murió benjamin libet
[Thomas H. Maugh II] Los estudios del cerebro lo llevaron a indagar sobre la naturaleza de la voluntad.
Davis, California, Estados Unidos. El 23 de julio murió en su casa en Davis, California, Benjamin Libet, el fisiólogo de la Universidad de California en San Francisco cuyos estudios sobre el cerebro introdujeron una nueva comprensión de la conciencia y pusieron en cuestión la autonomía de la voluntad. Tenía 91.
Libet demostró que el cerebro empieza a responder a estímulos externos antes de que la persona los reconozca conscientemente, sugiriendo que la voluntad autónoma es una racionalización producida por la mente después del hecho para explicar sus acciones.
También demostró que la mente tiene una ventana muy estrecha de oportunidades de bloquear esas acciones, un hallazgo que sugirió a algunos investigadores que la mente tiene una autonomía limitada.
Ese poder de veto no parece gran cosa, escribió en un ensayo de 1999, pero es suficiente para satisfacer normas éticas. "La mayoría de los Diez Mandamientos pertenecen a la categoría de acciones que no se harán", escribió.
Libet había estado investigando el cerebro durante casi veinte años cuando empezó una serie de experimentos con el difunto Dr. Bertram W. Feinstein, un neuro-cirujano de San Francisco. Feinstein trataba a pacientes de epilepsia implantándoles electrodos en sus cerebros y estimulando los circuitos neurales.
Libet utilizó esas operaciones midiendo cuánto tiempo tomaba una señal para provocar una respuesta y cuánto tiempo tomaba esa respuesta. Determinó que el estímulo eléctrico tenía que ser sostenido durante al menos medio segundo (quinientos milisegundos) antes de que el sujeto se diera cuenta.
En una segunda serie de experimentos, utilizó electrodos amarrados al cuero cabelludo para medir la actividad cerebral y un segundo conjunto de electrodos amarrados a los dedos para medir su movimiento. Colocando a sujetos frente a un reloj de movimiento rápido, les ordenaba pulsar un botón con el dedo o hacer alguna otra cosa y medir cuánto les tomaba darse cuenta de la decisión de hacerlo.
Observó una creciente actividad cerebral asociada con el movimiento del dedo -un fenómenos observado previamente llamado Bereitschaftspotential, o potencial premotor- trescientos milisegundos antes de que el paciente informara que él o ella habían tomado conciencia de mover el dedo y doscientos milisegundos más antes de que empezara efectivamente el movimiento.
Eso, pensó, era suficiente tiempo para permitir que el sujeto detuviera la acción.
"Estos descubrimientos tienen profundas implicaciones para la naturaleza de la voluntad, para la responsabilidad individual y la culpa", escribió.
Desde entonces científicos y filósofos han debatido sus conclusiones, pero nadie ha sido capaz de proponer una explicación alternativa satisfactoria de sus hallazgos.
Libet resumió su investigación en el libro de 2004, ‘Mind Time: The Temporal Factor in Consciousness'.
El neurobiólogo, Dr. Robert W. Doty, de la Universidad de Rochester, dijo sobre el libro que "es casi la única interpretación que ha producido evidencias creíbles de cómo la conciencia es producida por el cerebro. El trabajo de Libet es único y da respuesta a preguntas que se hace toda la humanidad".
Benjamin Libet nació el 12 de abril de 1916 en Chicago, el primogénito de jóvenes inmigrantes judíos desde Ucrania. Su padre y abuelo eran ambos sastres, y en su casa no se hablaba inglés. En lugar de eso, el joven Benjamin lo aprendió en las calles del lado oeste de Chicago, que estaba poblado principalmente por inmigrantes judíos e italianos.
Poseía una potente voz natural y, de niño, cantó con el conocido cantor Josef Rosenblatt.
Libet estudió en la Universidad de Chicago con una beca y recibió su diploma doctoral en fisiología en 1939, a los 23 años. Durante la Segunda Guerra Mundial fue instructor de fisiología en la Universidad de Pensilvania y trabajó con materiales de la Fuerza Aérea en el laboratorio de ingeniería en Wright Field, Ohio.
Después de la guerra volvió a la Universidad de Chicago durante cuatro años antes de incorporarse a la Universidad de California en San Francisco en 1949. Se retiró formalmente en 1984, pero continuó trabajando.
