empezó juicio de khmer rouge 2
[Seth Mydans] Cabecillas khmer rouge comparecen ante el tribunal.
Phnom Penh, Camboya. Más de veintiocho años después del fin de la masacre, el primer acusado khmer rouge entró el martes a la sala pública del tribunal para rendir cuentas por la muerte de un millón setecientas mil personas: un hombre pequeño, modesto, que dirigió en el pasado uno de los más eficientes y despiadados centros de torturas.
El acusado, Kaing Guek Eav, 66, conocido como Duch, pidió su libertad bajo fianza por cargos de crímenes contra la humanidad. El reclamo de su abogado de que se estaban violando los derechos humanos de Duch debido a su larga detención, provocó hilaridad entre los espectadores camboyanos.
Duch es una de las cinco figuras más importantes de los Khmer Rouge que han sido arrestados y acusados por el tribunal especial en los últimos cuatro meses después de décadas de retrasos causados por la guerra, problemas políticos y disputas sobre la soberanía jurídica. Los juicio empezarán a principios del próximo año.
"Es más que un sueño", dijo Chea Vannath, un importante activista por los derechos humanos. "Viví durante el régimen de los Khmer Rouge, y nunca soñé que esos líderes serían llevados a justicia".
De 1975 a 1979 los Khmer Rouge obligaron a millones de personas a formar cuadrillas de trabajo en las que murieron de hambre, exceso de trabajo y enfermedades mientras otras, como los prisioneros en la cárcel de Duch, fueron torturados y enviados a campos de la muerte.
Duch, la personificación de uno de los más grandes asesinos en masa del siglo pasado, parecía hundirse en su silla frente a la comisión de cinco jueces con togas rojas y un tribunal lleno de fiscales, abogados y oficinistas.
Un hombre frágil, de ojos grandes, con una polera blanca, se inclinaba hacia adelante, hacia atrás, se ponía y sacaba las gafas. Sus ojos recorrían la sala del tribunal. Invitado a dirigirse a la corte, se levantó juntando las palmas de las manos en un gesto de respeto y súplica, elevándolas y bajándolas frente a su cara.
"Presenté el recurso...", empezó, pero fue parado por la orden de uno de los jueces: "¡Hable más alto!"
"La razón por la que presenté la apelación", dijo de nuevo, "es porque he estado detenido sin ser sometido a juicio durante ocho años, seis meses y diez días".
Esta detención, la mayor parte de ella en una cárcel militar antes de que se creara el tribunal especial el año pasado con la ayuda de Naciones Unidas, fue la base de la afirmación de su abogado Kar Savuth, de que se estaban violando sus derechos humanos, "incluso si no ha sido golpeado o torturado".
Una onda da risa se oyó entre los espectadores camboyanos, que seguían el procedimiento en pantallas gigantes en un auditorio junto a la atiborrada sala preliminar.
"Están riendo al estilo camboyano", dijo Kek Galabru, fundador de Licadho, un grupo de derechos humanos local. "Es demasiado para ellos, porque saben que cuando él estaba torturando a otros camboyanos nunca se habló de los derechos humanos de las víctimas. Incluso yo, cuando oigo eso, me río".
Al menos catorce mil personas fueron torturadas por órdenes de Duch en la cárcel de Tuol Sleng, también conocida como S-21, y enviadas a los campos de la muerte. Se cree que sólo sobrevivió un puñado de prisioneros.
"Bajo su autoridad se cometieron numerosos abusos, incluyendo asesinatos en masa, detenciones arbitrarias y torturas", dijo un juez leyendo la acusación ante el tribunal.
Mencionó los métodos de tortura utilizados, entre ellos las golpizas, apuñalamientos, suspensión desde cuerdas, extracción de las uñas e inmersión en pozos llenos de agua.
Convertido en 1996 por misioneros evangélicos norteamericanos, Duch se ha convertido en un cristiano converso, aparentemente dispuesto a confesar sus pecados. Cuando fue descubierto por periodistas en 1999, admitió en extenso haber ordenado y tomado parte en atrocidades. Se comparaba a sí mismo con St. Paul, dijo a periodistas. "Después de mi experiencia en la vida, he decidido entregar mi espíritu a Dios".
Cuando empiecen los juicios, su testimonio podría perjudicar a algunos de los otros acusados.
Ex profesor de matemáticas, Duch introdujo la severidad y eficiencia de un aula de clases en la prisión, una antigua escuela secundaria en el centro de Phnom Penh, la capital.
