exigen control de importaciones
[Rick Weiss y Ariana Eunjung Cha] Aumenta preocupación por efectos de contaminación para la salud humana.
En medio de crecientes revelaciones de que abastecedores chinos refuerzan a menudo el alimento para mascotas y otros ingredientes alimentarios con contaminantes para aumentar sus ganancias, en Washington se reúnen fuerzas para aumentar la capacidad de la Administración de Fármacos y Alimentos [AFA] para detectar y revisar las importaciones adulteradas.
Varios abastecedores chinos reconocieron durante el fin de semana que la adición de melamina a los ingredientes de alimentos para mascotas -a los que se atribuye la muerte de muchos animales en Estados Unidos y la posible contaminación del suministro de alimentos humanos- no es sino la última técnica para engañar a las compañías norteamericanas para hacerles creer que están comprando productos de alta calidad.
Antes de la melamina, usaban la urea -otro químico rico en nitrógeno- dicen los comerciantes chinos, que se utilizaba para producir puntajes fraudulentos en los análisis de contenido proteínico, pero fue abandonado después de que se constatara que enfermaba a los animales.
La tarea de protegernos de contaminantes en las importaciones se ha convertido en algo mucho más complicado debido a que una porción cada vez más grande de las decenas de billones de dólares que se destinan a importantes alimenticias y agrícolas chinas involucran polvos y concentrados para la industria de alimentos procesados -incluyendo gluten de trigo y proteína de arroz que se encuentran en el centro del escándalo con el alimento para mascotas. Las importaciones de pienso animal se multiplicaron por siete entre 2001 y 2006, según el Departamento de Comercio.
Esos productos plantean tres problemas: Sus fórmulas no se hacen evidentes con una mera inspección visual; pueden ser fácilmente contaminadas sin dejar huellas visibles y pueden ser reforzadas intencionadamente con químicos que no aparecen en la batería corriente de análisis de la AFA; y su orígenes son a menudo vagos, porque han pasado por varias etapas de procesamiento y comercialización.
Ahora un creciente número de legisladores, científicos y otros están diciendo que es hora de poner al día la autoridad de la AFA para trazar las fuentes de los alimentos importados y castigar a los delincuentes -atribuciones legales que los expertos dicen que apenas han cambiado en los últimos setenta años.
Muchos también quieren incrementar el presupuesto para seguridad alimentaria de la agencia.
"Creo que este asunto sobre el alimento para mascotas ha mostrado a la gente, incluyendo a gente en los escalones más altos del gobierno, que hay algo que debe ser arreglado", dijo William Hubbard, director asociado de la AFA de 1991 a 2005. "Si esto no es un llamado de alerta, entonces es que la gente está tan dormida que se ha vuelto catatónica".
Las nuevas atribuciones otorgadas a la AFA, sin embargo, y sobre cómo gastar el financiamiento extra, siguen siendo temas polémicos. Y algunos legisladores quieren garantías de que la agencia merece más atribuciones.
"Durante mucho tiempo se ha carecido de liderazgo, y eso debe cambiar rápidamente", dijo la representante Rosa DeLauro (demócrata de Connecticut), que encabeza el subcomité que financia a la agencia. Otros se han quejado de que el senado confirmara a los comisarios de la AFA que han estado en sus puestos durante menos de un tercio del mandato del presidente Bush.
Basándose en gran parte en leyes aprobadas en 1906 y 1938, que entre otras cosas le otorgan autoridad para requisar alimentos "sucios, podridos o descompuestos", la AFA hoy supervisa productos por un valor de un trillón de dólares al año, incluyendo casi la mitad de todas las importaciones. La agencia de dos billones de dólares regula productos que, en total, representan 25 centavos de cada dólar gastado por los consumidores norteamericanos, y el mero volumen hace imposible inspeccionar más que una pequeña fracción de los alimentos importados.
"Es una suma enorme", dice Dan Michels, ex director de la Oficina de Control de la AFA y ahora consultor en Silver Spring. "No puedes examinar todo, menos todavía sacar muestras y analizarlas".
Casi el 99 por ciento de los alimentos importados son simplemente reconocidos por ordenador y dirigidos hacia la costa.
Las inspecciones eran más fáciles cuando las importaciones eran alimentos identificables. Productos que parecían naranjas eran claramente naranjas, incluso si a veces tenían que ser sometidas a control por pesticidas. Las frambuesas eran frambuesas, aunque algunas estuvieran contaminadas con bacterias.
