murió lydia mendoza
[Valerie J. Nelson] Murió Lydia Mendoza, a los 91. Cantante que formó parte de la vanguardia de la música tejana.
Murió Lydia Mendoza, una temprana estrella de la música mexicano-americana cuyas apasionadas y desesperanzadas canciones sobre la vida de la clase trabajadora a ambos lados de la frontera la convirtió en una pionera del género tejano. Tenía 91 años.
Mendoza, cuya carrera musical se extendió durante más de sesenta años, murió el 20 de diciembre por causas naturales en San Antonio, Texas, según informaciones de prensa.
La revista Texas Monthly la llamó "la más grande artista mexicano-americana de la historia" en un artículo en 1999 que la presentó como "la voz del siglo" en Texas.
Lupe Saenz, presidente de la Asociación Conjunto del Sur de Texas dijo al Times que Mendoza fue una "pionera de nuestro legado musical".
"Era una rebelde, porque hizo lo que no hizo ninguna artista antes de ella; es decir, cantó sobre la cultura del machismo de un modo que señaló el rumbo para muchas mujeres de hoy", dijo Saenz en un e-mail.
La letra de su primer y más perdurable éxito provino de su colección de envoltorios de chicles de su infancia que contenían letras de canciones. Llevó la letra de uno de esos envoltorios a una melodía que había escuchado en un concierto en México y cantó por primera vez ‘Mal hombre', una canción sobre los galanes traicioneros, cuando tenía diez años.
Después de que Mendoza grabara la canción -un tango- en 1934, se convirtió en un gran éxito en toda la comunidad hispano-hablante e inició su carrera.
Acompañada por su característica guitarra de doce cuerdas, Mendoza cantaba a menudo sobre los infortunios y el rechazo en un estilo muy sincero que reflejaba el desarrollo musical a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Su vibrante voz le ganó el apodo de ‘La Alondra de la Frontera'.
En 1935 se casó con el zapatero Juan Alvarado y siguió actuando en una época en que las esposas usualmente renunciaban a sus carreras. Hacia 1940, Mendoza había grabado más de doscientas canciones en una amplia variedad de estilos musicales que incluían boleros, rancheras y cumbias. Muchas de esas canciones las escribió ella misma.
"La gente dice que soy la madre de la música tejana", dijo Mendoza al Chicago Tribune en 1996. "Pero no creo que yo haya oído esa palabra sabiendo lo que significaba sino muchos años después de que empezara a cantar... La gente miraba lo que estaba haciendo, cantando y tocando la guitarra, y eso les inspiraba".
Actuó en la investidura del presidente Carter en 1977 y en 1999 recibió la Medalla Nacional de las Artes, que recompensa las contribuciones excepcionales al campo. En una ceremonia, el presidente Clinton la elogió por abreviar la "brecha entre generaciones y culturas".
"Lydia Mendoza es una verdadera pionera americana", dijo Clinton. "Y allanó el camino para toda una nueva generación de artistas latinos que hoy hacen cantar a los norteamericanos".
Nació el 12 de mayo de 1916 en Houston, hija de Francisco y Leonor Mendoza. Su familia provenía del norte de México y ella y sus hermanos crecieron entre Monterrey, México, y el sur de Texas.
Su madre tocaba la guitarra y cantaba canciones mexicanas, lo que hizo que Mendoza quisiera tener su propio instrumento. A los 4 se hizo una con una tabla, seis clavos y varias tiras de goma.
"Sonaba, y yo estaba feliz", contó Mendoza al Houston Chronicle en 2001.
Cuando su padre enfermó y no pudo seguir trabajando como mecánico de ferrocarriles, empezó a actuar con sus padres y una hermana en la calle y en restaurantes de ciudades fronterizas.
En 1928, su padre respondió a un anuncio en un diario de San Antonio colocado por una compañía de Nueva York que quería grabar a músicos hispano-hablantes. Miembros de la familia grabaron su primer disco en el cuarto de un hotel y recibieron 140 dólares por veinte canciones.
