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los juicios se están destiñendo


[Paul von Zielbauer] Pese a la indignación y escándalo inicial, la mayoría de los soldados implicados en atrocidades terminan absueltos en corte militares.
Camp Pendleton, California, Estados Unidos. En diciembre pasado, cuando el Cuerpo de Marines acusó a cuatro soldados de infantería por el asesinato de civiles iraquíes en Haditha, Iraq, en 2005, el alegato fue tan oscuro como devastador: después de que una bomba improvisada matara a un camarada, un grupo de marines atacaron las casas vecinas masacrando a 24 personas inocentes.
En Iraq y en Estados Unidos, los asesinatos fueron vistos como una venganza a sangre fría. Después de una descuidada investigación militar, Haditha fue dejada de lado, pero una vez que se revelaron los detalles, los asesinatos se convirtieron en un terrible símbolo de una guerra difícil y desmoralizadora. Después de una pesquisa más completa, los marines prometieron castigar a los culpables.
Pero ahora han flaqueado los fiscales. Desde mayo, los cargos contra dos de los infantes y un oficial marine han sido desechados, y se ha recomendado igualmente desechar los cargos de asesinato contra un tercer infante. Los fiscales no fueron ni siquiera capaces de probar que los asesinatos violaron el código de justifica militar estadounidense.
Ahora que está por empezar su último intento de obtener una sentencia por homicidio ante un tribunal militar el jueves para el sargento primero Frank D. Wuterich, el último marine que todavía está siendo acusado. Está acusado el asesinato de dieciocho iraquíes, incluyendo varias mujeres y niños después del ataque contra su convoy.
Si los problemas jurídicos que han frustrado a los fiscales en otros casos se vuelven a repetir esta vez, existe la posibilidad de que ningún infante sea sentenciado por lo que ocurrió en Haditha.
Tampoco está claro si los otros oficiales más arriba en la cadena de mando que el sargento Wuterich deberán rendir responsabilidades por la inadecuada investigación oficial.
Al menos uno de los cuatro oficiales marines acusados en diciembre pasado de no investigar apropiadamente las muertes de civiles parece estar encaminado hacia una corte marcial. Ese oficial, el teniente coronel Jeffrey R. Chessani, comandante del Tercer Batallón, Primera División de Marines, "no hizo nada personalmente para investigar completamente las acciones que desembocaron en la muerte de civiles", concluyó el coronel Christopher C. Conlin, el oficial que estudió las pruebas.
Pero el caso contra el capitán Randy W. Stone, el abogado del batallón encargado de descubrir por qué mataron a tantos civiles, fue remplazado por el teniente general James N. Mattis, cuyas decisiones en los casos de Haditha son definitivas. Los cargos contra el teniente primero Andrew A. Grayson, un oficial de inteligencia, están en el limbo debido a su alegato de que el Cuerpo de Marines lo había licenciado.
En una amplia gama de casos que implican abusos cometidos por soldados norteamericanos en Iraq y Afganistán, las fiscalías han tendido a concentrarse en los reclutas y en los suboficiales -acusados de haber cometido personalmente esos actos-, no en los oficiales que dirigían a las unidades. Y aunque se han dictado numerosas condenas, también han habido muchos casos en los que los convenios entre las partes han redundado en penas menores, o los que se abandonaron las acusaciones o se determinó que eran infundadas.
El único oficial que debe hacer frente a cargos criminales por los maltratos a los prisioneros de Abu Ghraib en Iraq, fue condenado el martes solamente por un cargo menor y será amonestado, informó Reuters, citando un anuncio del ejército. El oficial, el teniente coronel Steven L. Jordan, podía ser condenado a cinco años de cárcel y licenciamiento deshonroso del ejército, pero una corte marcial decidió una pena mucho menor, dijo el ejército.
La corte marcial lo absolvió del cargo de ser responsable de tratos crueles a los detenidos en Abu Ghraib.
