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homosexualidad en el líbano


[Raed Rafei] Cada vez menos tabú. En medio de choques entre facciones e inestabilidad política, empieza una discreta transformación cultural.
Beirit, El Líbano. Los soldados libaneses en el puesto de control miraron a través del alambre de púa.
Al otro lado de la calle, al otro lado de estos hombres en traje de faena, llegó otro grupo de hombres: parranderos con pantalones de talle bajo y camisas apretadas en camino a Acid, una discoteca abiertamente homosexual en el este de Beirut.
Los soldados apenas si parpadearon.
En El Líbano, la homosexualidad es cada vez menos tabú. Se comenta con mayor franqueza en los programas de radio y televisión.
La palabra árabe ampliamente usada para designar a los homosexuales quiere decir ‘pervertido'. Ahora muchos diarios importante han empezado a usar términos más neutros.
Han brotado nuevos bares gay, uniéndose a pilares como el Acid, creando una floreciente vida nocturna que atrae a turistas y residentes por igual.
"No es que la clase política sea más abierta hoy", dijo George Azzi, un importante activista por los derechos de los homosexuales. "Pero las autoridades, al retratarse a sí mismas como los nuevos custodios de la democracia y los derechos civiles, están en realidad condenados a no atacar a los homosexuales".
El atentado de 2005 que terminó con la vida del primer ministro Rafik Hariri desencadenó una tormenta de fuego que condujo a la expulsión del Líbano de las tropas sirias. Pero con su embriagante retórica sobre la libertad y los derechos, la llamada Revolución del Cedro también involuntariamente puso en movimiento una no formulada transformación cultural.
Además, la inestabilidad política que se produjo después del asesinato de Hariri ha dejado a muchos políticos y clérigos demasiado preocupados con las luchas entre facciones como para prestarle atención.
"Los políticos están simplemente demasiado ocupados como para perseguir a los homosexuales", dice Salah Srour, un abogado que trabaja por los derechos de los homosexuales. "Tienen demasiados problemas como para ocuparse de eso".
Famoso por su desenfrenada vida nocturna, El Líbano ha sido conocido durante largo tiempo como el país árabes más permisivo.
En cualquier noche, la calle Monnot en el centro de Beirut está atascada con vividores conduciendo Porsches hacia los numerosos bares y discotecas de la zona donde una botella de champaña cuesta mil dólares, que se compensan por la atención que logras. Muchos turistas de los países del Golfo Pérsico vienen a Beirut por experiencias que no pueden vivir en casa.
En Acid, los fines de semana la cola se arrastra serpenteando hasta la esquina. Otros prefieren como cotos de caza los tradicionales saunas de la ciudad, conocidos como hamams. En estas habitaciones llenas de vapor y débilmente iluminadas, los hombres cubiertos con toallas atadas a la cintura sondean el ambiente a la búsqueda de amantes.
Berto Kanso, 27, estudiante de arqueología, ha convertido en negocio la navegación en estas oscuras aguas. Lleva un website de turismo homosexual que ofrece información sobre hoteles, restaurantes y bares homosexuales del Líbano. Envía actualizaciones de viaje por e-mail a su listado de contactos con siete mil subscriptores en todo el mundo.
Pese a una caída del turismo causada por la guerra entre Israel y el grupo militante Hezbollah en 2006 y la inestable situación política del Líbano, Kanso dice que el negocio es un éxito.
"Hay un montón de publicidad negativa retratando al Líbano como un lugar peligroso... pero en realidad el Líbano es libre y bonito", dijo. "Mientras no haga nada ilegal, como vender drogas o la prostitución, ¿por qué debería dejar de hacerlo? Después de todo, estoy trayendo turistas al país".
El año pasado una campaña de vallas publicitarias para una elegante boutique mostraba a un hombre tomado de la mano con un hombre y una mujer. Otros anuncios de televisión mostraban a dos hombres de la mano, con unos rayos de sol que creaban un arco iris sobre ellos mientras una voz en off decía: "Vota por la tolerancia".
