riña por la historia
[Erika Kinetz] De la cruenta tiranía comunista de los Khmer Rouge en Camboya.
Phnom Penh, Camboya. En un país donde la mitad de los estudiantes que entran a la escuela primaria no terminan nunca sus estudios, Cheak Socheata, 18, es una de las más privilegiadas de su generación: Llegó a la universidad.
Pero incluso Cheak, estudiante de medicina de primer año en la Universidad de Ciencias de la Salud de Phnom Penh, en la escuela no aprendió casi nada sobre los Khmer Rouge, que en menos de cuatro años en el poder ejecutaron, torturaron y causaron la muerte por hambre, según se calcula, de unos 1.7 millones de camboyanos, casi un cuarto de la población.
"Sólo oí decir a mis padres que habían ocurrido asesinatos en masa", dijo Cheak. "Es difícil de creer". En la secundaria, su profesor de historia le enseñó lo más básico -que los Khmer Rouge gobernaron Camboya desde 1975 a 1979- y le aconsejó que leyera por su propia cuenta, dijo.
Casi tres décadas después del derrocamiento de los Khmer Rouge, en Camboya se está librando una nueva guerra sobre su historia. Por un lado están las fuerzas ansiosas de estudiar el pasado, tanto en las escuelas como en un tribunal especial instalado para enjuiciar a los líderes todavía vivos de los Khmer Rouge. Muchos maestros, estudiantes y grupos de activistas dicen que debería enseñarse más sobre los años de los Khmer Rouge, una materia que está prácticamente ausente de los currículos escolares de hoy.
Pero estas demandas son rechazadas por un gobierno cuyos líderes máximos estuvieron en el pasado asociados con el ahora difunto movimiento comunista y que no quieren ceder el control sobre un capítulo tan políticamente sensible de la historia de Camboya.
"Supongamos que Alemania hubiera sido gobernada, desde 1945, por los antiguos nazis", dice Philip Short, autor de ‘Pol Pot: Anatomía de una pesadilla' [Pol Pot: Anatomy of a Nightmare], una biografía de los cabecillas de los Khmer Rouge publicada en 2004. "¿Se enseñaría en la Alemania de hoy honestamente la historia del régimen nazi? Ese es el problema de Camboya".
Un nuevo texto de estudio sobre esa época para la escuela secundaria, el primero escrito por un camboyano, fue publicado hace poco por el Centro de Documentación de Camboya, un instituto independiente de Khnom Penh que se especializa en la historia de los Khmer Rouge. En ‘A History of Democratic Kampuchea', el autor, Khamboly Dy, 26, explica en once detallados capítulos el surgimiento, reinado y caída de los Khmer Rouge, que se llamaban a sí mismos el Partido Comunista de Kampuchea y el país, Kampuchea Democrática.
Una comisión del gobierno camboyano consideró que el libro no era apropiado para su uso en el currículo normal. En lugar de eso, la comisión declaró que el libro podría ser usado como material de referencia suplementario y como base para un nuevo libro de texto del ministerio de Educación.
"Es un principio. La puerta está abierta", dijo Youk Chhang, director del Centro de Documentación, que desde 1999 ha estado pidiendo la introducción de un libro de texto en las aulas.
Short dijo que el texto de Khamboly es difícil de refutar sobre bases históricas sólidas. "No solamente merece ser un libro de texto aprobado para las escuelas en Camboya, sino que debería ser un texto obligatorio, que debería exigirse que estudien todos los niños camboyanos", dijo.
Ponerlo a un lado refleja la incapacidad de los actuales líderes del país de superar el pasado Khmer Rouge, dijo. El primer ministro Hun Sen, el presidente de la Asamblea Nacional, Heng Samrin, y el presidente del senado, Chea Sim, fueron todos oficiales de nivel medio de los Khmer Rouge, dijo.
Los tres abandonaron Camboya y se establecieron en Vietnam a fines de los años setenta y volvieron con las tropas del ejército vietnamita que derrocó a Pol Pot en 1979. Hoy, su legitimidad política depende en parte de su prestigio como los hombres que ayudaron a liberar a Camboya de la tiranía de los Khmer Rouge.
