fervor religioso en lo vásquez
[Carlos Paredes] El fervor religioso y los sacrificios por la fe. La Iglesia, si bien no fomenta estas demostraciones extremas, respeta a las personas que las hacen, "porque en su interior hay una fe que se quiere expresar de esa forma".
Lo Vásquez. La fe mueve montañas. Y eso está siendo demostrado este 8 de diciembre en Lo Vásquez, cuando miles de personas, venciendo impedimentos físicos, materiales, y de todo tipo, llegan hasta el santuario para expresar su fervor por la Virgen.
En esta fecha todos los caminos conducen a Lo Vásquez.
Muchos de los peregrinos que arribaban ayer al santuario habían salido el miércoles desde sus localidades de origen. Ahora, una vez cumplido el trayecto, tenían que cumplir la segunda parte de la manda: entrar al templo arrastrándose o de rodillas, llegar hasta el altar, orarle a la Virgen, suplicar por los suyos, y luego, retornar, siempre arrastrándose, hasta la salida.
Esas manifestaciones son las que más llaman la atención.Son, casi, una característica de quienes llegan a Lo Vásquez. En ese sentido, el padre Erwin Prieto, encargado de la festividad, precisa que la Iglesia no llama a que se hagan estos sacrificios extremos, pero que también respeta a las personas que lo hacen, "porque en su interior hay una fe que se quiere expresar de esa forma".
Añadió que todo está dispuesto en el santuario para ayudarlos, e hizo énfasis en que lo que se quiere no es que los penitentes destruyan su cuerpo, "sino, por el contrario, puedan llegar a los pies de la Virgen y hagan su oración, que es la mejor manera de hablarle".
Mientras que en el templo y en el Campus Eucarístico se suceden los peregrinos y se escucha el Ave María, afuera, en la Ruta 68 todo es caótico. Los vendedores ambulantes de velas y calendarios, prácticamente asaltan al desprevenido feligrés que llega al lugar.
A lo largo de la ruta, por varios kilómetros -incluso más que otros años- los comerciantes que pagaron por un permiso vocean todo tipo de productos. Así es Lo Vásquez.
En esta fecha todos los caminos conducen a Lo Vásquez.
Muchos de los peregrinos que arribaban ayer al santuario habían salido el miércoles desde sus localidades de origen. Ahora, una vez cumplido el trayecto, tenían que cumplir la segunda parte de la manda: entrar al templo arrastrándose o de rodillas, llegar hasta el altar, orarle a la Virgen, suplicar por los suyos, y luego, retornar, siempre arrastrándose, hasta la salida.
Esas manifestaciones son las que más llaman la atención.Son, casi, una característica de quienes llegan a Lo Vásquez. En ese sentido, el padre Erwin Prieto, encargado de la festividad, precisa que la Iglesia no llama a que se hagan estos sacrificios extremos, pero que también respeta a las personas que lo hacen, "porque en su interior hay una fe que se quiere expresar de esa forma".
Añadió que todo está dispuesto en el santuario para ayudarlos, e hizo énfasis en que lo que se quiere no es que los penitentes destruyan su cuerpo, "sino, por el contrario, puedan llegar a los pies de la Virgen y hagan su oración, que es la mejor manera de hablarle".
Mientras que en el templo y en el Campus Eucarístico se suceden los peregrinos y se escucha el Ave María, afuera, en la Ruta 68 todo es caótico. Los vendedores ambulantes de velas y calendarios, prácticamente asaltan al desprevenido feligrés que llega al lugar.
A lo largo de la ruta, por varios kilómetros -incluso más que otros años- los comerciantes que pagaron por un permiso vocean todo tipo de productos. Así es Lo Vásquez.
8 de diciembre de 2007
©estrella de valparaíso
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