Pero los ingredientes procesados son a menudo indescriptibles. Y en China, donde la pasión nacional por el comercio ha superado de lejos la adopción de controles normativos, los comerciantes han sido repetidas veces sorprendidos adulterando esos productos -adulterando el pienso para cerdos con píldoras de dietas químicas para hacerlos magros, por ejemplo, o agregando serrín en la harina de pescado.
Empleados de compañías chinas que fabrican melamina, que se utiliza en plásticos pero que también elevan fraudulentamente los puntajes sobre el valor nutritivo de los alimentos, han reconocido que el químico a veces lo venden a fabricantes de ingredientes de alimentos para animales.
"Siempre ha sido así. La gente lo compra como pienso animal", dijo Xu Qin Bin, representante de ventas de la Shandong Sanhe Chemical Co.
Otros vendedores de melamina dijeron que la política corriente, en efecto, es "no preguntar nada, no decir nada".
"Mientras traigas el dinero, puedes comprar lo que quieras", dijo Zhao Yan, de la
Shandong Taian Ningyang County Weiye Chemical Co., que vende melamina.
El reciente cambio de las ferias tradicionales al comercio online ha facilitado el funcionamiento de este turbio mercado, agregando una capa de anonimato entre productores y consumidores.
De lejos el mercado online más grande de China, y quizás del mundo, es alibaba.com Tiene su base en Hangzhou, una ciudad al sudeste del país, y se especializa en transacciones comerciales directas. En alibaba, los compradores pueden ordenar duendes de jardín, chapas personalizadas para campañas políticas, accesorios de tafetán, así como gluten de trigo y otros alimentos, todo con un golpe de ratón.
En un día corriente, los vendedores de alibaba publicitan casi 1.75 millones de productos individuales, más de 30 mil de ellos agrícolas.
La Xuzhou Anying Biologic Technology Development Co., y la Binzhou Futian Biology Technology Co., las dos compañías que están siendo investigadas por funcionarios chinos y norteamericanos, venden proteínas vegetales en alibaba. Decenas de otros ofrecen gluten de trigo, proteína de arroz o gluten de maíz -publicitando sus productos -prácticamente todos ellos- como "pienso de calidad", "alimento de calidad" o "exportaciones de calidad" -ninguno ofrece pienso "industrial" de calidad inferior.
En su anuncio, Xuzhou Anying, que según las autoridades norteamericanas han entregado gluten de trigo a fabricantes de alimentos para mascotas, no especifica para qué sirve su gluten de trigo. Pero menciona "aditivo para piensos" como una de sus principales exportaciones y afirma que su gluten es un "producto de calidad Tres A", lo que según los funcionarios de la AFA no se refiere a ninguna normativa reconocida.
Cuando localizadas telefónicamente, siete compañías de gluten de trigo que actualizan en alibaba se negaron a responder preguntas específicas sobre el origen de sus productos.
Ese tipo de opacidad plantea enormes retos a los fabricantes de alimento para mascotas, dice Rodney Noel, un técnico químico de Indiana y miembro del comité de alimento para mascotas de la Asociación Americana de Control del Pienso. "¿Cómo podrían esas compañías saber el origen?", se preguntó Noel. "No saben necesariamente si viene de China o de Timbuktu".
También plantea problemas para la AFA, que sólo tiene autoridad limitada para exigir documentos que identifiquen el origen de los alimentos.
Pero es sólo uno de los obstáculos que dificultan el trabajo de la agencia, dijeron expertos. Otro es que pese a un aumento temporal del personal después del 11 de septiembre de 2001, inspirado por los temores de atentados terroristas en la cadena alimenticia, el número de empleados de la AFA que trabajan en inspecciones portuarias ha vuelto a los niveles previos al 11 de septiembre -como parte de una reducción gradual de la división de seguridad alimentaria de la agencia, en contraste con su bullente rama farmacéutica.
Además, mientras el Departamento de Agricultura -que tiene responsabilidades paralelas para las importaciones de carne de res y aves- tiene la autoridad legal para designar diez puertos norteamericanos como los únicos que pueden aceptar carnes extranjeras, permitiendo que sus inspectores concentren sus esfuerzos en esos lugares, los inspectores de la AFA -que son muchos menos- deben cubrir todos los cruces de frontera en Estados Unidos.
Los inspectores también deberían poder utilizar analizadores portátiles de alta velocidad. Hoy la mayoría de las muestras son enviadas durante la noche a laboratorios distantes. Y debido a que los funcionarios sólo pueden apartar los embarques que consideran sospechosos, para cuando se reciben los resultados de los análisis los alimentos importados ya se encuentran bastante lejos en la cadena de comercialización.