Heng Samrin dijo que no era justo implicarlo a él y a otros altos funcionarios del gobernante Partido del Pueblo Camboyano en los crímenes de los Khmer Rouge.
En una entrevista con un periodista camboyano, mantuvo que el término Kampuchea se refiere solamente a la gente que se unió al Frente Nacional Unido de Kampuchea, que en la primera mitad de los años setenta luchó contra el gobierno de Lon Nol respaldado por Estados Unidos pero que más tarde traicionó la revolución y mató a gente inocente.
Él y sus colegas sólo pelearon para liberar a Camboya de Lon Nol y sus matones imperialistas, dijo. "No éramos parte del régimen de los Khmer Rouge", dijo, agregando que él sólo había sido un "simple soldado".
Khamboly dijo que moverse con cautela a través de puntos políticamente cargados fue el aspecto más difícil a la hora de escribir el libro, que fue publicado con un subsidio de diez mil dólares de la Fundación Soros del Instituto Sociedad Abierta y la Fundación Nacional para la Democracia. Khamboly dijo que citando fuentes, concentrándose en relatos de sobrevivientes y buscando un lenguaje neutral, esperaba evitar peleas políticas.
Pero no fue suficiente. La comisión de revisó el texto lo reprobó por prestar demasiada atención a los años de después de 1979, cuando los partidos camboyanos se trenzaron en una guerra civil, y por trazar los orígenes de los Khmer Rouge a la guerra contra la colonización francesa y al Partido Comunista de Indochina, de Ho Chi Minh.
Los miembros de la comisión también dijeron que mencionar a los individuos asociados al gobierno de los Khmer Rouge era "innecesario" y una amenaza a su seguridad.
"Deberíamos prohibir que se discutiera el pasado al menos durante sesenta años [después de los acontecimientos]", dijo el miembro de la comisión Sorn Samnang, presidente de la Real Sociedad de Camboya, egresado universitario, de acuerdo a las actas de una reunión de la comisión de revisión el 14 de diciembre.
Ha habido un prolongado debate político en Camboya sobre si Vietnam liberó o invadió el país cuando derrocaron a los Khmer Rouge.
El libro de Khamboly no utiliza ninguno de esos términos, diciendo solamente que las tropas vietnamitas "se hicieron camino peleando en Camboya".
"Usé hechos", dijo Khamboly. "Si ellos invadieron o liberaron al país, es una cuestión de interpretación".
Pero en Camboya, así como en otros países después de conflictos, hay pocos hechos que todos consideren por igual. En una carta a Hun Sen del 19 de septiembre, el premier, su asesor de educación Sean Borat, elogió el libro en general, pero se molestó con que Khamboly no definiera la acción vietnamita como liberación.
También objetó la caracterización de los camboyanos que volvieron con los vietnamitas en 1979 como "desertores del Khmer Rouge". Esa frase, escribió Sean Borat, debería ser borrada porque "el Partido del Pueblo Camboyano no se originó en los soldados del Khmer Rouge sino en masivo movimiento que emergió para resistir el brutal régimen de Pol Pot".
La frase ofensiva fue retirada de la versión final del libro.
Los jóvenes camboyanos no son formalmente enseñados en la escuela en cuanto al período de los Khmer Rouge -al menos, no desde la publicación de textos de propaganda en los años ochenta, cuando Camboya era gobernado por un gobierno comunista instalado por los vietnamitas. Esos libros describen a los Khmer Rouge con tal bestial ferocidad que algunos niños se criaron creyeron que eran realmente monstruos.
Esos libros fueron retirados de circulación en 1991, cuando Naciones Unidas auspició las conversaciones de paz que terminaron con más de una década de guerra civil y se convocó a elecciones.