Expertos en derechos militar dijeron que la dificultad de perseguir a marines por homicidios es comprensible, dado que las acciones tomadas en combate a menudo reciben inmunidad según el Código Único de Justicia Militar.
"Se podría decir que este es un caso que se está desmoronando a los pies del fiscal, o se podría pensar que así funciona el sistema de justicia del Código Único de Justicia Militar", dijo Gary D. Solis, ex juez marine que enseña leyes de guerra en el Centro Jurídico de la Universidad de Georgetown y en West Point.
El proceso del caso de Haditha fue especialmente difícil porque los asesinatos no fueron investigados exhaustivamente cuando ocurrieron. Meses después, cuando salieron a la luz los detalles, no había cuerpos para examinar, ni testigos iraquíes para declarar ni evidencias forenses comprometedoras.
Por otro lado, algunos estudiosos dijeron que la avalancha de desestimaciones los ha dejado preguntándose qué pensar de los jóvenes marines reclutados que, legal o ilegalmente, claramente asesinaron a gente desarmada en una zona de combate.
"Esto ciertamente corroe la idea de que lo que hicieron es reprensible", dijo Elizabeth L. Hillman, una historiadora jurídica que enseña derecho militar en la Facultad de Leyes de la Universidad de Rutgers en Camden, sobre los resultados hasta el momento. "Cuando se descubrió la historia, parecía que todos habíamos entendido qué había ocurrido; no parecía que tuviéramos dudas. Pero ahora no sé".
Walter B. Huffman, ex fiscal militar del ejército, dijo que no era inusual en los procedimientos criminales de la justicia militar ver que los cargos contra tropas implicadas en un solo episodio, sean desechados cuando se los examina con mayor detención, reduciendo la culpabilidad a apenas uno o dos acusados.
Cuando el sargento Wuterich, el jefe de la patrulla de voz suave que hace frente a los cargos más extensos de homicidio en el caso de Haditha, comparecerá aquí ante el tribunal el jueves, "y toda la atención del proceso se centrará en él", dijo Solis.
Los abogados del sargento Wuterich tienen una batalla jurídica difícil. Primero, a diferencia de los otros marines acusados de homicidio, el sargento Wuterich está acusado del homicidio a corta distancia de cinco hombres desarmados que fueron detenidos en un vehículo cerca del lugar de los hechos.
También, como suboficial y como jefe de la patrulla, el sargento Wuterich puede ser utilizado por los fiscales para alegar que tenía mayor responsabilidad para discernir sobre blancos adecuados y evitar las bajas civiles. También condujo el ataque contra ellos o estuvo presente en todas las casas donde murieron civiles.
Pero casos anteriores muestran que la defensa también tiene oportunidades.
El presidente, el teniente coronel Paul J. Ware, es el mismo abogado marine que dirigió las vistas de Justin L. Sharratt y Stephen B. Tatum, dos soldados acusados del asesinato de un total de cinco iraquíes en tres casas en Haditha.
El coronel Ware recomendó más tarde desechar los cargos contra esos dos soldados y dijo que los asesinatos debían ser vistos en el contexto de una guerra contra un enemigo que emplea despiadadamente a civiles como escudos. Advirtió que los cargos de asesinato contra marines podría dañar la moral de las tropas en Iraq.
Las declaraciones del general Mattis, que expresaron simpatía por los problemas de otros marines enlistados a los que libró de un juicio en Haditha, pueden indicar su disponibilidad para interpretar el caso de Wuterich de manera similar.
Independientemente de lo que ocurrió con los cargos contra los otros acusados, todavía hay una enorme presión pública sobre el Cuerpo de Marines para que investigue y castigue cualquier delito en un caso en el que murieron tantos civiles.
"No podemos decir que esos tipos no cometieron un delito", dijo Michael F. Noone Jr., abogado retirado de la Fuerza Aérea y profesor de derecho en la Universidad Católica de Estados Unidos. "Sólo podemos decir que después de una investigación, no hay suficientes evidencias como para iniciar un juicio".

31 de agosto de 2007
©new york times
©traducción mQh
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