Ese problema se ve exacerbado por la falta de autoridad de la AFA para ordenar el retiro de mercaderías, lo que quiere decir que depende de la cooperación de compañías cuyos productos deben ser retirados de las estanterías. Y eso asume que la agencia ha logrado detectar un contaminante, lo que no es fácil.
"Existe la creencia popular -quizás provenga de mirar ‘CSI'- de que puedes colocar una muestra en una máquina y obtener todas las respuestas", dice Michels, el consultor. "Desgraciadamente, no es así. Debes tener alguna idea de antemano sobre lo que andas buscando".
El congreso cuenta con una serie de opciones ahora que considera cómo robustecer a la sitiada agencia. Una es convertir en permanentes algunas de las disposiciones de la Ley contra el Bioterrorismo de 2002. Hace poco, en respuesta a la crisis por el alimento de mascotas, la AFA invocó la ley por primera vez -no debido a alguna sospecha de que tuviéramos entre manos un caso de bioterrorismo, sino porque las atribuciones extraordinarias le permiten hacerse con documentos de embarque y hasta requisar las cargas.
Algunos partidarios quieren ampliar el llamado programa de Análisis de Riesgo y Punto de Control Crítico, que usa el Departamento de Agricultura de Estados Unidos para prevenir la contaminación microbiana de carne de res y aves y que la AFA ha adoptado recientemente para revisar los mariscos importados. Ese programa transforma a las compañías en legalmente responsables a la hora de identificar dónde es probable que ocurra la contaminación e instituye controles convenientes en esos puntos.
"Mientras el sistema dependa de inspectores del gobierno que detecten problemas y retiren alimentos peligrosos, será un sistema fracasado", dijo Michael Taylor, ex director del Servicio de Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura y ex subcomisario de la AFA. El análisis de riesgo, dijo Taylor, "nos permite responsabilizar a las compañías".
La discusión de las reformas podría empezar esta semana, cuando el congreso inicie el debate confirmando la Ley de Usuarios de Medicamentos Recetados, un polémico programa que persigue acelerar la aprobación de fármacos con inyecciones de dinero de las compañías farmacéuticas.
"Necesitamos que la AFA se convierta de una agencia inefectiva, en una que tenga la autoridad para proteger la salud pública", dijo DeLauro.
Ese esfuerzo podría igualmente paralizarse, pero se encuentra montado arriba de una ola que nunca pensó que lograría alcanzar: un manantial de interés por los perros y gatos del país.
Varios abastecedores chinos reconocieron durante el fin de semana que la adición de melamina a los ingredientes de alimentos para mascotas -a los que se atribuye la muerte de muchos animales en Estados Unidos y la posible contaminación del suministro de alimentos humanos- no es sino la última técnica para engañar a las compañías norteamericanas para hacerles creer que están comprando productos de alta calidad.
Antes de la melamina, usaban la urea -otro químico rico en nitrógeno- dicen los comerciantes chinos, que se utilizaba para producir puntajes fraudulentos en los análisis de contenido proteínico, pero fue abandonado después de que se constatara que enfermaba a los animales.
La tarea de protegernos de contaminantes en las importaciones se ha convertido en algo mucho más complicado debido a que una porción cada vez más grande de las decenas de billones de dólares que se destinan a importantes alimenticias y agrícolas chinas involucran polvos y concentrados para la industria de alimentos procesados -incluyendo gluten de trigo y proteína de arroz que se encuentran en el centro del escándalo con el alimento para mascotas. Las importaciones de pienso animal se multiplicaron por siete entre 2001 y 2006, según el Departamento de Comercio.
Esos productos plantean tres problemas: Sus fórmulas no se hacen evidentes con una mera inspección visual; pueden ser fácilmente contaminadas sin dejar huellas visibles y pueden ser reforzadas intencionadamente con químicos que no aparecen en la batería corriente de análisis de la AFA; y su orígenes son a menudo vagos, porque han pasado por varias etapas de procesamiento y comercialización.
Ahora un creciente número de legisladores, científicos y otros están diciendo que es hora de poner al día la autoridad de la AFA para trazar las fuentes de los alimentos importados y castigar a los delincuentes -atribuciones legales que los expertos dicen que apenas han cambiado en los últimos setenta años.
Muchos también quieren incrementar el presupuesto para seguridad alimentaria de la agencia.
"Creo que este asunto sobre el alimento para mascotas ha mostrado a la gente, incluyendo a gente en los escalones más altos del gobierno, que hay algo que debe ser arreglado", dijo William Hubbard, director asociado de la AFA de 1991 a 2005. "Si esto no es un llamado de alerta, entonces es que la gente está tan dormida que se ha vuelto catatónica".