Todavía en necesidad de encontrar algún trabajo fijo, los Mendoza se mudaron a Michigan a trabajar en la agricultura. Tras oír cantar a la familia, otros trabajadores les alentaron a tocar en la ciudad, y pasaron varios años trabajando y cantando en pequeños restaurantes.
De regreso en Texas a principio de los años treinta, la familia tocó a menudo por propinas en un mercado al aire libre en San Antonio, donde el presentador de un programa de una radio hispana local oyó cantar a Mendoza. Al rato estaba cantando en la radio por 3.50 dólares a la semana.
El programa radial la hizo popular en la región, y el fin de la Prohibición en 1933 creó oportunidades para los músicos en las cantinas.
Finalmente la familia empezó a hacer giras en todo el Valle del Río Grande al sur de Texas. Mendoza actuaba sola; sus hermanos cantaban juntos. Finalmente montaron un espectáculo de variedades.
"Ya verla era un acto de magia y podía despertar un frenesí populista y el orgullo colectivo de los mexicanos", escribió Yolanda Broyles-González en su libro de 2001, ‘Lydia Mendoza's Life in Music. La historia de Lydia Mendoza'.
Incluso después de tener tres hijas, Mendoza siguió actuando, pero el racionamiento de la gasolina durante la Segunda Guerra Mundial puso fin temporalmente a sus giras.
En 1947 volvió a la carretera, pero el grupo familiar se rompió en 1952 después de la muerte de su madre y del matrimonio de una hermana.
Aunque su condición como ídolo alcanzó su apogeo en los años cincuenta, Mendoza siguió grabando y haciendo giras con su acto en solitario hasta que una serie de derrames la obligaron a retirarse en 1988.
Tras la muerte de su marido en 1961, se casó con otro zapatero, Fred Martínez, en 1964, y se mudaron a Houston, donde actuaba a menudo en pequeños clubes nocturnos. Tenía un repertorio de 1.200 canciones de un período de casi cien años.
La sobrevive una hija, Yolanda Hernández.
Mendoza, cuya carrera musical se extendió durante más de sesenta años, murió el 20 de diciembre por causas naturales en San Antonio, Texas, según informaciones de prensa.
La revista Texas Monthly la llamó "la más grande artista mexicano-americana de la historia" en un artículo en 1999 que la presentó como "la voz del siglo" en Texas.
Lupe Saenz, presidente de la Asociación Conjunto del Sur de Texas dijo al Times que Mendoza fue una "pionera de nuestro legado musical".
"Era una rebelde, porque hizo lo que no hizo ninguna artista antes de ella; es decir, cantó sobre la cultura del machismo de un modo que señaló el rumbo para muchas mujeres de hoy", dijo Saenz en un e-mail.
La letra de su primer y más perdurable éxito provino de su colección de envoltorios de chicles de su infancia que contenían letras de canciones. Llevó la letra de uno de esos envoltorios a una melodía que había escuchado en un concierto en México y cantó por primera vez ‘Mal hombre', una canción sobre los galanes traicioneros, cuando tenía diez años.
Después de que Mendoza grabara la canción -un tango- en 1934, se convirtió en un gran éxito en toda la comunidad hispano-hablante e inició su carrera.
Acompañada por su característica guitarra de doce cuerdas, Mendoza cantaba a menudo sobre los infortunios y el rechazo en un estilo muy sincero que reflejaba el desarrollo musical a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Su vibrante voz le ganó el apodo de ‘La Alondra de la Frontera'.
En 1935 se casó con el zapatero Juan Alvarado y siguió actuando en una época en que las esposas usualmente renunciaban a sus carreras. Hacia 1940, Mendoza había grabado más de doscientas canciones en una amplia variedad de estilos musicales que incluían boleros, rancheras y cumbias. Muchas de esas canciones las escribió ella misma.