Le sobreviven su mujer durante 68 años, Fay; dos hijos, Julian Mayer Libet, psicólogo en Charleston, Carolina del Sur, y el Dr. Ralph Arnold Libet, de Sacramento; y dos hijas, Moreen Lea Libet, antropóloga en Davis y Gayla Bea Libet, de Oakland.
Libet demostró que el cerebro empieza a responder a estímulos externos antes de que la persona los reconozca conscientemente, sugiriendo que la voluntad autónoma es una racionalización producida por la mente después del hecho para explicar sus acciones.
También demostró que la mente tiene una ventana muy estrecha de oportunidades de bloquear esas acciones, un hallazgo que sugirió a algunos investigadores que la mente tiene una autonomía limitada.
Ese poder de veto no parece gran cosa, escribió en un ensayo de 1999, pero es suficiente para satisfacer normas éticas. "La mayoría de los Diez Mandamientos pertenecen a la categoría de acciones que no se harán", escribió.
Libet había estado investigando el cerebro durante casi veinte años cuando empezó una serie de experimentos con el difunto Dr. Bertram W. Feinstein, un neuro-cirujano de San Francisco. Feinstein trataba a pacientes de epilepsia implantándoles electrodos en sus cerebros y estimulando los circuitos neurales.
Libet utilizó esas operaciones midiendo cuánto tiempo tomaba una señal para provocar una respuesta y cuánto tiempo tomaba esa respuesta. Determinó que el estímulo eléctrico tenía que ser sostenido durante al menos medio segundo (quinientos milisegundos) antes de que el sujeto se diera cuenta.
En una segunda serie de experimentos, utilizó electrodos amarrados al cuero cabelludo para medir la actividad cerebral y un segundo conjunto de electrodos amarrados a los dedos para medir su movimiento. Colocando a sujetos frente a un reloj de movimiento rápido, les ordenaba pulsar un botón con el dedo o hacer alguna otra cosa y medir cuánto les tomaba darse cuenta de la decisión de hacerlo.
Observó una creciente actividad cerebral asociada con el movimiento del dedo -un fenómenos observado previamente llamado Bereitschaftspotential, o potencial premotor- trescientos milisegundos antes de que el paciente informara que él o ella habían tomado conciencia de mover el dedo y doscientos milisegundos más antes de que empezara efectivamente el movimiento.
Eso, pensó, era suficiente tiempo para permitir que el sujeto detuviera la acción.
"Estos descubrimientos tienen profundas implicaciones para la naturaleza de la voluntad, para la responsabilidad individual y la culpa", escribió.
Desde entonces científicos y filósofos han debatido sus conclusiones, pero nadie ha sido capaz de proponer una explicación alternativa satisfactoria de sus hallazgos.
Libet resumió su investigación en el libro de 2004, ‘Mind Time: The Temporal Factor in Consciousness'.
El neurobiólogo, Dr. Robert W. Doty, de la Universidad de Rochester, dijo sobre el libro que "es casi la única interpretación que ha producido evidencias creíbles de cómo la conciencia es producida por el cerebro. El trabajo de Libet es único y da respuesta a preguntas que se hace toda la humanidad".
Benjamin Libet nació el 12 de abril de 1916 en Chicago, el primogénito de jóvenes inmigrantes judíos desde Ucrania. Su padre y abuelo eran ambos sastres, y en su casa no se hablaba inglés. En lugar de eso, el joven Benjamin lo aprendió en las calles del lado oeste de Chicago, que estaba poblado principalmente por inmigrantes judíos e italianos.
Poseía una potente voz natural y, de niño, cantó con el conocido cantor Josef Rosenblatt.
Libet estudió en la Universidad de Chicago con una beca y recibió su diploma doctoral en fisiología en 1939, a los 23 años. Durante la Segunda Guerra Mundial fue instructor de fisiología en la Universidad de Pensilvania y trabajó con materiales de la Fuerza Aérea en el laboratorio de ingeniería en Wright Field, Ohio.
Después de la guerra volvió a la Universidad de Chicago durante cuatro años antes de incorporarse a la Universidad de California en San Francisco en 1949. Se retiró formalmente en 1984, pero continuó trabajando.
Le sobreviven su mujer durante 68 años, Fay; dos hijos, Julian Mayer Libet, psicólogo en Charleston, Carolina del Sur, y el Dr. Ralph Arnold Libet, de Sacramento; y dos hijas, Moreen Lea Libet, antropóloga en Davis y Gayla Bea Libet, de Oakland.
thomas.maugh@latimes.com
27 de agosto de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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