puede morir en la calle
En condiciones de extremo abandono se encuentran personas a lo largo de todo Chile. Este es un caso más.
Curanilahue, Chile. Una muestra de la cruda realidad que viven muchos indigentes la representa Giovanni Tranamil Díaz (30), quien, desde diciembre del año pasado, forma parte del grupo de 6 menesterosos que duermen a la intemperie en medio de cajones y tarimas en el sector de la feria de esta ciudad.
Lo más dramático, es que a su edad ya le están faltando las fuerzas para mantenerse en pie, debido a su estado de desnutrición agravado por la tuberculosis y la neumonía que lo tienen al borde de la muerte.
Sobrevive
Giovanni, permanece gran parte del día tendido sobre un delgado colchón, humedecido por continuas mojadas que cada vez que llueve, le azotan sin misericordia, mientras busca sin éxito, encontrar la razón de su desamparo. Para cobijarse y protegerse de las heladas nocturnas, se cubre con un par de frazadas que milagrosamente lo han salvado hasta ahora de morir de frío, aún cuando estas, cada mañana amanecen blancas de escarcha.
Su Vida
Giovanni Tranamil, recuerda los momentos en que vivía junto a su padre Guillermo Tranamil Meléndez en la Población Cerro Verde, donde incluso alcanzó a estudiar hasta tercer año básico en el colegio Los Confines, aprendiendo a leer y escribir.
Desde ahí en adelante, su existencia fue ayudar a su progenitor en la realización de uno que otro ‘pololito' para juntar algo de dinero, el que sumado a la pensión que recibía don Guillermo, les alcanzaba para vivir modestamente.
Por alguna razón, se trasladaron a vivir de allegados donde una familia del sector La Toma, cuya casa habitación resultó destruida por un incendio justo en la víspera de la Navidad de 2006, quedando Giovanni y su padre en la calle.
De nuevo comenzaron las enfermedades bronco pulmonares que lo habían atacado desde los 13 años, las mismas que hoy lo mantienen postrado y cada día más débil. Pero si hay algo que lo ha mantenido todavía vivo, es la comida que solidariamente le proporcionan los locatarios de la feria, quienes se turnan para alimentarlo.
Lo más dramático, es que a su edad ya le están faltando las fuerzas para mantenerse en pie, debido a su estado de desnutrición agravado por la tuberculosis y la neumonía que lo tienen al borde de la muerte.
Sobrevive
Giovanni, permanece gran parte del día tendido sobre un delgado colchón, humedecido por continuas mojadas que cada vez que llueve, le azotan sin misericordia, mientras busca sin éxito, encontrar la razón de su desamparo. Para cobijarse y protegerse de las heladas nocturnas, se cubre con un par de frazadas que milagrosamente lo han salvado hasta ahora de morir de frío, aún cuando estas, cada mañana amanecen blancas de escarcha.
Su Vida
Giovanni Tranamil, recuerda los momentos en que vivía junto a su padre Guillermo Tranamil Meléndez en la Población Cerro Verde, donde incluso alcanzó a estudiar hasta tercer año básico en el colegio Los Confines, aprendiendo a leer y escribir.
Desde ahí en adelante, su existencia fue ayudar a su progenitor en la realización de uno que otro ‘pololito' para juntar algo de dinero, el que sumado a la pensión que recibía don Guillermo, les alcanzaba para vivir modestamente.
Por alguna razón, se trasladaron a vivir de allegados donde una familia del sector La Toma, cuya casa habitación resultó destruida por un incendio justo en la víspera de la Navidad de 2006, quedando Giovanni y su padre en la calle.
De nuevo comenzaron las enfermedades bronco pulmonares que lo habían atacado desde los 13 años, las mismas que hoy lo mantienen postrado y cada día más débil. Pero si hay algo que lo ha mantenido todavía vivo, es la comida que solidariamente le proporcionan los locatarios de la feria, quienes se turnan para alimentarlo.
6 de junio de 2007
©renacer de arauco
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