En 2002, se introdujo un libro de texto de historia para que tocaba los años de Pol Pot, pero fue rápidamente retirado después de que surgieran controversias sobre la omisión en el libro de la victoria electoral en 1993 del monárquico partido Funcinpec. Una nueva versión del libro de texto debe todavía aparecer. Funcionarios del ministerio de Educación dicen que van a publicar un nuevo texto en 2009; responsabilizan del retraso a la falta de fondos.
Entretanto, los jóvenes de Camboya son "una generación perdida", dice Chea Vannath, ex presidente de Centro para el Desarrollo Social, un grupo local de defensa de derechos. En ausencia de una historia nacional compartida sobre los Khmer Rouge, a las escépticas generaciones más jóvenes se les están contando miles de conversaciones, fracturadas por la política, los rumores, mitos y toda una gama de experiencias humanas.
"Cuando un niño no se come el arroz de su plato, su madre le dice: ‘Si vivieras en el régimen de Pol Pot, te morirías, porque entonces no había suficientes alimentos", dice Nou Va, 27, funcionario del Instituto Khmer por la Democracia, un grupo sin fines de lucro que produjo hace poco un documental sobre la brecha generacional. "El niño dice: ‘Oh, nos dice eso solamente para echarnos la culpa, pero yo no le creo'".
La guerra por la historia también se está librando en los antiguos cuarteles militares en las afueras de Phnom Penh, donde un tribunal especial instalado por Naciones Unidas y el gobierno camboyano está tratando de llevar a justicia a los líderes de los Khmer Rouge que todavía viven (Pol Pot murió en 1998).
Los intentos de instalar el tribunal se remontan a una década. Pese a signos recientes de progreso hacia la convocatoria de los juicios, muchos observadores han concluido que el gobierno camboyano no está preparado para una investigación realmente independiente de ese capítulo del pasado del país.
"Si Hun Sen y sus colegas permitieran una valoración honesta del pasado, sería la mejor prueba de que finalmente han roto con ese pasado y salido de la sombra de sus orígenes en el Khmer Rouge", dijo Short. "Desgraciadamente, todos los indicios señalan en la dirección opuesta".
Cheak, la estudiante de medicina, tiene una preocupación más inmediata. Se trata del nuevo libro de Khamboly. Pregunta: "¿Dónde puedo comprar un ejemplar?"
Pero incluso Cheak, estudiante de medicina de primer año en la Universidad de Ciencias de la Salud de Phnom Penh, en la escuela no aprendió casi nada sobre los Khmer Rouge, que en menos de cuatro años en el poder ejecutaron, torturaron y causaron la muerte por hambre, según se calcula, de unos 1.7 millones de camboyanos, casi un cuarto de la población.
"Sólo oí decir a mis padres que habían ocurrido asesinatos en masa", dijo Cheak. "Es difícil de creer". En la secundaria, su profesor de historia le enseñó lo más básico -que los Khmer Rouge gobernaron Camboya desde 1975 a 1979- y le aconsejó que leyera por su propia cuenta, dijo.
Casi tres décadas después del derrocamiento de los Khmer Rouge, en Camboya se está librando una nueva guerra sobre su historia. Por un lado están las fuerzas ansiosas de estudiar el pasado, tanto en las escuelas como en un tribunal especial instalado para enjuiciar a los líderes todavía vivos de los Khmer Rouge. Muchos maestros, estudiantes y grupos de activistas dicen que debería enseñarse más sobre los años de los Khmer Rouge, una materia que está prácticamente ausente de los currículos escolares de hoy.
Pero estas demandas son rechazadas por un gobierno cuyos líderes máximos estuvieron en el pasado asociados con el ahora difunto movimiento comunista y que no quieren ceder el control sobre un capítulo tan políticamente sensible de la historia de Camboya.
"Supongamos que Alemania hubiera sido gobernada, desde 1945, por los antiguos nazis", dice Philip Short, autor de ‘Pol Pot: Anatomía de una pesadilla' [Pol Pot: Anatomy of a Nightmare], una biografía de los cabecillas de los Khmer Rouge publicada en 2004. "¿Se enseñaría en la Alemania de hoy honestamente la historia del régimen nazi? Ese es el problema de Camboya".