Sitios web de citas y grupos chat forman redes sociales para los homosexuales libaneses que en el pasado estaban mucho más aislados.
"Hoy podemos hablar de una comunidad gay razonablemente próspera en Beirut", dice Rita Ghanem, 33, que dejó su hogar ancestral hace dieciocho meses cuando su padre descubrió que salía con una mujer.
Los padres de su amiga, Luna, al primero prohibieron los contactos entre las dos mujeres, pero terminaron aceptando tácitamente su relación.
Después de marcharse de casa de su padre, Ghanem consiguió un trabajo como camarera en Beirut Oeste. Pero cuando él se enfermó y necesitaba ayuda, volvió a casa para cuidarlo. Desde entonces no han vuelto a hablar sobre su amiga.
La homosexualidad es todavía considerada algo vergonzoso en muchos lugares fuera de la capital, y muchos hombres y mujeres homosexuales en El Líbano prefieren llevar una doble vida antes que correr el riesgo de ser aislado.
"Yo sólo soy homosexual cuando estoy en la cama con otro hombre", dijo Kareem, 40, ingeniero, que no quiso decirnos su apellido por temor a ser perseguido. Kareem dice que evita los clubes homosexuales o ser visto en público con otros homosexuales. En lugar de eso, conoce a otros hombres de manera anónima, online.
"Muchos homosexuales sufren la homofobia de sus entornos", dice Maha Rabbat, psicoterapeuta que asesora a Helem, una de las pocas asociaciones árabes que defiende los derechos de los homosexuales, lesbianas y transexuales. "La mayoría de ellos se siente ansiosos y no tienen baja estima".
No hace mucho, las fuerzas de seguridad libanesas acosaban regularmente y a veces golpeaban a los homosexuales. Los que eran detenidos eran juzgados por una ley que prohíbe el "intercurso sexual innatural".
La ley, que no menciona explícitamente la homosexualidad, sigue estando en los libros, pero hoy en día es rara vez implementada.
Pese a los avances logrados por la comunidad homosexual, las iniciativas para despenalizar la homosexualidad han sido en gran parte ignoradas. Cuando en 2004 Azzi presentó los documentos al ministerio del Interior para fundar Helem como un grupo legal, un funcionario archivó la solicitud, escribiendo la palabra "vergonzoso" en la carpeta y arrojándola a una gaveta, dijo un funcionario del ministerio. El nombre del grupo significa ‘sueño', en árabe.
Helem ofrece asesoría, análisis de HIV y apoyo económico gratuitamente a jóvenes que han sido expulsados por sus familias. El grupo es financiado parcialmente con recaudaciones de fondos en París, Montreal y San Francisco.
El año pasado, después de ser atacados furiosamente por líderes religiosos, el ministro del Interior dijo públicamente que él no había aprobado la solicitud de Helem para convertirse en una organización no-gubernamental legítima.
Pese a las incertidumbres jurídicas, el grupo sigue operando libremente. Todos los viernes noche, sin inmutarse por la fuerte presencia de agentes de policía y soldados, los miembros de Helem recorren el paseo costero de Beirut, distribuyendo condones y folletos sobre el SIDA entre homosexuales y gigolós. Su misión es apoyada tácitamente por los ministerios de Asuntos Sociales y de Salud.
Helem ha crecido significativamente en los últimos años de "un grupo clandestino a fines de los noventa a una organización bien establecida, reconocida y respaldada por muchos grupos locales", dijo Azzi.
Pese a los avances, sigue siendo difícil para Helem cabildear a favor de enmiendas legislativas que darían a los homosexuales protección legal debido a que el parlamento está paralizado por un empate político.
Algunos activistas temen que los problemas jurídicos no resueltos se puedan convertir en un obstáculo.
"Cualquier cambio político nos puede hacer retroceder", dijo Azzi.

Louise Roug contribuyó a este reportaje.

14 de agosto de 2007
24 de junio de 2007
©los angeles times
©traducció n
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