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pobreza con nombre y apellido


[Gerson Candia Morales] Familias enteras duermen en una sola cama; otras trabajan de sol a sol sin salir de su situación. Más allá de las cifras.
Según la encuesta Casen del año 2006, unas 163 mil personas de la Región de Los Lagos viven con menos de 47 mil pesos, lo que las ubican por debajo de la línea de la pobreza. Esto en relación a su capacidad para acceder a la canasta básica de alimentos, que contiene los requerimientos calóricos mínimos.
Si el ingreso del hogar no alcanza a cubrir el costo de una canasta alimentaria, entonces las personas de esa familia se consideran indigentes.
La línea de pobreza, en tanto, se obtiene doblando el valor de una canasta mínima en el caso urbano.

Daniel Millán:
"Me levanto todos los días a las cinco y media a recoger cartón, igual es bien sacrificado, pero a mis 64 años, tengo la misma vitalidad de antes. En todos lados hay pobres y siempre la cosa va ser así. Yo soy uno de ellos, pero qué le vamos a hacer".

Nélida Molina:
"Acompaño a mi esposo a cartonear y todos los lunes, miércoles y viernes me toca recoger cartones de noche. A pesar de todo, me gusta mucho, soy feliz recogiendo cartones en la calle. Uno nace pobre y muere pobre, no hay nada qué hacer".

Pedro Molina:
"Salgo con mi abuelita a recoger cartones, pero igual voy al colegio. Tengo seis años y con mi mamita vivimos contentos. Es entretenido salir a la calle y recoger lo que la gente bota, es como una aventura que vivo todos los días".

Juan Negrón:
"A mí no me gusta vivir acá en el campamento. Ahora estoy cuidando unas cosas en esta pieza para que no se mojen, porque acá todo se moja, los techos no son buenos y el invierno es crudo, pronto nos iremos de acá... estoy seguro".

El barro hace resbaladizo el acceso al hogar de Misael. Él, junto a a sus tres niños y su esposa Pamela, viven en el campamento de la ladera Santa Rosa, en Rahue Alto. Su casa se encuentra en sitio elevado, donde una jauría de perros ladra a rabiar a cualquiera que se acerque al lugar.
Misael Saldivia, estuvo desempleado más de 6 meses y hace 9 que vive en el campamento. Y con mucho esfuerzo ya juntó los 200 mil pesos que le pedían para postular a su casa, que le entregarán a mediados de 2008.
"Gracias a Dios, ya tengo trabajo, pero gano el mínimo -$135 mil pesos-. Algo es algo y estoy contento donde estoy, después de estar tanto tiempo sin pega. Pero, tengo la esperanza que algún día voy a tener mi casa propia", señaló.
La historia de los Saldivia, va más allá. Este octayino de 28 años, estuvo trabajando y formando familia en Santiago. Pero su esposa no se acostumbró. "Le tenía miedo a las micros y a salir sola. Por eso nos vinimos, pero no importa porque ahora está más contenta", argumenta con cara de enamorado.
Sin embargo, el amor no puede expresarse, pues los cinco miembros de esta familia duermen en una sola cama; de intimidad ni se habla.
"No hay no más. No podemos tener nada, estamos con todos los niños durmiendo. Además, Misael llega cansado de la pega y lo único que quiere es comer y dormir", comenta ya resignada su esposa Pamela .
Los Saldivia son el vivo retrato de la pobreza que golpea a miles de familias osorninas y que representan el lado visible de las cifras entregadas, hace unos días, por el Ministerio de Planificación.
Según el resultado de la última encuesta Casen, la pobreza regional disminuyó en 7 puntos en relación a las cifras de 2003, que alcanzaba al 21,8%; hoy el 14% -unas 163 mil personas en la zona- aún vive en condiciones marginales y con menos de 47 mil pesos al mes.
Los Saldivia por ejemplo, deben dividir sus 135 mil pesos entre cinco, lo que da un per cápita de 27 mil pesos y están al filo de la indigencia.
En este sentido, un dirigente vecinal del sector alto de Osorno, señaló que no basta con que le den casa a la gente, pues las personas siguen siendo pobres. "Conozco a amigos que no saben qué hacer con su casa, ahora están súper encalillados con luz, agua y no encuentran trabajo. El que tengan una casa, muchas veces es una mayor responsabilidad para los cesantes y hay hartos que están pensando en vender sus casitas", concluyó.

Campaña Hogar de Cristo
El Hogar de Cristo se encuentra, junto a Televisión Nacional de Chile, en medio de la campaña de captación de socios 2007, bajo el lema: "La pobreza no es una elección, ayudar sí".
En este sentido, la provincia de Osorno se moviliza dentro de la Región de Los Lagos, pero los resultados no son los más satisfactorios.
En una información actualizada al 7 de junio, nuestra región se encuentra en el lugar número 11, entre las 13 de todo Chile, en cuanto a su cumplimiento.
La Región de Los Lagos tiene el 40,4% del cumplimiento total de la meta, muy por debajo del promedio nacional.
En ese contexto, los funcionarios del Hogar de Cristo en la zona, invitaron a a cooperar con esta institución benéfica.
En nuestra ciudad, la entidad social espera lograr 850 nuevos socios, para ayudar a las distintas obras que se realizan con cientos de personas como beneficiarios.

"Todos los Días Me Levanto a las 5 y Media"
Daniel Millán, admite que es pobre. "Si no lo fuera, no estaría recogiendo cartones en la calle todos los días", admite sin saber que según sus ingresos califican dentro de los indigentes.
Este rahuino, junto a su esposa Nélida, son cartoneros desde hace diez años y todos los días se levantan a las 5 y media de la mañana, llueva o truene.
En su casa son 7 personas que deben sobrevivir con los 150 mil pesos que gana mensualmente en la recolección y venta de cartones. "Bueno todo es variable, si está bueno ganamos; si no, nos va muy mal", afirma.
Junto a ellos viven sus hijas y algunos nietos. Una de ellas es Paola, quién se quiebra al hablar de su condición. "No me gusta vivir así, soy madre soltera y junto a mi hijo, vivimos acá con mi mamá, pero ha sido muy difícil. Pese a todo, sé que saldremos adelante", sostiene.
Los Millán vivieron más de 25 años en Argentina y se vinieron porque la cosa allá estaba peor. "En todos lados hay pobres", dijo.

11 de junio de 2007
©austral de osorno
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