Un nuevo texto de estudio sobre esa época para la escuela secundaria, el primero escrito por un camboyano, fue publicado hace poco por el Centro de Documentación de Camboya, un instituto independiente de Khnom Penh que se especializa en la historia de los Khmer Rouge. En ‘A History of Democratic Kampuchea', el autor, Khamboly Dy, 26, explica en once detallados capítulos el surgimiento, reinado y caída de los Khmer Rouge, que se llamaban a sí mismos el Partido Comunista de Kampuchea y el país, Kampuchea Democrática.
Una comisión del gobierno camboyano consideró que el libro no era apropiado para su uso en el currículo normal. En lugar de eso, la comisión declaró que el libro podría ser usado como material de referencia suplementario y como base para un nuevo libro de texto del ministerio de Educación.
"Es un principio. La puerta está abierta", dijo Youk Chhang, director del Centro de Documentación, que desde 1999 ha estado pidiendo la introducción de un libro de texto en las aulas.
Short dijo que el texto de Khamboly es difícil de refutar sobre bases históricas sólidas. "No solamente merece ser un libro de texto aprobado para las escuelas en Camboya, sino que debería ser un texto obligatorio, que debería exigirse que estudien todos los niños camboyanos", dijo.
Ponerlo a un lado refleja la incapacidad de los actuales líderes del país de superar el pasado Khmer Rouge, dijo. El primer ministro Hun Sen, el presidente de la Asamblea Nacional, Heng Samrin, y el presidente del senado, Chea Sim, fueron todos oficiales de nivel medio de los Khmer Rouge, dijo.
Los tres abandonaron Camboya y se establecieron en Vietnam a fines de los años setenta y volvieron con las tropas del ejército vietnamita que derrocó a Pol Pot en 1979. Hoy, su legitimidad política depende en parte de su prestigio como los hombres que ayudaron a liberar a Camboya de la tiranía de los Khmer Rouge.
Heng Samrin dijo que no era justo implicarlo a él y a otros altos funcionarios del gobernante Partido del Pueblo Camboyano en los crímenes de los Khmer Rouge.
En una entrevista con un periodista camboyano, mantuvo que el término Kampuchea se refiere solamente a la gente que se unió al Frente Nacional Unido de Kampuchea, que en la primera mitad de los años setenta luchó contra el gobierno de Lon Nol respaldado por Estados Unidos pero que más tarde traicionó la revolución y mató a gente inocente.
Él y sus colegas sólo pelearon para liberar a Camboya de Lon Nol y sus matones imperialistas, dijo. "No éramos parte del régimen de los Khmer Rouge", dijo, agregando que él sólo había sido un "simple soldado".
Khamboly dijo que moverse con cautela a través de puntos políticamente cargados fue el aspecto más difícil a la hora de escribir el libro, que fue publicado con un subsidio de diez mil dólares de la Fundación Soros del Instituto Sociedad Abierta y la Fundación Nacional para la Democracia. Khamboly dijo que citando fuentes, concentrándose en relatos de sobrevivientes y buscando un lenguaje neutral, esperaba evitar peleas políticas.
Pero no fue suficiente. La comisión de revisó el texto lo reprobó por prestar demasiada atención a los años de después de 1979, cuando los partidos camboyanos se trenzaron en una guerra civil, y por trazar los orígenes de los Khmer Rouge a la guerra contra la colonización francesa y al Partido Comunista de Indochina, de Ho Chi Minh.
Los miembros de la comisión también dijeron que mencionar a los individuos asociados al gobierno de los Khmer Rouge era "innecesario" y una amenaza a su seguridad.
"Deberíamos prohibir que se discutiera el pasado al menos durante sesenta años [después de los acontecimientos]", dijo el miembro de la comisión Sorn Samnang, presidente de la Real Sociedad de Camboya, egresado universitario, de acuerdo a las actas de una reunión de la comisión de revisión el 14 de diciembre.
Ha habido un prolongado debate político en Camboya sobre si Vietnam liberó o invadió el país cuando derrocaron a los Khmer Rouge.
