con normalidad, pero siempre con temor a que alguien se diera cuenta. Una vez que terminó, decide partir a Santiago donde para él estaba la oportunidad de sacar lo que estaba escondido. "Me fui buscando lo que yo realmente era. Para mí Lebu era todo y cuando llegué a un ‘mundo' distinto, la cosa fue distinta porque me di cuenta que allá el ser homosexual es entre comillas normal o por lo menos no existe un espanto de la gente", cometa cabizbajo, recordando esos momentos.
Transformismo
Una vez que salió de la población ‘Legua de Emergencia' se involucró en el mundo del transformismo, donde comienza a vivir una etapa distinta. "Mi sueño era hacer un espectáculo en un escenario disfrazado de mujer y lo conseguí. La primera vez fue difícil porque al ver a tanta gente me quedé en blanco por unos segundos y pensé, esto es lo que quiero y tengo que hacerlo bien". Ahí nació Antonella, la bailarina que caracteriza este joven y donde puede finalmente mostrar lo que siempre quiso ser.
Inicio de Amistades
En este ambiente Ethan, conoce a muchos jóvenes de su misma edad y condición, personas con los cuales se apoya, pues no es fácil, reconoce, salir de estos lugares y encontrarse con grupos neonazis que siempre los buscan para dañarlos. "Nos protegíamos mutuamente. Cuando terminaban las presentaciones nos íbamos todos juntos y así estos tipos se alejaban porque lo único que querían era matarnos, pues nos decían que éramos una amenaza para la sociedad y todas esas cosas", explica.
Por otra parte, en cuanto al tema de la prostitución aclara que "cuando hice eso nunca me vestí de mujer, ni tampoco me paraba en las calles buscando clientes y muchas veces los favoreces sexuales que podía entregar se trasformaban en momentos de conversación con ellos".
Hans Pozo
Entre sus muchas amistades estaba Hanz Pozo, el joven que el año pasado fue descuartizado y sus restos esparcidos en distintos lugares de la capital, un hecho policial que hasta hoy mantiene a la justicia dedicada a esclarecer este escabroso caso.
Nuestro entrevistado evita hablar del tema pues le causa tristeza lo que ocurrió. "Perdí a un gran amigo. Cuando vi por la televisión lo que había pasado no lo podía creer. Días antes que todo esto pasara habíamos estado compartiendo junto a otros amigos". Aclara que Pozo no era del ambiente del transformismo. "Al contrario era muy discreto, de bajo perfil, una persona que la pasó muy mal, más que muchos de nosotros", comenta con tristeza. Para terminar con el tema solo agrega que "su muerte fue una trampa que le tendieron, un despecho".
Tras este episodio decide volver al sur. Ya sus padres se habían enterado de lo que él hacía y pese a que les dolió y que no pudo llegar durante un mes a su casa, actualmente lo aceptan.
Tiene su pareja y dice que es feliz. "Él es igual que yo, sus padres lo aceptaron como era y me acogieron muy bien, lo que me hace estar más tranquilo, por lo menos en mi circulo más cercano". Algo que lo tiene tranquilo en cierto modo ya que hace algunos años eso era algo totalmente impensado para él.
Aunque igual debe convivir con sus dos personalidades, pues aún no se atreve a mostrarse tal cual es. "Tengo temor al rechazo, pero más que a mi, a mi familia, porque de seguro los culparían a ellos de lo que soy. La gente aquí tiene una mentalidad muy cerrada pese a que es una situación casi normal que muchos jóvenes enfrentan y que deciden ocultarlo y sufrir", afirma.
Anhelos
Uno de sus sueños es poder mostrar su arte en Lebu, pues dice que no es nada extraño. "Es un arte, una expresión, algo así como el teatro. Tengo la ilusión que algún día lo voy a hacer y cerraré el ciclo de esta parte de mi vida". Por el momento, Ethan seguirá oculto y presentándose en discotecas de Concepción o Santiago pues es lo que le gusta y de lo que no se arrepiente. Un relato quizás crudo u hostil para muchos, pero una realidad que se debe abordar en nuestra sociedad como un tema serio y responsable.
Por eso hablar de este tema es adentrase en un terreno inestable, especialmente en comunas como las existentes en nuestra provincia donde para muchos es inmoral o casi una enfermedad.
Pero ¿qué sucede con quienes por distintas razones decidieron tomar aquella opción y poco a poco han salido del closet y se han atrevido a realizar una actividad artística como es el transformismo?
Confesiones
Ethan, es un joven lebulense que desde los 18 años se desenvuelve como trasformista en distintas discotecas de Concepción, Santiago y Viña del Mar.
