recuerdan a mártires de san antonio
[Danny Borgoño Lorca] Estibadores y mundo sindical conmemoraron el 34° aniversario de los mártires.
San Antonio, Chile. Ya es una tradición. Llegado el 22 de septiembre un grupo importante de personas le rinde homenaje a los cuatro estibadores mártires que fueron ejecutados durante el régimen militar en San Antonio.
En esta ocasión, una romería en la que participaron familiares, el sindicato de estibadores y diferentes actores sociales y sindicales, se llevó a cabo desde el monolito en su honor frente al sindicato de estibadores hasta el memorial de Barrancas.
Luego de una sencilla pero emotiva ceremonia en honor de Samuel Núñez González, Guillermo Álvarez Cañas, Héctor Rojo Alfaro y Armando Jiménez Machuca, los familiares de este último, entregaron detalles inéditos previos a su muerte.
Eliana Ojeda Román, viuda del estibador, recordó con mucho dolor lo sucedido ese 22 de septiembre de 1973. "Con ametralladoras y con una prepotencia increíble, militares vinieron a buscar a mi marido. Él no estaba así que se fueron (...) cuando él (Jiménez Machuca) llegó le dijimos que estaban buscándolo, yo le insistí para que no se entregara, pero fue voluntariamente a Tejas Verdes. De ese momento, sólo lo volví a ver al interior de un cajón", dijo.
Andrés Jiménez Ojeda (45) hijo del último estibador ejecutado ese trágico día, recordó que en ese momento él se encontraba junto a su padre en una parcela en Santo Domingo. "Nunca pensamos que podía pasarle algo malo, porque él jamás hizo nada. Por eso mismo él se entregó voluntariamente".
Jiménez Ojeda que en ese momento tenía tan sólo 11 años, señaló que al ser su padre, el último de los dirigentes estibadores que ingresó al recinto militar de Tejas Verdes, fue testigo de la brutalidad de la que fueron víctima sus compañeros. "Pienso que mi papá fue el que más sufrió porque vio lo que le iba a pasar. Vio a sus compañeros masacrados", dijo.
"Como a las 11 de la mañana del día siguiente, vinieron a dejarnos un cajón, sólo podía verse la cara de mi papá. Tenía los ojos y frentes cubiertos con un paño blanco. No nos dejaron abrir el cajón, pero luego supimos que había sido brutalmente torturado", agregó.
Con una gran emoción, tanto el hijo como la viuda del estibador narraron que el cuerpo del Jiménez estaba con evidentes señales de haber recibido un castigo de proporciones. "Todavía no se hace justicia en este caso. Pensamos que Manuel Contreras está pagando a medias aún le falta responder por estas cuatro muertes", señaló la viuda de Jiménez Machuca.
En esta ocasión, una romería en la que participaron familiares, el sindicato de estibadores y diferentes actores sociales y sindicales, se llevó a cabo desde el monolito en su honor frente al sindicato de estibadores hasta el memorial de Barrancas.
Luego de una sencilla pero emotiva ceremonia en honor de Samuel Núñez González, Guillermo Álvarez Cañas, Héctor Rojo Alfaro y Armando Jiménez Machuca, los familiares de este último, entregaron detalles inéditos previos a su muerte.
Eliana Ojeda Román, viuda del estibador, recordó con mucho dolor lo sucedido ese 22 de septiembre de 1973. "Con ametralladoras y con una prepotencia increíble, militares vinieron a buscar a mi marido. Él no estaba así que se fueron (...) cuando él (Jiménez Machuca) llegó le dijimos que estaban buscándolo, yo le insistí para que no se entregara, pero fue voluntariamente a Tejas Verdes. De ese momento, sólo lo volví a ver al interior de un cajón", dijo.
Andrés Jiménez Ojeda (45) hijo del último estibador ejecutado ese trágico día, recordó que en ese momento él se encontraba junto a su padre en una parcela en Santo Domingo. "Nunca pensamos que podía pasarle algo malo, porque él jamás hizo nada. Por eso mismo él se entregó voluntariamente".
Jiménez Ojeda que en ese momento tenía tan sólo 11 años, señaló que al ser su padre, el último de los dirigentes estibadores que ingresó al recinto militar de Tejas Verdes, fue testigo de la brutalidad de la que fueron víctima sus compañeros. "Pienso que mi papá fue el que más sufrió porque vio lo que le iba a pasar. Vio a sus compañeros masacrados", dijo.
"Como a las 11 de la mañana del día siguiente, vinieron a dejarnos un cajón, sólo podía verse la cara de mi papá. Tenía los ojos y frentes cubiertos con un paño blanco. No nos dejaron abrir el cajón, pero luego supimos que había sido brutalmente torturado", agregó.
Con una gran emoción, tanto el hijo como la viuda del estibador narraron que el cuerpo del Jiménez estaba con evidentes señales de haber recibido un castigo de proporciones. "Todavía no se hace justicia en este caso. Pensamos que Manuel Contreras está pagando a medias aún le falta responder por estas cuatro muertes", señaló la viuda de Jiménez Machuca.
23 de septiembre de 2007
©líder de san antonio
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