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las reformas en américa latina


[Jeanneth Valdivieso] Latinoamericanos ven reformas constitucionales como una cura de sus enfermedades, aunque algunos temen surgimiento del autoritarismo.

Quito, Ecuador. El presidente venezolano Hugo Chávez y dos de sus aliados regionales están rescribiendo la Constitución de sus países siguiendo la tradición latinoamericana de utilizar la carta fundamental para intentar rompimientos radicales con regímenes pasados.
Venezuela, Ecuador y Bolivia están promoviendo reformas constitucionales como un modo de erradicar la corrupción, redistribuir la riqueza entre los pobres y en el caso de Bolivia, revertir siglos de discriminación de la mayoría indígena.
Pero los opositores los consideran intentos descarados de hacerse con el poder de parte de presidentes izquierdistas que quieren coronarse a sí mismos con una autoridad sin límites.
"La impresión es que en los Andes se están formando pequeños emperadores con poderes excesivos en manos del Ejecutivo", dijo Luis Verdesoto, cientista político de Quito.
Una asamblea especial se reúne el jueves para redactar una nueva Constitución ecuatoriana, la veinteava del país desde que declarara la independencia de España hace 195 años. El presidente Rafael Caldera ha prometido un documento que arrancará el poder de las manos de los partidos políticos tradicionales, a los que muchos ecuatorianos responsabilizan de los males de este país crónicamente inestable.
En Bolivia, este fin de semana una asamblea constituyente mutilada -sólo tres delegados de oposición boicotearon la votación- aprobó el marco de una nueva Constitución. Permitirá la reelección indefinida del presidente y entrega mayor control a las autoridades centrales sobre el gasto a expensas de los gobiernos de los estados.
Y el domingo los venezolanos votarán sobre las 69 enmiendas que darán a Chávez incluso más poder para rehacer este país rico en petróleo y convertirlo en un estado socialista. De aprobarse, Chávez, 53, podría ser reelegido indefinidamente [como en Francia, Grecia o Portugal] y las revocatorias presidenciales serían más difíciles.
Chávez también podrá redefinir las circunscripciones políticas y declarar el estado de emergencia indefinido, suspendiendo algunas libertades civiles y censurar los medios de comunicación.
Aunque los opositores se han echado a la calle, los cambios prometidos también han generado enormes expectativas: el presidente ha prometido usar sus poderes más amplios para mejorar el destino de los pobres tan largamente olvidados.
Incluir a la gente que no ha recogido ningún fruto de la transición latinoamericana de las dictaduras derechistas a la democracia, es un tema constante de Chávez, Correa y el presidente boliviano Evo Morales.
Pero estas nuevas constituciones corren el riesgo de "personalizar demasiado el poder, que en lugar de consolidar la democracia, la debilita", dice Marta Lagos, que dirige la Corporación Latinobarómetro, una organización de encuestas de opinión con sede en Chile.
Chávez ciertamente ha personalizado el referéndum del domingo, convirtiendo la propuesta en una lucha de nosotros-contra-ellos.
"El que dice que apoya a Chávez, pero vota ‘no' es un traidor, un verdadero traidor", dijo en un discurso de campaña. "El que está contra mí, está contra la revolución y contra el pueblo".
Chávez no tiene garantizada la victoria este domingo -una encuesta publicada la semana pasada mostró un 49% de intención de voto para los que se oponen a las reformas constitucionales en Venezuela, y sólo un 39% para los que apoyan los cambios. La firma de sondeos Datanalisis* entrevistó a 1.854 venezolanos y la encuesta tiene un margen de error de 2.5 por ciento. El gobierno ha citado otras encuestas que dan a Chávez como ganador.
Los últimos desarrollos en Bolivia podrían convertirse en un tiro por la culata para Morales. La asamblea constituyente tuvo que sesionar en un cuartel militar en medio de disturbios causados por los opositores que dicen que la nueva Constitución beneficia a los grupos indígenas en detrimento de las regiones gobernadas por sus opositores. Muchos temen que una nueva Constitución aprobada por la mayoría indígena desgarrará el dividido país.
A diferencia de Morales, el Ecuador de Correa tendrá una amplia mayoría -ochenta de los ciento treinta escaños- en la asamblea constituyente del país.
La asamblea que sesionará el jueves se reunirá durante seis meses, un período que se puede prorrogar por dos meses. El texto final deberá ser aprobado en un referéndum nacional.
Correa, 44, es el octavo presidente de Ecuador en una década. Dice que la nueva Constitución hará que los políticos rindan cuenta, incluyendo la revocación de funcionarios elegidos, y expandirá el control del gobierno sobre la economía de libre mercado de Ecuador.
Sus opositores dicen que su verdadera intención es controlar el poder en la presidencia. Pero el 82% de los votantes, indignados con una corrupción profundamente enraizada y la codicia de la clase política, apoyó el llamado de Correa a una asamblea constituyente.
En su primer acto, se espera que la asamblea ordene el receso del Congreso dominado por la oposición y remplazarlo por una comisión que legislará hasta que se apruebe la nueva Constitución y se convoque a elecciones generales. "Sólo las dictaduras cierran los congresos", se quejó el congresista de oposición Carlos González.

Monte Hayes y Leslie Josephs en Lima, Perú, contribuyeron a este informe.

1 de diciembre de 2007
28 de noviembre de 2007
©fwdailynews
©traducción mQh
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*[Datanalisis es una firma de sondeos de dudoso profesionalismo. Declaradamente de oposición al gobierno de Chávez, difunde sondeos que es dudoso que hayan realizado. En 2004, para el referéndum revocatorio, Datanalisis predijo el triunfo del No con un 57%; ganó Chávez con el 63%. En estos días ha aparecido su director en televisión (en CNN) denunciando la ‘dictadura venezolana'. Hoy, es prácticamente la única firma que predice una victoria aplastante del No.
Deben los lectores tener en mente que según el memorándum de inteligencia recuperado por la inteligencia venezolana de la embajada norteamericana en Caracas, en el que se describe la Operación Tenaza, se incluyen como parte de la campaña de desestabilización -cuyo fin sería un golpe de estado con la amenaza de invasión desde Colombia, en cuyas fronteras Estados Unidos tiene tres bases militares- la difusión en los días previos al referéndum de sondeos falsos tendientes a crear confusión y para provocar las ‘reacciones' de los partidarios del No el domingo, antes de que se den a conocer los resultados oficiales. La campaña también incluye la táctica de ‘votar y quedarse', en la que los votantes luego de emitido el voto en la urna, se quedarán en el local para entorpecer, impedir y hacer implosionar los colegios electorales. La campaña también incluye acciones terroristas y asesinatos de manifestantes para crear una imagen de ingobernalidad. NdR.]

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