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el instinto moral 4


[Steven Pinker] Muchos temen que la moral sea un truco del cerebro. ¿Existe una moral universal?
Los hallazgos de la trolleyology -percepciones complejas, intuitivas y universales- llevaron a Hauser y John Mikhail (jurista) a revivir una analogía del filósofo John Rawls entre el sentido moral y el lenguaje. De acuerdo a Noam Chomsky, todos nacemos con una ‘gramática universal' que nos impele a analizar la lengua en términos de su estructura gramatical, sin estar conscientes de las reglas del juego. Análogamente, nacemos con una gramática moral universal que nos obliga a analizar las acciones humanas en términos de su estructura moral, igualmente con apenas conciencia de ello.
La idea de que el sentido moral es un componente innato de la naturaleza humana no es demasiado rebuscada. Una lista de universales humanos recogidos por el antropólogo Donald E. Brown incluye numerosos conceptos y emociones morales, incluyendo la distinción entre el bien y el mal; la empatía; la admiración ante la generosidad; los derechos y obligaciones; la prohibición del homicidio, violación y otras formas de violencia; la reparación de los errores o injusticias; el castigo de las conductas contra la comunidad; la vergüenza; y los tabúes.
Los primeros juicios morales emergen tempranamente en la infancia. Los niños ofrecen espontáneamente sus juguetes, ayudan a otros y tratan de consolar a personas a las que ven apenadas. Y de acuerdo a los psicólogos Elliot Turiel y Judith Smetana, los niños en edad preescolar entienden intuitivamente la diferencia que hay entre las convenciones sociales y los principios morales. Niños de cuatro años dicen que no está bien ir de piyama a la escuela (que es una convención) y que tampoco está bien golpear a una niña sin motivo (que es un principio moral). Pero cuando se les pregunta si estas conductas serían correctas si el maestro las permitiera, la mayoría de los niños dicen que en realidad se podría llegar de piyama a la escuela, pero nunca golpear a una niña.
Aunque nadie ha identificado los genes de la moral, hay evidencias circunstanciales de que existen. Los rasgos de personalidad llamados ‘rectitud' y ‘simpatía' están mucho más correlacionados en gemelos idénticos separados al nacer (que comparten sus genes, pero no su contexto) que en hermanos adoptivos criados juntos (que comparten el contexto pero no sus genes). Personas diagnosticadas con ‘transtorno antisocial de personalidad' o ‘psicopatía' muestran signos de ceguera moral desde la infancia. Agreden o intimidan a otros niños, torturan a animales, mienten y parecen incapaces de sentir empatía o remordimiento, a menudo pese a contextos familiares normales. Algunos de estos niños se convierten en monstruos que roban los ahorros a los ancianos, son violadores en serie o disparan contra los oficinistas que yacen en el suelo durante atracos armados.
Aunque la psicopatía probablemente proviene de una predisposición genética, una versión más atenuada puede ser causada por lesiones a las regiones frontales del cerebro (incluyendo áreas que impiden que la gente íntegra empuje al gordo hipotético desde el puente a los rieles). Los neurólogos Hanna y Antonio Damasio y sus colegas descubrieron que algunos niños que han sufrido lesiones graves en sus lóbulos frontales pueden llegar a adultos como personas insensibles e irresponsables, pese a sus inteligencias normales. Mienten, roban, ignora el castigo, ponen en peligro a sus propios hijos y no pueden reflexionar ni siquiera en los dilemas morales más simples, como qué deben hacer dos personas si no están de acuerdo sobre qué canal de televisión ver o si un hombre debe robar un fármaco para salvar a su mujer agonizante.
El sentido moral, entonces, puede estar enraizado en el diseño mismo del cerebro humano normal. Sin embargo, pese al temor que invade nuestras mentes cuando pensamos en las leyes morales innatas que llevamos dentro, la idea es en el mejor de los casos incompleta. Consideremos este dilema moral: Un tranvía descontrolado está a punto de atropellar y matara a un maestro. Usted puede desviarlo jalando la palanca, pero el tranvía pasaría por un tramo que enviaría una señal a una clase de niños de seis años dándoles permiso para bautizar a un oso peluche como Mohamed. ¿Es permisible jalar la palanca?
Este no es un chiste. El mes pasado una mujer británica que enseña en una escuela privada en Sudán permitió que su clase bautizara a un oso peluche con el nombre del niño más popular del curso, que lleva el mismo nombre que el fundador del islam. Fue encarcelada por blasfemia y amenazada con una azotaina pública, mientras una turba reunida frente a la cárcel exigía su muerte. Para los manifestantes, la vida de la mujer tenía claramente menos valor que la maximalización de la dignidad de su religión, y su juicio sobre si sería correcto jalar la palanca del hipotético tranvía diferiría del nuestro. Cualquiera sea la gramática que orienta los juicios morales de la gente, esta no es universal. Cualquiera que se haya mantenido despierto leyendo ‘Antropología 101' puede ofrecer muchísimos otros ejemplos.
Por supuesto, los idiomas también varían. En la teoría de Chomsky, los idiomas conforman un plano abstracto, como tener frases construidas con verbos y objetos, mientras que los detalles varían, como cuál debería ir primero, el verbo o el objeto. ¿Podemos recibir una hoja de especificaciones que incluya todas las ideas raras que son consideradas juicios morales por gente de culturas diferentes?

25 de febrero de 2008
13 de enero de 2008
©new york times
cc traducción mQh
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