"Era fuerte", le dijo Him Huy, un ex gendarme de Tuol Sleng, a David Chandler en ‘Voices from S-21: Terror and History in Pol Pot's Secret Prison' (University of California Press, 1999). "Era claro. Hacía lo que decía".
Cuando preguntó qué tipo de persona era Duch, otro guardia le dijo a Chandler: "¿Qué tipo de hombre? Estaba más allá de la razón". El gendarme dijo que se horrorizó por la decisión de Duch de permitir que dos de sus cuñados fueran encarcelados y asesinados.
"Duch mismo nunca mató a nadie", dijo el ex gendarme, pero visitaba de vez en vez el campo de la muerte de Choeung Ek para presenciar las ejecuciones.
La audiencia del martes se produce al día siguiente de la detención de ex presidente Khmer Rouge, Khieu Samphan, 76. Fue el último de los cinco primeros acusados reclamados por la acusación. Sacado por la policía de un hospital donde se recuperaba de lo que se piensa fue un derrame, fue acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Otros dos acusados fueron arrestados el miércoles: el ex ministro de relaciones exteriores, Ieng Sary, 82, y su esposa Ieng Thirith, 75, miembro del comité central de los Khmer Rouge.
El quinto acusado, Nuon Chea, 82, el principal ideólogo del movimiento, fue arrestado en septiembre. Vivía discretamente como vecino de Khieu Samphan en un antiguo bastión khmer rouge donde la mayoría de sus vecinos eran igualmente ex miembros de los Khmer Rouge.
Todos los acusados se han quejado de achaques médicos, y con los años de retrasos han crecido los temores de que algunos de ellos puedan morir antes de ser llevados a justicia. El máximo líder de los Khmer Rouge, Pol Pot, murió en 1998.
En su entrevista en 1999 con los periodistas Nic Dunlop y Nate Thayer, Duch anunció lo que declarara ante el tribunal.
Confirmando la autenticidad de los documentos recuperados en Tuol Sleng, señaló las anotaciones hechas por sus superiores.
"Estes es la letra manuscrita de Nuon Chea", dijo. "Su letra es cuadrada. La mía es más ovalada".
Admitió haber participado en atrocidades, pero dijo que había actuado obedeciendo órdenes y que todos los líderes estaban al tanto de las matanzas.
"Las decisiones de matar no las tomaba un sola hombre, no solamente Pol Pot, sino todo el comité central", dijo.
El acusado, Kaing Guek Eav, 66, conocido como Duch, pidió su libertad bajo fianza por cargos de crímenes contra la humanidad. El reclamo de su abogado de que se estaban violando los derechos humanos de Duch debido a su larga detención, provocó hilaridad entre los espectadores camboyanos.
Duch es una de las cinco figuras más importantes de los Khmer Rouge que han sido arrestados y acusados por el tribunal especial en los últimos cuatro meses después de décadas de retrasos causados por la guerra, problemas políticos y disputas sobre la soberanía jurídica. Los juicio empezarán a principios del próximo año.
"Es más que un sueño", dijo Chea Vannath, un importante activista por los derechos humanos. "Viví durante el régimen de los Khmer Rouge, y nunca soñé que esos líderes serían llevados a justicia".
De 1975 a 1979 los Khmer Rouge obligaron a millones de personas a formar cuadrillas de trabajo en las que murieron de hambre, exceso de trabajo y enfermedades mientras otras, como los prisioneros en la cárcel de Duch, fueron torturados y enviados a campos de la muerte.
Duch, la personificación de uno de los más grandes asesinos en masa del siglo pasado, parecía hundirse en su silla frente a la comisión de cinco jueces con togas rojas y un tribunal lleno de fiscales, abogados y oficinistas.
Un hombre frágil, de ojos grandes, con una polera blanca, se inclinaba hacia adelante, hacia atrás, se ponía y sacaba las gafas. Sus ojos recorrían la sala del tribunal. Invitado a dirigirse a la corte, se levantó juntando las palmas de las manos en un gesto de respeto y súplica, elevándolas y bajándolas frente a su cara.
"Presenté el recurso...", empezó, pero fue parado por la orden de uno de los jueces: "¡Hable más alto!"
"La razón por la que presenté la apelación", dijo de nuevo, "es porque he estado detenido sin ser sometido a juicio durante ocho años, seis meses y diez días".