Su llegada a este ambiente no fue casualidad; por el contrario, desde adolescente, cuando supo que era homosexual, le interesó plantarse en un escenario y mostrar sus condiciones artísticas vestido de mujer. "Cuando tenía 13 años me di cuenta que era distinto, intenté pololear con mujeres pero no me producían nada; con los años conocí a un hombre y la cosa fue distinta, lo que me hizo darme cuenta de mi condición sexual", reconoce.
"Fue difícil, era un secreto que me ten-ca muy mal, especialmente frente a mis padres, ellos no estaban preparados para recibir una noticia así porque vivieron una época de mucho reglamento y además porque profesan una religión y eso es sagrado. Fue un miedo terrible".
Estudió con normalidad, pero siempre con temor a que alguien se diera cuenta. Una vez que terminó, decide partir a Santiago donde para él estaba la oportunidad de sacar lo que estaba escondido. "Me fui buscando lo que yo realmente era. Para mí Lebu era todo y cuando llegué a un ‘mundo' distinto, la cosa fue distinta porque me di cuenta que allá el ser homosexual es entre comillas normal o por lo menos no existe un espanto de la gente", cometa cabizbajo, recordando esos momentos.
Transformismo
Una vez que salió de la población ‘Legua de Emergencia' se involucró en el mundo del transformismo, donde comienza a vivir una etapa distinta. "Mi sueño era hacer un espectáculo en un escenario disfrazado de mujer y lo conseguí. La primera vez fue difícil porque al ver a tanta gente me quedé en blanco por unos segundos y pensé, esto es lo que quiero y tengo que hacerlo bien". Ahí nació Antonella, la bailarina que caracteriza este joven y donde puede finalmente mostrar lo que siempre quiso ser.
Inicio de Amistades
En este ambiente Ethan, conoce a muchos jóvenes de su misma edad y condición, personas con los cuales se apoya, pues no es fácil, reconoce, salir de estos lugares y encontrarse con grupos neonazis que siempre los buscan para dañarlos. "Nos protegíamos mutuamente. Cuando terminaban las presentaciones nos íbamos todos juntos y así estos tipos se alejaban porque lo único que querían era matarnos, pues nos decían que éramos una amenaza para la sociedad y todas esas cosas", explica.
Por otra parte, en cuanto al tema de la prostitución aclara que "cuando hice eso nunca me vestí de mujer, ni tampoco me paraba en las calles buscando clientes y muchas veces los favoreces sexuales que podía entregar se trasformaban en momentos de conversación con ellos".
Hans Pozo
Entre sus muchas amistades estaba Hanz Pozo, el joven que el año pasado fue descuartizado y sus restos esparcidos en distintos lugares de la capital, un hecho policial que hasta hoy mantiene a la justicia dedicada a esclarecer este escabroso caso.
Nuestro entrevistado evita hablar del tema pues le causa tristeza lo que ocurrió. "Perdí a un gran amigo. Cuando vi por la televisión lo que había pasado no lo podía creer. Días antes que todo esto pasara habíamos estado compartiendo junto a otros amigos". Aclara que Pozo no era del ambiente del transformismo. "Al contrario era muy discreto, de bajo perfil, una persona que la pasó muy mal, más que muchos de nosotros", comenta con tristeza. Para terminar con el tema solo agrega que "su muerte fue una trampa que le tendieron, un despecho".
Tras este episodio decide volver al sur. Ya sus padres se habían enterado de lo que él hacía y pese a que les dolió y que no pudo llegar durante un mes a su casa, actualmente lo aceptan.
Tiene su pareja y dice que es feliz. "Él es igual que yo, sus padres lo aceptaron como era y me acogieron muy bien, lo que me hace estar más tranquilo, por lo menos en mi circulo más cercano". Algo que lo tiene tranquilo en cierto modo ya que hace algunos años eso era algo totalmente impensado para él.
Aunque igual debe convivir con sus dos personalidades, pues aún no se atreve a mostrarse tal cual es. "Tengo temor al rechazo, pero más que a mi, a mi familia, porque de seguro los culparían a ellos de lo que soy. La gente aquí tiene una mentalidad muy cerrada pese a que es una situación casi normal que muchos jóvenes enfrentan y que deciden ocultarlo y sufrir", afirma.
Anhelos
Uno de sus sueños es poder mostrar su arte en Lebu, pues dice que no es nada extraño. "Es un arte, una expresión, algo así como el teatro. Tengo la ilusión que algún día lo voy a hacer y cerraré el ciclo de esta parte de mi vida". Por el momento, Ethan seguirá oculto y presentándose en discotecas de Concepción o Santiago pues es lo que le gusta y de lo que no se arrepiente. Un relato quizás crudo u hostil para muchos, pero una realidad que se debe abordar en nuestra sociedad como un tema serio y responsable.
22 de abril de 2007
©renacer de arauco
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