Las nuevas atribuciones otorgadas a la AFA, sin embargo, y sobre cómo gastar el financiamiento extra, siguen siendo temas polémicos. Y algunos legisladores quieren garantías de que la agencia merece más atribuciones.
"Durante mucho tiempo se ha carecido de liderazgo, y eso debe cambiar rápidamente", dijo la representante Rosa DeLauro (demócrata de Connecticut), que encabeza el subcomité que financia a la agencia. Otros se han quejado de que el senado confirmara a los comisarios de la AFA que han estado en sus puestos durante menos de un tercio del mandato del presidente Bush.
Basándose en gran parte en leyes aprobadas en 1906 y 1938, que entre otras cosas le otorgan autoridad para requisar alimentos "sucios, podridos o descompuestos", la AFA hoy supervisa productos por un valor de un trillón de dólares al año, incluyendo casi la mitad de todas las importaciones. La agencia de dos billones de dólares regula productos que, en total, representan 25 centavos de cada dólar gastado por los consumidores norteamericanos, y el mero volumen hace imposible inspeccionar más que una pequeña fracción de los alimentos importados.
"Es una suma enorme", dice Dan Michels, ex director de la Oficina de Control de la AFA y ahora consultor en Silver Spring. "No puedes examinar todo, menos todavía sacar muestras y analizarlas".
Casi el 99 por ciento de los alimentos importados son simplemente reconocidos por ordenador y dirigidos hacia la costa.
Las inspecciones eran más fáciles cuando las importaciones eran alimentos identificables. Productos que parecían naranjas eran claramente naranjas, incluso si a veces tenían que ser sometidas a control por pesticidas. Las frambuesas eran frambuesas, aunque algunas estuvieran contaminadas con bacterias.
Pero los ingredientes procesados son a menudo indescriptibles. Y en China, donde la pasión nacional por el comercio ha superado de lejos la adopción de controles normativos, los comerciantes han sido repetidas veces sorprendidos adulterando esos productos -adulterando el pienso para cerdos con píldoras de dietas químicas para hacerlos magros, por ejemplo, o agregando serrín en la harina de pescado.
Empleados de compañías chinas que fabrican melamina, que se utiliza en plásticos pero que también elevan fraudulentamente los puntajes sobre el valor nutritivo de los alimentos, han reconocido que el químico a veces lo venden a fabricantes de ingredientes de alimentos para animales.
"Siempre ha sido así. La gente lo compra como pienso animal", dijo Xu Qin Bin, representante de ventas de la Shandong Sanhe Chemical Co.
Otros vendedores de melamina dijeron que la política corriente, en efecto, es "no preguntar nada, no decir nada".
"Mientras traigas el dinero, puedes comprar lo que quieras", dijo Zhao Yan, de la
Shandong Taian Ningyang County Weiye Chemical Co., que vende melamina.
El reciente cambio de las ferias tradicionales al comercio online ha facilitado el funcionamiento de este turbio mercado, agregando una capa de anonimato entre productores y consumidores.
De lejos el mercado online más grande de China, y quizás del mundo, es alibaba.com Tiene su base en Hangzhou, una ciudad al sudeste del país, y se especializa en transacciones comerciales directas. En alibaba, los compradores pueden ordenar duendes de jardín, chapas personalizadas para campañas políticas, accesorios de tafetán, así como gluten de trigo y otros alimentos, todo con un golpe de ratón.
En un día corriente, los vendedores de alibaba publicitan casi 1.75 millones de productos individuales, más de 30 mil de ellos agrícolas.
La Xuzhou Anying Biologic Technology Development Co., y la Binzhou Futian Biology Technology Co., las dos compañías que están siendo investigadas por funcionarios chinos y norteamericanos, venden proteínas vegetales en alibaba. Decenas de otros ofrecen gluten de trigo, proteína de arroz o gluten de maíz -publicitando sus productos -prácticamente todos ellos- como "pienso de calidad", "alimento de calidad" o "exportaciones de calidad" -ninguno ofrece pienso "industrial" de calidad inferior.
En su anuncio, Xuzhou Anying, que según las autoridades norteamericanas han entregado gluten de trigo a fabricantes de alimentos para mascotas, no especifica para qué sirve su gluten de trigo. Pero menciona "aditivo para piensos" como una de sus principales exportaciones y afirma que su gluten es un "producto de calidad Tres A", lo que según los funcionarios de la AFA no se refiere a ninguna normativa reconocida.