El libro de Khamboly no utiliza ninguno de esos términos, diciendo solamente que las tropas vietnamitas "se hicieron camino peleando en Camboya".
"Usé hechos", dijo Khamboly. "Si ellos invadieron o liberaron al país, es una cuestión de interpretación".
Pero en Camboya, así como en otros países después de conflictos, hay pocos hechos que todos consideren por igual. En una carta a Hun Sen del 19 de septiembre, el premier, su asesor de educación Sean Borat, elogió el libro en general, pero se molestó con que Khamboly no definiera la acción vietnamita como liberación.
También objetó la caracterización de los camboyanos que volvieron con los vietnamitas en 1979 como "desertores del Khmer Rouge". Esa frase, escribió Sean Borat, debería ser borrada porque "el Partido del Pueblo Camboyano no se originó en los soldados del Khmer Rouge sino en masivo movimiento que emergió para resistir el brutal régimen de Pol Pot".
La frase ofensiva fue retirada de la versión final del libro.
Los jóvenes camboyanos no son formalmente enseñados en la escuela en cuanto al período de los Khmer Rouge -al menos, no desde la publicación de textos de propaganda en los años ochenta, cuando Camboya era gobernado por un gobierno comunista instalado por los vietnamitas. Esos libros describen a los Khmer Rouge con tal bestial ferocidad que algunos niños se criaron creyeron que eran realmente monstruos.
Esos libros fueron retirados de circulación en 1991, cuando Naciones Unidas auspició las conversaciones de paz que terminaron con más de una década de guerra civil y se convocó a elecciones.
En 2002, se introdujo un libro de texto de historia para que tocaba los años de Pol Pot, pero fue rápidamente retirado después de que surgieran controversias sobre la omisión en el libro de la victoria electoral en 1993 del monárquico partido Funcinpec. Una nueva versión del libro de texto debe todavía aparecer. Funcionarios del ministerio de Educación dicen que van a publicar un nuevo texto en 2009; responsabilizan del retraso a la falta de fondos.
Entretanto, los jóvenes de Camboya son "una generación perdida", dice Chea Vannath, ex presidente de Centro para el Desarrollo Social, un grupo local de defensa de derechos. En ausencia de una historia nacional compartida sobre los Khmer Rouge, a las escépticas generaciones más jóvenes se les están contando miles de conversaciones, fracturadas por la política, los rumores, mitos y toda una gama de experiencias humanas.
"Cuando un niño no se come el arroz de su plato, su madre le dice: ‘Si vivieras en el régimen de Pol Pot, te morirías, porque entonces no había suficientes alimentos", dice Nou Va, 27, funcionario del Instituto Khmer por la Democracia, un grupo sin fines de lucro que produjo hace poco un documental sobre la brecha generacional. "El niño dice: ‘Oh, nos dice eso solamente para echarnos la culpa, pero yo no le creo'".
La guerra por la historia también se está librando en los antiguos cuarteles militares en las afueras de Phnom Penh, donde un tribunal especial instalado por Naciones Unidas y el gobierno camboyano está tratando de llevar a justicia a los líderes de los Khmer Rouge que todavía viven (Pol Pot murió en 1998).
Los intentos de instalar el tribunal se remontan a una década. Pese a signos recientes de progreso hacia la convocatoria de los juicios, muchos observadores han concluido que el gobierno camboyano no está preparado para una investigación realmente independiente de ese capítulo del pasado del país.
"Si Hun Sen y sus colegas permitieran una valoración honesta del pasado, sería la mejor prueba de que finalmente han roto con ese pasado y salido de la sombra de sus orígenes en el Khmer Rouge", dijo Short. "Desgraciadamente, todos los indicios señalan en la dirección opuesta".
Cheak, la estudiante de medicina, tiene una preocupación más inmediata. Se trata del nuevo libro de Khamboly. Pregunta: "¿Dónde puedo comprar un ejemplar?"
17 de mayo de 2007
8 de mayo de 2007
©washington post
©traducción mQh
0 comentarios