"La gente dice que soy la madre de la música tejana", dijo Mendoza al Chicago Tribune en 1996. "Pero no creo que yo haya oído esa palabra sabiendo lo que significaba sino muchos años después de que empezara a cantar... La gente miraba lo que estaba haciendo, cantando y tocando la guitarra, y eso les inspiraba".
Actuó en la investidura del presidente Carter en 1977 y en 1999 recibió la Medalla Nacional de las Artes, que recompensa las contribuciones excepcionales al campo. En una ceremonia, el presidente Clinton la elogió por abreviar la "brecha entre generaciones y culturas".
"Lydia Mendoza es una verdadera pionera americana", dijo Clinton. "Y allanó el camino para toda una nueva generación de artistas latinos que hoy hacen cantar a los norteamericanos".
Nació el 12 de mayo de 1916 en Houston, hija de Francisco y Leonor Mendoza. Su familia provenía del norte de México y ella y sus hermanos crecieron entre Monterrey, México, y el sur de Texas.
Su madre tocaba la guitarra y cantaba canciones mexicanas, lo que hizo que Mendoza quisiera tener su propio instrumento. A los 4 se hizo una con una tabla, seis clavos y varias tiras de goma.
"Sonaba, y yo estaba feliz", contó Mendoza al Houston Chronicle en 2001.
Cuando su padre enfermó y no pudo seguir trabajando como mecánico de ferrocarriles, empezó a actuar con sus padres y una hermana en la calle y en restaurantes de ciudades fronterizas.
En 1928, su padre respondió a un anuncio en un diario de San Antonio colocado por una compañía de Nueva York que quería grabar a músicos hispano-hablantes. Miembros de la familia grabaron su primer disco en el cuarto de un hotel y recibieron 140 dólares por veinte canciones.
Todavía en necesidad de encontrar algún trabajo fijo, los Mendoza se mudaron a Michigan a trabajar en la agricultura. Tras oír cantar a la familia, otros trabajadores les alentaron a tocar en la ciudad, y pasaron varios años trabajando y cantando en pequeños restaurantes.
De regreso en Texas a principio de los años treinta, la familia tocó a menudo por propinas en un mercado al aire libre en San Antonio, donde el presentador de un programa de una radio hispana local oyó cantar a Mendoza. Al rato estaba cantando en la radio por 3.50 dólares a la semana.
El programa radial la hizo popular en la región, y el fin de la Prohibición en 1933 creó oportunidades para los músicos en las cantinas.
Finalmente la familia empezó a hacer giras en todo el Valle del Río Grande al sur de Texas. Mendoza actuaba sola; sus hermanos cantaban juntos. Finalmente montaron un espectáculo de variedades.
"Ya verla era un acto de magia y podía despertar un frenesí populista y el orgullo colectivo de los mexicanos", escribió Yolanda Broyles-González en su libro de 2001, ‘Lydia Mendoza's Life in Music. La historia de Lydia Mendoza'.
Incluso después de tener tres hijas, Mendoza siguió actuando, pero el racionamiento de la gasolina durante la Segunda Guerra Mundial puso fin temporalmente a sus giras.
En 1947 volvió a la carretera, pero el grupo familiar se rompió en 1952 después de la muerte de su madre y del matrimonio de una hermana.
Aunque su condición como ídolo alcanzó su apogeo en los años cincuenta, Mendoza siguió grabando y haciendo giras con su acto en solitario hasta que una serie de derrames la obligaron a retirarse en 1988.
Tras la muerte de su marido en 1961, se casó con otro zapatero, Fred Martínez, en 1964, y se mudaron a Houston, donde actuaba a menudo en pequeños clubes nocturnos. Tenía un repertorio de 1.200 canciones de un período de casi cien años.
La sobrevive una hija, Yolanda Hernández.
valerie.nelson@latimes.com
5 de enero de 2008
30 de diciembre de 2007
©los angeles times
cc traducción mQh
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