Cuando localizadas telefónicamente, siete compañías de gluten de trigo que actualizan en alibaba se negaron a responder preguntas específicas sobre el origen de sus productos.
Ese tipo de opacidad plantea enormes retos a los fabricantes de alimento para mascotas, dice Rodney Noel, un técnico químico de Indiana y miembro del comité de alimento para mascotas de la Asociación Americana de Control del Pienso. "¿Cómo podrían esas compañías saber el origen?", se preguntó Noel. "No saben necesariamente si viene de China o de Timbuktu".
También plantea problemas para la AFA, que sólo tiene autoridad limitada para exigir documentos que identifiquen el origen de los alimentos.
Pero es sólo uno de los obstáculos que dificultan el trabajo de la agencia, dijeron expertos. Otro es que pese a un aumento temporal del personal después del 11 de septiembre de 2001, inspirado por los temores de atentados terroristas en la cadena alimenticia, el número de empleados de la AFA que trabajan en inspecciones portuarias ha vuelto a los niveles previos al 11 de septiembre -como parte de una reducción gradual de la división de seguridad alimentaria de la agencia, en contraste con su bullente rama farmacéutica.
Además, mientras el Departamento de Agricultura -que tiene responsabilidades paralelas para las importaciones de carne de res y aves- tiene la autoridad legal para designar diez puertos norteamericanos como los únicos que pueden aceptar carnes extranjeras, permitiendo que sus inspectores concentren sus esfuerzos en esos lugares, los inspectores de la AFA -que son muchos menos- deben cubrir todos los cruces de frontera en Estados Unidos.
Los inspectores también deberían poder utilizar analizadores portátiles de alta velocidad. Hoy la mayoría de las muestras son enviadas durante la noche a laboratorios distantes. Y debido a que los funcionarios sólo pueden apartar los embarques que consideran sospechosos, para cuando se reciben los resultados de los análisis los alimentos importados ya se encuentran bastante lejos en la cadena de comercialización.
Ese problema se ve exacerbado por la falta de autoridad de la AFA para ordenar el retiro de mercaderías, lo que quiere decir que depende de la cooperación de compañías cuyos productos deben ser retirados de las estanterías. Y eso asume que la agencia ha logrado detectar un contaminante, lo que no es fácil.
"Existe la creencia popular -quizás provenga de mirar ‘CSI'- de que puedes colocar una muestra en una máquina y obtener todas las respuestas", dice Michels, el consultor. "Desgraciadamente, no es así. Debes tener alguna idea de antemano sobre lo que andas buscando".
El congreso cuenta con una serie de opciones ahora que considera cómo robustecer a la sitiada agencia. Una es convertir en permanentes algunas de las disposiciones de la Ley contra el Bioterrorismo de 2002. Hace poco, en respuesta a la crisis por el alimento de mascotas, la AFA invocó la ley por primera vez -no debido a alguna sospecha de que tuviéramos entre manos un caso de bioterrorismo, sino porque las atribuciones extraordinarias le permiten hacerse con documentos de embarque y hasta requisar las cargas.
Algunos partidarios quieren ampliar el llamado programa de Análisis de Riesgo y Punto de Control Crítico, que usa el Departamento de Agricultura de Estados Unidos para prevenir la contaminación microbiana de carne de res y aves y que la AFA ha adoptado recientemente para revisar los mariscos importados. Ese programa transforma a las compañías en legalmente responsables a la hora de identificar dónde es probable que ocurra la contaminación e instituye controles convenientes en esos puntos.
"Mientras el sistema dependa de inspectores del gobierno que detecten problemas y retiren alimentos peligrosos, será un sistema fracasado", dijo Michael Taylor, ex director del Servicio de Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura y ex subcomisario de la AFA. El análisis de riesgo, dijo Taylor, "nos permite responsabilizar a las compañías".
La discusión de las reformas podría empezar esta semana, cuando el congreso inicie el debate confirmando la Ley de Usuarios de Medicamentos Recetados, un polémico programa que persigue acelerar la aprobación de fármacos con inyecciones de dinero de las compañías farmacéuticas.
"Necesitamos que la AFA se convierta de una agencia inefectiva, en una que tenga la autoridad para proteger la salud pública", dijo DeLauro.
Ese esfuerzo podría igualmente paralizarse, pero se encuentra montado arriba de una ola que nunca pensó que lograría alcanzar: un manantial de interés por los perros y gatos del país.
Nancy Trejos y Crissie Ding contribuyeron a este reportaje. Cha y Ding informaron desde China.
3 de mayo de 2007
1 de mayo de 2007
©washington post
©traducción mQh
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