Esta detención, la mayor parte de ella en una cárcel militar antes de que se creara el tribunal especial el año pasado con la ayuda de Naciones Unidas, fue la base de la afirmación de su abogado Kar Savuth, de que se estaban violando sus derechos humanos, "incluso si no ha sido golpeado o torturado".
Una onda da risa se oyó entre los espectadores camboyanos, que seguían el procedimiento en pantallas gigantes en un auditorio junto a la atiborrada sala preliminar.
"Están riendo al estilo camboyano", dijo Kek Galabru, fundador de Licadho, un grupo de derechos humanos local. "Es demasiado para ellos, porque saben que cuando él estaba torturando a otros camboyanos nunca se habló de los derechos humanos de las víctimas. Incluso yo, cuando oigo eso, me río".
Al menos catorce mil personas fueron torturadas por órdenes de Duch en la cárcel de Tuol Sleng, también conocida como S-21, y enviadas a los campos de la muerte. Se cree que sólo sobrevivió un puñado de prisioneros.
"Bajo su autoridad se cometieron numerosos abusos, incluyendo asesinatos en masa, detenciones arbitrarias y torturas", dijo un juez leyendo la acusación ante el tribunal.
Mencionó los métodos de tortura utilizados, entre ellos las golpizas, apuñalamientos, suspensión desde cuerdas, extracción de las uñas e inmersión en pozos llenos de agua.
Convertido en 1996 por misioneros evangélicos norteamericanos, Duch se ha convertido en un cristiano converso, aparentemente dispuesto a confesar sus pecados. Cuando fue descubierto por periodistas en 1999, admitió en extenso haber ordenado y tomado parte en atrocidades. Se comparaba a sí mismo con St. Paul, dijo a periodistas. "Después de mi experiencia en la vida, he decidido entregar mi espíritu a Dios".
Cuando empiecen los juicios, su testimonio podría perjudicar a algunos de los otros acusados.
Ex profesor de matemáticas, Duch introdujo la severidad y eficiencia de un aula de clases en la prisión, una antigua escuela secundaria en el centro de Phnom Penh, la capital.
"Era fuerte", le dijo Him Huy, un ex gendarme de Tuol Sleng, a David Chandler en ‘Voices from S-21: Terror and History in Pol Pot's Secret Prison' (University of California Press, 1999). "Era claro. Hacía lo que decía".
Cuando preguntó qué tipo de persona era Duch, otro guardia le dijo a Chandler: "¿Qué tipo de hombre? Estaba más allá de la razón". El gendarme dijo que se horrorizó por la decisión de Duch de permitir que dos de sus cuñados fueran encarcelados y asesinados.
"Duch mismo nunca mató a nadie", dijo el ex gendarme, pero visitaba de vez en vez el campo de la muerte de Choeung Ek para presenciar las ejecuciones.
La audiencia del martes se produce al día siguiente de la detención de ex presidente Khmer Rouge, Khieu Samphan, 76. Fue el último de los cinco primeros acusados reclamados por la acusación. Sacado por la policía de un hospital donde se recuperaba de lo que se piensa fue un derrame, fue acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Otros dos acusados fueron arrestados el miércoles: el ex ministro de relaciones exteriores, Ieng Sary, 82, y su esposa Ieng Thirith, 75, miembro del comité central de los Khmer Rouge.
El quinto acusado, Nuon Chea, 82, el principal ideólogo del movimiento, fue arrestado en septiembre. Vivía discretamente como vecino de Khieu Samphan en un antiguo bastión khmer rouge donde la mayoría de sus vecinos eran igualmente ex miembros de los Khmer Rouge.
Todos los acusados se han quejado de achaques médicos, y con los años de retrasos han crecido los temores de que algunos de ellos puedan morir antes de ser llevados a justicia. El máximo líder de los Khmer Rouge, Pol Pot, murió en 1998.
En su entrevista en 1999 con los periodistas Nic Dunlop y Nate Thayer, Duch anunció lo que declarara ante el tribunal.
Confirmando la autenticidad de los documentos recuperados en Tuol Sleng, señaló las anotaciones hechas por sus superiores.
"Estes es la letra manuscrita de Nuon Chea", dijo. "Su letra es cuadrada. La mía es más ovalada".
Admitió haber participado en atrocidades, pero dijo que había actuado obedeciendo órdenes y que todos los líderes estaban al tanto de las matanzas.
"Las decisiones de matar no las tomaba un sola hombre, no solamente Pol Pot, sino todo el comité central", dijo.
22 de noviembre de 2007
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios